4 EL PAÍS, domingo 14 de marzo de 2010 CATALUÑA Los habitantes de la montaña de Barcelona votaron en la plaza de Vallvidrera. / p. r. Los barrios de Collserola quieren independizarse de Barcelona El 99% de los participantes en la consulta quiere segregarse PAU ROM Barcelona Los barceloneses de la montaña, que viven en Vallvidrera y los demás barrios de la sierra Collserola, quieren independizarse de la capital. La consulta sobre este asunto que se celebró ayer sólo registro 10 votos negativos, lo que supone que el 99% son favorables a segregarse de Barcelona. Se movilizaron casi 900 vecinos, cerca del 40% del censo, lo que supone el 70% de quienes votaron en las últimas elecciones municipales. Los ciudadanos de Vallvidrera, el Tibidabo, Mas Auró, El Rectoret, Can Castellví, Les Planes, Peu del Funicular y Mas Guimbau llamados a la consulta llegaban abrigados con ropa de montaña y con las botas llenas de barro, reflejo de la orografía particular de la zona y del lodo que llena casi la mitad de las calles que siguen sin asfaltar. Las mejoras urbanísticas son, junto con las reclamaciones de zonas de aparcamiento y la reivindicación de un diálogo partici- pativo, las principales demandas de la vecindad ignoradas durante tiempo por el Consistorio. Según Francesc Comulada, portavoz de la gestora que impulsó el referéndum, la zona padece un “síndrome de parque temático”, por ir destinadas la mayoría de inversiones del Ayuntamiento a los visi- Los vecinos de la montaña consideran que el Consistorio no les representa tantes turísticos y ocasionales. “Esa actitud del Ayuntamiento de Barcelona rozaba el autoritarismo”, decía Comulada cuando recordaba la decisión unilateral del Consistorio de demoler Can Pujades, una masía de propiedad pública y símbolo histórico del pueblo. Añadía: “Esto es prepotencia por parte del Ayuntamiento, a raíz de la cual rompimos las relaciones con la conce- jal del distrito y se creó mucho malestar ciudadano hacia el Consistorio”. “Lo que nosotros queremos es que el gobierno local nos escuche y ponga sobre la mesa nuestras peticiones, cosa que no está pasando”, concluyó. Es lo que los vecinos interpretan como desafección del Consistorio barcelonés hacia los habitantes de los barrios de la montaña. “La gestión de nuestros problemas debe hacerse por alguien que los viva y pise las calles. Al que se pueda acudir para debatir. Esto es lo que queremos. Lo de la independencia es un poco utopía”, explicaba Roser, vecina de la zona de 63 años. En realidad, no se ha hecho ningún estudio sobre la viabilidad económica y real de la segregación. En la misma línea iban las conclusiones de Comulada tras en recuento de votos: “Lo que se ha buscado es que el distrito vea que no hace bien las cosas”. Añadía que la consulta de ayer fue una forma de representar el malestar de los ciudadanos. “Ahora sólo falta una reflexión por parte del Consistorio”, sentenció.