VIII Encuentro Técnico de la Fundación para la Cultura del Vino sobre VITICULTURA DE PRECISIÓN Los mayores especialistas expusieron ante más de cien profesionales las claves de la viticultura de precisión y su valor añadido ante el mercado La Fundación para la Cultura del Vino (FCV), organizó su 8º Encuentro Técnico, que en esta ocasión se centró en la viticultura de precisión, el pasado 25 de abril, en Madrid. El acto, que contó con la presencia de más de un centenar de profesionales del sector, fue inaugurado por el Subsecretario del Ministerio de Agricultura, Jaime Haddad; y el presidente de la FCV, Eduardo Muga. Al respecto, Jaime Haddad, subrayó en su intervención inaugural que las nuevas tecnologías vinculadas a la viticultura abren “posibilidades enormes” para aplicar una agricultura más racional gracias a sistemas GPS, teledetección y monitorización, entre otras. El Subsecretario pidió a las organizaciones agrarias, sectoriales y consejos reguladores que impulsen la generalización de las innovaciones y a los científicos que “señalen el camino que deben seguirse”. Precisamente, eso es lo que se consiguió en el VIII Encuentro FCV: ver el camino ya recorrido y señalar la senda por la que la viticultura de precisión puede guiar al vino español a nuevos mercados y alcanzar la excelencia. El investigador Jesús Yuste, situó el tema de la jornada y definió la viticultura de precisión como la “aplicación integral del conjunto de técnicas y elementos tecnológicos disponibles en el cultivo de la vid encaminada a su gestión diferenciada según la variabilidad en el espacio, para la optimización del proceso productivo a través del manejo de la mínima unidad de cultivo posible”. En sus conclusiones, este experto indicó que la viticultura de precisión debe permitir identificar cómo las desviaciones en el modelo establecido de manejo del cultivo modifican las características de la uva y del vino, así como conocer de qué manera modificar cada variable en función del tipo de vino predeterminado. En la misma línea del discurso inaugural de D. Jaime Haddad, que animó al sector a utilizar las nuevas tecnologías para adaptarse en calidad, precios y presentaciones de los vinos a los distintos mercados, el edafólogo norteamericano Alfred Cass, expuso cómo el carácter, la calidad y los rasgos que diferencian a un vino de otro se ven realzados si las uvas utilizadas han madurado de manera uniforme y completa, para lo que es clave la viticultura de precisión, en el sentido en que evita la variabilidad. No obstante, en sus conclusiones remarcó la importancia de los suelos, su conocimiento y su gestión. “Si deseamos abordar de manera más edáfica la viticultura de precisión, nos habremos de basar en el aprovechamiento de los constituyentes del suelo que inciden directamente sobre el comportamiento de las cepas”, apuntó. Para ello, el sector cuenta con bases de datos de suelos, sistemas de teledetección, sensores remotos en suelo y sistemas para combinar esos datos estadísticos, mapas... Del suelo, al material vegetal. La intervención de Xavier Rius dejó patente la necesidad de elaborar un mapa de suelo previo a la plantación del viñedo, en el caso que sea posible, para seleccionar el patrón según el vigor potencial del suelo, variedades y estilo de vino, puesto que “la planificación inicial de la plantación es básica para la rentabilidad del proyecto”. Por su parte, Alfonso Calera y Beatriz López abordaron, en sendas ponencias, el seguimiento de la viña mediante sistemas de teledetección. Al respecto, Calera expuso los últimos avances tecnológicos (cámaras espectrales y térmicas, y adelantos en la aviónica y la fotometría). “Esta forma de acercarse a la cubierta vegetal con este grado de detalle empieza a ser conocida como teledetección próxima”, explicó el experto. A su vez, Beatriz López expuso que gracias al avance de las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC) y su aplicación, en este caso a la viticultura de precisión, es posible “tener una información totalmente personalizada de nuestra parcela, prácticamente en tiempo real, y gracias a las nuevas aplicaciones en smartphones o tablets, hacer que esa información sea muy sencilla y práctica en su manejo”. Una de las claves de la viticultura de precisión, como quedó patente en toda la jornada, es su capacidad para racionalizar, desde la inversión, hasta lo que se obtiene de la planta. En este sentido, Luis Gonzaga y Victorino Martínez ahondaron en cómo la viticultura de precisión permite una gestión más eficaz de insumos como los fitosanitarios, herbicidas, abonado o riego. No hay que perder la referencia de que el objetivo final de toda viticultura de precisión es la obtención de vino/mosto de la mayor calidad posible y en función de un ideal buscado. Al respecto, Pascal Chatonnet introdujo la importancia de la cartografía de antocianos (uno de los componentes polifenólicos más influentes o que tienen una de las mejores correlaciones entre el análisis y la evaluación sensorial) en el viñedo. Asimismo, planteó la relación entre suelos y vigor del viñedo, con la acumulación de antocianos y qué herramientas de la viticultura de precisión permiten su conocimiento y su gestión adecuada. Fernando Martínez de Toda moderó la mesa redonda “Lo que al viñedo se pide desde la bodega”, en la que participaron Enrique Macías, Barbará Sebastián y Roberto Frías, representantes respectivamente de las bodegas Vega Sicilia, El Coto y La Rioja Alta. El profesor Martínez de Toda expuso la necesidad de tener una previsión temporal amplia, para poder tener un rango de decisiones más extenso. Durante el debate, Enrique Macías planteó los objetivos de la viticultura de precisión en el ámbito de la edafología, la climatología, la planta y el medio ambiente. Por su parte, Bárbara Sebastián, con su intervención puso en relieve la contradicción entre lo que pide el enólogo a la viticultura de precisión (uva de la mayor calidad posible) y lo que le pide el gerente (uva lo más barata posible). Por tanto defendió la necesidad de anticipar al máximo la inversión en viticultura de precisión, para zonificar la plantación en inicio y así rentabilizar más la inversión que conlleva. A su vez, Roberto Frías ilustró sobre las posibilidades que ofrece la viticultura de precisión y las herramientas existentes a la hora de tomar una de las decisiones más importantes en el viñedo: determinar el momento óptimo de la vendimia. El VIII Encuentro Técnico de la Fundación para la Cultura del Vino contó con la colaboración de New Holland, Sigfito, Agromillora y La Semana Vitivinícola; así como de los patronos de la misma: MAGRAMA, La Rioja Alta, Muga, Bodegas Terras Gauda, Marqués de Riscal y Vega Sicilia. Su principal conclusión fue que la racionalización que permite la viticultura de precisión ha de ser aprovechada por las bodegas para dotar a sus vinos (de todas las gamas) de un mayor valor añadido y trasladárselo así a los mercados.