¿Se considera una persona religiosa? Soy católico, pero de una forma moderada. Creo en Dios y todas las noches antes de dormir le agradezco todo lo que me ha dado, la salud mía y de mi familia, la fuerza que tengo, el trabajo, pero no soy practicante. Cada uno tenemos nuestra forma de agradecérselo. El Deportivo ha puesto a Juca en el escaparate, porque ahora la prensa brasileña lo sigue más de cerca. Jugar en el Deportivo y en la Liga Española es tener más cabida en los medios a nivel mundial. Aquí estoy más visible y eso es también es una responsabilidad, porque tengo que corresponder. Lo importante es que hablen de mí por haber dejado buenas sensaciones. ¿Cree que ha tenido el reconocimiento que merecía en su país después de siete temporadas allí? Está claro que no soy una persona famosa, pero eso tampoco fue nunca lo que me movió en esto del fútbol. Juego porque me gusta, no por hacerme famoso; no me importa el reconocimiento. Yo siempre he tratado de hacerlo bien en todos los clubes en los que he jugado y tengo la conciencia tranquila. ¿Le ha molestado alguna crítica desde su llegada? Yo trato de ver todo lo que se dice sobre mí porque, muchas veces, tienes que tener la inteligencia de escuchar y aprender de las críticas. Luego, tampoco soy una persona que en los momentos buenos piense que soy lo máximo, ni cuando estoy mal pienso que soy lo peor: intento mantener siempre una línea recta, una conducta y una tranquilidad. ¿Se llegó a plantear la po- s i bilidad de nacionalizarse serbio? Fue algo que se habló pero que no llegó a concretarse. Ver mi nombre ahí me hizo feliz. Tengo que agradecer a Radomir Antic la confianza que me tiene y todo lo bueno que dijo sobre mí antes de mi llegada. Aunque lo de compararme con Mauro... digamos que mefastidió un poco (risas). ¿Imagina que Serbia lo llamase para jugar el Mundial de Sudáfrica 2010? Si se diese esa oportunidad la agarraría con las dos manos, aunque tendría que renunciar al pasaporte italiano... Un Mundial es la cita más importante y, pese a que mi sueño de niño era jugarlo con Brasil, no cabe duda de que en Serbia viví los dos mejores años de mi carrera y me siento muy identificado con ese país. Fueron dos años de victorias y títulos, y eso no lo puede pagar nadie. Al fin y al cabo, es lo que queda al final de la carrera de un futbolista. 06 RCD 07 Juca