De naufragios y ausencias Roberto Arlt: lo que olvidó el olvido Juan DOMINGO ARGUELLES el gallo ilstrado 1 Febrero 1981 " S e d i c e de m i q u e escribo mal. Es pasible. D e cualquier modo no t e n d r í a dificultad en citar a numerosa gente q u e escribe bien y a quienes únicamente leen c o r r e c t o s m i e m b r o s de sn familia". Roberto Arlt E l 26 de julio de 1942 murió uno de los escritores de m á s alta talla q u e ha tenido la Argentina y L a t i n o a m é r i c a : R o b e r t o Arlt. P a r a muchos nunca fue un g r a n escritor. P a r a otros no era siquiera un escritor. Sin e m b a r g o , escribía: sin e m b a r g o , escritor de tal fuerza creadora difícilmente se v o l v e r á a d a r en nuestra letras. Julio Cortázar ha reconocido la grandeza de R o b e r t o Artt, a l e x p r e s a r con toda conciencia, en las declaraciones a una periodista, la significación del autor d e E l juguete rabioso dentro de la literatura argentina y dentro d e su m i s m a obra, la e x c e l e n t e prosa n a r r a t i v a de Cortázar. Aunque larga la cita, v a l e la pena destacar lo e x p r e s a d o en aquella ocasión por C o r t á z a r : " T ú v e s a un h o m b r e tan extraordinario c o m o Roberto Arlt, que es lo contrario de B o r g e s en todos los p l a n o s . " . R o b e r t o A r l t no tenía ninguna autocrítica. Quizás para bien, quizás la autocrítica la hubiera esterilizado; p e r o no tenía ninguna autocrítica. Su lenguaje es desaliñado, está lleno de equivocaciones estilísticas. E s muy flojo. L o que es, es una e n o r m e fuerza c r e a d o r a . B o r g e s tiene menos fuerza creadora en ese s e n t i d o . . . P e r o todo es a m b i v a l e n t e porque al m i s m o t i e m p o yo había descubierto a Horacio Quiroga y había descubierto a R o b e r t o Arlt, los e s c r i t o r e s populistas. Conoces lá división entre F l o r i d a y Boedo, ¿no? T a m b i é n había descubierto a los d e Boedo. Y m e había impresionado eso que yo calificaba de fuerza hace un m o m e n t o . Entonces y o pienso que por ejemplo todo el lado porteño de la ciudad que hay en los cuentos de Bestiario, desde el comienzo, e s o se lo debo —no c o m o influencia directa sino más bien c o m o la prueba de que eran t e m a s y m u y ricos y de los cuales se podía obtener m u c h o — , a R o b e r t o A r l t . . . A r l t , que t o m ó las cosas por debajo por razones de cultura, de v i d a y d e profesión, v i o el Buenos A i r e s por el cual uno camina, en el que se v i v e , en el que se ama, en e l q u e se s u f r e . . . " j Un c a s o mexicano parecido a R o b e r t o A r l t lo es José R e v u e l t a s . A Arlt le faltó la militancia política. P e r o la condición telúrica de su creación deia en secundo plano con mucho esa carencia. R o b e r t o A r l t retrató en sus obras de vida real d e un Buenos A i r e s que bien podría l l a m a r s e M é x i c o o Bogotá o M o n t e v i d e o o Caracas, o en fin cualquier ciudad hija del subdesarrollo y lugar del deseo del imperialismo. Los bajos mundos que A r l t retrata o más bien refleja no son los mundos míticos y soñados de alguien que con sumo g r a d o de enajenación onírica soñó que soñaba. N o . L o s bajos mundos que retrata y que refleja A r l t son en síntesis uno solo, el mundo, en fin nuestro mundo, nuestra ciudad y nuestro país, nuestra condición más delesnable, la que se debe superar; superación en la cual mucho ha contribuido A r l t y mucho han contribuido escritores c o m o A r l t . Soñar que se sueña en Buenos A i r e s o en C a r a c a s o en M é x i c o es ahora no una pasión onírica sino un suceso digno de r e i t e r a b l e reproche. Y a desde mucho t i e m p o hace, R o b e r t o A r l t así lo supo. N o se hallará en sus libros el sueño y el delirio de la ilusión — ¡ i l u s a , muy ilusa!—. L o s libros de A r l t están llenos de vida, rebosantes de " b a j e z a " , plenos de sobras y d e gritos. P o r eso sus libros reflejan m á s que otros la realidad. P o r eso sus libros están todavía v i v o s : porque son la vida. P o r eso son libros que se sufren cuando se leen; porque son en sí mismos el sufrimiento. P o r q u e critican ahí en lo m á s bajo, en la llaga que se esconde — o que trata de esconderse p e r o que nunca se esconde— en el cuerpo lacerado de ló que algunos llaman la " f e l i c i d a d " o la " t r a n q u i l i d a d " o " e l mundo es a n s í " para decirlo con una frase c é l e b r e de Baroja. Muchos c r e y e r o n que los libros de A r l t quedarían con el tiempo bajo la sepultura del olvido. Cuan equivocados estaban. Un día o muchos días, lo m i s m o pensaron de algunos de los libros de R e v u e l t a s . Y cuánto se equivocaron. ¿Con qué estruendo c a y e r o n sus suposiciones! Han pasado casi cuarenta años de la m u e r t e de R o b e r t o Arlt. ¿ A c a s o son sus libros ya pasto del olvido? Quien haya leído por lo menos un libro de Arlt s a b e que no y lo sabe muy cierto, muy adentro de sí, porque aquel que haya leído un libro d e Arlt, nunca podrá olvidarlo. Ahí están vivos El juguete rabioso. L o s siete locos, E l jorobadtto, Aguafuertes norteñas, Los lanzallamas, E l a m o r brujo. . . Aquí están presentes, v i v o s . ¿Que los escribió mal? ¿ Y cuál escritor que escriba m a l ha podido durar cuarenta años sin que el olvido muerda su escritur a ? L o mismo se dijo de José R e v u e l t a s . ¡Que escribía m a l ! Y lo mismo se puede contestar. ¿Que escribía mal? ¡Ahí están sus libros! ¿ Y los libros de los escritores que escribían bien, en dónde están? R o b e r t o Arlt sonrió a la pregunta anticipad a m e n t e , porque de estos, de los escritores que escribían bien sólo queda el silencio, su pureza, su nada . . . y su soberbia soberbiamente muerta, s i m p l e m e n t e olvidada. R o b e r t o A r l t , y a lo dijimos, fue un a l g o así como un José Revueltas, solo que sin la militancia política q u e sin e m b a r g o él nunca desdeñó. P e r o franco, s i e m p r e franco dijo no c o m p r e n d e r . D e él son las palabras siguientes que Raúl L a r r a cita en un estudio s o b r e el escritor de L o s l a n z a l l a m a s — e l p r i m e r o que se hizo sobre R o b e r t o Arlt, E l torturado, publicado en 1950—: " C o m o otros c o m p a ñ e r o s m e quise a c e r c a r a la clase trabajadora. N o n e g a r é q u e se m e ocurrió, al asumir s e m e j a n t e actitud, que y o le hacía un e x t r a o r d i n a r i o f a v o r al proletariado. ¿Quienes, sino nosotros ( s e g ú n decíam o s ) podían orientar a la clase o b r e r a hacia la resolución d e sus problemas? A las p r i m e r a s de c a m b i o algunos o b r e r o s fantásticamente instruidos por su t e r r i b l e dialéctica m a r x i s t a ( q u e aún no entiendo c l a r a m e n t e por ser tan c o m p l i c a d a ) trituraron nuestros conceptos y m i literatura, y sin pelos en la lengua nos tildaron d e ignorantes, vanidosos, oportunistas y c h i f l a d o s . . L a sinceridad de A r l t lo condujo a d e c i r s i e m p r e la realidad de las cosas. Nunca las ocultó. Su " f r a c a s o " político que él m i s m o c r e y ó en ningún m o m e n t o fue tal. N o puede decirse que es f r a c a s a d o en política un h o m b r e q u e escribió E l j u g u e t e rabioso. P o r q u e en e s e libro — c o m o en todos los d e m á s suyos— está su posición política que d e una u otra forma s i e m p r e fluyó hacia el lado d e los oprimidos, d e los habitantes de los bajos mundos, de tos bajos fondos del mundo. E n toda la obra de A r l t hay esta adhesión. T o d a su obra está i m p r e g n a d a de solidaridad humana hacia los que sufren. P o r eso quien lee sus libros sufre. P o r q u e sus libros son el fiel r e f l e j o del sufrimiento: son el sufrimiento mismo. P o r eso solamente los " a t r e v i dos y los desesperados pueden estar bajando con D a n t e al infierno a cada rato o leyendo o r e l e y e n d o cosas d e s a g r a d a b l e s " , como diría José Joaquín Blanco. Y naciendo nuestras las palabras que él consagró para o t r o t e x t o y para o t r o autor decimos con J o s é Joaquín Blanco o a m a n e r a de él que toda la obra d e A r l t " e s una experiencia e x t r e m a de crudeza r a d i c a l " cuya lectura representa un g o l p e a nuestro c e r e b r o , un golpe o m e j o r dicho muchos golpes q u e a fuerza de insistir humanamente nos pueden abrir el entendimiento y s a b e r q u e e s t a m o s con A r l t , que e s t a m o s con él en los bajos fondos, q u e estamos bajando con él constantemente al infierno de la r e a l i d a d , de la v i d a ; q u e e s t a m o s con Arlt y q u e sabemos que si el olvido lo olvidó es que no puede para él haber olvido.