LA ADHESIÓN DE LOS SOCIALISTAS SERÍA UN FACTOR CLAVE PARA LA REELECCIÓN DE BORIS TADIC EN SERBIA Por: Rodrigo Barbosa Investigador de las Facultad de Ciencia Política y Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario El pasado domingo 6 de mayo se cumplieron las elecciones legislativas y la primera vuelta presidencial en Serbia. Por tercera vez, se enfrentaron para las presidenciales Boris Tadic (actual presidente por el Partido Democrático DS y vencedor en las dos ocasiones anteriores 2004 y 2008) y Tomislav Nicolic (Partido Progresista Serbio SNS). El margen de diferencia fue mínimo entre ambos candidatos, Tadic obtuvo el 25,5% de los votos, mientras que Nicolic registró el 25,4%, seguido de lejos por Ivica Dacic del Partido Socialista de Serbia (SPS) –antiguo partido de Slodoban Milosevic quien moriría en La Haya en el 2006, mientras pagaba condena por crímenes contra la humanidad– con un poco más del 16% de los sufragios. La segunda vuelta, programada para el 20 de mayo, pronostica ser igual de cerrada que la primera, sin embargo, la balanza podría inclinarse más del lado del actual presidente serbio Boris Tadic al anunciarse la adhesión a su campaña del excandidato socialista Ivica Dacic. Bajo este panorama, Nicolic podría continuar con su postura de centro y moderado europeísmo o podría arriesgarse a buscar una alianza con el Partido Democrático Serbio (DSS), antes llamado Partido Radical Serbio, que obtuvo el 7% de los votos el pasado domingo y que ha promulgado siempre una postura más nacionalista, antieuropea y que ha manifestado, en varias oportunidades, que Serbia debería retomar el control de Kosovo por medio del uso de la fuerza. La Unión Europea ha designado a Serbia como candidato oficial para ingresar a la Unión y, por el tono que los dos candidatos que están en la segunda vuelta han utilizado, no parece que el país tome una decisión contraria a su aspiración de ingreso. No obstante, algunos sectores de la sociedad serbia, la mayoría representados por el DSS, no ven con muy buenos ojos que el país entre a la UE y pueda, en unos años, correr el riesgo de sufrir una debacle económica como la de Grecia. En ese sentido, será un importante reto para el reelecto presidente Tadic o para el nuevo presidente Nicolic, poder insertar de manera exitosa al pequeño e inestable país balcánico dentro de la organización supranacional europea. En términos económicos, Serbia aún no se recupera de la cruenta guerra que se desató, tras la desintegración de la antigua Yugoslavia, a principios de los noventas. El crecimiento de su PIB para 2012 se calcula en tan sólo el 1,1% y su tasa de desempleo está alrededor del 19%, estas cifras podrían empeorar si la crisis en los países europeos persiste, pues su economía depende directamente de la estabilidad de los demás países de la región, particularmente de Italia, Grecia y Alemania, sus principales socios económicos. Además del tema económico, la actitud estatal de Serbia frente a la autoproclamada independiente, en 2008, República de Kosovo será otro de los temas que se seguirá abordando en campaña y que, seguramente, hará parte primordial de la agenda del nuevo (o del reelecto) mandatario. Hasta el momento hay un consenso entre los partidos políticos y entre los diferentes sectores de la sociedad serbia para no reconocer la independencia de este territorio –a pesar que al menos 89 países, entre ellos Colombia, hayan reconocido a Kosovo como un Estado independiente. Para la nación serbia, Kosovo es más que un territorio que busca su separación, pues esta región es considerada la “Cuna de la Nación” y en él se encuentran varios símbolos nacionales y las reliquias más importantes de la Iglesia Ortodoxa serbia, como los monasterios y las tumbas de sus santos y mártires que datan de los días del Imperio Romano de Oriente o Imperio Bizantino. Ninguno de los candidatos, por lo menos ahora en campaña, está dispuesto a negociar la aceptación de Kosovo como un Estado independiente. Sin embargo, aún se discute en el seno de la Unión Europea si el reconocimiento al nuevo Estado sea una condición para que serbia pueda entrar al club europeo. En caso de darse esa condición, el país entraría en una profunda polarización interna, donde posiblemente un gobernante como Tomislav Nicolic, que viene moderando un discurso anti-europeísta y ultranacionalista, pueda retomar sus antiguas posturas y ganar popularidad interna arriesgando el ingreso a la UE; caso contrario el de Boris Tadic, quién en sus ocho años de gobierno, ha mantenido como bandera de su política interna y externa buscar la forma de hacer parte de la Unión Europea. No en vano, en los años en que Tadic ha presidido Serbia, se logró capturar y llevar ante las cortes internacionales al ex presidente Slodoban Milosevic y al ex comandante Ratko Mladic, por delitos de lesa humanidad en la Guerra de los Balcanes. Una de las principales exigencias que imponían los países de la UE, para considerar la posible entrada del país al organismo multinacional. Si bien, los partidos ultranacionalistas y radicales parecen estar tomando fuerza en buena parte de los países de Europa, cabe resaltar que Serbia parece ser la excepción, en la medida en que el propio Tomislav Nicolic tuvo que mostrar un discurso y una actitud mucha más conciliadora y de centro para tener mayores posibilidades y llegar, por lo menos, a la segunda vuelta de las presidenciales contra su archirrival, Boris Tadic. Lo cierto es que cualquiera de los dos candidatos que se disputan la presidencia serbia este 20 de mayo estaría dispuesto a retroceder en su camino a la integración en Europa por medio de la UE, ni siquiera el estricto plan de austeridad propuesto por Alemania ha disminuido las intenciones serbias de estar en la Unión, y tampoco es probable que ninguno de los candidatos adelanten una campaña de retoma por la fuerza del territorio kosovar, que cada vez va adquiriendo mayor autonomía y respaldo internacional.