Historia de la Filosofía Moderna El ideal kantiano de la religión racional pura Fernando Octavio Escobedo Reyes 08 de agosto de 2014 Índice Introducción ___________________________________________________________ 1 Desarrollo _____________________________________________________________ 3 1. 2. El uso especulativo y el uso práctico de la razón ___________________ 3 1.1. El sujeto: la condición de posibilidad _____________________________ 3 1.2. La primacía de la razón práctica _________________________________ 3 1.3. El bien supremo y sus postulados necesarios _____________________ 4 La religión y la fe racional pura ____________________________________ 6 2.1. ¿Qué es la religión? ___________________________________________ 6 2.2. La fe racional pura _____________________________________________ 7 Conclusiones __________________________________________________________ 9 Obra consultada_______________________________________________________ 11 Introducción Uno de los pensadores más sobresalientes en la historia de la filosofía, específicamente de la época denominada modernidad1, es Immanuel Kant. Este prolífico pensador alemán es el autor de un sistema que se extiende alrededor de numerosas áreas del conocimiento, entre ellas, la epistemológica y la ética. En las anteriores, el sujeto es la condición de posibilidad tanto para conocer el mundo bien sensiblemente bien por el entendimiento-, así como de la moral definida por la voluntad, entendida ésta como condición a priori del hecho moral y núcleo del sistema de la razón. El pensamiento kantiano de la etapa crítica se caracteriza, entre otras cosas, por abordar tres líneas temáticas de vital importancia: la libertad de la voluntad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios que, si bien en la Crítica de la razón pura son incognoscibles, en la segunda crítica lo continúan siendo, no obstante, al ser objetivas y racionales, son abordadas por el filósofo de Königsberg2 desde la perspectiva de la moral, de ahí que el sujeto no sólo sea condición de posibilidad, sino también un individuo con obligaciones morales. El bien supremo, conformado por los tres postulados ya mencionados, es la vía natural para arribar a la temática central de este texto académico: la transición de la ley moral a la religión, y por tanto, a un acto racional complejo, es decir, la fe racional pura. Por tanto, el cometido de este trabajo es, por un lado, presentar el ideal kantiano de la religión racional pura, y por otro, establecer algunas bases para una ulterior investigación: la prescripción religiosa de la destinación moral última de 1 La filosofía moderna comprende el periodo que va desde el s. XVI hasta el s. XIX. Entre otros aspectos, se caracteriza porque, en las actitudes filosóficas, se presenta una progresiva autonomía de la razón; ésta deja de ser sustancia para convertirse en una función o capacidad, además, un nuevo estatuto epistemológico amplía los horizontes de comprensión e interpretación del mundo, ya que el hombre no se pregunta más por el qué es o lo real, sino por el cómo conocemos. 2 Durante el desarrollo del presente se alude a Immanuel Kant y a su pensamiento con las siguientes acepciones: Kant, precursor del movimiento idealista, filósofo alemán, filósofo prusiano, filósofo de Königsberg; filosofía kantiana, concepción kantiana, pensamiento kantiano, sistema kantiano. 1 nuestra naturaleza como un postulado necesario y sumamente útil para el cumplimiento de los deberes morales. El primer capítulo, titulado el uso especulativo y el uso práctico de la razón, estudia al sujeto como la condición de posibilidad, así como la primacía de la razón práctica por sobre la razón pura y el bien supremo y sus postulados necesarios. En el segundo, denominado la religión y la fe racional pura, se examina lo que es la religión, misma que sirve de apertura a la concepción kantiana de la fe racional pura. El tipo de investigación realizada en esta monografía se identifica en dos directrices capitales: de acuerdo con los medios, es documental, ya que las fuentes bibliográficas son primarias, esto es, escritas por Kant, y secundarias, es decir, comentadores del sistema kantiano; por el nivel de conocimientos es exploratoria en tanto que se examina un tema -la religión racional pura-, y descriptiva, ya que se comparan los postulados ya citados tanto en la primera como en la segunda crítica kantiana. 2 Desarrollo 1. El uso especulativo y el uso práctico de la razón 1.1. El sujeto: la condición de posibilidad En la postura epistemológica del pensamiento kantiano de la Crítica de la razón pura3, el sujeto es la condición de posibilidad de conocer el mundo ya sensiblemente ya por el entendimiento. El nóumeno o lo que es en sí es incognoscible, por ello, los seres humanos tienen por objeto de conocimiento los fenómenos, es decir, las representaciones mentales que, por medio de la unidad sintética de apercepción, que media entre las intuiciones puras de la sensibilidad y las intuiciones puras del entendimiento, implica lo trascendental, esto es, “todo conocimiento que en general se ocupe, no de los objetos, sino de la manera que tenemos de conocerlos, en tanto que sea posible a priori”4. En la Crítica de la razón práctica, el precursor del idealismo alemán dirige su estudio del sujeto como condición de posibilidad -no para conocer el mundo ni por los sentidos ni por el entendimiento- moral definido por la libertad; “así, ésta última es la condición a priori del hecho moral y la piedra angular de toda la construcción del sistema de la razón pura, y comprende no solo a la razón práctica sino también a la razón especulativa”5. 1.2. La primacía de la razón práctica En la introducción a la Crítica de la razón pura, el filósofo de Königsberg menciona los tres temas metafísicos inevitables e incognoscibles sobre la base de los juicios teóricos de la razón pura, a saber, Dios, libertad e inmortalidad6. No obstante, la primacía de la razón práctica sobre la especulativa radica en que, si 3 Las citas bibliográficas que provengan de la Crítica de la razón pura, se realizarán con la siguiente abreviatura: CRP; y las correspondientes a la Crítica de la razón práctica, así: CRPp. 4 Kant, I., CRP. Losada, S.A., Buenos Aires, 5ª edición, [José del Perojo, Trad.], 1967, p. 164. 5 Consúltese en el estudio preliminar elaborado por Dulce Granja en CRPp. FCE-UAM-UNAM, Edición bilingüe, México [Dulce Granja, trad.], 2005. 6 Kant, I., CRP. Losada, S.A., Buenos Aires, 5ª edición [José del Perojo, Trad.], 1967, p. 152. 3 bien para la segunda dichos postulados no son reales sino sólo posibles, para la primera son necesarios ya que, aunque no sean cognoscibles, sí son objetivos y racionales. Immanuel Kant lo plantea de la siguiente manera: La razón, como facultad de los principios, determina el interés de todas las facultades del ánimo y del suyo mismo. El interés de su uso especulativo consiste en el conocimiento del objeto hasta los principios a priori más elevados, el de su uso práctico, en la determinación de la voluntad en relación con el fin último y completo7. El ser humano tiene obligaciones morales, esto es, sus acciones no sólo se realizan conforme al deber, sino por el deber. Así pues, la moralidad y la felicidad, en una relación de subordinación de la segunda a la primera, configuran las condiciones del bien supremo, “el objeto completo de la razón pura práctica”8. De ahí que, si la moral no es una mera y vana ilusión, la razón pura puede y debe ser práctica. 1.3. El bien supremo y sus postulados necesarios El fin último o bien supremo, es posible sólo por una presencia sobrenatural: Dios, el soberano moral del mundo que, aunque no se lo pueda ni comprender ni conseguir ni experimentar, se le puede esperar mediante la propia razón, ya que este misterio puede ser “concebible a todo hombre mediante su razón como idea religiosa prácticamente necesaria”9. José Gómez Caffarena lo explica de la siguiente manera: Es el derecho a admitir como subjetivamente suficiente la validez de una afirmación de existencia (de Dios), si emana de una necesidad de la misma 7 Kant, I., CRPp - B216. FCE-UAM-UNAM, Edición bilingüe, México [Dulce Granja, trad.], 2005. Ibid., CRPp - B214. 9 Kant, I., La religión dentro de los límites de la mera razón. Alianza Editorial, Madrid, 2ª reimp. [Felipe Martínez, trad.], 2009, p. 178. 8 4 razón. La existencia de Dios es, entonces, objeto de un postulado de la razón práctica10. El concepto del bien supremo es fundamental en el sistema moral kantiano. Al ser lo más elevado y perfecto, es un a priori (moralmente) necesario producirlo por la libertad de la voluntad11. La antinomia de la razón práctica establece que, de acuerdo con las reglas prácticas, si el bien supremo es imposible, consecuentemente lo es también la moral. La solución crítica de este pseudoconflicto consiste en afirmar que el bien supremo es el fin superior necesario de una voluntad moralmente determinada; porque él es verdaderamente posible, y las máximas de esta voluntad, las cuales se refieren a él en cuanto a su materia, tienen realidad objetiva 12. El bien supremo solo es prácticamente posible bajo la suposición de un postulado de la razón pura práctica: la inmortalidad del alma. La santidad de las costumbres -arquetipo de comportamiento y exigencia práctica necesaria- se encuentra en un progreso que va hacia el infinito, y éste, objeto real de nuestra voluntad, sólo es posible infiriendo una existencia y una personalidad del mismo ser racional que continúe hasta el infinito, esto es, la inmortalidad del alma13. Si bien la libertad de la voluntad y la inmortalidad del alma son postulados primarios del bien supremo, no son los únicos, ya que también “es moralmente necesario promover la existencia de Dios”14, el ser infinitamente perfecto, el bien supremo originario, la inteligencia fundante -conectada con la conciencia moral del ser humano- que produce y fomenta el bien supremo en el mundo15. 10 Gómez, José, El enigma y el misterio. Una filosofía de la religión. Trotta, Madrid, 2007, p. 321. Cfr. Kant, I., CRPp - B203. FCE-UAM-UNAM, Edición bilingüe, México [Dulce Granja, trad.], 2005. 12 Cfr. Ibid., CRPp - B207. 13 La inmortalidad del alma se vincula estrechamente con la ley moral. 14 Ibid., CRPp - B226. 15 Al que se le atribuyen propiedades morales, a saber, santo, bienaventurado, sabio; el legislador santo, el gobernante bondadoso, el juez justo. 11 5 Habiendo establecido los postulados necesarios para el bien supremo, el filósofo prusiano menciona que la ley moral implanta como mandato hacer de éste el objeto último de la conducta. En un pasaje de la Crítica de la razón práctica, se puede leer lo siguiente: Auf solche Weise führt das moralische Gesetz durch den Begriff des höchsten Guts, als das Objekt und den Endzweck der reinen praktischen Vernunft, zur Religion, d.i. zur Erkenntnis aller Pflichten als göttelicher Gebote, nicht als Sanktionen, d.i. willkürliche für sich selbst zufällige Verordnungen, eines fremdem Willens, sondern als wesentlicher Gesetze eines jeden freien Willens für sich selbst16. 2. La religión y la fe racional pura 2.1. ¿Qué es la religión? Uno de los sucesos más complejos de la existencia humana; en ésta intervienen las personas ligadas a Dios. En todos los credos aparece una alusión clara a la “dependencia del hombre de unos seres metaempíricos que determinan la actitud humana como base de la estructura de la religión”17. Distintas son las figuras o representaciones de lo sagrado en las diversas religiones, entre ellas, politeísmo, dualismo, monismo panteísta y el monoteísmo. La religión, hecho específicamente humano, es concebida como la vivencia de algo trascendente que propicia tanto la experiencia religiosa “de sentido en cuyo centro está lo sagrado, lo numinoso y santo como punto último de referencia que La traducción es la siguiente: “de este modo la ley moral, mediante el concepto del bien supremo como objeto y fin de la razón pura práctica, conduce a la religión, es decir, al conocimiento de todos los deberes como mandamientos divinos, no como sanciones, es decir, órdenes arbitrarias y en sí mismas contingentes de una voluntad extraña, sino como leyes esenciales de toda voluntad libre por sí misma”. Ibid., CRPp - B233 / B129. 17 Lucas, Juan de Sahagún, Fenomenología y filosofía de la religión. BAC, Madrid, 1999, p. 91. 16 6 garantiza la realización plena del hombre”18, así como de un sentido que abre horizontes y sugiere realidades que posibilitan la perfección y plenitud ulteriores en una vida otra. Lo precedente permite delimitar la actitud religiosa como un encuentro personal con el misterio, esto es, la dimensión donde se manifiesta el encuentro del hombre con la divinidad. 2.2. La fe racional pura La dimensión religiosa es abordada por Kant, principalmente, a través de un estudio filosófico llevado a cabo en las denominadas etapas crítica y pos crítica de su vida intelectual19. El interés tanto especulativo como práctico de la razón se fundamenta en tres cuestionamientos, a saber, ¿qué puedo saber?, ¿qué debo hacer? y ¿qué me está permitido esperar? La dimensión religiosa intentará responder a la última de éstas ya que la razón también es Dios, es decir, la razón suprema. La existencia de Dios en relación con la inteligibilidad del bien supremo entendido como una necesidad subjetiva en sentido práctico, esto es, lo encomendado por la ley moral-, “puede llamarse fe y, concretamente, fe racional pura”20; ésta tiene sus raíces en lo más hondo de la razón humana, ya que su lugar de origen radica en la razón pura. La fe racional es un acto racional complejo que busca, por un lado, orientar el pensar para admitir la validez de una afirmación acerca de la existencia de Dios, y por el otro, vivir la moral desde Dios. El filósofo alemán la define así: La fe racional pura, o la fe moral pura, o la fe religiosa pura, es, pues, ante todo una fe en la virtud; la virtud, en lo inteligible, reside en la intención moral 18 Ibid, p. 118. De acuerdo con José Gómez Caffarena puede considerarse como fundador de la filosofía de la religión. Consúltese en Gómez, José, El enigma y el misterio. Una filosofía de la religión. Trotta, Madrid, 2007.pp. 318-325. 20 Kant, I., CRPp - B227. FCE-UAM-UNAM, Edición bilingüe, México [Dulce Granja, trad.], 2005. 19 7 de la cual no podemos darnos cuenta con certeza; pero para nosotros, en cuanto que somos seres sensibles, sometidos a la condición del tiempo, es la prontitud en acciones conforme al deber21. La moral, así como su respeto y cumplimiento, tienen una valía capital para la filosofía kantiana. Además, ésta conduce forzosamente a la religión ya que los deberes son mandamientos de Dios que sólo pueden ser conocidos en ella. Es por ello que en la religión dentro de los límites de la mera razón, plantea a la comunidad ética, esto es, la verdadera y necesaria iglesia universal fundada por la fe religiosa pura, como un pueblo de Dios que vive sujeto a tales mandatos divinos, y que tiene como fin “el mejoramiento del hombre”22. 21 Kant, I., La religión dentro de los límites de la mera razón. Alianza Editorial, Madrid, 2ª reimp. [Felipe Martínez, trad.], 2009, p. 5. 22 Ibid., p. 139. 8 Conclusiones Para el precursor del idealismo alemán es manifiesta la relación entre la razón, la moral y la religión. En efecto, al ser el sujeto la condición de posibilidad tanto para conocer el mundo así como para la moral definida por la libertad, posee una característica distintiva del pensamiento kantiano: la razón. Así pues, someter a la razón misma a un juicio trae consigo consecuencias enunciadas en las interrogantes ¿qué puedo saber?, ¿qué debo hacer? y ¿qué me está permitido esperar? Someramente, en el presente documento son plasmadas sólo algunas de las argumentaciones empleadas por el filósofo prusiano para estructurar, formular, sostener y validar su postura; sin embargo, es preclaro el énfasis en la tercera de ellas. Por consiguiente, la contestación a ella necesariamente implica un hecho específicamente humano: la religión y la subsecuente actitud religiosa, delimitadas ambas por los postulados del bien supremo, a saber, la libertad de la voluntad, la inmortalidad del alma y, principalmente, la existencia de Dios como una de las necesidades subjetivas en sentido práctico. Si Kant expone que la ley moral determina como objeto último de la conducta al bien supremo, entonces, ¿qué se deriva de ello? La religión, que propicia la experiencia religiosa, la apertura de horizontes y la creencia de una vida otra. Por ello, la dimensión religiosa kantiana, en tanto que propone la existencia de Dios en relación con la inteligibilidad del bien supremo, puede llamarse fe racional pura. La fe racional pura es un acto complejo que orienta el pensar para admitir la validez del postulado que versa sobre la existencia de Dios y que, además, posibilita vivir la moral desde Dios en el interior de una comunidad ética denominada iglesia universal, esto es, un pueblo de Dios que persigue el mejoramiento del hombre. Inevitablemente, es conveniente formularse un cuestionamiento: la religión racional pura y la existencia de Dios, respectivamente, ¿son sólo invenciones útiles 9 y convenientes para, por una parte, subordinar todas las doctrinas a la supremacía de la razón, y por otra, reducirlas ambas a la moral pura? 10 Obra consultada Arenas, Jacobo, Apuntes de filosofía de la naturaleza. CEFTA, Guanajuato, 2014. Cassirer, Ernst, Cap. VII en Kant, vida y doctrina. FCE, México, 2ª edición [Wenceslao Roces, trad.], 1968. Cortés Morató, Jordi y Antoni Martínez Riu, Diccionario de Filosofía en CD-ROM. Herder, Barcelona, 3ª edición, 1996. Gómez, José, Cap. VI: Filosofía desde el sujeto humano y su búsqueda del sentido de la vida, Kant, El enigma y el misterio. Una filosofía de la religión. Trotta, Madrid, 2007. Kant, Immanuel, Cap. III en La religión dentro de los límites de la mera razón. Alianza Editorial, Madrid, 2ª reimp. [Felipe Martínez, trad.], 2009. Kant, Immanuel, Teoría elemental trascendental e Idea de una lógica trascendental en Crítica de la razón pura I. Losada, S.A., Buenos Aires, 5ª edición, [José del Perojo, Trad.], 1967. Kant, Immanuel, Libro segundo, cap. I en Crítica de la razón práctica. FCE-UAMUNAM, Edición bilingüe, México [Dulce Granja, trad.], 2005. Lucas, Juan de Sahagún, Caps. IV-V en Fenomenología y filosofía de la religión. BAC, Madrid, 1999. Schultz, Uwe, Immanuel Kant. Labor, S.A., España [Francisco Payarols, trad.], 1971. 11