Cristina Ruiz Bueno SUAVE llegó el toque de silencio. Hay quien corre al almanaque en su afán de tachar otro día (dulce tortura). Hay quien ya duerme o quien serpentea en la cama buscando algún resquicio de frescor, quien mira al techo atormentado con sus pensamientos, quien llora silenciosamente ahogando sus sollozos en la almohada... Yo me limito a escribir. Mato el tiempo antes de que el tiempo me mate a mí o el corimec se derrumbe junto a mis anhelos. La recta final es falsa; es una cuesta arriba que mortifica y juega sucio, que alarga sus minutos disfrutando de nuestra agonía. Nadie quiere pensar y sin embargo la cabeza nos golpea con un calendario imaginario: diez días, cinco días...Pero aún no es mañana, ni pasado: Aún estás aquí y estás soñando. El que intenta ocupar su tiempo muere exhausto y el que duerme despierta sufriendo al choque con la realidad. Ahora ya falta una semana.Una semana de treinta días,de mil horas,de maléfica soledad y espantosa angustia. Una semana de tensión y roces. ¿Una semana? Sí, para quien no muera antes.