A su salud Negligencia médica, cómo identificarla 56 Consumidor “¡Fue negligencia!” es una frase condenatoria que, aunque desconocida por muchos en su verdadero significado, suelen utilizar aquellos pacientes que motivados por el dolor físico o emocional, creen ser víctimas de una mala práctica médica. Pero, cuando la sospecha se vuelve realidad, ¿qué hacer? Por Eréndira Espinosa A urora López consultó a una oftalmóloga porque tenía una molestia en los ojos: "Me recetó una gotas para curar una supuesta infección y me ordenó que cambiara la graduación de mis lentes (con todo y armazón) en una óptica de su propiedad. En total, gasté $2,600". Al pasar los días, pequeños derrames en los ojos la obligaron a pedir una segunda opinión: "Otro oftalmólogo, más confiable, me advirtió que de seguir con el tratamiento de la doctora los daños serían irreversibles. También cambió la graduación de mis lentes y ahora veo mucho mejor". Aurora cree que a la especialista sólo le interesaba su dinero y no su salud, por tanto, acudirá a la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed). Fotos Archivo ¿Malos doctores o pacientes impulsivos? De acuerdo con el doctor Gabriel R. Manuell Lee, subcomisionado de la Conamed, el término negligencia se utiliza de manera indiscriminada tanto por la gente como por los medios de comunicación, lo que suscita muchos problemas innecesarios. La negligencia es sólo una de las tres divisiones de la mala práctica médica, donde también se encuentran la impericia y el dolo. La negligencia ocurre cuando el médico no cumple con la obligación de emplear en forma adecuada los medios necesarios para atender a un paciente, es decir, cuando tiene los conocimientos y recursos necesarios para hacerlo y no los utiliza por descuido u omisión. Por otro lado, cuando al atender a un paciente el médico no posee los conocimientos técnicos y científicos que su preparación académica exige, se comete impericia, y se incurre en dolo cuando, por ejemplo, con el fin de obtener algún beneficio, el médico no informa claramente al paciente sobre los procedimientos diagnósticos o terapéuticos que pueden emplearse en su tratamiento, lo que significa que quiere inducir a error al paciente o mantenerlo en él. La negligencia, la impericia y el dolo se contemplan en el Código Civil y se explican en el Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Prestación de Servicios de Atención Médica, además de otras normas que regulan el quehacer de la práctica médica, como la Norma Oficial Mexicana del Expediente Clínico. Consumidor 57 Ahora bien, ¿sólo los médicos puede cometer cualquiera de estas malas prácticas? No, también puede verse involucrado cualquier integrante del equipo de salud, como las enfermeras o los analistas clínicos o de gabinete, pero esto depende de las atribuciones y responsabilidades que tengan en el acto médico. Sin embargo, por lo regular es el médico en quien recaen tales quejas, pues a él corresponde tomar la mayoría de las decisiones. Asimismo, las instituciones de salud (públicas o particulares) pueden incurrir en una mala práctica al no contar con los instrumentos o instalaciones óptimas para atender a los pacientes. Por otra parte, es común que el paciente se deje llevar por su percepción (porque siente que le dejaron una cicatriz muy grande o que su salud empeoró después del tratamiento o de la cirugía) y asegure que el doctor actuó mal sólo porque no obtuvo los resultados esperados. La gran mayoría de las veces, son sólo suposiciones que el paciente hace sobre una posible mala práctica médica. Una negligencia médica sólo puede comprobarse luego de que un grupo de expertos realiza el análisis de las obligaciones que debe cumplir el médico ante una situación dada, de acuerdo con la ciencia, la ética y la norma. Entonces, queda claro que para diagnosticar una negligencia se deben tener conocimientos médicos para saber si el doctor actuó bien o mal, lo que significa que "el paciente no está calificado para hacerlo y por tanto es necesario un tercero calificador", aclara el doctor Manuell Lee. Equilibrio de fuerzas En octubre de 2002, la Secretaría de Salud presentó la Carta de los Derechos Generales de los Médicos, documento que busca vincular la práctica de esta disciplina con los derechos de los pacientes. De acuerdo con esa carta, los médicos tienen derecho a: 1 Ejercer la profesión libremente. 2 Laborar en instalaciones que garanticen su práctica. 3 Contar con los recursos necesarios para realizar su trabajo. 4 Abstenerse de garantizar resultados. 5 Recibir un trato respetuoso. 6 Tener acceso a educación médica continua. 7 Tener acceso a la investigación y la docencia. 8 Ser miembros de asociaciones profesionales. 9 Salvaguardar su prestigio profesional. 10 Recibir una remuneración por los servicios prestados. 58 Consumidor Mala atención y malos entendidos En México, el número ideal de consultas diarias por consultorio es de 15, pero durante el 2002 en las instituciones públicas de salud del IMSS y del ISSSTE se recibieron entre 45 y 25 consultas diarias, respectivamente. Esto dificulta en gran medida el entendimiento entre el médico y el paciente, pues el tiempo de atención es muy corto, lo que sumado a los trámites burocráticos y al trato poco cordial, motiva la percepción de los pacientes de que reciben un mal servicio. Durante 2004 la Conamed atendió 20 mil 393 asuntos relacionados con mala práctica médica, de los cuales sólo mil 508 se convirtieron en quejas, y de éstas, sólo en 431 se elaboró un dictamen médico-pericial; es decir, la mayoría de los casos (18 mil 885) fueron "producto de una mala comunicación y mal manejo de los procesos de atención, ya que si bien los pacientes acudieron con una inconformidad o duda, a través del proceso de atención se resolvieron en forma expedita gracias a la asesoría médica y legal correspondiente", aclara el doctor Manuell. En palabras del subcomisionado, un elevado porcentaje de los presuntos casos de negligencia médica atendidos por la Conamed no lo son, "al contrario, el médico y todo el equipo de salud hicieron lo que tenían que hacer, pero el paciente no quedó satisfecho, situación que lo orilló a quejarse por una posible mala práctica". Sin embargo, también ocurre lo inverso, pues hay médicos que no se apegan a la ciencia médica o a las normas de salud en su totalidad, pero el paciente es capaz de perdonarle pequeños errores, pues ve al médico como su amigo. La cordialidad, la forma, el buen trato, el entorno de la atención, es lo que más genera confianza y satisfacción en la gente, pero "esto no es ético, pues un trato amable no puede ni debe sustituir a una práctica médica apegada a la ciencia en beneficio del paciente", expresa el doctor Manuell Lee. Existen también, claro está, los casos en que la sospecha de una mala práctica médica es real y, por supuesto, son atendidos para que los médicos respondan y asuman las consecuencias. Fotos Archivo El árbitro y algunas sanciones La Conamed es una instancia autónoma de la Secretaría de Salud que, por la vía civil, interviene desde 1996 en la resolución de controversias entre médicos y pacientes con el objetivo de evitar el pleito judicial y promover el diálogo. Sus servicios son gratuitos, confidenciales e imparciales. La Conamed propone a las partes la posibilidad de fungir como árbitro para así quedar a cargo de la resolución de la controversia y finalmente emitir un convenio de conciliación o un laudo, que es como la sentencia dictada por un juez y cuyo cumplimiento es obligatorio. Si las partes no accedan a someterse al arbitraje de la Comisión, sus derechos se dejan a salvo para que los hagan valer ante las instancias jurídicas correspondientes. En dado caso, cualquiera de las partes puede solicitar un pronunciamiento institucional con propuestas de arreglo que ilustre la situación real del problema. De las inconformidades que llegan a la Conamed, 80% provienen de instituciones públicas y el 20% restante de las privadas; en estas últimas, el tipo de reclamo común es que los pacientes creen que pagaron mucho y a cambio recibieron poco. Cabe aclarar que esta disparidad en los porcentajes se debe a que la mayoría de la población recibe atención en los centros de salud públicos. Por otra parte, las especialidades que presentan mayor número de inconformidades son aquellas relacionadas con la toma de decisiones médicas bajo presión, como traumatología, ortopedia, obstetricia, cirugía y urgencias medicoquirúrgicas, entre otras. El responsable del daño debe resarcirlo. El ofendido puede exigir que se le reestablezca un buen estado de salud, cuando es factible, o el pago de los daños. El subcomisionado señala que en una audiencia de conciliación "un médico no puede utilizar sus conocimientos para sobrepasar al paciente en una discusión, pero tampoco el paciente puede sobrepasarse con el médico y pedirle cantidades millonarias". Por ello, cuando se emite una resolución en la que el conflicto se resuelve con una indemnización o el reembolso, la Conamed promueve la aplicación de los tabuladores que señalan el Código Civil y la Ley Federal del Trabajo, o bien, lo que las partes acuerden con base en los gastos comprobables. Durante el 2004, la Conamed ordenó el pago de poco más de 12 millones de pesos por indemnizaciones. Cuestión de dos Si usted o algún familiar piensan que sufren o sufrieron una mala práctica médica, lo mejor es que lo platique directamente con su médico. En caso de que esto no sea posible, comuníquese a la Conamed para recibir orientación al 01-800-711-0658. Para el subcomisionado de la Conamed "la meta de todo ciudadano debe ser mantenerse sano". Así que es importante acudir al médico con regularidad y brindarle toda la información que necesita para que pueda dar un diagnóstico acertado. Por su parte, el paciente nunca debe quedarse con dudas, hay que pedirle al doctor que explique el qué, el cómo, el porqué y para qué de cualquier tratamiento, para así conocer los riesgos, beneficios o posibles complicaciones. Recuerde que la responsabilidad de la salud recae tanto en el médico como en el paciente. Fuentes Entrevista con el doctor Gabriel Manuell Lee, subcomisonado de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed) • Salud: México 2002, Información para la rendición de cuentas, Secretaría de Salud • www.conamed.gob.mx • www.ssa.gob.mx La resolución del conflicto paso a paso 1. El paciente recibe asesoría por parte de la Comisión, para que sepa cuáles son sus derechos y obligaciones y aclare todas sus dudas respecto al acto médico reclamado, esto con el objetivo de que la persona se corresponsabilice al decidir ingresar o no su queja. 2. El paciente expone cuál es el problema que le ocasionó el médico y la forma en que le gustaría resolverlo. 3. La queja es recibida por un abogado y un médico, lo cual es una manera de asegurar que los hechos se revisen de manera integral. 4. Si en este primer análisis se determina la admisión de la queja, la Conamed notifica al prestador del servicio la inconformidad y le solicita un informe sobre el caso. 5. Si el prestador del servicio no acepta el proceso y por ello no continúa la queja, la Conamed debe explicar al paciente las razones por las que no se aceptó, lo cual queda asentado por escrito y se le asesora para que ejerza sus derechos por otra vía. 6. Si el prestador acepta el proceso de atención y la queja se admite, se evalúa la documentación entregada por el médico (su título, el expediente, etc.) junto con el informe del médico para determinar la existencia o no de irregularidades en el servicio médico proporcionado. 7. Se convoca al médico y al paciente a una audiencia de conciliación, en la que se pueden dar dos posibles soluciones: ambas partes deciden terminar con el conflicto y firman un acuerdo donde ambos aceptan cumplir los compromisos pactados, es decir, la forma en que se reparará el daño; o la persona acepta la explicación que aclara por qué el médico no tuvo la culpa. 8. De no solucionarse el problema, continuará el proceso y pasará a la etapa resolutiva, donde la Conamed decidirá quién tiene la razón con la ayuda de médicos asesores externos reconocidos como expertos y certificados por los consejos de la especialidad médica correspondiente, quienes brindarán su opinión sobre la manera en la que el médico cumplió con sus obligaciones y cómo debe resolver la Comisión. Todo este proceso es más corto que un juicio civil. Consumidor 59