ENFERMEDAD, ENFERMO, SUFRIMIENTO... Dr. Jorge E. Rodríguez Caldera Enfermedad -decía Corral, en su prestigiosa obro de Patología Generol-, es todo lo que se opone o la salud; y que el término deriva del griego "pathos", fonéticamente análogo del sónscrito, en que significa sufrimiento. El cOilcepto tiene la expresiva profundidad de referirse no simplemente a un estado anormal, que llamamos morboso, sino. a algo que afecta, en sentido pleno, la individualidad del sujeto, a un mundo subjetivo que gravita sobre el cuerpo. Es decir, que al tiempo de que el mal acusa su presencia en el organismo humano, también lo registro en el espíritu y en la sensibilidad del ser. Pero hay algo más: Hay una tristeza, una falta de valerse, que contribuye a integrar el sufrimiento; y este sufrimiento es una sensación peculiar y diferente de las demás. Se sufre por la pérdida de un padre, por la deslealtad de un amigo, por la infidelidad de un mujer. Ante la injusticia, se sufre por muchos motivos, pero estos sufrimientos no tienen ninguna analogía con el sufrimiento de la enfermedad, que tiene una calidad intrínseca, diferente de todos los demás sufrimientos. Los signos y los síntomas, las manifestaciones morbosas de la enfermedad, acompañan al enfermo, pero hay un sentido primario; y es el "sentirse enfermo". El paciente busca al médico por sufrir, sufrir que es completamente diferente a los otros pesares. Una mañana en París en el año 1864, Claude Bernard definía la medicina diciendo que "es un conjunto de conocimientos, un conjunto de saberes al servicio del alivio y curación de la enfermedad". Con esta sencillez el gran fisiólogo definía la medicina y, en verdad, ésta ha sido siempre la medicina. Letamendi la definió diciendo que "es hallar la cura pronta y cierta de la enfermedad". Esto ya recoge el sentir de Bernard pero hay una diferencia que estriba en añadir el factor tiempo en el proceso de curar. La medicina quiere hallar la cura cierta de las enfermedades, pero añade "pronta". Y ¿cómo no ha de ser pronta la cura si el que está enfermo es un hombre que sufre, y el que sufre es un necesitado, un menesteroso de ayuda, un hombre que necesita el báculo del prójimo para seguir caminando, viviendo? El sufrir del enfermo es personal y se engendra a partir de factores de distinta naturaleza, muchos de ellos sin conexión alguna a la causa morbi y con la propia categoría procesal de la enfermedad. Este sufrimiento decisivo para la iniciación de la relación médico-enfermo está definido o determinado por: 1] El dolor físico, aunque no de una manera tan estrecha como parece a primera vista, ya que son muchas las circunstancias en la que la enfermedad es motivo de un profundo sufrir, sin que en los ingredientes de este sufrimiento se encuentre el dolor físico. 2) Más importancia tiene en la génesis del sufrimiento la conciencia de sentirse enfermo, la limitación del rendimiento vito! del individuo, lo que denominamos caída de su "valetudo", esto es, su capacidad de acción. 12 3) Junto a este factor, nutren el sufrir del enfermo las circunstancias de relación entre la afección del enfermo y su posición de rendimiento social, profesional o familiar que es lo que Grotte ha denominado "responsividad". En virtud de esta responsividad una lesión mitral c<,::>mpensada puede ser motivo de sufrimiento para un cargador de muelle, responsividad positiva; y no serlo para un oficinista, responsividad negativa. 4) La enfermedad y su conexión con la profesión del sujeto y su instante biográfico es también una fuente de sufrimiento. Una laringitis para un tenor en el día del estreno, o un eczema en la cara de un artista, son fuente de sufrimiento que no alcanzan esta categoría en persona de otra condición profesional y social. 51 La situación histórica del hombre enfermo influye también sobre la aparición o proporción del sufrimiento. La enfermedad puede interferir el destino histórico de una persona y, en cambio, favorecerlo otras veces. 6) y finalmente, la vivencia de la muerte, a la que el hombre debe ir a parar precisamente a través de la enfermedad; y ésta es otra causa de sufrimiento, especialmente por el aguijoneo torturante, más en unos casos que en otros, de incitación a la duda de si la "hora incierta" de su "mors certa" ha llegado. 13