El determinismo biológico

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El determinismo biológico
La herencia familiar
Desde su adolescencia, Ana Ozores (la Regenta) es portadora de la mala
reputación de sus padres y la represión de su aya. La vida futura de la joven
será un intento frustrado para evitar ser como su familia.
El primer error
La joven, alentada por su confesor, renuncia a casarse con un rico burgués
para contraer matrimonio con don Víctor Quintanar, un hombre muy anciano
y trasnochado con el que espera encontrar la tranquilidad y el respeto que no
ha encontrado en el seno familiar.
La frustración
Pero pasan los años y el marido de Ana no hace otra cosa que dedicarse a
la caza, asistir al casino y a leer teatro del Barroco. Sin prestar atención a la
joven, que se siente frustrada como mujer e insatisfecha en su instinto
maternal
El refugio en la religión
El fracaso de su matrimonio y el tedio que le causa vivir en vetusta hace
que Ana se refugie en el sentimiento religioso con el propósito de dar sentido
a su vida.
Ana quiere vivir la santidad y para ello pone su confianza en su guía
espiritual, el clérigo don Fermín de Pas, cuya experiencia religiosa le da fuerzas
a Ana para r4echarzar las proposiciones amorosas de don Álvaro Mesía, un
atractivo seductor al estilo de don Juan tenorio.
El determinismo ambiental
La sociedad corrupta de Vetusta
La corrupta sociedad de vetusta no soporta que Ana se integre como uno
más entre ellos y se dedica a su aventura espiritual. Por eso, todos le harán el
vació y le harán pagar su inadaptación.
La ambición desmedida de don Fermín de Pas
A diferencia del obispo, que es un hombre de profundos y sinceros
sentimientos religiosos, don Fermín de Pas, el consejero espiritual de Ana, es
ambicioso, sin vocación y con doble moral, pues utiliza la religión como
espoleta para el poder.
Cuando Ana descubre que lo único que pretende es seducirla, se
escandaliza, y es entonces cuando se entrega en cuerpo y alma a don Álvaro
Mesía.
Álvaro Mesía: el burgués libertino
Don Álvaro Mesía encarna la figura del seductor. Le guía más la vanidad
que el amor cuando seduce a Ana Ozores. Es el jefe del partido liberal de
vetusta, pero lejos de representar los valores ideaistas de la burguesía liberal, se
muestra como un hombre materialista, superficial y cómplice de los intereses
conservadores.
Al final de la obra muestra su cobardía cuando huye, dejando a Ana a
merced de la cruel sociedad de Vetusta.
El grotesco código de honor
Don Víctor Quintanar, marido de Ana, cuando conoce el adulterio de Ana,
la desprecia puertas para adentro. Pero alentado por el pueblo, reta a Mesía a
un duelo para restaurar su honor. Mesía mata a Quintanar pero con más
suerte que pericia.
Vuelta a empezar
Ana Ozores está en boca de todos y todos los círculos –burgueses, nobles,
hasta el propio don Fermín- humillan a la Regenta. Y así le hacen pagar su
incapacidad para adaptarse a una sociedad que se fundamenta bajo las
máscaras de la hipocresía.
Ana, en definitiva, no ha podido superar la pesada herencia de sus padres.
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