DE HISTORIA NATURAL meninas, en las clases inferiores, modelan y traspasan con agujas quebradas los corazoncillos de cera que ponen auténtica a la interpretación de las pinturas rupestres paleolíticas como ritos mágicos de caza. Post scñptum.—Nos complace hallar una coincidencia en el estudio de D. Eugenio Frankowski sobre los signos quemados.y esquilados del ganado de tiro en España, publicado últimamente en las Memorias déla Real Sociedad Española de Historia Natural (vol. x, páginas 299300). Este señor, en efecto, interpreta acertadamente como una «representación de muerte mágica que el hombre primitivo ha dado a su enemigo», la figura trazada en la pared vertical de la mole de rocas más imponente del abrigo de Valrobira (provincia de Teruel) que Cab r é , su descubridor, presentaba como una probable representación de sacrificio humano (J. CABRÉ: El Arte rupestre en España, página 152). La figura de Valrobira, F i g . 2. —Grabado en la p a r e d vertical de un abrigo del Valle de Valrobira. (Según J. CABRÉ.) que, por las representaciones de las armas amenazadoras, debe asignarse a la edad de los metales, es del mayor interés para nosotros, en cuanto expresa la derivación a las luchas humanas interindividuales de los métodos que hasta el día sólo conocíamos en relación con la caza de los animales deseables. Nos. permitimos, pues, reproducir esta imagen de intensa expresión, ingenua y trágica, en que la lluvia de armas arrojadizas representa los deseos, repetidos y fuertes, de destrucción de a