Trabajo realizado por Francesca Diamanti Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) RIMA I1 Yo sé un himno2 gigante y extraño que anuncia en la noche del alma una aurora3, y estas páginas son de ese himno cadencias que el aire dilata en las sombras. Yo quisiera escribirle, del hombre domando el rebelde, mezquino idioma4, con palabras que fuesen a un tiempo suspiros y risas, colores y notas. Pero en vano es luchar5; que no hay cifra capaz de encerrarle6, y apenas ¡oh hermosa! si, teniendo en mis manos las tuyas, pudiera, al oído, cantártelo a solas7. 1 Esta Rima es como una declaraciòn de principios de Bécquer. 2 En la evoluciòn de la poesìa romàntica hay un proceso de simplificaciòn de la métrica que se hace màs sencilla, y es muy frecuente que se hable de la poesìa como de un himno o una melodia. En la primera mitad del XIX la musicalidad del verso era màs fuerte, mientras que en la segunda mitad del siglo esa musicalidad se hace màs suave y menos enfàtica. Sobre este aspecto es muy fuerte la influencia de Byron y de su obra “Hebrew Melodies”, traducida en Espana en 1851; a partir de este momento hay la tendencia a poner en los tìtulos de los textos la palabra “Melodies” màs el adjetivo. 3 La “noche del alma” y las “sombras” al verso 4 se refieren a la herida provocada de la escisiòn del ser humano; la “aurora” se refiere al intento por superar esta herida que se realiza con la poesìa. 4 La cuestiòn del lenguaje es muy interesante; la poesìa expresa el desbordamiento de los sentimientos, pero lo hace a través del lenguaje que es un bien social. Hay una grande distancia entre el sentimiento y la palabra: el idioma es mezquino y rebelde porque no se adapta a los sentimientos y, siendo una artificio social, està fracasado. El idioma es una metàfora del contrato social: los dos son convenciones de la sociedad. Bécquer quiere mostrar la contradiciòn que hay en el representar los sentimientos con un bien social que no tiene nada que ver con los sentimientos mismos. 5 En este verso se vee el concepto de “ironìa”: la conciencia del fracaso y de la limitaciòn del intento de superar la herida del ser humano dentro de la sociedad. La ironìa sigue la “analogìa” que es la creaciòn de paraisos ficticios y consoladores. 6 En la Ilustraciòn se creìa que el lenguaje pudiese ser encerrado dentro de la métrica y de las reglas; en el Romanticismo hay conciencia de las limitaciones del lenguaje, que no puede dar cuenta de los sentimientos. 7 Se refiere a una figura femenina, que se identifica con la poesìa. Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) RIMA IV No digáis que, agotado su tesoro, de asuntos falta, enmudeció la lira1; podrá no haber poetas; pero siempre habrá poesía2. Mientras las ondas de la luz al beso palpiten encendidas, mientras el sol las desgarradas nubes de fuego y oro vista, mientras el aire en su regazo lleve perfumes y armonías, mientras haya en el mundo primavera, ¡habrá poesía3! Mientras la ciencia4 a descubrir no alcance las fuentes de la vida, y en el mar o en el cielo haya un abismo que al cálculo resista, mientras la humanidad siempre avanzando no sepa a dó camina5, mientras haya un misterio para el hombre, ¡habrá poesía! 1 La Lira, a partir del mundo griego se considera el sìmbolo de la mùsica y al mismo tiempo de la poesìa, puesto que la mayorìa de los versos y sobre todo de las odes se escribìa para cantarlos al sonido de este instrumento musical, cuya invenciòn se atibuye a Apolo. (Pozzoli G., Noel F., Romani F., Peracchi A., Dizionario d’ogni mitologia e antichità, Volume 3, Milano 2 La poesìa en cuanto género sentimental que pertenece a la esfera privada del ser humano y que, por eso, se identifica con la mujer siempre existirà en la realidad, en la naturaleza y en los sentimientos. La poesìa es instinto y capacidad de sentir y se diferencia de la capacidad de esbribir, que implica inteligencia y dominio del lenguaje y es propia de los poetas que solo pueden ser hombres. Si la poesìa es mujer, el poeta siempre es hombre. 3 Bécquer hace una lista de elementos naturales (ondas, sol, aire, primavera) y dice que siempre en ellos habrà poesìa porque la poesìa està en la realidad y forma parte del lugar privado del ser humano y de la naturaleza. 4 Bécquer en esta estrofa establece un enfrentamiento entre ciencia fìsico-matemàtica y poesìa, que equivale al enfrentamiento entre razòn y corazòn. La ciencia habìa sido uno de los mejores resultados de la Ilustraciòn, pero siempre hay cosas que la razòn no logra alcanzar: son las cosas que tienen que ver con el instinto y el sentimiento, y que solo la poesìa puede alcanzar. 5 El poeta se refiere a la idea ilustrada de progreso indefinito; con el Romanticismo se vee como este progreso no ha llevado a una sociedad feliz, sino a una sociedad fracasada en que la harmonìa no es posible, lo que ha determinado la primera gran crisis de la Modernidad. Mientras se sienta que se ríe el alma, sin que los labios rían; mientras se llore, sin que el llanto acuda a nublar la pupila6; mientras el corazón y la cabeza batallando prosigan7, mientras haya esperanzas y recuerdos, ¡habrá poesía! Mientras haya unos ojos que reflejen los ojos que los miran, mientras responda el labio suspirando al labio que suspira, mientras sentirse puedan en un beso dos almas confundidas, mientras exista una mujer hermosa8, ¡habrá poesía! 6 Bécquer muestra la diferencia entre la esfera privada y la esfera pùblica del ser humano, que a pesar de tener sentimientos en su corazòn no los deja ver en su cara social. Es el asunto romàntico del enfrentamiento entre yo y sistema, entre corazòn y razòn. 7 Es la atormentada lucha entre la razòn y el corazòn, lucha que segùn los Romànticos no puede concluirse en un proceso de harmonizaciòn como los Ilustrados habìan planteado. 8 La ùltima estrofa es como una sintesis de toda la rima: todo se puede resumir en la figura poética de la mujer hermosa. Hermosura es belleza, sublime, poesìa. Las mujeres de las rimas de Bécquer no son reales, son figuras afantasmadas; son un ‘tù’ que el poeta crea con el intento de objetivar la interiorizaciò y superar la escisiòn de las partes. Es como un desdoblamiento del poeta que habla con si mismo, con su parte escindida, asì que la poesìa se vuelve un acto de conocimiento ìntimo y personal. José de Espronceda (1808-1842) CANCIÓN DEL PIRATA Con diez cañones por banda, viento en popa, a toda vela, no corta el mar, sino vuela un velero bergantín. Bajel pirata1 que llaman, por su bravura, el Temido, en todo mar conocido del uno al otro confín. La luna en el mar rïela, en la lona gime el viento, y alza en blando movimiento olas de plata y azul2; y va el capitán pirata, cantando alegre en la popa, Asia a un lado, al otro Europa, y allá a su frente Stambul: «Navega, velero mío, sin temor, que ni enemigo navío ni tormenta, ni bonanza tu rumbo a torcer alcanza, ni a sujetar tu valor.3 Veinte presas hemos hecho a despecho del inglés4, 1 En el imaginario occidental el pirata es el estereotipo de los marginados; Espronceda lo elige como sìmbolo de rebeldìa, en cuanto personaje heròicom fuerte y completamente al margen de la sociedad manchada y de sus convenciones. Trata el asunto tìpicamente romàntico del enfrentamiento yo-sistema; hay en poesìa una apuesta por los valores privados que se traduce en un proceso de subjetivaciòn. 2 Espronceda no nos presenta un paisaje tranquilo, sino un mar rebelde y en movimiento que nos da la idea de una naturaleza sublime y incontrolable a la que el personaje tiene que enfrentarse. Ademàs el hecho de que sea noche nos lleva al mundo de los sentimientos, opuesto a las luces de la razòn. 3 El pirata tiene un sentimiento de rebeldìa total en favor de la libertad y de la independencia de la esclavitud social, a la que prefiere hasta la muerte. y han rendido sus pendones cien naciones a mis pies. Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad5, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar6. Allá muevan feroz guerra ciegos reyes por un palmo más de tierra; que yo aquí tengo por mío cuanto abarca el mar bravío, a quien nadie impuso leyes. Y no hay playa, sea cualquiera, ni bandera de esplendor, que no sienta mi derecho y dé pecho a mi valor. Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar. A la voz de «¡barco viene!» es de ver cómo vira y se previene a todo trapo a escapar; que yo soy el rey del mar, y mi furia es de temer7. 4 Hace referencia a los Ingleses porque en aquel momento tenìan la supremazia del mar. Con esta frase Espronceda se refiere a la autonomìa y a la completa soledad del hombre que, si en la Ilustraciòn se veìa de manera positiva confiando en la razòn, en el Romanticismo es motivo de gran pesimismo y de crisis del ser humano. 5 6 En el estribillo el poeta muestra la rebeldìa del pirata frente a todos los pilares y las convenciones de la sociedad: el dinero y la sociedad burguesa capitalista (“tesoro”), la religiòn (“mi dios”), la ley y la patria. 7 Cuando habla de los otros no se refiere a otros personajes como él, sino a la sociedad que tiene que temer su furia implacable. En las presas yo divido lo cogido por igual8; sólo quiero por riqueza la belleza9 sin rival. Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar. ¡Sentenciado estoy a muerte10! Yo me río; no me abandone la suerte, y al mismo que me condena, colgaré de alguna entena, quizá en su propio navío. Y si caigo, ¿qué es la vida? Por perdida ya la di, cuando el yugo del esclavo, como un bravo, sacudí11. Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar. Son mi música mejor aquilones, 8 9 Insiste sobre su total indiferencia y negaciòn del dinero. Se refiere a la belleza de la libertad y de la independencia. 10 11 Es la sociedad con sus manchas y su fracaso que lo han condenado a muerte. El pirata prefiere la muerte a la esclavidud de la sociedad y cada lucha que hace no es por una patria, sino por sì mismo y por su libertad contra la sociedad. En esta poesìa, a diferencia de otras, Espronceda no habla de reformismo: es una posiciòn frontal del pirata contra su enemigo, que es la sociedad. el estrépito y temblor de los cables sacudidos, del negro mar los bramidos y el rugir de mis cañones12. Y del trueno al son violento, y del viento al rebramar, yo me duermo sosegado, arrullado por el mar. Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar.» 12 Se refiere a los rumores y los donidos del mar, que son completamente diferentes de los de la sociedad.