Trastornos de la personalidad

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X CONGRESO NACIONAL DE PSIQUIATRÍA
Trastornos de la personalidad
ASOCIACIÓN ENTRE EL GEN DEL TRANSPORTADOR
DE LA SEROTONINA Y RASGOS DE PERSONALIDAD
EN PACIENTES CON TRASTORNO LÍMITE DE LA
PERSONALIDAD
J. Soler, J.C. Pascual, M. Baiget, J. Barrachina, M. Gomà,
R. Tejedor, M. Ropero, E. Álvarez y V. Pérez
Introducción: El sistema serotoninérgico parece estar implicado
en síntomas característicos del Trastorno Límite de la Personalidad
(TLP) como la inestabilidad afectiva, la conducta impulsiva o el
suicidio. Algunos estudios han investigado la posible relación entre
polimorfismos del gen transportador de la serotonina (5-HTT) con
algunos de estos síntomas. Se ha relacionado la presencia del alelo
corto (S) del polimorfismo 5-HTTLPR de la región promotora con
una mayor impulsividad, agresividad, ansiedad y neuroticismo.
También se ha estudiado el polimorfismo VNTR del intrón 2, observando una mayor frecuencia de la presencia de 10 repeticiones
en los pacientes TLP.
Objetivos: El objetivo del presente estudio es analizar la relación
entre los polimorfismos 5-HTTLPR y VNTR con determinadas dimensiones de personalidad en una muestra de pacientes TLP.
Metodología: Fueron incluidos 65 sujetos diagnosticados de TLP
mediante las entrevistas SCID-II y DIB-R. Se estudiaron las variantes alélicas del polimorfismo 5-HTTLPR (S/S, S/L y L/L) y
del polimorfismo VNTR. Los rasgos de personalidad se estudiaron con el Zuckerman-Kuhlman Personality Questionnaire
(ZKPQ).
Resultados: El 84,7% de la muestra eran mujeres, la edad media
fue de 28,1 años (rango: 19-43, SD: 5,87). Los pacientes portadores del alelo L del polimorfismo 5-HTTLPR puntuaron más bajo
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X CONGRESO NACIONAL DE PSIQUIATRÍA
en la subescala de extraversión. Los pacientes portadores de 10
repeticiones en el polimorfismo VNTR mostraron puntuaciones
menores en impulsividad, búsqueda de sensaciones y extraversión.
Conclusiones: Se observa una asociación significativa entre el gen
del trasportador de serotonina y algunas dimensiones de la personalidad en pacientes TLP, esta asociación podría sugerir un papel
de este gen en la etiología del TLP.
AUTOMUTILACIONES, ¿SON SIEMPRE SÍNTOMAS
PSIQUIÁTRICOS?
E. Segura Escobar, E. Vázquez Ramo y M.M. León Velasco
Introducción: Las autolesiones son conductas frecuentes en el
Trastorno Límite de Personalidad, que plantean dificultades de
diagnóstico diferencial con algunas tentativas suicidas. La automutilación repetitiva o comportamiento autolesivo consiste en inflingirse de forma repetida daño corporal con diversa intencionalidad
suicida, caracterizándose por la presencia de impulsos irresistibles,
recurrentes e intrusivos, de inflingirse daño físico, que se acompaña de tensión creciente, ansiedad y otros estados disfóricos. Este tipo de conducta suele ser un síntoma relativamente frecuente en los
trastornos de personalidad, como el límite, histrionico y antisocial.
Objetivos: Teniendo en cuenta la frecuencia de la asociación de
las autolesiones con los Trastornos de Personalidad Cluster B,
nuestro objetivo consiste en realizar un adecuado diagnóstico diferencial entre la existencia de dichos trastornos o la posibilidad de
que las autolesiones supongan un beneficio secundario para el paciente.
Metodología: Revisamos el caso clínico de un paciente que acudió
a urgencias tras realizar un acto autolesivo consistente en la amputación de las falanges de dos dedos de la mano de manera pública,
en un estado de intoxicación etílica leve. Por esta razón fue ingresado en la unidad de hospitalización breve, donde se realizó su seguimiento y tratamiento, para realizar contención y estabilización
de su situación, dada la falta de apoyo social y familiar.
Resultados: Se trata de un paciente de 34 años, con historia psiquiátrica de larga evolución, diagnosticado de Trastorno Mixto de
la Personalidad (rasgos disociales y límites). Antecedentes de múltiples consultas en los servicios de urgencia por gestos autolíticos y
demandando ingreso en el contexto de situaciones familiares y sociales difíciles. En el momento del ingreso el paciente ha realizado
una amputación voluntaria de las primeras falanges del segundo y
tercer dedo de la mano, usando para ello un hacha y tras haber ingerido dos copas de licor. Durante su estancia reconoce que el acto
realizado iba dirigido a la obtención de un beneficio secundario
(pensión por incapacidad), llegando incluso a bromear con ello.
Conclusiones: Teniendo en cuenta el desarrollo del caso, al principio nos planteamos que la impulsividad con la que realizó el acto
fuese dirigida a liberar los sentimientos de vacío e inestabilidad
afectiva que suelen presentar los pacientes con este tipo de trastornos de personalidad. Sin embargo durante el seguimiento del paciente nos planteamos que las autolesiones no siempre deben considerarse un síntoma psiquiátrico, como es en este caso; sino que se
perseguía un beneficio secundario con este hecho, por lo que deberíamos plantearnos un abordaje psicoterapéutico diferente.
CARACTERÍSTICAS DE LOS PACIENTES CON T.
LÍMITE DE PERSONALIDAD QUE INGRESAN
EN UNA UNIDAD DE HOSPITALIZACIÓN DE AGUDOS
M.M. Serrano Cartón, M.C. Serrano Cartón, E. Fontela Vivanco,
S. Segade Rodríguez y M. Serrano Vázquez
Introducción: En las dos últimas décadas hemos asistido a un renovado interés por los Trastornos de la Personalidad (TP). El trabajo presentado se centra en uno de los TP más interesantes y controvertidos: el Trastorno Límite de Personalidad (TLP). Su alta
prevalencia, repercusión clínica, elevada comorbilidad con trastornos del Eje I, los factores etiopatogénicos implicados y las diversas
opciones terapéuticas lo convierten en un capítulo especialmente
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relevante en la clínica psiquiátrica. Sin embargo, son pocos los estudios que han valorado su prevalencia tanto en la población general como en servicios de atención primaria. Es el TP más complejo
y frecuentemente uno de los más graves, pero, por otra parte, se
trata de una de las enfermedades mentales que con mayor frecuencia presenta asociados otros trastornos, y esta comorbilidad supone
un importante reto diagnóstico y terapéutico.
Objetivos: El objetivo de este estudio es evaluar el perfil de los
pacientes hospitalizados en una Unidad de Agudos de Psiquiatría
con diagnóstico al alta de TLP, conocer y describir la prevalencia,
características demográficas y clínicas de estos pacientes en una
muestra de pacientes ingresados durante 10 años (Marzo 1996 a
Marzo 2006).
Metodología: Se efectuó un estudio retrospectivo de los pacientes
ingresados en este período, seleccionando aquellos con diagnóstico de TLP según criterios DSM-IV. Se realizó una recogida de datos mediante un protocolo de 38 ítems sobre aspectos clínicos y
demográficos, haciendo énfasis en la comorbilidad del Eje I. Se
realizó el análisis estadístico mediante el paquete SPSS 12.0 Windows.
Resultados: Del total de pacientes estudiado (N = 5.329), se obtuvieron 205 pacientes con este diagnóstico, suponiendo el 4% de los
ingresos. No existían diferencias significativas en cuanto al sexo
(53% hombres, 47% mujeres), con predominio de la residencia urbana (81,5%) respecto a la rural (18,5%). El estado civil el más
frecuente es el solitario (soltero, viudo o separado), con un 70,2%.
El tipo de ingreso más frecuente fue el voluntario (82%), desde el
Servicio de Urgencias (56,6%) motivado por riesgo o tentativa autolítica en el 26,3% de los pacientes, seguido del consumo de tóxicos (20,5%) y conflictos relacionales (16,6%). La comorbilidad
más frecuente en el Eje I corresponde al abuso de sustancias en casi el 30% de la muestra, predominando los opiáceos y los alcohólicos. Los trastornos afectivos constituyen el 10% de la muestra,
siendo los trastornos psicóticos un 6%.
Conclusiones: 1) El TLP presenta en nuestra Unidad una prevalencia inferior al de la literatura revisada. 2) Se evidencia una alta
prevalencia del trastorno por consumo por sustancias (30%) y
trastornos afectivos (10%), siendo el 6% los trastornos psicóticos.
3) El perfil mayoritario corresponde a una mujer soltera, urbana,
con estudios primarios, con recursos económicos suficientes y sin
relación laboral, que ingresa por primera vez, desde urgencias de
forma voluntaria por un cuadro de riesgo/tentativa autolítica, consumo de tóxicos o dificultad relacional. Al alta la remisión es parcial en la mayoría de los casos (65%).
CARACTERIZACIÓN DEL DIAGNÓSTICO DE
TRASTORNO DE PERSONALIDAD NO ESPECIFICADO
F. Lahortiga, M. Imirizaldu, C. Maestro, C. Chiclana
y A. Sánchez-Villegas
Introducción: El Trastorno de Personalidad No Especificado (TPNE) presenta la prevalencia relativa más elevada de la patología
del Eje II, llegándose a estimar entre el 21-49% de los casos diagnosticados. Los instrumentos diagnósticos PDE/IPDE son los que
parecen proporcionar con mayor frecuencia este diagnóstico.
Objetivos: Nuestro estudio pretende analizar la frecuencia y características clínicas del diagnóstico de TPNE en una muestra de pacientes diagnosticados según patologías en los Ejes I, II y III de la
DSM-IV.
Metodología: Se analizó una muestra de 130 pacientes (78 mujeres y 32 varones; promedio edad 32,01 años) a los que se aplicó la
entrevista IPDE (módulo DSM-IV). 47 pacientes cumplieron criterios diagnósticos de TP. Se evaluó la presencia de patología en los
Ejes I y III según criterios DSM-IV y, en un intervalo de 1 a 7 días
tras la realización de la IPDE, se aplicaron los cuestionarios MMPI-2, MCMI-II, TCI y SCL-90-R. La muestra con TP estuvo formada por: 17 pacientes con TP especificado, 17 con TPNE y 13
con comorbilidad en el Eje II.
Resultados: El 39% de los pacientes con TPNE presentaron un
diagnóstico en el Eje I, siendo la categoría más frecuente los trastornos de ansiedad. En 10 casos existió también un diagnóstico en
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X CONGRESO NACIONAL DE PSIQUIATRÍA
el Eje III, sobre todo enfermedades endocrinológicas o de la piel.
Los grupos se distinguieron significativamente en las puntuaciones
obtenidas en las subescalas del TCI “Pasividad vs. Iniciativa” y
“Desinterés social vs. Empatía”. Las puntuaciones en las escalas
“Ansiedad” e “Histeriforme” del MCMI-II se acercaron al nivel de
significación estadístico.
Conclusiones: Constatamos una elevada frecuencia relativa del
diagnóstico de TPNE, con una mayor tendencia a la psicopatología
de tipo ansioso. No observamos un perfil de personalidad que pueda considerarse distintivo en este grupo.
CONSUMO DE TRANQUILIZANTES EN DEPENDIENTES
DE ALCOHOL Y DROGAS Y SU RELACIÓN CON LOS
TRASTORNOS DE PERSONALIDAD Y EL DETERIORO
NEUROPSICOLÓGICO
M. Monras, S. Mondon y J. Jou
Introducción: Es conocida la relación entre la comorbilidad psiquiátrica y el consumo de alcohol y drogas.
Objetivos: Se pretende estudiar las diferencias entre los pacientes
con dependencia a distintos tóxicos, principalmente alcohol, consumidores de tranquilizantes y los que no consumen, respecto a los
trastornos de personalidad y deterioro neuropsicológico.
Metodología: Comparación entre los pacientes consumidores de
tranquilizantes (BZD+) y los que no consumen (BZD-) de una cohorte de 405 pacientes dependientes de alcohol y/o drogas ingresados consecutivamente para desintoxicación hospitalaria.
Resultados: El 97% de pacientes ingresan por alcohol como droga
principal y un 1% secundariamente. Los tranquilizantes los consumen 28,6% de pacientes (grupo BZD+). De ellos (116 casos) sólo 2
casos no han tenido abuso de otras drogas o alcohol y en uno hay
consumo de drogas y no de alcohol. El resto de casos tienen dependencia de alcohol activa (109 casos) o en remisión reciente o consumo esporádico (1 caso).Los pacientes BZD+ tienen más trastornos
de la personalidad (27,6%) y proporción de mujeres (51,7%) que
los BZD- (15,6% y 20,4% respectivamente). Tienen una frecuencia
menor pero no significativa de deterioro neuropsicológico (19% vs.
26%), siendo esta diferencia mucho más acusada en el caso de mujeres (8,5% versus 37,3%) que en hombres (30,4% vs. 23%)
Conclusiones: El consumo de BZD casi siempre se acompaña
también de consumo de alcohol. Predomina más en las mujeres y
también entre los pacientes con trastornos de la personalidad. Los
consumidores de BZD probablemente tienen menos deterioro neuropsicologico debido a un menor uso de alcohol. Este efecto es
más marcado en las mujeres.
DISCREPANCIAS EN EL DIAGNÓSTICO DEL
TRASTORNO LÍMITE DE LA PERSONALIDAD
MEDIANTE EL USO DE DOS ENTREVISTAS
ESTRUCTURADAS: SCID-II Y DIB-R
O. Sabrià Ramiro, L. Álvarez-Cienfuegos Cercas,
O. Andión Pérez, J.L. Matalí Costa, M. Ferrer Vinardell,
N. Sáez Francàs y M. Casas Brugué
Introducción: El TLP se caracteriza por la heterogeneidad de su
presentación y dificultad diagnóstica. Ésta se complica además por
la escasez de instrumentos, siendo los más utilizados tanto en la
práctica clínica como en investigación la SCID-II y la DIB-R.
Objetivos: El objetivo principal es el estudio de la validez convergente entre la SCID-II para diagnóstico del TLP y la DIB-R, dado
que en nuestra práctica clínica observamos discrepancias entre las
dos entrevistas. Como objetivo secundario se estudiará la correlación entre las subescalas de la DIB-R y los grupos de síntomas de
la SCID-II según Sanislow et al (2002) basados en criterios DSMIV-TR.
Metodología: La muestra está formada por 50 sujetos que acuden
al Programa TLP en nuestro hospital. La evaluación consta de la
administración de: SCID I y II, DIB-R, BIS-11, MCMI-II, BDI y
STAI E-R. Se realizó un análisis estadístico descriptivo y un análisis de las correlaciones entre los dos instrumentos.
Resultados: Estos resultados están pendientes de confirmar con el
total de la muestra. Los resultados indican que existe una correlación positiva entre los dos instrumentos (n.s. 0,01). Sin embargo, la
correlación entre los sujetos que cumplen criterios de TLP en ambas entrevistas no resulta significativa (n.s. 0,21). De los 27 sujetos, 9 cumplían criterios de TLP según la SCID-II pero no según la
DIB-R.
Conclusiones: Los resultados apoyan la hipótesis de obtener puntuaciones más elevadas en la SCID-II respecto a la DIB-R. Posiblemente, esto podría ser debido a las diferencias en el punto de
corte exigido para el diagnóstico, en el marco temporal y la especificidad de la DIB-R así como la mayor exigencia de sus criterios.
Por tanto, en el uso de ambas entrevistas para la confirmación del
diagnóstico encontraremos discrepancias en función del instrumento utilizado.
ENFERMEDAD MENTAL Y DINÁMICA FAMILIAR.
ESTUDIO MEDIANTE EL ESFA
M.J. García Cantalapiedra, A.M. Ruíz Otazo, E. Pérez Ruíz,
M.L. López Lucas y M.D. Ortega García
Introducción: Las constantes referencias por parte de muchos pacientes jóvenes con Trastorno de Personalidad en relación a la influencia que su familia de origen ejerce sobre su enfermedad y estilo de vida, nos ha hecho reflexionar sobre esta variable y constatar de forma objetiva este supuesto en miras a sus posibles
implicaciones en la clínica y tratamiento.
Objetivos: Analizar y estudiar la relación entre patología psiquiátrica (Trastornos de Personalidad) y bienestar familiar, para
conocer y tener en cuenta la influencia desde la perspectiva clínica y terapéutica que esta última variable pueda tener sobre la primera.
Metodología: Estudio transversal de N = 12, de enfermos con
Trastorno de Personalidad atendidos en primera consulta externa
de Psiquiatría, de edades comprendidas entre los 20 y 45 años, solteros, de ambos sexos y residentes con sus familias de origen.
Aplicación del cuestionario ESFA para medida de VD. Simultáneamente aplicación del mismo cuestionario a N = 12 de pacientes de
las mismas características, pero con patología diferente a Trastorno
de Personalidad.
Resultados: Grupo Experimental: Relación insatisfactoria: 66,6%,
Relación satisfactoria media: 25%, Relación satisfactoria:
8,3%.Madre con enfermedad mental en el 50% de los 12 casos.
Grupo control: Relación satisfactoria: 66,6%, Relación insatisfactoria: 16,6%.
Conclusiones: Aunque conscientes de que la muestra pueda ser
pequeña y poco representativa, es llamativo el resultado, pudiendo
tener ya implicaciones diagnósticas y terapéuticas. Nuestro objetivo ha sido dar a conocer en esta ocasión los resultados encontrados, para que otros profesionales se interesen en el tema de cara a
trabajos conjuntos.
ESTABILIDAD DIAGNÓSTICA DEL TRASTORNO
DE PERSONALIDAD EN UNA UNIDAD DE
HOSPITALIZACIÓN PSIQUIÁTRICA
L. Laguna Sopena, T. Merino Magán, A. Tatay Manteiga,
C. Knecht Armengod, S. Cepeda Diez, V. Balanzá Martínez
y R. Calabuig Crespo
Introducción: Los trastornos de personalidad (TP) se definen como un patrón persistente de formas de pensar, sentir y comportarse, estables a lo largo del tiempo. Sin embargo, algunos estudios en
muestras hospitalarias sugieren que el diagnóstico de TP no se
mantiene a lo largo de varios ingresos en un porcentaje significativo de pacientes.
Objetivos: Determinar la estabilidad diagnóstica de los TP en pacientes con varios ingresos en una unidad de hospitalización psiquiátrica. Realizar un análisis descriptivo de las características sociodemográficas y clínicas de los pacientes con un diagnóstico estable de TP.
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Metodología: Revisión retrospectiva de las historias clínicas de los
pacientes con diagnóstico de TP y al menos dos ingresos en la Unidad de Hospitalización Psiquiátrica del Hospital Dr. Peset de Valencia entre Septiembre de 1994 y Mayo de 2006. Se valoró la estabilidad diagnóstica considerando tal como “moderadamente estable” la aparición del diagnóstico de TP en más de un 50% de los
ingresos de un paciente y como “muy estable” cuando el porcentaje era superior al 75%. Se recogieron las características sociodemográficas y clínicas de los pacientes de ambos grupos.
Resultados: De los 164 pacientes diagnosticados de TP, 97 reunían criterios de estabilidad (29 “moderadamente estable” y 68 “muy
estable”). El grupo de TP más frecuentemente identificado fue el
tipo B (> 75% de los pacientes con un TP estable). Se analizaron
las características de los pacientes con un TP estable.
Conclusiones: Encontramos un significativo porcentaje de pacientes que no cumplían criterios de estabilidad diagnóstica. Se discuten los resultados obtenidos con los de estudios anteriores.
ESTUDIO TREBOL (I): DESCRIPTIVA DE UNA
POBLACIÓN DE PACIENTES CON TRASTORNO LÍMITE
DE PERSONALIDAD EN ASTURIAS
E. Sotomayor, J.C. Ortigosa, S. Majadas, P. García-Portilla,
P. Sáiz, J. Bobes y Grupo de trabajo del estudio TREBOL
Introducción: Primeros resultados del estudio TREBOL de evaluación de una cohorte de pacientes con Trastorno Límite de Personalidad (TLP) en Asturias.
Objetivos: Descripción del perfil de una población de pacientes
con diagnóstico de TLP atendidos en consulta ambulatoria en Asturias,
Metodología: Estudio descriptivo multicéntrico (22 centros). Se
incluyeron pacientes mayores de 18 años diagnosticados de trastorno límite de personalidad (DSM-IV) que estuviesen en seguimiento ambulatorio. Se recogieron variables socio-demográficas y clínicas: antecedentes médicos y psiquiátricos y rasgos de personalidad
co-mórbidos a los del TLP (según el Cuestionario de Evaluación
IPDE autoaplicado, versión DSM-IV).
Resultados: Se evaluaron 105 pacientes. La edad media fue de
35,25 ± 9,68 años. El 53,3% eran varones. Respecto al estado civil
un 53,4% eran solteros, un 29,5% casados y un 17,1% separados.
En relación con la situación laboral el 24,7% de los pacientes estaba en activo, el 24,7% en paro, el 15,4% percibía una pensión por
incapacidad permanente y el 14,4% estaba de baja. El 20% de los
pacientes presentaba alguna enfermedad médica comórbida. El
88,2% de los pacientes presentaba co-morbilidad psiquiátrica, siendo lo más frecuente los trastornos relacionados con sustancias
(55,2%), depresión mayor (24,8%) y trastorno de ansiedad generalizada (19,0%). Respecto a los rasgos de personalidad comórbidos
los más frecuentes fueron los histriónicos (57,1%), evitativos
(53,3%) y antisociales (26,7%)
Conclusiones: Excepto por la mayor prevalencia en varones, el
perfil de la muestra se corresponde globalmente con las características del TLP descritas en la literatura: adulto joven con elevada
co-morbilidad psiquiátrica, especialmente abuso de sustancias, depresión y ansiedad generalizada y con una frecuente asociación
con otros rasgos de personalidades tipo B (histriónico y antisocial).
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL CONCEPTO
DE PSICOPATÍA
B. Martínez Calero, A. Montes Montero, I. González Bocelo
y É. Castro Arias
Introducción: La concepción moderna de psicopatía es el resultado de varios siglos de investigaciones y especulaciones clínicas.
Desde la distinción de aquellas personas que no encasillaban en los
cuadros de enfermedades mentales ya delineadas, se han desarrollado múltiples estudios y búsquedas de explicación etimológica y
sintomatológica de lo que hoy se denominan “trastornos de la personalidad”. La personalidad psicopática ha sido estudiada a lo largo de la historia de la psiquiatría, recibiendo varias denominacio-
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nes. Prichard (1835) fue el primero en usar un término, el de “locura moral” para intentar clasificar a sujetos caracterizados por una
falta de sentido ético y de sentimientos y en los que no se podía
apreciar locura o pobreza intelectual. Desde entonces, diferentes
nombres se han aplicado para definir a personas caracterizadas por
falta de remordimientos y culpa, falsedad, violación de las normas
sociales y tendencia a la violencia, entre otros.
Objetivos: En este trabajo se presenta un panorama histórico de
los antecedentes y los distintos planteamientos que fueron elaborados por los psiquiatras durante los siglos XIX y XX sobre el concepto de psicopatía. Su estudio muestra un hecho esencial y es que
a pesar de los planteamientos diferentes basados en las distintas
orientaciones, la observación clínica fue mostrando un hecho común a todos ellos, como la existencia de individuos que sin ser enfermos propiamente, tampoco son individuos absolutamente normales, sujetos en que no suele reconocerse alteraciones intelectuales ni sintomatología psicótica característica, y cuya anormalidad
se centra en rasgos peculiares y de conducta. Y que siempre, y en
la actualidad también, conllevan problemas a la hora de delimitar
con precisión entre lo normal y lo patológico, así como en cuanto a
valorar el grado de responsabilidad de sus acciones, lo que tiene un
indudable valor ético y legal.
Metodología: Se ha realizado una búsqueda bibliográfica de los
trabajos de los diferentes autores que desarrollaron estos conceptos.
Resultados: En la actualidad los sustantivos referidos anteriormente como manía, locura sin delirio, locura de los degenerados,
moral insanity, etc. han sido reemplazados por el de trastorno antisocial de la personalidad en términos de clasificación psiquiátrica.
Actualmente hay una gran confusión nosológica entre los términos
trastorno antisocial y psicopatía. Existen muchos autores que consideran que a pesar del uso frecuente como sinónimos equivalentes
de ambos, se trataría de dos términos diferentes. Al parecer, el concepto responsable de tal confusión sería la conducta antisocial, como punto de intersección entre ambos diagnósticos. No es fácil estudiar este trastorno porque se mezclan los conceptos de criminalidad, sociopatía y trastorno antisocial de la personalidad.
Conclusiones: Hasta el siglo XIX se utilizaron términos distintos
del de psicopatía, pero que significaron el planteamiento básico y
que posteriormente serían conceptualizados. Lo esencial de estas
primeras concepciones fue señalar la existencia de individuos con
graves defectos de la personalidad y conductas antisociales, sin que
se observaran daños intelectuales o sintomatología de enfermedad
mental (alucinaciones o delirios). El término psicopático como adjetivo aparece por primera vez en el trabajo de Koch (1891) como
“inferioridades psicopáticas”, marcando así el inicio de este trastorno en la psiquiatría alemana y que alcanzaría su mayor consistencia y aceptación general con la formulación de Schneider de las
“personalidades psicopáticas” (1923). Desde la utilización del término psicopatía para designar a todos los desórdenes de la personalidad se ha producido una evolución y conceptualización del
mismo hasta el término actual de trastorno antisocial de la personalidad.
FACTORES DE PERSONALIDAD EN MUJERES
GESTANTES EN EL SEGUNDO TRIMESTRE: IMPACTO
DE LAS TÉCNICAS DE REPRODUCCIÓN ASISTIDA
F.J. Vaz, M.I. Ramos, M.J. Cardoso, A. Bejar, N. Berjano
y J.A. Domínguez
Introducción: Diversos estudios han constatado la existencia de
una relación entre determinados rasgos de personalidad y la dificultad para tener hijos (Cox SJ et al 2006; Schneidr MG, Forthofer
MS 2005)
Objetivos: El objetivo del presente trabajo fue comprobar si las
mujeres que habían sido sometidas a técnicas de reproducción asistida presentaban rasgos de personalidad que permitieran diferenciarlas de las mujeres con gestación convencional.
Metodología: La muestra estuvo compuesta por 21 mujeres embarazadas que asistieron al Servicio de Obstetricia y Ginecología del
Hospital Materno-Infantil de Badajoz (Complejo Hospitalario Uni-
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X CONGRESO NACIONAL DE PSIQUIATRÍA
versitario) durante la 20º semana de gestación. Las gestantes fueron asignadas a dos grupos: 1) grupo de estudio, compuesto por 9
mujeres cuyos embarazos habían tenido lugar utilizando técnicas
de reproducción asistida (GE); y 2) grupo control, compuesto por
12 gestantes con embarazos convencionales (GC). Se administró el
Cuestionario de Temperamento y Carácter de Cloninger (TCI). Para el análisis de los datos se utilizó la prueba U de Mann-Whitney.
Resultados: Las mujeres del GE presentaban mayores puntuaciones en la Escala de Evitación del Riesgo (Z = 1,93; p = 0,05) que
las mujeres del GC.
Conclusiones: Los resultados indican que las embarazadas que habían sido sometidas a procedimientos de reproducción asistida presentaban mayor tendencia a la ansiedad, pesimismo y preocupación. Según diversos estudios (Cloninger, 2000), los sujetos con
puntuaciones elevadas en Evitación del Riesgo son susceptibles de
convertirse en personas temerosas, aprensivas, lo que les predispone a la aparición de trastornos ansiosos y depresivos, circunstancia
ésta que podría estar en relación con los antecedentes obstétrico-ginecológicos de las pacientes.
INESTABILIDAD EMOCIONAL Y AUTOLESIONES
EN EL TRASTORNO LÍMITE DE PERSONALIDAD.
EXPERIENCIA CON OXCARBAMAZEPINA
J. Cañete, S. Cañizares, Y. Manzano y G. González
Introducción: La inestabilidad emocional y la conducta impulsiva
en el Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) requieren un abordaje amplio que incluye el tratamiento psicoterapéutico y farmacológico. Los estabilizadores del humor han sido propuestos para este
papel. La Oxcarbamazepina es un anticonvulsivante con un mecanismo de acción similar a la carbamazepina pero con mejor perfil
de seguridad y tolerancia.
Objetivos: Evaluar el impacto de la adición de oxcarbamazepina
en politerapia sobre el estado de ánimo (Escala de Hamilton Depresión) y la conducta auto lesiva (actos realizados en el mes previo) en pacientes diagnosticados de TLP en el Hospital de Día Psiquiátrico.
Metodología: Se revisan los casos diagnosticados de TLP (DSMIV TR) y tratados en el Hospital de Día Psiquiátrico durante el
período del 9/05 a 3/06en los que se indico y aceptó el tratamiento
con oxcarbamazepina en poli terapia y en el contexto del abordaje
global. Se valoró la puntuación de la escala de Hamilton de Depresión y el número de actos auto lesivos al inicio y a los 3 meses (final).
Resultados: Fueron tratados 15 pacientes (12 mujeres) de los que
11 (10 mujeres) concluyeron el período de tratamiento. La edad
media era de 26 años. La dosis media administrada de oxcarbamazepina fue 1.200 mg/día. Se produjeron 3 abandonos por intolerancia y uno por pérdida de seguimiento. La puntuación inicial de
HAM-D fue de 18 mientras que a los 3 meses se redujo a 14 así
como el número de actos auto lesivos que globalmente pasó de 2,4
a 1,6.
Conclusiones: Aunque otros factores terapéuticos y evolutivos
pueden colaborar a la mejora del humos y de los impulsos suicidas
en los pacientes revisados, la adición de oxcarbamazepina ha sido
bien tolerado y ha contribuido disminuir los síntomas depresivos
así como la impulsividad medida por la frecuencia de actos autolesivos. Se requieren estudios controlados.
PERFIL DE PERSONALIDAD DE JÓVENES JUGADORES
PATOLÓGICOS Y LA EDAD DE INICIO
DE LA CONDUCTA DE JUEGO
M. Garrido Fernández, G. del Moral Arroyo, M.M. Díaz Garrido,
P. Jaén Rincón y M.D. Lanzarote Fernández
Introducción: Numerosas investigaciones han puesto de manifiesto que los adultos ludópatas se inician en el juego de azar durante
la adolescencia. Por otro lado, también se ha observado en los últimos años un aumento del número de jugadores jóvenes que podrían ser diagnosticados como jugadores patológicos, de ahí la impor-
tancia de la investigación de las características de éstos jóvenes para poder desempeñar un buen trabajo tanto de rehabilitación como
de prevención con los mismos.
Objetivos: Evaluar la presencia de características de personalidad y
de sintomatología que puede hacer pensar en trastornos tanto de
Personalidad como Clínicos en una muestra de jóvenes jugadores
patológicos en función de la edad de inicio de la conducta de juego.
Metodología: La muestra está formada por 47 jugadores patológicos varones que se encuentran en tratamiento en diferentes asociaciones de rehabilitación de Andalucía Occidental y de edades comprendidas entre los 18 y los 29 años. Cuestionario socio-demográfico y de juego Cuestionario elaborado para recoger información
sobre los principales datos sociales- demográficos y de juego de
los jugadores. Inventario Clínico Multiaxial de Millon (MCMI-II)
(Millon, 1977) Instrumento psicodiagnóstico objetivo, específico
para población clínica, que evalúa la presencia de características de
personalidad y de sintomatología asociada a trastornos de personalidad y clínicos. La recogida de datos se realizó en una única sesión por provincia de carácter grupal, en la sede de las distintas
asociaciones, de una hora de duración.
Resultados: Los resultados apuntan hacia la existencia de características diferenciales en función de la edad de inicio de la conducta
de juego. El inicio más temprano del juego se relaciona con un aumento de la puntuación en las escalas narcicista (p < 0,05), hipomanía (p < 0,05) y deseabilidad (p < 0,01), siendo estos valores características de personalidad predominantes (TB > 75).
Conclusiones: Este estudio apunta la presencia de un posible perfil
de personalidad en función de la edad de inicio de la conducta de
juego. Los inicios más tempranos se relacionarían con un mayor
nivel de sintomatología asociada al estilo de personalidad narcisista con una presencia significativa de sintomatología hipomaníaca.
En inicios más tardíos este perfil no se presenta en este grado.
PERSONALIDAD EN CONSUMIDORES DE COCAÍNA
M.L. Barrigón Estévez, A. Fontalba Navas, M. Ruiz Martínez,
J. Joya Redondo, O. Andrés Ricoy y R. García García
Introducción: El hallazgo de rasgos patológicos de personalidad
entre los consumidores de sustancias es un hecho frecuente, que en
numerosas ocasiones justifica en diagnóstico de trastorno de personalidad (TP). Este hallazgo resulta de especial interés a la hora de
plantear el abordaje terapéutico de estos pacientes.
Objetivos: Realizar un screening de incidencia de TP en pacientes
en seguimiento en un Centro Provincial de Drogodependencia
(CPD) en tratamiento por adicción a cocaína.
Metodología: Se reclutaron 28 pacientes en tratamiento en el CPD
de Granada para abandono del consumo de cocaína. Todos ellos
reúnen criterios diagnósticos para Trastorno por consumo de cocaína (F14 del DSM-IV-TR). En todos los pacientes se recogieron datos sociodemográficos, clínicos y relativos al consumo de tóxicos y
se administró, de forma autoaplicada, el cuestionario Salamanca de
Trastornos de la Personalidad.
Resultados: Nuestra muestra estuvo compuesta mayoritariamente
por varones (24 frente a 4 mujeres), con una edad media de 28,5
años. Además de consumir cocaína, el 92,9% de los pacientes son
fumadores, un 39,3% reconoce haber tenido problemas con la bebida en alguna ocasión y un 39,3% consume además cannabis. En el
screening de TP se consideran susceptibles de una evaluación por
probable TP aquellos pacientes que puntúan 3 o más en la suma de
ítems correspondientes a cada trastorno según criterios CIE-10. Según esto, encontramos 10 pacientes con una puntuación de 3 o más
para trastorno paranoide, 4 para trastorno esquizoide, 4 para esquizotípico, 12 para histriónico, 2 para antisocial, 1 para narcisista, 16
para trastorno de inestabilidad emocional, 7 para anancástico, 15
para dependiente y 22 para trastorno ansioso de personalidad.
Conclusiones: En nuestra muestra de pacientes consumidores de
cocaína, al realizar una primera aproximación a la posible comorbilidad con TP destacan 22 pacientes en los que habría que investigar
la existencia de un trastorno ansioso de personalidad, 16 con un posible trastorno de inestabilidad emocional de personalidad y 15 en
los que habría que indagar la existencia de trastorno dependiente.
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X CONGRESO NACIONAL DE PSIQUIATRÍA
PERSONALIDAD Y ANOREXIA NERVIOSA (AN) GRAVE
M.J. Ductor Recuerda, Z. Fernández Rodríguez
y J.L. Galán Sánchez
Introducción: Son cada vez más los estudios que aportan datos sobre la comorbilidad en el eje II y AN grave.
Objetivos: Evaluar el perfil de personalidad en la AN.
Metodología: Estudio descriptivo transversal. Sujetos: de los 98
pacientes con TCA atendidos en la USM del HU Virgen del Rocío
en el 2002, seleccionamos 21, cumpliendo criterios de: 1) Diagnóstico de AN según DSM-IV - Edad > 18 años. 2) Puntuaciones mayor o igual a 30 en EAT-40 y a 90 en BSQ. Cumplen al menos un
criterio de gravedad: dos o más años de evolución, una o más hospitalizaciones, no mejoría clínica tras 6 meses de tratamiento. Instrumento: cuestionario semiestructurado (variables demográficas, antecedentes personales y patología psiquiátrica asociada) y MMPI-2.
Resultados: 100% mujeres, edad media 24 años, 90,5% solteras,
57,1% estudiantes y 90,5% de clase media. Edad media de comienzo del trastorno: 14,7 años. 28,6% ha tenido intento o amenaza de
suicidio y el 42,9% conductas de autoagresividad. Diagnosticadas
el 76,2% de trastorno de personalidad. Asociado en un 42,9% trastornos afectivos y un 9,5% trastornos de ansiedad y obsesivoscompulsivos. Hallamos puntaciones por encima de la media en las
escalas de Depresión (76), Hipocondría (64,3), Histeria de conversión (65), Desviación psicopática (62), Paranoia (60,1), Psicoastenia (66,8), Esquizofrenia (65,5) e Introversión social (60,8). Dentro
de la media en Feminidad-masculinidad (48) e Hipomanía (52,1).
Conclusiones: Encontramos comorbilidad alta con los trastornos
de personalidad (grupo C), y predominio de un patrón caracterizado por macados rasgos de inseguridad, perfeccionismo, hiperresponsabilidad, valores personales rígidos, tendencia a la depresión y
al autocastigo.
TEMPERAMENTO DEL TLP
P. Gómez Merino, S. González Vives, B. Martínez Calero,
J.L.Carrasco Perera y M. Díaz-Marsá
Introducción: Clásicamente se ha considerado al TLP con un temperamento exploratorio, impulsivos, buscadores de sensaciones,
por eso se clasifican en el cluster B del DSM IV. En este póster se
exponen las teorías clásicas del temperamento en el TLP en contraposición a una revisión más actual y comparando con datos propios
resultados de un estudio transversal de 58 participantes.
Objetivos: Demostrar si existe un temperamento característico para el TLP, comparando que así como todos los TP tienen un rasgo
universal que les caracteriza, cuál es el del TLP.
Metodología: Criterios de admisión del estudio: > 18 y < 65 años.
TLP: 32, otros TP: 16, grupo control: 20. El protocolo fue recoger
variables sociodemográficas, de convivencia, funcionamiento laboral e interpersonal, antecedentes personales y familiares. Se les pasaron las siguientes escalas: MADRS, HARS, PANSS, SCID I y
II y TCI, EPQ-A, SSS, BIS, Karolinska y Columbia. Se comparan
los rasgos temperamentales en los tres grupos, y si existían o no diferencias estadísticamente significativas.
Resultados: Los resultados en el TCI muestran rasgos disfuncionales similares en el TLP y en los otros TP, solo es estadísticamente significativa la menor autodirección del TLP. Además puntúan
alto en evitación del riesgo, al contrario de las teorías clásicas. En
la escala de búsqueda de sensaciones de Zuckerman puntúan alto,
pero no diferencia con los otros dos grupos. EPQ-a, alto neuroticismo y psicoticismo, baja extroversión al revés que Eysenck, pero
sin diferencia con los demás TP. En las escalas de impulsividad
puntúan BIS y Columbia.
Conclusiones: El temperamento del TLP no coincide con las teorías
propuestas históricamente y no hay un temperamento específico que
caracterice al TLP. Caracterialmente, el TLP presenta incapacidad
para poder adaptar su conducta en función de sus metas y valores. La
no existencia de un temperamento único para el TLP hace plantear
que es un trastorno de personalidad que se ajusta pobremente al modelo eje II: no es una conducta de rasgos acentuados, esta caracterizado por conductas sintomáticas, tiene patrón inestable.
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TOPIRAMATO EN EL TRATAMIENTO
DE LA IMPULSIVIDAD
L. Donaire Adánez, L. Goenechez Alcalá-Zamora, E. Mirón
Ortega y A. Sánchez-Cabezudo Muñoz
Introducción: En los últimos años se ha puesto de manifiesto la
eficacia de los fármacos antiepilépticos en el tratamiento de los
trastornos del control de los impulsos. La impulsividad en los pacientes con Trastorno límite de Personalidad da lugar a un patrón
de conducta altamente ineficaz, lo cual suele ocasionarles importantes problemas adaptativos.
Objetivos: Valorar la eficacia de Topiramato y su seguridad en el
tratamiento de pacientes con trastorno limite de personalidad y elevada impulsividad.
Metodología: Estudio abierto, en 32 pacientes durante tres meses
en el Área de Salud de Toledo, con diagnóstico de Trastorno Límite de Personalidad según criteros DSM-IV TR y alta impulsividad.
Se utilizan la Escala de impulsividad de Barrat, y la Escala de Hamilton-Ansiedad y Depresión, en visita basal y al mes y tres meses
tras introducción de Topiramato.
Resultados: 30 pacientes completaron el estudio. La dosis media
de Topiramato fue de 350 mg. No se observaron diferencias en el
tratamiento concomitante. Se observó un descenso del uso de benzodiacepinas así como diferencias significativas entre las puntuaciones iniciales y finales en las escalas de Impulsividad de Barrat y
Escalas de Hamilton, lo que refleja mejoría sintomática. Dos casos
de parestesias que no necesitaron ajuste de dosis.
Conclusiones: El Topiramato es un fármaco seguro, eficaz y bien
tolerado en pacientes con elevada impulsividad. La terapia coadyuvante con esté fármaco permite disminuir el uso de benzodiacepinas.
TOPIRAMATO EN EL TRATAMIENTO HOSPITALARIO
DE TRASTORNOS DE PERSONALIDAD: TOLERANCIA
Y ESCALADA DE DOSIS
O. Esteve, V. De la Cruz, I. Vázquez, M.J. Campos,
A. Granero, J.D. Barbero, N. Benito, R. Coronas, G. García-Parés
y J.V. Cobo
Introducción: Los Trastornos de Personalidad graves, en especial
el Trastorno Límite (TLP), se caracterizan por una alta impulsividad y precisan ocasionalmente tratamiento hospitalario. Entre
otros abordajes, las intervenciones farmacológicas pueden ser
efectivas. Actualmente, muchos de estos pacientes reciben neurolépticos atípicos, antidepresivos, ansiolíticos y, con mucha frecuencia, antimpulsivos. El principal antimpulsivo actual es el topiramato. Sin embargo, en nuestra experiencia, las dosis necesarias
para el control sintomático son mayores en estos pacientes, mostrando una excelente tolerancia incluso con escalados rápidos de
dosis.
Objetivos: 1) Describir nuestra muestra. 2) Realizar un estudio de
la efectividad y tolerancia de topiramato en pacientes TLP hospitalarios. 3) Describir el escalado de dosis utilizado.
Metodología: Diseño: Retrospectivo, naturalístico. Sujetos: Pacientes ingresados en Unidad de Agudos de la Corporació Sanitària
Parc Taulí (Sabadell, Barcelona), y tratados con topiramato. Diagnóstico DSM-IV de TLP. Período: Julio de 2004 a mayo de 2006.
Población de referencia: zona urbana y semi-urbana de 380.000
habitantes. Variables: Sociodemográficas, clínicas y evolutivas.
Estadística: Descriptiva.
Resultados: Número de casos: 32 total (30 mujeres). Politerapia
farmacológica. Mejoría funcional (EEAG) y de la impulsividad.
Aumento rápido de dosis hasta rangos terapéuticos. Un grupo de
pacientes presenta pautas en el extremo alto del rango. Efectos sobre el estado metabólico: la mayoría de los pacientes disminuyen
de peso.
Conclusiones: Los pacientes afectos de TLP y tratados con topiramato en el ámbito hospitalario presentan una mejoría funcional. La
tolerancia es correcta. Las dosis utilizadas y el escalado de dosis
son diferentes a las descritas para en pacientes ambulatorios y permiten una rápida optimización del tratamiento.
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X CONGRESO NACIONAL DE PSIQUIATRÍA
TRASTORNO PARANOIDE DE PERSONALIDAD.
ABORDAJE Y MANEJO EN UNA UNIDAD DE
DESINTOXICACIÓN. A PROPÓSITO DE UN CASO
L. García Fernández, E. Aristegui Ruesga, L. Uriarte Gonzalez,
A. Etxebarria Alfonso, J. García Cano y E. Sáez Fuentes
Introducción: Entre el 30-80% de los pacientes con abuso de sustancias presentan un trastorno de personalidad comórbido. Esta dualidad
suele ir asociada a peores características sociodemográficas previas al
tratamiento, peor funcionamiento global y mayor necesidad de demanda asistencial. La presencia de un TP no tratado se asocia a un
peor cumplimiento y resultados del tratamiento de la toxicomanía.
Objetivos: Describir el caso de un paciente diagnosticado de Trastorno de personalidad paranoide y dependencia a cocaína. Discutir
las opciones de abordaje y las peculiaridades trasferenciales en juego en este tipo de pacientes.
Metodología: M.A. es un varón de 41 años, consumidor de cocaína. Acude a la Unidad de Desintoxicación derivado desde su CSM
como paso previo a su incorporación a una Comunidad terapéutica.
Resultados: Durante el ingreso el paciente mostró un funcionamiento rígido y exigente y una actitud hipersensible ante acontecimientos inocuos que interpretaba como malevolentes. Muy resistente a las demandas externas y oposicionista, lo cual dificultó el
manejo dentro del grupo y la labor del equipo. Con un abordaje
adecuado se consiguió que el paciente completara el tratamiento y
acudiera a la Comunidad Terapeutica.
Conclusiones: Con los sujetos paranoides el tratamiento parte de
establecer una alianza terapéutica que, aún respetando límites muy
estrictos, evite una percepción de dominio hacia el enfermo. La
transferencia suele ser muy rápida, intensa y negativa. La contratrasferencia también puede ser muy intensa e incómoda (pacientes
excesivamente arrogantes, egocéntricos y hostiles que provocan el
agotamiento del psiquiatra).
TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD
Y SU HOSPITALIZACIÓN PSIQUIÁTRICA
L. Donaire Adánez, A. Zafra Villena y L.M. García Santos
Introducción: Existe un reconocimiento internacional sobre la importancia de los trastornos de la personalidad. Existen formas graves que pueden llegar a ser incapacitantes. En los últimos años ha
aumentado el número de pacientes ingresados en unidades de psiquiatría por esta patología.
Objetivos: Determinar el tipo de trastorno de la personalidad, motivo de ingreso y características socio-demográficas de los pacientes con trastorno de la personalidad ingresados en una unidad de
agudos de psiquiatría.
Metodología: Estudio retrospectivo de seis meses de duración (Oct
2005 a May 2006). Se estudiaron un total de 50 pacientes con diagnóstico de trastorno de personalidad, mediante entrevista clínica.
Resultados: El trastorno límite de la personalidad fue el subtipo
diagnóstico más frecuente, el motivo de ingreso más común fueron
las alteraciones de conducta y la ideación autolítica. Predominó el
estado civil soltero y el sexo femenino.
Conclusiones: Los trastornos de la personalidad suponen un porcentaje importante en los ingresos psiquiátricos, que se deben generalmente a los trastornos de conducta que provocan en su interacción interpersonal. El trastorno límite es el que habitualmente
genera una mayor necesidad de contención hospitalaria.
TRASTORNOS DE PERSONALIDAD EN UNA MUESTRA
DE PACIENTES CON TRASTORNOS POR USO
DE SUSTANCIAS MEDIDO POR CUESTIONARIO
SALAMANCA
J. Sanz Etxeberria, M. Prieto Etxebeste, M. Landabaso Vázquez,
E. Garnica de Cos y M. Sánchez Pérez
Introducción: La alta prevalencia de Trastornos de Personalidad entre
pacientes toxicómanos es una realidad ampliamente descrita en la literatura y constatable en la práctica clínica. En este sentido es de gran
ayuda para los clínicos contar con un instrumento eficaz y cómodo de
aplicación que sirva como screenig de trastornos de personalidad.
Objetivos: El objetivo de este trabajo es, utilizando el Cuestionario
Salamanca como screening, determinar la presencia de T. de la P. en
una población en tratamiento ambulatorio por Trastornos adictivos.
Metodología: 42 pacientes (33 varones y 9 mujeres) en tratamiento ambulatorio a los que, en situación de al menos 2 semanas de
abstinencia, se les aplica el Cuestionario Salamanca para trastornos
de personalidad.
Resultados: Aplicando como punto de corte 4 se aprecia una alta
prevalencia de trastornos de personalidad en la población estudiada. Destaca el Trastorno de Inestabilidad Emocional (43%), el
Trastorno Ansioso es el siguiente más frecuente (33%), seguido del
Histriónico, Obsesivo-Compulsivo y Paranoide. Es asimismo frecuente la coexistencia de dos o más trastornos destacando la combinación de rasgos para T. de I.E. y T. Ansioso (19%), Dependiente y Ansioso (10%) y Paraniode-Esquizoide (10%). En 12 pacientes (9%) se aprecia la existencia de rasgos para 3 o más trastornos.
Conclusiones: Los resultados coinciden con lo publicado, con resultados elevados para Trastornos por I.E. de la personalidad Ansioso. La escasa presencia de trastorno antisocial se puede atribuir
a la necesidad de abstinencia y especialmente a los nuevos perfiles
de dependientes que se ven el la clínica. El C. S. se revela como un
buen instrumento de cribado de T. de la P. en patología adictiva.
Bibliografía: G. Cervera, D. Martínez, F. Bolaños, G. Haro. Trastorno de la Personalidad en Tratado SET de Trastornos Adictivos.
TRASTORNOS DE PERSONALIDAD Y COMORBILIDAD
EN UNA UNIDAD DE HOSPITALIZACIÓN
PSIQUIÁTRICA DE AGUDOS
M.M. Serrano Cartón, M.C. Serrano Cartón, S. Segade Rodríguez,
E. Fontela Vivanco y M. Serrano Vázquez
Introducción: En la actualidad, los Trastornos de la Personalidad (TP) se encuentran entre los temas de mayor interés para la
psiquiatría española; prueba de ello es el gran número de proyectos de investigación, reuniones, congresos y publicaciones
en los que estos trastornos son objeto de estudio. Una de las
causas de este interés es la comorbilidad que los TP presentan,
y que es objeto de este estudio. Las actuales clasificaciones
multiaxiales en Psiquiatría han aumentado la frecuencia de
diagnóstico de los trastornos de personalidad (TP), tanto como
diagnóstico principal como de forma comórbida con otro trastorno mental del eje I. Se constata en la práctica clínica diaria
un aumento progresivo de los ingresos en Unidades de Agudos.
En el año 2000 representaban el 15% de los ingresos, siendo actualmente casi el 16%.
Objetivos: El objetivo de este estudio es evaluar la presencia de TP
de forma comórbida con otros trastornos mentales del Eje I en una
muestra de pacientes hospitalizados en una Unidad de Agudos de
Psiquiatría, conocer y describir la prevalencia, características demográficas y clínicas de estos pacientes en una muestra de pacientes ingresados durante 10 años (Marzo 1996 a Marzo 2006) (N = 5,329).
Metodología: Se efectuó un estudio retrospectivo de los pacientes
ingresados en este período, seleccionando aquellos con diagnóstico
de TP en el Eje II según criterios DSM-IV. Se realizó una recogida
de datos mediante un protocolo de 38 ítems sobre aspectos clínicos y
demográficos, haciendo énfasis en la comorbilidad del Eje I. Se realizó el análisis estadístico mediante el paquete SPSS 12.0 Windows.
Resultados: Se obtuvieron 836 pacientes con TP, entre los que
predominaban del Cluster B (Antisocial: 13%, Límite: 24,5%, Histriónico: 25,4% y Narcisista: 0,7%), seguidos del Cluster A (Paranoide: 4,3%, Esquizoide: 2,1% y Esquizotípico: 1,7%) y en último
lugar el Cluster C (Evitativo: 0,6%, Dependiente: 2% y ObsesivoCompulsivo: 1%), siendo el TP no especificado (incluye el mixto)
el 24,6% (n = 206). El diagnóstico comórbido más frecuente es el
consumo de sustancias (alcohol: 13%, opiáceos: 12% y otras: 11%;
total: 36%), seguido de los trastornos afectivos (18%) y trastornos
psicóticos (12%). No existía comorbilidad en el 11,6% de la muestra. No había diferencias en cuanto al sexo (49% hombres, 51%
mujeres), con predominio de la residencia urbana (70%). El estado
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X CONGRESO NACIONAL DE PSIQUIATRÍA
civil el más frecuente es el soltero, viudo o separado, con un
51,7%. El tipo de ingreso más frecuente fue el voluntario.
Conclusiones: Existe un incremento lento, pero progresivo de ingresos de TP en nuestra Unidad de Agudos en los últimos 5 años
(de un 15% a casi un 16%), lo que supone un importante número
en 10 años (836). 1) El Cluster más prevalente es el B, con el
63,7% de los pacientes, predominando el Histriónico (25,4%), Límite (24,5%) y Antisocial (13%). 2) El perfil sociodemográfico corresponde a una mujer soltera, urbana, con estudios primarios, que
convive en núcleo familiar primario, con suficientes recursos económicos y sin relación laboral, que ingresa por primera vez, desde
urgencias de forma voluntaria por un cuadro de riesgo/tentativa autolítica, de dificultad relacional o consumo de tóxicos.
TRASTORNOS DE PERSONALIDAD Y COMORBILIDAD
M. Sánchez Autet, L. Miquel de Montagut, M. Pardo Gallego,
A. Miñambres Donaire, M. Borràs Torralbo, M. Planella Sala
y S. Rivero Ortega
Introducción: Existe un interés creciente en los Trastornos de Personalidad (TP) debido a sus dificultades diagnósticas y terapéuticas
que se relacionan con la comorbilidad entre eje I y eje II.
Objetivos: Descripción de la distribución de los distintos diagnósticos en eje II en la práctica clínica habitual. Descripción de la comorbilidad entre eje I y II en una muestra recogida de población
comunitaria y hospitalaria.
Metodología: Se utilizan los datos de la Historia clínica informatizada de los distintos dispositivos ambulatorios y hospitalarios de
SJD-SSM. La muestra clínica es de 5030 pacientes con un diagnóstico de TP según DSM-IV. Se calculan los estadísticos descriptivos con SSPS 12.0.
Resultados: Los TP representan un 22,4% de la población clínica.
El TP NE significa el 46,1% del total seguido del TP Histriónico
(11,1%) y el TLP (9,6%). Se observa una elevada comorbilidad en
eje I en todos los TP, siendo baja la comorbilidad dentro del eje II.
Los Trastornos afectivos y los de ansiedad son los más prevalentes
en la muestra (29,3% y 22% respectivamente). En el cluster A son
más frecuentes los Trastornos psicóticos (55,2%), en el B los Tr.
afectivos (34%), y en el C y TPNE los Trastornos afectivos y de
ansiedad (31,9%, 33,3%, y 29,3%, 22,1%).
Conclusiones: Se obtiene una elevada comorbilidad en eje I, siendo muy baja la hallada en eje II en contraposición a otros estudios.
En general, se mantienen los patrones de comorbilidad esperados,
salvo algunas excepciones.
TRASTORNOS DE PERSONALIDAD Y ESTRÉS
S. González Vives, P. Gómez Merino, A. Montes Montero,
I. González Bocelo, J.L. Carrasco, M. Díaz-Marsá
y J.J. López-Ibor
Introducción: Actualmente son conocidas las llamadas “Personalidades Estresadas”, que incluyen distintos trastornos de personalidad, y distintos tipos de personalidad. ¿Qué pasa con el trastorno
de personalidad límite y su respuesta al estrés? No existe ninguna
clasificación actual, donde se haga referencia a la respuesta al estrés como criterio diagnóstico.
Objetivos: Queremos definir la respuesta al estrés de los distintos
trastornos de personalidad, y en concreto de los trastornos límite de
personalidad, ya que consideramos que es un aspecto muy importante de estos pacientes, y que tiene una correlación biológica en el
eje hipotálamo hipofisario.
Metodología: Estudio clínico con 33 pacientes TLP, 20 con otros
TP, y un grupo control. Se les realiza la prueba de respuesta a la
dexametasona, y se les pasa distintos test para medir las variables
dimensionales de la personalidad, e intentar correlacionar las variables biológicas con las variables de personalidad.
Resultados: Se encuentran diferencias estadísticamente significativas respecto a la supresión de cortisol tras el test con dexametasona, con respecto a los otros dos grupos. Además encontramos una
correlación directa entre la prueba de dexametasona y distintas va-
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riables de la personalidad, como son el neuroticismo (EPQ), la evitación del riesgo (TCI), la impulsividad (Barrat), y la gravedad global del trastorno (CGI).
Conclusiones: La respuesta al estrés en los pacientes con trastorno
límite de personalidad está alterada, semejándose con la respuesta
hipersupresora de los pacientes con trastornos de estrés postraumático. El eje HPA muestra una hiperrespuesta al estrés, presentando
hipocortisolismo basal, y posiblemente respuesta hipersensible de
los receptores glucocorticoideos, lo que hace que la respuesta al estrés sea desadaptativa.
TRASTORNOS DE PERSONALIDAD: COMORBILIDAD
CON OTRAS PATOLOGÍAS PSIQUIÁTRICAS
Y MEDICOQUIRÚRGICAS EN UNA UNIDAD
DE HOSPITALIZACIÓN PSIQUIÁTRICA
S. Cepeda Diez, C. Knecht Armengod, A. Tatay Manteiga,
T. Merino Magán, L. Laguna Sopena, R. Calabuig Crespo
y V. Balanzá Martínez
Introducción: Algunos estudios sugieren que los trastornos de personalidad (TP) se asocian con frecuencia a otras enfermedades psiquiátricas y médicas, lo que supone una mayor gravedad y una menor respuesta al tratamiento de ambos trastornos así como un peor pronóstico. Un mayor conocimiento de la comorbilidad de los TP permitiría
desarrollar respuestas terapéuticas más específicas a estos trastornos.
Objetivos: Determinar la comorbilidad de los TP con otros trastornos psiquiátricos y médico quirúrgicos en pacientes con varios ingresos en una unidad de hospitalización psiquiátrica del área metropolitana Sur de Valencia.
Metodología: Revisión retrospectiva de las historias clínicas de los
pacientes con un mínimo de dos ingresos en la Unidad de Hospitalización Psiquiátrica del Hospital Dr. Peset de Valencia entre Septiembre de 1994 y Mayo de 2006 y un diagnóstico estable de TP
(aparición del mismo en más de un 50% de los ingresos). Se analizó la comorbilidad con otros trastornos psiquiátricos y con enfermedades médicas concomitantes.
Resultados: De los 97 pacientes con un diagnóstico estable de TP,
la mayoría presentaron comorbilidad con otros trastornos psiquiátricos. Los trastornos del humor fueron el grupo diagnóstico más
frecuentemente asociado (36%), seguidos de los trastornos psicóticos y los trastornos adaptativos (ambos cercanos al 20%). Un 31%
presentaron además algún trastorno por uso de sustancias, siendo la
sustancia más frecuente el alcohol (2/3 de este grupo). Se analizó
también la comorbilidad con enfermedades médico quirúrgicas.
Conclusiones: La mayoría de los pacientes con TP presentaban
además otra patología psiquiátrica o médica. Se discuten los resultados obtenidos con los de estudios previos.
TRATAMIENTO DEL TRASTORNO DISOCIAL
CON ZIPRASIDONA
A. Pedra Camats y G. Pedra Pagés
Introducción: El trastorno disocial es el principal motivo de consulta en el Centro de Salud Mental Infanto-Juvenil de Lleida, siendo del 59% en el año 2005 y por lo que respecta la hospitalización
infanto-juvenil el 70% de les derivaciones entre los 12 y 18 años
corresponden a trastornos del comportamiento.
Objetivos: Evaluar la eficacia clínica de la Ziprasidona en pacientes diagnosticados de trastorno disocial según criterios del DSM IV.
Metodología: Estudio longitudinal y multicéntrico y observacional
en el que se incluyeron 32 pacientes entre de 14 a 18 años (20 varones y 12 mujeres) en régimen ambulatorio diagnosticados de
trastorno disocial a los que se instauro tratamiento por vez primera.
El seguimiento fue de 6 meses. La efectividad del tratamiento se
evaluó mediante el test de Barrett, Escala de agresión directa e indirecta para padres y tutores. Para procesar los resultados se utilizo
el programa SPSS 10.0.
Resultados: La dosis media fue de 60 mg/día Se observa una disminución de la agresividad e impulsividad tanto en el test de Barrett, como en las escalas de agresión. No se han evidenciado efec-
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X CONGRESO NACIONAL DE PSIQUIATRÍA
tos secundarios en ningún paciente durante los 6 meses del estudio.
Conclusiones: Buena tolerancia de la Ziprasidona. Ziprasidona ha
demostrado ser un medicamento eficaz en el tratamiento de la
agresividad e impulsividad.
USO DE RECURSOS SANITARIOS EN TRASTORNO
DE PERSONALIDAD
R. Navarro Jiménez, J. Quintero Gutiérrez del Álamo, M.A.
Jiménez Arriero, A. Fernández del Moral, J. Sevilla Vicente,
C. Botillo Martín, J. López Castromán, M. Negueruela López
y E. Baca García
Introducción: Hasta el momento se han desarrollado muy pocos
estudios que relacionen la carga asistencial con los diagnósticos
F6, encontrando escasos resultados en una búsqueda realizada.
Objetivos: Se trata de cuantificar la carga asistencial asociada al
diagnóstico de trastorno de personalidad.
Metodología: Se analizó la información disponible sobre pacientes
atendidos en el servicio de urgencias, en la unidad de hospitalización breve y las consultas externas del hospital de tercer nivel Fundación Jiménez Díaz que cubre un área de 300.000 personas y en
consultas ambulatorias de los Centros de Salud Mentales (CSM)
Centro y Arganzuela. Utilizamos un registro de datos que incluye
los campos del Conjunto Mínimo Básico de Datos y el período de
tiempo considerado fue 1999-2005. Analizamos los datos relacionados con las asistencias realizadas a los pacientes que han tenido
algún diagnóstico de trastorno de personalidad (F6). De los 37.205
pacientes del registro, se seleccionaron los pacientes que habían recibido asistencia dentro del espacio temporal comprendido entre el
1 de enero de 2000 al 31 de diciembre de 2004. De ellos se consideraron los pacientes que en algún momento habían recibido el
diagnóstico F6 y habían sido atendidos por lo menos 10 veces en el
área durante el mencionado período.
Resultados: Los 1.672 pacientes diagnosticados de trastorno de
personalidad (TP) analizados recibieron una media de 19,4 asistencias (29,9 DS). Con respecto al trastorno limite (TL), 95 pacientes
recibieron 26,93 asistencias (44,8 DS). En los TP la media de ingresos fue de 0,3 hospitalizaciones, la de asistencias en urgencias
de 1,5 y de 17 consultas ambulatorias (lo que supone 0,9 por mes)
en este período. Dando lugar a un coste de 1.393$ y un coste mensual de 79,2$. Dentro de los TL la media de ingresos fue de 1,2
hospitalizaciones, la de asistencias en urgencias de 6,5 y de 18
consultas ambulatorias (lo que supone 0,7 por mes) en este período. Dando lugar a un coste de 3.480$ y un coste mensual de
134,3$. Para los pacientes no diagnosticados de TP la media de ingresos fue de 0,05 hospitalizaciones, la de asistencias en urgencias
de 0,3 y de 8 consultas ambulatorias (lo que supone 0,8 por mes)
en este período. Dando lugar a un coste de 439$ y un coste mensual de 49,90$.
Conclusiones: Los pacientes con trastorno de personalidad presentan un uso importante de los recursos sanitarios sobre todo a expensas de las asistencias ambulatorias y de urgencias, suponiendo
esto un mayor coste. En comparación con los pacientes atendidos
en el área de la Fundación Jiménez Díaz sin TP.
Objetivos: Evaluar la efectividad y tolerabilidad y proporcionar
información adicional sobre el impacto del tratamiento con Amisulpride en pacientes con trastorno de la personalidad.
Metodología: Se trata de un estudio observacional, abierto, no
controlado, de una cohorte de pacientes atendidos en un centro de
salud mental, que han sido tratados según las condiciones habituales de uso. Se realizan controles basales, al mes y a los 3 meses y
se evalúa el objetivo principal mediante: 1) Datos sociodemográficos y clínicos recogidos en su historia clínica. 2) Impresión clínica
Global. 3) Escalas Analógico-Visuales (EAV) - Escala de Impulsibidad de Barratt-IPDE-SF-36. Efectos secundarios: UKU.
Resultados: Los 29 pacientes que completaron el estudio fueron tratados con una dosis media de 450 mg/día de Amisulpride. El perfil
tipo seria un paciente de 40,32 ± 9,02 años edad, varón en el 81,3%
de los casos, con antecedentes psiquiátricos familiares en el 65% y el
27,3% habían necesitado al menos en una ocasión de ingreso en Unidad de Psiquiatría. El cambio de las puntuaciones en los instrumentos de evaluación utilizados (visita final frente a visita basal) fue significativa. ICG-IS: 3,65 ± 0,4 basal a 3,5 ± 0,75 final. EAV: 7,71 ±
0,9 basal a 3,91 ± 0,75 final. EAV (familia): 8 ± 1,6 basal a 5,9 ±
0,97 final Escala de Barratt: de 68,64 ± 11,4 final 53,25 ± 10,03.
Conclusiones: Los resultados preliminares sitúan al Amisulpride como un fármaco muy prometedor en el manejo de los Trastornos de
Personalidad. Se requieren más estudios que apoyen estos resultados.
RMN CEREBRAL EN LOS TRASTORNOS
DE LA PERSONALIDAD (TP)
C. Chiclana Actis, M. Imirizaldu Pandilla, R. Fernández Torrón,
A. Sánchez Villegas y F. Lahortiga Ramos
Introducción: Los Trastornos de la Personalidad como grupo son
las enfermedades que más frecuentemente tratan los psiquiatras,
con una prevalencia de entre el 10,8% y 71,9% según diversos estudios. Con frecuencia los sujetos diagnosticados de TP presentan
alteraciones estructurales y metabólicas cerebrales. Se han encontrado alteraciones significativas en aquellos diagnosticados de límite, antisocial y esquizoide.
Objetivos: Descripción y estudio de la estructura cerebral con
RMN en una muestra de sujetos que realizaron entrevista semiestructurada IPDE módulo DSM-IV para el diagnóstico de TP.
Metodología: Se analizó una muestra de 130 pacientes atendidos
tanto en consultas externas como en la unidad de hospitalización
de la Clínica Universitaria de Navarra, a los que se les aplicó la entrevista IPDE módulo DSM-IV.
Resultados: 47 sujetos cumplieron criterios completos IPDE de
TP. A 18 de estos se les había realizado un RNM cerebral y 9 (3
Límite, 3 No especificado, 1 Obsesivo-compulsivo y 2 con comorbilidad en el eje II) presentaban hallazgos significativos (2 con aumento unilateral del tamaño ventricular, 1 con trastornos de la migración neuronal, 2 con malformaciones y 4 con otras alteraciones).
Conclusiones: En nuestra muestra, la mitad de los pacientes (50%)
con diagnóstico de TP presentaban hallazgos significativos en la
RNM. Parece aconsejable realizar pruebas de imagen neuroanatómicas en los pacientes con TP.
VALORACIÓN DEL IMPACTO DEL AMISULPRIDE
EN EL TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS
DE PERSONALIDAD
S. Ocio, M.J. Hernández, J. Antolín y C. Emeterio
Introducción: Además de los abordajes psicoterapéuticos, recientes
investigaciones psicobiológicas indican que la farmacoterapia podría
ser de utilidad para el tratamiento de los trastornos de personalidad.
La mayoría de los estudios apoyan la eficacia de dosis bajas de antipsicóticos. Dadas las características del Amisulpride, que se ha
mostrado eficaz en el tratamiento de la esquizofrenia, así como, los
indicios que apuntan a su eficacia a dosis bajas en el tratamiento de
la Distimia, nos hace pensar que podría tener ventajas en el tratamiento de los T.P. respecto a otros antipsicóticos atípicos, sobre todo
en lo que se refiere a la sintomatología afectiva de los T.P.
Psiq Biol. 2006;13 Supl 3:1-177
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