COMUNICADO DE APOYO A PARTICIPANTES Y TRABAJADORES/AS DEL CENTRO DE PERSONAS SIN HOGAR “AL ABRIGO “ El Observatorio de la Exclusión Social y los Procesos de Inclusión en la Comunidad de Madrid (OEISM), no podemos estar en silencio ante la situación que están viviendo la mayoría de las personas ligadas (usuarios/as y trabajadores/as) a este proyecto tan necesario en la población de Fuenlabrada. El OEISM es una entidad formada por entidades sociales y personas que participan en proyectos sociales de diversa índole, y que están presentes en diferentes barrios de la ciudad de Madrid y pueblos de nuestra Comunidad, como es el caso de Fuenlabrada. Algunos de los fines que recogen los estatutos del Observatorio radican en la defensa de los Derechos Humanos, la promoción del desarrollo personal y la integración social de las personas y grupos en riesgo o situación de exclusión social, contribuir a la participación activa y democrática de la Ciudadanía o dar a conocer y denunciar al conjunto de la sociedad las situaciones de injusticia, desigualdad, pobreza y exclusión social existentes. El Centro para Personas Sin Hogar “Al Abrigo”, gestionado por la Asociación Crisol y financiado por la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Fuenlabrada, es parte activa desde los inicios del Observatorio, trabajadores/as y participantes de “Al Abrigo” han participado activamente en las actividades que el OEISM ha venido desarrollando, con especial importancia en las acciones dirigidas a la promoción de la ciudadanía, como la Comisión Ciudadana. En los últimos años, los participantes de Al Abrigo vienen luchando para salvar al Centro de los recortes sociales y evitar su cierre. Actualmente, salen a la calle de nuevo para defender que el proyecto siga adelante, garantizando la misma calidad en la atención y en los servicios que siempre ha tenido. El Centro Al Abrigo es un proyecto de integración de referencia en toda la Comunidad de Madrid, asentado en un equipo profesional comprometido y dedicado en cuerpo y alma a garantizar unos servicios sociales de calidad, cercanos y accesibles para el ciudadano, donde las personas no sean meros usuarios sino participantes y ciudadanos con derechos y deberes. El centro Al Abrigo no es un simple local, no es un centro más. Es un espacio de formación, de convivencia, de participación, de dignificación… de ejercicio de la ciudadanía, donde las personas no son solo números de un informe sino el auténtico sentido y contenido de este proyecto. Sin ellas el proyecto no existiría. En el Observatorio, la participación activa y comprometida de las personas de Al Abrigo ha sido y es referente para otros grupos en el desarrollo de un proceso real de participación de las personas que viven situación de exclusión. Su empoderamiento ha sido el resultado de un proceso de defensa de los derechos sociales individuales y colectivos. Han llegado a nuestro conocimiento quejas y denuncias expresadas por trabajadores/as y usuarios/as del Centro sobre los preocupantes cambios que la gerencia de la Asociación Crisol está introduciendo en el proyecto. Son cambios que vulneran los principios éticos y metodológicos de un recurso público dirigido a garantizar el acceso al derecho a la protección social y a los servicios sociales y que ponen en serio peligro la calidad de la intervención y la profesionalidad del equipo que ha impulsado el proyecto. La falta al respeto y el mal trato a los/as participantes, El descenso en la calidad y cantidad de los servicios (reducción de la comida) El cierre los fines de semana, Limitar y dificultar el uso de las redes sociales, herramienta tan importante en la realidad que vivimos y única forma de comunicarse con sus familiares (especialmente para personas inmigrantes) … entre otras violaciones a los derechos como ciudadanos/as. A todo esto hay que añadir el despido fulminante, sin previo aviso, el 6 de marzo, de la en ese momento directora y psicóloga Ana Carbajo, corresponsable y coautora del diseño del proyecto, profesional con la que compartimos trabajos en el OEISM. Conocemos su preocupación por el tipo de gestión y las consecuencias tan negativas que en las personas participantes estaba teniendo debido a la mala gestión por parte de la Asociación Crisol de los recursos destinados al Centro. Por tanto, conocemos y entendemos las razones que han llevado a los/as usuarios/as del “Al Abrigo” a adoptar una huelga indefinida de todas las actividades. Si la huelga siempre es una acción dura para los trabajadores/as, mucho más lo es cuando las personas que la ejercen están en una situación de extrema necesidad, no podemos perder de vista este hecho. También sabemos que parte de los/as trabajadores/as están en huelga indefinida, como muestra de apoyo a los participantes en su lucha y a la compañera despedida. Desde el OEISM: Expresamos nuestra solidaridad activa con participantes y trabajadores/as del Centro “Al Abrigo”. Apoyamos las demandas planteadas por las personas que acuden al Centro: readmisión de la trabajadora despedida e incorporación a las funciones que venía desempeñando. Solicitamos a la Comunidad de Madrid y al Ayuntamiento de Fuenlabrada la búsqueda de una fórmula para poder retomar la calidad en la atención que como ciudadanos consideramos tienen derecho, tanto los usuarios/as como los trabajadores/as comprometidos profesionalmente con este proyecto. Para terminar, queremos compartir con los responsables públicos de las distintas administraciones, con las entidades sociales y con la ciudadanía de la Comunidad de Madrid, nuestra preocupación por el hecho de que la situación que están viviendo los/as participantes y trabajadores/as en este Centro no es la única en nuestra región. Situaciones similares se están produciendo en otros Centros y Servicios Sociales Públicos o de gestión privada con dinero público, y si no luchamos y apoyamos hoy los derechos a una buena gestión y calidad en los servicios sociales por la que están luchando nuestros compañeros/as de “Al Abrigo”, mañana puede ser tarde, porque la lógica imperante en estos momentos es la mercantilización de las políticas sociales públicas y utilizar a las entidades sociales que se presten a este juego como brazo ejecutor de la pérdida de calidad, condiciones y derechos sociales y laborales. Proyectos como el Centro “Al Abrigo” son recursos sociales que nos pertenecen a la ciudadanía, y no debemos permitir que vaya en contra de los derechos humanos y sociales en este siglo XXI. Madrid, 26 de marzo de 2014