El fortalecimiento municipal como alternativa a la crisis nacional El fortalecimiento municipal como alternativa a la crisis nacional Por Eduardo Arraiza Muchas de las demandas de la sociedad suelen recaer sobre los gobiernos municipales, más allá de si la solución al problema es responsabilidad del gobierno nacional o de los provinciales. En consecuencia, fortalecer al funcionamiento de los municipios constituye un desafío central para salir de la crisis. Introducción No es necesario extendernos mucho para explicar cuáles son los indicadores de la crisis del gobierno nacional, para ello basta leer cualquier diario o escuchar algún reporte radial o televisivo. Entre uno de los tantos argumentos que se plantean se trata el tema del necesario ajuste de las estructuras de los gobiernos provinciales, que generan un indefinido déficit (depende de quien haga los cálculos) que se traslada al gobierno nacional. Como consecuencia, las políticas de ajuste del Estado Nacional, apuntan directamente a bajar el déficit de los gobiernos provinciales. Pero a su vez, los gobiernos provinciales se sitúan ante la disyuntiva de reordenar sus organizaciones provinciales, existiendo la posibilidad de que en dicho reordenamiento actúen con la misma lógica con la que ha actuado el gobierno nacional, la de delegar funciones en los organismos públicos inferiores, o sea en los municipios. El problema que se presenta en estos casos es que esa delegación de funciones no vaya acompañada de una correcta reasignación de recursos, o sea que se siga la misma lógica de procedimiento que se ha utilizado cuando se llevó adelante el proceso de transferencia de la nación a las provincias. Exigencia y necesidad de un municipio a la altura de las circunstancias Es un hecho por demás conocido, que la situación económico financiera de los municipios es, hoy por hoy, harto comprometida. Por lo que no es un misterio imaginar qué podría llegar a pasar con los gobiernos municipales si las provincias efectúan su ajuste transfiriendo cada vez más funciones a los municipios, pero sin transferir los recursos correspondientes. En muchos casos, ya se verifican situaciones en donde de hecho, los municipios deben hacerse cargo con sus presupuestos de funciones netamente provinciales y/o nacionales. Cuantos son los municipios que ante el acuciante problema de la inseguridad deben afectar una importante partida de su presupuesto para hacer frente al pago del combustible de los móviles policiales; o cuantos son los municipios que ante el problema de la salud deben atender de su propio presupuesto salas de primeros auxilios u hospitales municipales; o para el caso de la educación, cuántas veces los municipios deben afrontar los arreglos de las instalaciones educativas para que los niños de esa comunidad puedan comenzar las clases; ni hablar de la cuestión del empleo, cuántos municipios, ante la incapacidad e inacción del gobierno nacional y de los gobiernos provinciales, intentan ellos mismos fomentar el empleo en su localidad. Lo importante de destacar es que desde el punto de vista político, en donde primero y con mayor fuerza repercuten estos conflictos El fortalecimiento municipal como alternativa a la crisis nacional sociales, es en el gobierno municipal. Hoy en dia, si el vecino tiene un problema, de cualquier índole que sea, se dirige a su municipio en busca de una respuesta. Por estos motivos es que se puede afirmar que los gobiernos municipales son actualmente los organismos que en general se encuentran en la mayor situación de debilidad relativa, ya que son los que reciben la mayor cantidad de demandas y generalmente los que tienen la menor cantidad de recursos. Y no nos referimos sólo a los recursos económicos sino también a los recursos humanos, que muchas veces no se encuentran disponibles en las localidades más pequeñas. Todo esto sin embargo es muy difícil de ponderar por aquél que recurre al gobierno municipal en busca de alguna solución, nadie en una situación apremiante se detiene a reflexionar acerca de qué organismo gubernamental debe intervenir. Como siempre la realidad ha superado lo establecido por la ley y los municipios se ocupan cada vez de mayor cantidad de asuntos, sin ponerse a pensar si los problemas debe resolverlos la Nación o la Provincia. Por supuesto que la efectividad con que se resuelva el inconveniente, dependerá de la capacidad organizativa y operativa de cada municipio, y por supuesto, cada localidad responderá según su mejor saber y entender. Cómo contribuir al mejoramiento del gobierno local La situación descripta brevemente en el apartado anterior nos ha llevado a reflexionar de qué forma, como Universidad, podemos contribuir a mejorar el nivel de respuesta de los gobiernos municipales a los inconvenientes que se le presentan hoy en día. Las acciones posibles son varias. En primer lugar se debe seguir difundiendo la idea de lograr en nuestro país un verdadero federalismo. Al hablar de verdadero federalismo entendemos que es imprescindible rescatar el carácter autónomo de los municipios. Y respecto de este tema, no se puede hablar de verdadera autonomía, si no se garantiza la disponibilidad de fondos en tiempo y forma para los municipios. Muchas veces por distintos inconvenientes en sus propias cuentas, las provincias demoran el giro de los fondos coparticipables a los municipios, generando graves perjuicios a las administraciones locales. La cuestión de los recursos municipales es siempre un tema espinoso, y respecto a él nos gustaría realizar un pequeño aporte. Sin entrar en un tema más conflictivo aún como es el de la corrupción y cómo ella afecta a la disponibilidad de recursos públicos, podemos afirmar que una de las grandes causas de la falta de recursos, es el de la evasión impositiva. Creemos que algo que contribuiría de manera importante a combatir la evasión es si los gobiernos locales participaran en el control y la percepción de todos los impuestos. Ahora bien, el principal incentivo que tendrían los gobiernos locales para realizar un adecuado control de los impuestos de cualquier tipo que deben tributar sus administrados (o sea tributos municipales, provinciales o nacionales) es si como consecuencia de ese control, los municipios percibieran un incremento en sus ingresos. Ahora bien, ¿cómo verían posible los municipios el hecho de que el control por parte de ellos incrementara sus ingresos? Sólo si la percepción del porcentaje correspondiente de esos impuestos se realizara de forma automática, es decir sin pasar por rentas generales de la Provincia o de la Nación (esto es algo que los avances tecnológicos actuales hacen posible). De otra manera, el escepticismo reinante haría estéril cualquier tipo de esfuerzo al respecto. Desde el lugar que nos toca, esto sólo puede ser expuesto a modo de propuesta, como para que los legisladores la evalúen y la lleven a la práctica. En segundo lugar, y esto sí ya es más propio de la Universidad, lo que se ofrece es un plan de capacitación y asistencia para contribuir a que las administraciones municipales cuenten El fortalecimiento municipal como alternativa a la crisis nacional con un organismo al que puedan recurrir para diseñar e implementar proyectos de diversa índole, para requerir capacitación específica y para solicitar asistencia en temas que puedan ser estudiados por equipos de docentes, investigadores y alumnos de la Universidad. En esta línea de acción ya se ha incursionado llevando adelante algunos cursos de capacitación dictados en la región. Por otra parte se están por firmar algunos convenios con localidades para tratar cuestiones específicas. La sociedad hoy reclama acciones concretas para salir de la crisis que vive el país. Lo que no debe perderse de vista es que esas acciones concretas deben estar encabezadas por quienes tienen a su cargo el manejo de las cuestiones públicas (departamento ejecutivo y legislativo) cada uno en su órbita propia. Pero a la sociedad también le cabe una responsabilidad, no se debe creer que existen soluciones mágicas; seguro que existen soluciones, pero ellas requieren del esfuerzo, del sacrificio y del compromiso de todos. Para concluir esta humilde reseña de recetas para enfrentar la crisis, bastaría recordar que el desarrollo de lo local, empieza justamente en que “lo local” se impulse a sí mismo. Tanto el gobierno municipal como la sociedad son responsables en fomentar la producción local y el consumo local. Pero en esto creo que se puede afirmar algo que es contrario a la opinión de la mayoría de la gente. En esta cuestión de fomentar la producción y el consumo locales, la actitud por parte de la sociedad tiene mayor relevancia que el accionar del gobierno. Es lógico que si nadie consume lo producido localmente, nada se producirá localmente para ese mercado. Por lo tanto, a no ser que la producción local esté planteada para satisfacer el consumo en otros mercados que no sean los locales, si no hay consumo local, no hay producción, y por supuesto no hay empleo, y así sucesivamente. Seguramente, sobre esto se podría abundar aún más, y seguramente hay quienes estarán en desacuerdo, pero citaremos un ejemplo para tratar de echar un poco de luz sobre esta cuestión. La producción de frutillas en la región patagónica es de relativa importancia, a pesar de lo cual en la última temporada en Buenos Aires, la gran mayoría de las frutillas que se podían conseguir en los supermercados eran originarias de Chile. Este es uno de los ejemplos que nos demuestran que no sólo al gobierno le cabe la responsabilidad de fomentar la producción y el consumo local, sino que la sociedad también debe asumir la responsabilidad de sus actos, sabiendo que el consumir un producto de otro mercado es pagar el empleo del otro mercado. ¿Hay alguna actividad más antieconómica que la de pagar por el empleo de otro mercado cuando ese mismo producto se podría hacer con mano de obra local que hoy se encuentra desocupada? Creo que no.