MI PADRE DUERME Mi Padre duerme. Su semblante augusto figura un apacible corazón está ahora tan dulce si hay algo en El de amargo, seré Yó. Cuando partiste al más allá dejaste la casa, llena de tristeza los corazones, se quebrantaron por el dolor y nuestras almas, empezaron a llorar... La silla en que te sentabas, junto a la mesa Nos llena de recuerdo; ahí está tu semblante dulce y amable y escuchamos los pasos de tu vida el vivir alegre, de tu niñez las anécdotas de tu juventud y los consejos de tu vejez Tu sinceridad fue grande, nos enseñaste con el ejemplo luchaste todos los días por los tuyos y tu sueño de hacernos buenos, se convirtió en realidad ahora junto a tu esposa Blanca, ¡Rogad por nosotros ¡ que en la tierra, jamás te olvidaremos y un día no muy lejano, estaremos juntos añorando los tiempos vividos. Autor: Carlos Velásquez Armas.