Química Aminoácidos y Proteínas Los aminoácidos son las unidades monoméricas de las proteínas. La mayor parte de los aminoácidos contienen solo carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno, pero 2 de los 21 aminoácidos más corrientes en las células contienen también azufre y uno contiene selenio. Todos los aminoácidos constan de dos grupos funcionales importantes, un grupo carboxilo (-COOH) y un grupo amino (-NH 2). Estos grupos son funcionalmente importantes porque los enlaces covalentes que se establecen entre el carbono del grupo carboxilo de un aminoácido y el nitrógeno del grupo amino de un segundo aminoácido forman el enlace peptídico (con eliminación de una molécula de agua), que es un tipo de enlace covalente característico de las proteínas. . Los distintos aminoácidos se diferencian en la naturaleza del grupo lateral (abreviado como R en la imagen) que está unido al carbono -α. El carbono -α es el átomo de carbono que está inmediatamente adyacente al grupo carboxilo. Las cadenas laterales del carbono alfa varían considerablemente, desde formas tan simples como un átomo de hidrógeno en el aminoácido glicina, hasta estructuras de anillos aromáticos en aminoácidos como la fenilalanina. Las propiedades químicas de un aminoácido se deben fundamentalmente a la naturaleza de la cadena lateral, y de este modo los aminoácidos que muestran propiedades químicas similares se agrupan en "familias". Por ejemplo, la cadena lateral puede contener a su vez un grupo carboxilo, como en el caso del ácido aspártico o del ácido glutámico, lo que convierte al aminoácido en acídico. Alternativamente, varios aminoácidos contienen cadenas hidrofóbicas laterales, no polares, y se agrupan juntos como aminoácidos no polares. El aminoácido cisteína contiene un grupo sulfhidrilo (-SH), que es importante por conectar a veces una cadena de aminoácidos con otra por enlaces disulfuro (R - S - S - R). El gran número de aminoácidos diferentes que existe permite que las células produzcan un gran número de proteínas diferentes con propiedades bioquímicas distintas. Por ejemplo, las proteínas que están en contacto directo con regiones muy hidrofóbicas de la célula, como aquellas inmersas en la zona rica en lípidos de la membrana citoplasmática, contienen por lo general una proporción global más alta de aminoácidos hidrófobos (o regiones muy ricas en tales aminoácidos) que la que está presente en proteínas que funcionan en el ambiente acuoso del citoplasma. Estructura de las proteínas: estructura primaria y secundaria. Las proteínas llevan a cabo funciones de importancia crítica para las células. Existen dos clases principales de proteínas: las catalíticas (enzimas) y las estructurales. Las enzimas actúan como catalizadores en una amplia variedad de reacciones químicas en las células. Las proteínas estructurales son aquellas que forman parte integral de la estructura de las membranas, paredes celulares y componentes citoplasmáticos. En esencia,. una célula es lo que es debido a las clases de proteína que contiene. Por tanto, un cierto conocimiento de la estructura de las proteínas resulta esencial para la comprensión de las funciones celulares. Las proteínas son polímeros de longitud variable que contienen secuencias definidas de aminoácidos covalentemente unidos por enlaces peptídicos. La unión de dos aminoácidos constituye un dipéptido, la de tres aminoácidos un tripéptido, y así sucesivamente. La unión covalente de muchos aminoácidos por medio de enlaces peptídicos constituye un polipéptido, y las proteínas están formadas por uno o más polipéptidos. El número dé aminoácidos varía de una proteína a otra y se conocen proteínas con tan solo 15 aminoácidos mientras que otras contienen 10.000. Como las proteínas pueden variar en lo que respecta a composición, secuencia y número de aminoácidos, es fácil comprender que sea posible una enorme diversidad de estructuras (y funciones) proteicas. Todas las proteínas son moléculas plegadas y forman disposiciones estructurales complejas. La disposición lineal de los aminoácidos se conoce como la estructura primaria del polipéptido, que suministra una descripción completa de todos los enlaces covalentes presentes en la molécula. En muchos aspectos, se puede considerar que la estructura primaria de un polipéptido es la más importante, ya que una estructura primaria dada permite la existencia de solo algunos tipos de estructura de orden superior. La yuxtaposición de los radicales del carbono -α dictados por la estructura primaria induce al polipéptido a doblarse y plegarse de un modo específico. Este proceso conduce a la formación de la estructura secundaria de la proteína. Los puentes de hidrógeno, resultan importantes en el tipo de estructura secundaria alcanzado por una proteína. Una estructura secundaria típica de muchos polipéptidos es la hélice-α. Imaginemos un polipéptido lineal enrollado alrededor de un cilindro. Bajo tales condiciones los átomos de oxígeno y de nitrógeno de diferentes aminoácidos en la estructura enrollada se encuentran lo suficientemente cerca como para establecer puentes de hidrógeno. Esta ocasión de establecer puentes de hidrógeno (y la estabilidad que se deriva de tal hecho) conduce a que muchos polipéptidos adopten la hélice-α como estructura secundaria. Muchos otros polipéptidos adoptan un tipo diferente de estructura secundaria conocida como hoja-β. En la disposición en hoja-β la cadena de aminoácidos del polipéptido se pliega en zig zag sobre sí misma en vez de formar una hélice. Este tipo de plegamiento expone los átomos de hidrógeno, que pueden establecer numerosos puentes. La estructura secundaria de algunos polipéptidos presenta tanto unas regiones en hélice-α como otras regiones en hoja-β, estando el tipo de plegamiento determinado por las oportunidades de formar puentes de hidrógeno e interacciones hidrofóbicas (propiedades que en último término vienen condicionadas por la estructura primaria, es decir, por la secuencia de aminoácidos del polipéptido). La estructura secundaria de tipo hoja-β generalmente confiere propiedades estructurales más bien rígidas, mientras que la estructura en hélice-α es normalmente más flexible, por lo que el tipo de estructura secundaria de un polipéptido dado determina en alguna medida su papel funcional en la célula. Muchos polipéptidos se pliegan en dos o más segmentos y cada uno presenta una estructura secundaria diferente. Estos segmentos, denominados dominios, son regiones del polipéptido que tienen funciones específicas en la molécula proteica final. Estructura de las proteínas: estructura terciaria y cuaternaria. Cuando un polipéptido ha adoptado una estructura secundaria determinada se pliega sobre sí mismo para formar una molécula aún más estable. Esa disposición conduce a la formación de la estructura terciaria de las proteínas. Como ocurre con la estructura secundaria, la estructura terciaria de una proteína la determina en definitiva la estructura primaria, pero también está influenciada por la estructura secundaria de la molécula. A consecuencia de la formación de la estructura secundaria, la cadena lateral de cada aminoácido del polipéptido queda en una posición específica. Si se pueden formar enlaces adicionales de hidrógeno, uniones covalentes, interacciones hidrofóbicas u otras interacciones atómicas, el polipéptido se plegará hasta alcanzar una forma tridimensional única. Con frecuencia un polipéptido se dobla de tal forma que quedan expuestos grupos sulfhidrilo (-SH) pertenecientes a residuos de cisteína. Estos grupos -SH libres se pueden unir covalentemente formando un puente disulfuro (-S-S-) entre los dos aminoácidos. Si los dos residuos de cisteína pertenecen a diferentes cadenas polipeptídicas de una proteína, el puente disulfuro une físicamente las dos moléculas. Además, un único polipéptido se puede plegar y unirse a sí mismo si dos residuos de cisteína originan un puente disulfuro dentro de la misma molécula. La disposición terciaria del polipéptido origina finalmente en la molécula regiones expuestas y otras surcadas que pueden ser importantes en la unión con otras moléculas (por ejemplo, en la unión entre un sustrato y una enzima). Si una proteína consta de más de un polipéptido, como es el caso de muchas proteínas, la disposición espacial de las subunidades polipeptídicas para formar la molécula proteica final se conoce como estructura cuaternaria de la proteína. Se debe recordar que en las proteínas que presentan estructura cuaternaria, cada subunidad de la estructura final tiene su propia estructura primaria, secundaria y terciaria. Algunas proteínas con estructura cuaternaria contienen muchas subunidades idénticas; otras contienen subunidades distintas y algunas otras pueden contener más de una subunidad idéntica y un segundo tipo de subunidad distinta. Las subunidades de las proteínas multiméricas se mantienen unidas por interacciones no covalentes (puentes de hidrógeno, fuerzas de Van der Waals e interacciones hidrofóbicas) o por enlaces covalentes, que frecuentemente son enlaces disulfuro entre subunidades. La imagen de la derecha muestra la estructura cuaternaria de la hemoglobina, una proteína que contiene cuatro subunidades polipeptídicas. En la hemoglobina hay dos clases de polipéptidos, las cadenas α (que se muestran en azul y rojo) y las cadenas β (que aparecen en naranja y amarillo). Desnaturalización de las proteínas. Cuando las proteínas se exponen a valores extremos de temperatura o pH, o a algunas sustancias que afectan sus propiedades de plegamiento, se dice que sufren desnaturalización. En general, las propiedades biológicas de una proteína se pierden cuando se desnaturaliza. Los enlaces peptídicos no suelen resultar afectados cuando las proteínas se desnaturalizan y la secuencia de aminoácidos en el polipéptido (estructura primaria) permanece por tanto inalterada. Sin embargo, la desnaturalización ocasiona un desplegamiento en la cadena polipeptídica al destruirse la estructura de orden superior de la molécula, en particular los enlaces de hidrógeno. El polipéptido desnaturalizado retiene su estructura primaria porque aquella está mantenida por enlaces covalentes. Dependiendo de las condiciones de desnaturalización, el polipéptido puede volver a plegarse una vez suprimido el agente desnaturalizante. Sin embargo, el hecho de que la desnaturalización conlleve generalmente la pérdida de la actividad biológica de la proteína, demuestra claramente que la actividad biológica no puede asociarse a la estructura primaria de las proteínas, sino que es el resultado del plegamiento preciso de la molécula, eventualmente condicionado por la estructura primaria. El plegamiento de un polipéptido origina, por tanto, dos cosas: (1) el polipéptido logra una forma única que es compatible con una función biológica específica, y (2) el proceso de plegamiento confiere a la molécula su forma química más estable. http://www.loseskakeados.com