ESPAÑOL IV-No. 2-2014 CITOC magazine CENTRUM INFORMATIONIS TOTIUS ORDINIS CARMELITARUM contenido Editorial Una nota biográfica nos ilustra la vida de nuestro legislador y otro artículo describe el entorno histórico en el que San Alberto respondió a las exigencias de los hermanos que le habían pedido una “regla de vida”. Las reflexiones sobre Nuestra Regla a la luz de la eclesiología del Concilio Vaticano II y el testimonio de varios miembros de la Familia Carmelita de cómo vivirla hoy, sirven de puente hasta nuestros días. Esta edición también presenta algunos alegres acontecimientos que muestran cómo se vive nuestra Regla desde hace ocho siglos en diferentes países y circunstancias: el 125° aniversario de la llegada de los primeros carmelitas irlandeses a Nueva York, que marcó el comienzo de la actual Provincia Americana de San Elías; el 25° aniversario del restablecimiento de la Orden en Francia después de su desaparición a causa de la Revolución Francesa y el 25° aniversario de JuCar, movimiento juvenil en España. Nuestra Regla se vive en entornos diversos y afrontando retos derivados de los cambios producidos por momentos históricos que siempre piden nuevas respuestas; por ello, compartimos un artículo sobre la unificación de las dos provincias de Castilla y Arago-Valentina en la única “Provincia de Aragón, Castilla y Valencia.” Además de estos artículos y otras informaciones, presentamos como de costumbre una selección de noticias importantes, algunas de las cuales ya han sido publicadas en CITOC-on-Line, que ofrecen una visión de la vida actual de la Orden. Os deseamos a todos una buena lectura de estas páginas de la nueva edición de CITOC-magazine. 2 Editorial CITOCmagazine 13 Vivir la Regla del Carmelo en Nuestro Contexto CENTRUM INFORMATIONIS TOTIUS ORDINIS CARMELITARUM 19 VIII Centenario de la muerte La CITOC-Magazine es publicada dos veces al año por la Orden de los Carmelitas. Las noticias, información, artículos, cartas, fotografías y otros materiales envíados, se convierten en propiedad de la Revista de CITOC. 11 La Regla Carmelita a la Luz del Concilio Vaticano II de San Alberto de Jerusalén 27 Jubileo de Oro de la Tercera Orden en Kenia 2 8 Vida de los Monasterios: Director: P. Fernando Millán Romeral, O.Carm. clausuras y nuevas fundaciones Editor: P. Christian Körner, O.Carm. 30 Noticias Asesor Editorial: P. Raúl Maraví, O.Carm. 16 125º aniversario de los Carmelitas en Nueva York Asesor Técnico: P. Joseph Hung Tran, O.Carm. 20 25º Aniversario de JuCar Corresponsales: Europa: P. John Keating, O.Carm. África: P. Conrad Mutizamhepo, O.Carm. 22 Provincia Carmelita de Aragón, Castilla y Valencia América: P. Raúl Maraví, O.Carm. Asia y Oceanía: P. Benny Phang, O.Carm. Envío de información a: Curia Generalizia dei Carmelitani Via Giovanni Lanza 138 00184 Roma, Italia Tel+39-064620181 Email: citocmagazine@ocarm.org www.ocarm.org P. Christian Körner, O.Carm. CITOC | P. 2 * Arte vitral Giuliani, carmelita Domus - Roma, Italia E ste año 2014 estamos celebrando el VIII centenario de la muerte de San Alberto de Jerusalén; por ello, en el tema central de este nuevo número de CITOCmagazine está el recuerdo de este evento. La carta del Patriarca a los ermitaños del Carmelo se ha convertido en nuestra Regla y con los años no ha perdido nada de su originalidad. Este documento permanece siempre actual y es una fuerza inspiradora que comenzó con los ermitaños reunidos en la fuente de Elías en el monte Carmelo hasta extenderse a toda la Familia Carmelita de hoy en todos los continentes. 6 San Alberto de Jerusalén, Un Padre para el Carmelo 4 Alberto Patriarca de Jerusalén 24 25 años de los Carmelitas en Francia Alberto Patriarca de Jerusalén Legislador del Carmelo P. Vincenzo Mosca, O.Carm. A lberto, de los Avogadro, probable apellido de su familia, nació en torno al año 1150, en “Castro Gualteri”, localidad que actualmente se encuentra en la diócesis de Reggio Emilia y Guastalla, fue educado, como cualquier descendiente de origen noble, en las artes literarias. Para continuar sus estudios, fue probablemente trasladado a la ciudad de Parma, especializándose en la jurisdicción. Al quedar huérfano, eligió, aunque no como carrera brillante según lo valorado en aquel tiempo, el camino del sacerdocio, entre los Canónigos Regulares de Sta. Cruz de Mortara. Esta Congregación, muy extendida en la Italia del Norte de los siglos XI-XIII, tenía como ideal “la vida perfecta común”, siguiendo una regla de los “Santos Padres”, pero que se inspiraba en los principios de la regla de S. Agustín. Tanto en los estudios como en la piedad y vida regular, Alberto progresó hasta tal punto que muy pronto fue elegido maestro de las jóvenes vocaciones de su instituto y después pasó a ser prior de la comunidad de la casa madre de Mortara hacia el 1180. Este es el período en que comenzó a ser conocido fuera de los muros de su comunidad y Congregación, recibiendo varias tareas que le asignaron los Papas del tiempo por su preparación jurídica. Quizá debido a esto, en 1184 fue nombrado obispo de Bobbio. Pero no permanecería mucho en aquella sede ya que el 20 de abril de 1185 Urbano III, su predecesor en aquella iglesia particular, le nombró obispo de Vercelli, llamándolo para mantener esta cátedra en la que había estado S. Eusebio. Vercelli era, en el siglo XII, el mayor centro cultural, económi- co y político del Piemonte, y el obispo de aquella iglesia también contaba por lo que era representante del emperador. En los cerca de 20 años en los que Alberto permaneció como obispo de Vercelli, su labor pastoral a favor de esta iglesia se desarrolló desde la perspectiva de los principios de los movimientos de reforma del tiempo, en particular reorganizando la vida de su iglesia local en lo espiritual y económico. Cuidó, ante todo, la formación del clero, instituyendo tres cátedras para el capítulo eusebiano, de un ““theologus”, de un “grammaticus” y de uno “scriptor”. Amplió la biblioteca capitular con la donación del canónico Cotta. Dispone unas pautas directivas para una impronta de vida común del clero bajo la guía de prepositi en los capítulos de Vercelli de la Iglesia de Sta. Agata, Sta. Maria la Mayor y de S. Esteban de Biella. Para esta última escribe un verdadero estatuto. Su acción pastoral culmina con el Sínodo diocesano celebrado en Pentecostés de 1191 y cuyos estatutos permanecie- CITOC | P. 4 ron en vigor hasta cerca de finales de 1600. La enorme cantidad de actos administrativos llevados por Alberto, de los que hay abundante documentación, nos dicen de él que estaba presente y se hacía cargo de su iglesia particular, a pesar de las múltiples tareas para las que era llamado tanto por el emperador como por el papa. Era capaz de mantener una equilibrada relación tanto con los representantes de la municipalidad de Vercelli, aquietando sus ambiciones de autonomía, como con las dos máximas instituciones. Su intento de resolver el conflicto entre éstas, representadas por Celestino III y Enrique VI en 1197, por desgracia no tuvo éxito debido a la muerte prematura de las dos partes. Pero fue sobretodo con el pontífice Inocencio III con quien Alberto recibió numerosos e importantes cargos, como los de presidir una comisión de estudio para la creación de un “propósito regular” para el gran movimiento de los Humildes, procedentes de ambientes heréticos y heterodoxos. Con ellos comenzó la distinción de primera, segunda y tercera orden en la historia de la vida consagrada y también la presidencia de un capítulo general extraordinario para todos los monasterios del NordEste de Italia. El mismo papa, el 17 de febrero 1205, le hizo una invitación apremiante para aceptar su postulación como Patriarca de Jerusalén, hecha por los canónigos del Santo Sepulcro, los obispos sufragáneos y por el rey de Jerusalén, Almarico II de Lusignano. Debido a la estima de que gozaba lo nombró también Legado de Tierra Santa. Alberto ocupó su nueva sede en los primeros meses de 1206 y, debido a que Jerusalén estaba en posesión de los turcos desde 1187, estableció su residencia en S. Juan de Acre. En estos territorios, su acción, desde el punto de vista eclesial, incluyó, en cierto sentido, algunos aspectos más importantes, tales como la ocupación de las sedes episcopales de las diversas provincias eclesiásticas, las relaciones con las Órdenes militares y las normales incumbencias de un patriarca. Desde el punto de vista político su gran virtud de mediador quedó reflejada en la solución de los problemas de sucesión de Cipro, del principado de Antioquía y de los mismos reinos de Jerusalén. A continuación, en lo que se refiere al valor de la cruzada y la liberación de Jerusalén, procuró, ante todo, establecer una cierta relación de buena vecindad con los príncipes musulmanes, para garantizar el acceso de los santos lugares para los peregrinos que iban allí. El 14 de septiembre de 1214, en la fiesta de la Exaltación de la Sta Cruz, mientras iba en procesión a la catedral de Acre, fue asesinado por el maestro del hospital del Espíritu Santo, un clérigo de Caluso, diócesis de Ivrea, que fue depuesto por él de su cargo por su vida poco edificante. En general sus acciones están guiadas por un gran sentido del equilibrio y la prudencia, como lo demuestra también su compromiso a favor de los eremitas latinos del Monte Carmelo, situándolos dentro de la Iglesia con su carisma específico. De hecho, su obra está delineada en la tradición del Carmelo y en el mismo texto de la “vitae formula” de este modo: al reunir en un único colegio el grupo de eremitas (in unum collegium congregavit); en haberles dado a ellos una Fórmula de Vida según su propositum (scribens eis regulam); en la estructuración del lugar y modo de vida de este grupo (monasterium construxit). En este sentido, Alberto ha sido identificado con el futuro de los primeros eremitas-hermanos del Monte Carmelo, no sólo como pastor y, por tanto, legislador, sino también como maestro y padre, es decir, fundador. La “vitae formula” que recoge los principales valores del carisma del Carmelo, convertida en “Regla bulada” en 1247, con adicciones y correcciones de Inocencio IV, se puede considerar como su testamento espiritual. SAN ALBERTO DE JERUSALÉN UN PADRE PARA EL CARMELO P. Giovanni Grosso, O.Carm. S an Juan de Acre, cabo norte del golfo de Haifa, 14 de septiembre de 1214. El patriarca latino de Jerusalén Alberto Avogadro avanzaba en procesión, rodeado de canónigos del Santo Sepulcro y de otros clérigos, celebrando la fiesta de la Exaltación de la Cruz, en la que participaba la entera comunidad “franca”, o sea, los cristianos latinos, y otros ciudadanos atraídos por el acontecimiento. De repente una persona de entre la muchedumbre se abalanzó sobre el presidente hiriéndolo de muerte. El homicida, que resultó ser el maestro del hospital del Santo Espíritu, quiso vengarse por haber sido destituido por el obispo por motivos de inmoralidad. La fama de Alberto creció hasta el punto que en 1184 fue elegido obispo de Bobbio, donde sólo permaneció algunos meses, ya que el año siguiente fue destinado a presidir la iglesia de Vercelli, donde permaneció por unos veinte años. Este período fue rico en actividad pastoral y diplomática, aspectos fuertemente unidos en la vida de Alberto. De hecho, él no sólo presidía la diócesis, sino que también representaba al emperador en cuyo nombre gobernaba el condado de Vercelli. Siendo obispo acompañó a la iglesia eusebiana en la celebración de un sínodo diocesano (1191), en el cual nacieron unos nuevos Estatutos, fruto, al menos en buena parte, de la clarividencia y de la competencia del obispo mismo. Esta antigua legislación, desafortunadamente desaparecida, estuvo en vigor al menos hasta el inicio del siglo XVII, siendo modelo de concreción y flexibilidad. Alberto tuvo otra preocupación, la formación del clero diocesano. Fue muy valorado por los papas, los cuales lo enviaron como mediador con motivo de producirse desavenencias entre los obispos y los capítulos de canónigos o entre las diócesis vecinas. Estos fueron también unos años de intensa actividad política; como obispo-conde mantuvo siempre buenas relaciones con los emperadores Federico I “Barbarroja” y su hijo Enrique IV, al que acompañó muchas veces en sus viajes a Italia. No resultó fácil la relación con el municipio de Vercelli, cuya conocida notoriedad iba creciendo. La sabiduría y la competencia jurídica de Alberto también se pusieron de manifiesto con ocasión de la reforma de los Estatutos de los capítulos de canónigos de Biella y de Santa Ágata y Santa María Maggiore de Vercelli. El obispo también fue requerido para colaborar en la revisión de las constituciones de los Humillados, la nueva orden religiosa compuesta por laicos en continencia y sacerdotes. Todas estas actividades, junto con su fama de hombre espiritual, hicieron que los canónigos del capítulo del Santo Sepulcro lo propusiesen al papa como patriarca de Jerusalén. Inocencio III (11981216) acogió la propuesta y, después de vencer su resistencia como candidato, lo envió como patriarca de Jerusalén y legado papal para la provincia de Tierra Santa. En los primeros meses del 1206, Alberto permaneció en San Juan de Acre, sede provisional del patriarcado, por estar impedida la entrada y la residencia en Jerusalén, que estaba en manos sarracenas. En seguida se ocupó en mejorar la situación de la iglesia latina en Tierra Santa. Como legado papal intervino en el nombramiento de obispos y fomentó el diálogo con los sarracenos y entre los diversos grupos y autoridades cristianas. Por aquel entonces el reino latino de Jerusalén se limitaba a poco más de la costa del golfo de Haifa, a los territorios libaneses y a la isla de Chipre; después de la batalla de Hattin (1187) el dominio sarraceno había sido restablecido en casi toda la Tierra Santa. Entre los territorios dominados por los “francos” quedó el promontorio del Carmelo. Justamente en su vertiente suroccidental, en el Valle del Peregrino (la Wadi ʼain es Siah), en las ruinas de una antigua capilla bizantina, en un año no verificable pero sí después del 1189, se estableció un grupo de peregrinos latinos que se propusieron vivir como eremitas en santa penitencia. Formaban una de tantas comunidades nacidas durante aquellos años en la tierra fecunda de una sociedad en movimiento y de una iglesia en efervescencia por los interrogantes sobre la esencialidad, la simplicidad y la radicalidad de la vida. La sociedad occidental estaba en profunda transformación: las antiguas estructuras feudales, cerradas y basadas en una agricultura de subsistencia con Así murió el patriarca Alberto, víctima de su compromiso por una iglesia fiel al Evangelio. Descendiente de los Avogadro, de una familia de la clase media, había nacido unos sesenta años antes, hacia el 1150, muy probablemente en Castel Gualtieri, en la que hoy es provincia de Regio Emilia, en aquel tiempo parte del territorio piamontés identificado con varios nombres: Lombardía, Italia… Siendo un joven de unos veinte años, después de acabar los primeros estudios de derecho, optó por la vida religiosa; no por una carrera eclesiástica cómoda, prometedora y remunerativa, sino por la austera vida comunitaria de los Canónigos regulares de Mortara, que se ocupaban en la vida comunitaria de pobreza y de oración litúrgica coral unida a la cura pastoral. Se convirtió en un intérprete autorizado de su regla de vida, hasta el punto de obtener la confianza de los superiores y de los hermanos para convertirse en maestro de novicios y posteriormente prior en 1180. * San Alberto de Jerusalén, Monastery of the Holy Name, Denmark, WI., EE.UU. CITOC | P. 6 CITOC | P. 7 mínimos cambios sociales, iban dejando espacio a nuevas aglomeraciones urbanas cuyo centro vital era el mercado, la obispalía, el ayuntamiento, e incluso la universidad. Nuevos grupos sociales compuestos por mercaderes, artesanos, profesionales, iban substituyendo a las antiguas estratificaciones sociales de los caballeros y los campesinos. Incluso en la misma iglesia pululaban los movimientos de opción por la pobreza y evangélicos, los predicadores populares que con frecuencia recorrían amplias zonas alimentando el hambre de la palabra de Dios, eremitas solitarios y en grupo que se establecían en lugares desérticos o semidesérticos, pasando a ser un reclamo para mucha gente. El anhelo espiritual y religioso por una vida cristiana más substancial y basada en la palabra evangélica se mezcló con la explosión demográfica, con el crecimiento de la riqueza y consecuentemente de las diferencias sociales, con el aumento de la cultura universitaria, con la movilidad social y con otros factores, provocando una imponente marcha hacia Tierra Santa, de la cual fueron consecuencia las cruzadas. El deseo de trasladarse a aquella Tierra para encontrar al Señor visitando los lugares de su vida terrena, había provocado efectivamente un movimiento intenso en el pueblo, que se transformó en el peregrinaje armado llamado cruzada. En este contexto nació la comunidad de los hermanos eremitas del Carmelo. Alberto escribió para ellos la Fórmula de Vida, auténtica columna vertebral de la vida carmelitana, que pasó a ser la Regla carmelita. Una breve carta en la que se describía en pocas líneas su propósito, o sea, la vida y fisonomía por la que el grupo se había decidido. Se pretendía ser una fraternidad de eremitas obedientes al prior, reunidos en torno a Jesucristo, en continua y orante meditación de su palabra, alimentados por la eucaristía, en silencio, trabajo, pobreza, discernimiento y diálogo fraterno. En ella aparece por primera vez el ADN del grupo (lo que técnicamente se llama carisma). Se componía de los elementos esenciales de la vida cristiana y religiosa, pero combinados de una manera original. Caridad, oración, centralidad de Cristo, servicio, todo esto y algún otro elemento de la vida espiritual se articulaba de manera harmoniosa tal que proporcionaba al grupo y a sus miembros la gracia de permanecer en constante búsqueda del rostro de Cristo para ser transformados por el Espíritu y vivir en plena comunión con el Padre y también con los hermanos. El icono ideal de la primera comunidad de Jerusalén, como se describe en los Hechos de los Apóstoles (2,42-47; 4,32-35; 5,12-16) constituía la firme referencia estructural de los primeros Carmelitas; es difícil saber si la idea fue sugerida por ellos o por Alberto, pero es cierto que la composición de la Fórmula de Vida y la articulación de los elementos son del patriarca. Alberto, sin que sepamos de qué modo pero ciertamente en diálogo con los mismos hermanos, consiguió armonizar las diversas aspiraciones que aparecen en la Fórmula de vida. Ante todo la fuerte llamada a seguir a Jesús justamente allí donde él vivió, consumó su sacrificio y regaló la vida por su resurrección: éste era el ideal de la peregrinación a Jerusalén contenido en la tradición cristiana. Se trataba de un camino de transformación continua, que conducía a los eremitas a hacer la experiencia de resucitar de la muerte, a pasar de la vida carnal a la espiritual. De este modo, los carmelitas se hicieron hermanos, capaces de construir una comunidad en la que es posible encontrar al Señor y estar dispuestos para servir a las hermanas y hermanos del pueblo de Dios. Tenían el deseo de seguir a Jesús en pobreza apostólica, como signo de la esencialidad de la vida y de la radical dependencia de Dios, propio de muchos movimientos del tiempo que optaban por la pobreza. Había una llamada a la soledad del desierto, aunque mitigada por elementos comunitarios y cenobíticos, que expresaba el deseo de buscar al Señor como el absoluto, para permanecer en intimidad con Él. Había la exigencia de la lucha espiritual expresada en la invitación a revestirse la armadura espiritual (cfr Ef 6,11-17): una interesante relectura de la mentalidad del momento imbuida de los ideales caballerescos y de ganas de cruzada. El deseo de contribuir a la reforma de la Iglesia se expresó en la elección por venerar a María, la Madre del Señor, la Señora del Lugar, o sea del mismo Carmelo y de la Tierra Santa, conquistada por la sangre de su Hijo: a ella se le dedicó la capilla construida en medio de las celdas de los hermanos. Esta devoción mariana inicial contenía todos los elementos que se desplegaron a lo largo de la multisecular historia de la Orden. Igualmente la elección del modelo ideal del profeta Elías, al que estaba unido el lugar en el que se establecieron los eremitas, (“junto a la fuente” llamada popularmente de Elías), pasó a ser motivo de identificación y llamada a la dimensión profética, o sea, al anuncio libre y manifiesto de cuanto Dios quiere para la historia humana. CITOC | P. 8 Algunos autores han intentado definir la aportación específica de Alberto y su rol en la fundación del Carmelo; pero sólo son hipótesis basadas sobre pruebas con frecuencia frágiles y no siempre suficientemente verificadas. Si bien es plausible atribuir a Alberto la redacción de la carta que contiene la Fórmula de Vida (esto nunca ha sido puesto en duda por las fuentes), y además se puede atribuir a Alberto la riqueza de citas bíblicas directas o indirectas (son tantas y tales, que alguno ha llegado a decir que la Fórmula de Vida se presenta como fruto de una lectio divina), sin embargo no se puede afirmar con certeza qué partes o qué consejos son fruto exclusivo de la mente y del corazón del patriarca y cuáles del deseo de los mismos eremitas. De hecho, éstos ya vivían en el Carmelo y habían dado una forma inicial a su propositum (Regla 3). Aún así, creo que puede atribuirse a la experiencia de Alberto, canónigo de Santa Cruz de Mortara, al menos la indicación de san Pablo como modelo (Regla 20): un don específico del patriarca Alberto a los Carmelitas. La mención del Apóstol fue, de manera más o menos consciente, de gran ayuda para los hermanos a la hora de orientarse hacia el apostolado explícito y directo, sin que por ello sufriese menoscabo la dimensión contemplativa carismática, originaria y propia. Por otra parte, el mismo Pablo fue también un místico (cfr 2Cor 12,1-10) y un hombre de profunda oración (Rom 16,25-27; 2Cor 2,14; Ef 3,14-21). De la misma manera puede mantenerse que es una herencia de Alberto la fuerte dimensión eclesial que recorre el texto de la Fórmula de vida, la cual sostuvo en todo tiempo el esfuerzo de los carmelitas a favor de la vida eclesial y de la evangelización. formaron Carmelos en Sicilia y en Italia (Messina y después Pisa), en Inglaterra (Aylesford en Kent y Hulne en Northumberland), en Provenza (Les Aygalades y Valenciennes), y en Alemania (Colonia). La Fórmula de Vida de san Alberto continuó modelando la vida de los hermanos y pasó a ser Regla reconocida y aprobada, con algunos importantes añadidos y modificaciones del papa Inocencio IV (1 de octubre de 1247). La esencialidad, la flexibilidad y el dinamismo de este tesoro han hecho de él un referente atrayente, capaz de ofrecer alimento e inspiración a muchos grupos de fieles, religiosos y laicos, que constituyen la Familia Carmelitana. La carta entregada por Alberto a los hermanos eremitas que vivían junto a la fuente de Elías cumple ahora más de 800 años, pero no ha perdido en absoluto su frescor y, como un fruto en tiempos de cambio, ha conseguido adaptarse a situaciones siempre nuevas, abiertas a la esperanza de Dios para los hombres. Todo esto permitió a la comunidad eremítica del Carmelo no encerrarse en sí misma, en un narcisismo conservador de la propia elección y del propio estilo de vida. Los hermanos se abrieron al mundo y a la historia sin perder por ello los propios orígenes, el propio ADN. Empujados por el aumento de los miembros de la comunidad y también por la presión sarracena y por la inseguridad del lugar, decidieron iniciar la migración hacia el Occidente del que procedían los primeros peregrinos-penitentes. De esta manera, además de las fundaciones en Tierra Santa y en Chipre, se * Icono de San Alberto de Jerusalén, Santuario Nacional de San Judas, Reino Unido, escrita por la Hermana Petra Clare CITOC | P. 9 LA REGLA CARMELITA A LA LUZ DE LA ECLESIOLOGÍA DEL CONCILIO VATICANO II P. Claudemir Rozin, O.Carm. L a sencilla carta escrita por el Patriarca Alberto de Jerusalén a los eremitas del Monte Carmelo, conteniendo la “formula vitae” que después sería aprobada definitivamente como Regla de una Orden Mendicante por el papa Inocencio IV (1247), por su inspiración bíblica posee unos valores y riqueza aún por descubrir, profundizar, actualizar, confrontar con las diversas experiencias y realidades de cada momento histórico. La Regla ha estado en la base de las grandes reformas de la Orden y, no podría ser de otro modo, es el fundamento seguro de la necesaria relectura del carisma que el Concilio Vaticano II ha pedido a la Vida Consagrada (cf. PC 2). A partir de las nuevas relecturas e interpretaciones de la Regla tenidas después del Vaticano II- bajo el aspecto histórico, jurídico, contextual, bíblico, cristológico, espiritual, simbólico, etc. – surge también una visión eclesiológica de su propuesta de vida que nos hace descubrir el aspecto esencial, madurado en la nueva reflexión conciliar: la Iglesia de comunión. En el postconcilio se ha hablado mucho del cristocentrismo de la Regla del Carmelo. De hecho, la finalidad principal del proyecto de vida es “vivir en obsequio de Jesucristo” (RC 2). Esto se convierte en el fundamento de la experiencia personal y comunitaria de los carmelitas que, necesariamente, debe llevar a la dimensión eclesiológica, ya que la Iglesia es justamente “sacramento de Cristo”, “Cuerpo de Cristo” (LG 1 y 7), continuación de su misión (cf. Jn 20, 21). Entonces, hablar del cristocentrismo de la Regla es reconocer que ésta debe ser también profundamente eclesiológica, ya que en la invitación al seguimiento de Cristo, del cual nació la Iglesia y del que depende totalmente (cf. SC 5), se traza también un camino para recorrer en comunidad para alcanzar tal ideal. Descuidar la dimensión eclesiológica de la Regla puede llevar a una experiencia carmelita individualista, cerrada, no verdaderamente cristiana. La experiencia concreta de la fraternidad, sea en el interior de una comunidad religiosa o en la relación de esta con el Pueblo de Dios, es el signo y lugar donde se realiza el seguimiento de Cristo. La reinterpretación del carisma, después del Vaticano II, ha llevado a la Orden del Carmelo a redescubrir con gran énfasis el valor de la fraternidad como parte esencial del proyecto de vida contenido en la Regla, tema que se convertirá en central en las discusiones postconciliares. La fraternidad, de hecho, será pensada de un modo amplio, en la perspectiva de una Orden Mendicante, ya sea en su dimensión “ad intra” ya en la “ad extra”, en la relación con la Iglesia y con el mundo. Esto dará lugar a consecuencias prácticas, como el reto de “construir” verdadera comunidad, con mayor participación y corresponsabilidad en todos los ámbitos, también en el gobierno general de la Orden. El aspecto de la fraternidad, como parte esencial del carisma, es el punto de referencia para comprender el proyecto común. Este aspecto se recoge en el movimiento que va de la experiencia contemplativa personal y fundamental de Dios al encuentro y al compartir la vida con los demás. En la estructura de la vida fraterna indicada en la Regla, podemos encontrar los mismos elementos presentes en la Iglesia primitiva y que se convierten en los pilares de la Iglesia de todos los tiempos: la escucha de la Palabra de Dios, tanto personal como comunitaria (RC 7.10; Hech 2,42); la centralidad de la Eucaristía, que crea y establece la comunión (RC 14; Hech 2,42.46); la pobreza en la puesta en común de bienes (RC 12.13; Hech 2,42.44; 4,32.34-35); el encuentro semanal de la comunidad para evaluar la vida fraterna y celebrar el perdón (RC 15; Hech 4,32); la oración litúrgica en comunión con la Iglesia Universal (RC 11; hech 2,46). Tenemos, por otra parte, el prior- “primus inter pares”- elegido por el grupo (RC 4; hech 4,35), que ejerce su autoridad como servicio, asegurando la unidad y la estructura necesaria para vivir el propósito común. Estos elementos de la fraternidad presentes en la Regla- que están también en la base de la vida eclesial- subrayan el criterio de la comunión. El Vaticano II tomó justamente la comunión como característica principal de la eclesiología conciliar: la Iglesia como “comunión con Dios y con los hermanos y hermanas” (LG 1-5); como “único Pueblo de Dios” (LG II), que se basa en la radical igualdad entre los bautizados (LG 9-17) antes aún que cualquier diversidad de función o servicio; en CITOC | P. 11 el sacerdocio común de los fieles (LG 10) que lleva a la participación y corresponsabilidad de todos; en la común vocación a la santidad universal (LG 39-42); por la comunión en la pluralidad y complementariedad de los carismas (LG 4.7). Estos valores aparecen en la Regla en la forma en que todos son llamados “fratres”, participan en el capítulo semanal o en las decisiones en las que el prior va implicando a la comunidad. De este modo la principal característica de la eclesiología de comunión ayuda a comprender y actualizar la fraternidad carmelita en la Iglesia de hoy. Nos permite también reinterpretar la Regla a la luz del Vaticano II y descubrir un camino de vida eclesial en lo específico de un carisma religioso presente en la Iglesia. Esta relectura, en el ámbito de una nueva eclesiología, ha tenido ya consecuencias prácticas en la Orden Carmelita: el reto de constituir comunidad más consciente y participativa; la mayor responsabilidad y compromiso en la relación con el mundo, con la justicia y la paz, en la óptica de una fraternidad universal; el desarrollo de la Familia Carmelita que ayuda a recordar que el carisma ha de estar abierto y enriquecido por los diversos estados de vida, dando un gran énfasis e importancia a la parti- De esta forma, la fraternidad carmelitana puede también convertirse en un signo importante y particular de la Iglesia de comunión propuesta por el Vaticano II. La Vida Consagrada postconciliar ha sido invitada a ser no sólo “signo” y “testimonio”, sino también “instrumento” y “promoción” de esta consciencia eclesial (cf VC 46). Por lo tanto, el Carmelo puede ofrecer a la Iglesia una experiencia de la comunión vivida en fraternidad, como comunidad, en la Iglesia, siendo esta la consecuencia y el resultado de una vida expresada por el don de la contemplación, del vacare Deo- vaciarse para llenarse de Diosque es el fundamento de su carisma (cf. RIVC 4). Sin perder los elementos de los orígenes, la Orden debe enriquecerlos respondiendo a los signos de los tiempos, comprendiendo la amplitud de estos valores que no llevan a una cerrazón o aislamiento, sino, por el contrario, a una vida de comunión cuya fuente es la comunión con la Trinidad que se realiza en la comunión eclesial entre todos los bautizados. De esta forma, la actualización del carisma pasa necesariamente por la renovación propuesta por el Concilio a toda la Iglesia. Desde esta perspectiva, la eclesiología de comunión se convierte en fundamental para releer la Regla y para comprender y vivir el carisma, el sentido de la oración, del silencio y de la soledad, los proyectos y los trabajos de la Orden, las tareas parroquiales y pastorales, la formación de los nuevos carmelitas; es decir, en la óptica de una experiencia eclesial más coherente y comprometida a partir de un modelo de Iglesia como Pueblo de Dios. A cincuenta años de la promulgación de la Constitución Dogmática Lumen Gentium (1964), ciertamente la Vida Consagrada puede participar más activamente en el debate y profundización de la eclesiología conciliar, especialmente por lo que se refiere al tema de la comunión y las consecuencias prácticas que ello comporta. En esto la Orden puede tener también un gran papel. No obstante, aún tenemos mucho camino por recorrer. Por supuesto, los frutos no serán recogidos solamente por los consagrados y consagradas, sino por toda la Iglesia en la que participamos como único Pueblo de Dios ¡Vale la pena afrontar este reto! * Cerámica de San Alberto y San Brocardo por Adam Kossowski. The Friars, Aylesford, Kent, Reino Unido VivirlaRegladelCarmelo en Nuestro Contexto cipación de los laicos. Tales principios, además poner a la Orden en línea con la Iglesia postconciliar, muestra que la Regla del Carmelo es aún un proyecto de vida vivo y actual, que lanza a la fraternidad carmelita al desafío de contribuir con una continua y necesaria recepción de la eclesiología del Concilio. CITOC | P. 12 Mirada Hacia La Regla Carmelita Vivir en el obsequio de Jesucristo es el servirle fielmente con un corazón puro. Sin embargo, la regla Carmelita es el fundamento para vivir siendo fiel en mi compromiso como cristiana y religiosa carmelita. Estoy muy contenta porque Dios me ha llamado a ser Carmelita, es una entrega total deseada por Dios, quien me invita a un seguimiento más cercano. Mi vocación es el amor; el amor de Dios que me llama y el mío que es el abrazo a esta llamada, respondiéndola hasta la muerte, la cual me costó pasar por muchos momentos difíciles, dejando mi familia, mi país y mis “armas” de Dios Mi nombre es María José y soy laica carmelita de la Provincia Bética. Ya desde niña tuve el privilegio de conocer el Carmelo gracias a la educación que recibí en el colegio Santa María del Carmen de Madrid. A medida que fui creciendo en edad, mi fe se fue fortaleciendo y madurando, hasta que el Señor me mostró que mi vocación era ser laica carmelita. Cuando me preparaba para recibir el Sacramento de la Confirmación conocí la Regla de San Alberto y me dejó fascinada, una regla de vida que luego sería base de lo que hoy es mi grupo de crecimiento en la fe: la Fraternidad Sarepta. En esta fraternidad hemos estudiado, meditado y llevado a la práctica este regalo de Dios que nos dejó Alberto de Jerusalén y que hoy nos sigue ayudando a muchos a recorrer el camino cristiano. La puesta en práctica de esta regla de vida a través de la Fraternidad Sarepta empieza costumbres. Por lo tanto, decidí hacer mis votos solemnes en septiembre pasado. Una etapa más hermosa que me une más íntimamente con Él y me alegra a seguir viviendo en esta vida fraterna, de oración y servicio en medio del pueblo, según la Regla Carmelita, que nos fue dada por San Alberto a través del Espíritu Santo. La regla Carmelita me enseña cómo vivir, estar siempre pendiente de Dios vivo como vivía el profeta Elías dando testimonio de un Dios vivo que nos ofrece la vida; viviendo en la verdad, la paz y el amor al prójimo. En fin, os invito a entregaros a esta hermosa vida de verdad, a la cual me siento orgullosa de haber sido elegida por Dios. Hna. Marsela Udur Sinaga, hermana de la HH. de la Virgen María del Monte Carmelo, Perú. por la creación de la figura de Prior/a, la oración como uno de los pilares del grupo y el compartir la vida con los demás. Todo esto procurando mirar con ojos de Dios y así vivir en Obsequio de Jesucristo. A lo largo de mi vida he podido experimentar que la Regla de San Alberto da las claves para encontrar las “armas” de Dios. Así pues con el cíngulo de la castidad, el pecho fortalecido con pensamientos santos, la coraza de la justicia, el escudo de la fe, el yelmo de la salvación y la espada del espíritu, construiremos el Reino de Dios a nuestro alrededor desde nuestro Carisma Carmelita. María José García de la Barrera Trujillo Juventud Carmelita (JuCar) Provincia Bética, España CITOC | P. 13 El Signo Albertino A lberto de Avogadro, Patriarca de Jerusalén desde 1205 hasta 1214, escribió una forma de vida para un grupo de ermitaños en Monte Carmelo, desde luego sin la menor idea de que esta “formula vitae” inspiraría y guiaría a miles de mujeres en su búsqueda de Dios a lo largo de los siglos. Sucede que soy una de esas mujeres que buscan a Dios. Monjas mayores que yo nos cuentan cómo tenían que memorizar la Regla de San Alberto y recitarla de memoria frente a la Directora de Formación antes de que pudieran ser admitidas en el noviciado. Esto puede ser relativamente fácil; la Regla de San Alberto es la regla más corta conocida para una orden religiosa. En su actual codificación sólo tiene 24 capítulos. Lo que se nos plantea como un desafío para nosotras que estamos llamadas a seguir la Regla de San Alberto como nuestro modo de vida es vivir sus valores perennes. La regla en el contexto de la vida religiosa contiene los principios rectores para vivir el carisma del grupo como personas consagradas en la Iglesia. Los expertos hablan admirablemente de cómo San Alberto se reveló a sí mismo como un hombre totalmente lleno de las Escrituras, porque literalmente empapó de textos de las Escrituras a la Regla que le dio a los ermitaños de Monte Carmelo. Y creemos que en general, sus palabras y sus acciones fueron conforme a la Buenas Nuevas que predicaba como pastor. San Alberto se transfor- mó en la palabra de Dios hecha carne - un santo de la Iglesia. Esto que siento es el propósito de la Regla en nuestra vida como monjas carmelitas. Los valores de la Regla de San Alberto - el cristocentrismo, el espíritu lleno de la Escritura, la oración y la contemplación, la valentía en la batalla espiritual, el silencio y la soledad, la comunión de vida y de los bienes y un anhelo continuo para crecer más - no son presentados como una propuesta “elige-lo-que-te-gusta-y-trata-de-vivirlo”, sino como elementos básicos de un carácter carmelita proyectado después de años de lucha por vivir la Regla fielmente. Ofrecemos a nuestras candidatas los valores preciosos contenidos en la Regla, les enseñamos y les ayudamos a vivir sus vidas guiadas e inspiradas por estos valores, a tomar constantemente sus decisiones de acuerdo con estos valores. Una mujer cuya mente y corazón se han transformado a través de los años de constante esfuerzo por vivir en obsequio de Jesucristo, ve y disfruta de su Señor y Maestro en silencio y soledad, en su comunidad, en la creación y en la Liturgia. Ella se enfrenta a sus batallas diarias contra su falso yo y las mentiras del enemigo, no con su propio ego; su fuerza proviene de su inquebrantable esperanza y confianza en Dios, con quien está íntima y felizmente unida. La Palabra la acompaña, da luz a sus pasos y la impulsa a dar todo de sí a Dios y a los demás. En los monasterios carmelitas del siglo XXI, este es el auténtico signo Albertino: el carácter carmelita. La Regla Carmelita a la luz de la sociedad de Kenya. L a regla Carmelita, que es una “formula vitae” o una “forma de vida” ha sido una guía espiritual de vida para muchos hombres y mujeres, a pesar de su antigüedad y brevedad. Es hoy también una fuente de alimento espiritual para muchos kenianos a pesar de algunas diferencias que para mí presentan una invitación hacia una comunicación más profunda y no tanto una barrera. Nuestra Regla es Cristo-céntrica, lo que significa que Cristo está en el centro de nuestra vida. Todo lo que abarca Cristocentrismo incluyendo la Palabra de Dios y la Eucaristía. Esto es lo que consideramos como el fiel seguimiento de Cristo donde la espiritualidad carmelita sacia su sed día a día en nuestra vida. En Kenya la Regla Carmelita se encuentra cara a cara con la cultura local. La oración, la fraternidad o la vida comunitaria y el servicio a Dios y a su pueblo son dos áreas que ambas culturas comparten cómodamente. Estas similitudes han sido y siguen siendo una realidad en la cultura de Kenya, así como elementos esenciales de la Regla y Espiritualidad Carmelitas. Sin embargo, hay algunos elementos de la misma Regla que, como lo había dicho, van a necesitar una asimilación dinámica y mejor formación entre nuestros hermanos jóvenes. Éstos incluyen áreas como el silencio y la soledad. Estos dos, el silencio y la soledad, fueron armas utilizadas en la cultura de Kenya para corregir a culpables que no cumplían suficientemente las reglas y normas de la comunidad tradicional. Por lo tanto, tienen una connotación negativa cuando se habla de ellos en la formación y como una práctica en nuestro carisma. Esto no quiere decir que no podamos vivir la experiencia del silencio y de la soledad, sino que tenemos que trabajar en ellos, especialmente en lo que respecta a la formación entre nuestros hermanos. Asimismo, es una buena forma de traer inculturación a nuestra regla. Nuestra Regla Carmelita sigue siendo real y significativa para nuestra cultura keniana hoy. P. Onesmus Multhoka, O.Carm., Fraile de la Delegación General de Kenya. Madre Elena Tolentino, O.Carm., Monja en el monasterio carmelita Immaculate Heart of Mary, Filipinas VivirlaRegladelCarmelo en Nuestro Contexto CITOC | P. 14 CITOC | P. 15 125 aniversario de la llegada de los Carmelitas a Nueva York P. Michael Kissane, O.Carm. San Elías, P. Matthias DesLauriers, P. Michael Driscoll y P. Michael Kissane. E ra un día nublado con una lluvia suave. No obstante, no se enfrió el espíritu de celebración gozosa del 125º aniversario de la llegada de los Carmelitas a Nueva York. Hubo una gran afluencia de gente en el Santuario de Nuestra Señora del Monte Carmelo en Middletown, Nueva York, para la misa y comida el 29 de marzo de 2014. Su Eminencia el Cardenal Timothy Michael Dolan era el principal celebrante y predicador de la homilía. Los principales concelebrantes fueron el Reverendísimo Fernando Millán, Prior General de la Orden, y el P. Raul Maravi Cabrera, Consejero General para las Américas, y el P. Mario Esposito, Prior Provincial de la Provincia de S. Elías. Junto a ellos estaban el P. Martin Kilmurry, Prior Provincial de la Provincia de Irlanda, el P. William Harry, Prior Provincial de la Provincia del Purísimo Corazón de María y los anteriores provinciales de la Provincia de todas las bendiciones concedidas a lo largo de todos estos años pasados. El P. Mario Esposito dio la bienvenida al Cardenal Dolan en el Santuario de Nuestra Señora del Monte Carmelo y presentó a los principales concelebrantes al Cardenal, que habían viajado desde muchas partes del mundo para estar presente. En nombre de la Provincia agradeció al P. Martin Kilmurry, Provincial de la Provincia Irlandesa, el sacrificio que hizo su provincia al comienzo de la misión en Nueva York. Señaló que la Provincia Irlandesa tiene ahora “nietos”, las fundaciones que la Provincia de San Elías comenzó en Trinidad y Vietnam. El Cardenal Dolan dijo, en su homilía para esta ocasión, que era una alegría para él estar presente y con tantos Carmelitas -Hermanas Carmelitas, Laicos Carmelitas y frailes- Dio las gracias a los Carmelitas de la Provincia de San Elías por su presencia en la Arquidiócesis de Nueva York y por el maravilloso servicio que han prestado a las personas en Nueva York. Señaló que el día era de verdad una ocasión para la celebración y se sentía complacido por ver a tantos miembros jóvenes de la Provincia. El Cardenal Dolan expresó que todos se reunían para dar gracias a Dios por todas las bendiciones que la provincia ha recibido en los últimos 125º años. Dijo: “Al mirar este hoy estoy asombrado.” A continuación contó la historia de un judío que vino a verle recientemente y que quería hacer un donativo a la Catedral de San Patricio. Señaló: “¡Esto me suena siempre a música en mis oídos!” Dijo que el judío le habló de la devoción que su mujer (una católica) tenía hacia María. Su padre sirvió en la Primera Guerra Mundial. Antes de irse al extranjero, su mujer le dio dos pequeños trozos de tela cuadrados atados con una cuerda. Su mujer le dijo que lo llevara puesto durante la guerra y María le protegería. El judío estaba impresionado por cómo su mujer se había aferrado al escapulario todos estos años. La devoción de su padre a Nuestra Señora del Escapulario le dio fuerza durante la guerra. El Cardenal Dolan indicó que es debido a los Carmelitas el que la devoción a María bajo el patronazgo de Nuestra Señora del Escapulario creciera y continúa siendo uno de los títulos más populares de María. Después de la comunión el P. Mario Esposito hizo algunas presentaciones. El P. Mario refirió En 1852 el Provincial de Irlanda, P. Andrew Daly, escribió al P. General en Roma, expresando su deseo de ir a los Estados Unidos para iniciar una misión entre los inmigrantes irlandeses de Nueva York o Filadelfia. Llevaría unos cuantos años hacer realidad este proyecto. En 1870 había solamente 41 miembros en la Provincia de Irlanda. Sin embargo, de alguna manera la Provincia irlandesa pudo enviar cuatro hombres- Rvdo. John Bartley, Rvdo. Edward Southwell, Rvdo. Michael Daly y Rvdo. Paul McDonnell- para establecer una fundación en Nueva York. Comenzaron en la parroquia de Nuestra Señora del Escapulario en 1889 y empezaron su ministerio en el hospital de Bellevue ese mismo año. Dejaron establecidas las bases de lo que tenemos hoy, 125º años después, la Provincia de San Elías. El sueño se hizo realidad y continúa floreciendo. Esto es lo que reunió a todos para celebrarlo. La misa comenzó con el canto de “Dios de toda gracia” que es una acción de gracias a Dios por CITOC | P. 16 CITOC CITOC || P. P. 17 17 haber oído que cuando el Cardenal Dolan bebe algo normalmente le gusta la cerveza. De este modo, le presentó al Cardenal Dolan una hermosa jarra de una cervecería Carmelita de Bélgica. El Cardenal Dolan, con humor, preguntó si “no hay nada para llenarla”. El P. Mario entonces le hizo un regalo de la cerveza hecha en la cervecería Carmelita. El P. Mario, a continuación, presentó al Provincial de la Provincia de Irlanda, Martin Kilmurry un hermoso Icono hecho especialmente para la celebración del 125º aniversario. El icono representa a Elías pasando su manto a Eliseo. Los Carmelitas interpretan la recepción del manto de Elías por Eliseo como la transmisión de la tradición profética y la continuación del espíritu y ministerio de Elías a una nueva generación. El icono honra el pasado pero apunta hacia el futuro. La Orden se ha extendido a lo largo de todo el mundo. La descripción de Elías y Eliseo, en una montaña, representa a modo de una bandera que describe el “paso del” manto desde la Provincia Irlandesa a la fundación en los Estados Unidos y de esta a las fundaciones de Vietnam y Trinidad & Tobago. los Carmelitas presentes a continuar compartiendo el carisma y espiritualidad Carmelita con el pueblo de Dios. A medida que el día llegaba a su fin todo parecía deseos de servir a la Iglesia y a la Orden durante muchos años más en las fundaciones de Vietnam, Trinidad y Estados Unidos. Pidamos a Dios que continúe bendiciendo a la Provincia de San Elías. Que continúe por muchos años el buen trabajo de todos cuantos vinieron en 1889 con el sueño de servir a la Iglesia de Estados Unidos. SeminariosobreelVIIICentenariodelaMuertedeSanAlbertodeJerusalén Centro Internazionale Sant’Alberto (CISA) – Roma, 10 a 12 octubre 2014. El Consejo General de la Orden ha organizado un seminario, el fin de semana del 10 al 12 de octubre de 2014, para celebrar el VIII Centenario de la muerte de San Alberto de Jerusalén. Participarán el Prior General, P. Fernando Millán Romeral, O.Carm., el Prepósito General de los Carmelitas Descalzos, P. Saverio Cannistrà, OCD, el P. Enzo Mosca, O.Carm. (Neap), el P. Kees Waaijman, O.Carm. (Neer), en correspondencia con Fr. Patrick Mullins, O.Carm. (Hib), P. Bruno Secondin, O.Carm. (Ita) y Sor Anastasia di Gerusalemme, O.Carm. (RAV). Durante el seminario intervendrá también el Patriarca Latino de Jerusalén, Su Beatitud Fouad Twal, que el domingo 12 de octubre a las 8 a.m. celebrará la eucaristía en la iglesia carmelitana de Santa María in Traspontina, con el P. Fernando y el P. Saverio como concelebrantes. El seminario se ofrecerá en dos lenguas: italiano e inglés. El número de plazas es limitado: disponemos de algunas habitaciones para los miembros de la Orden (por orden de inscripción), especialmente para los que llegarán de fuera de Italia. La inscripción es esencial para participar en el seminario, sin embargo, la misa del domingo a las 8 a.m. estará abierta a todos. No se ha previsto una cuota de inscripción, pero se agradecerán las aportaciones para pagar los gastos. El programa y la ficha de inscripción, tanto en italiano como en inglés, se encuentran online: www.ocarm.org Después de la misa hubo una gozosa recepción en la Kuhl’s Highland House en Middletown, Nueva York. El P. Fernando Millán, Prior General de la Orden Carmelita, felicitó a los miembros de la provincia de San Elías por su servicio dedicado a la Orden y a la Iglesia durante los últimos 125º años. Habló de la nueva vida que ha desarrollado la Provincia en Vietnam y Trinidad. Alentó a todos Presentación del CD “Albertus & Carmel” El jueves 13 de marzo, sor Mariarosaria Calabrese y sor Mariagiulia Verdi presentaron en el Centro Internacional San Alberto de Roma, el CD “Albertus & Carmel”, con la asistencia de unas 50 personas. El CD consta de doce canciones sobre San Alberto de Jerusalén, compuestas por las dos hermanas. Las canciones dan una visión de Alberto como escritor de la Regla del Carmelo, de los eremitas que se la pidieron y del ambiente en el que acontece todo ello. Las canciones también tienen presente el mundo de hoy y la aportación que se puede ofrecer al mismo basándose en el espíritu de la Regla escrita por San Alberto. Sor Mariarosaria y sor Mariagiulia son carmelitas que viven como eremitas afiliadas a la Orden bajo el obispo de Arezzo. Han realizado el CD en italiano y en inglés, con la esperanza de que sea ampliamente difundido para un mayor conocimiento CITOC | P. 18 de la persona y del significado de San Alberto y para contribuir de una manera nueva a la celebración del VIII centenario de su muerte. Los asistentes al acto aplaudieron la obra de las hermanas. El acto concluyó con la interpretación del Ave María de Gounod por la soprano, muy conocida a nivel internacional, Felicia Bongiovanni. Esperamos que próximamente se realice un musical basado en esta obra. CITOC | P. 19 25 º aniversario del jucar: una celebración que mira hacia el futuro JuCar no sólo ha crecido en su formación en la fe sino también en vínculos de comunidad, desarrollo humano y habilidades sociales. Nuestro movimiento se reúne cada domingo para la misa y la catequesis. A lo largo de estos años hemos organizado campamentos y actividades de verano para los niños y jóvenes en diferentes áreas geográficas de España. P. Fernando Millán, O.Carm. y Marco Blanquer (JuCar) D e diciembre 2012 a diciembre 2013 la Juventud Carmelita en España (JuCar) realizó una serie de actividades con motivo del 25º Aniversario de su fundación. Esta celebración ha servido como punto de referencia para conocer nuestros orígenes, analizar nuestro presente y mirar hacia el futuro. A lo largo de todo el año se han llevado a cabo diversas actividades en las que han participado tanto antiguos como actuales miembros de JuCar. Las actividades organizadas con motivo de la celebración del 25º aniversario han abarcado diferentes planos. Así, desde un punto de vista vivencial y comunitario, se han organizado un encuentro de oración y un concierto-oración protagonizado por el grupo de música Karmel. Además, durante este año de jubileo, el día 16 de cada mes se ha ofrecido una oración a nuestra Madre, la Virgen del Carmen, según el momento del año litúrgico. Por otro lado, desde el plano audiovisual, se ha realizado una exposición de fotos itinerante y un video conmemorativo, que han recopilado el pasado y presente de JuCar. También se creó un blog para servir de canal de comunicación entre los miembros de los diferentes grupos (http://25aniversariojucarbe tica.blogspot.com.es) y se diseñaron un logo, chapas y camisetas para conmemorar esta ocasión especial. El 25º aniversario concluyó con una misa de clausura que tuvo lugar en el monasterio de Osuna, Sevilla, España, el 7 de diciembre de 2013. Es importante recordar que allá por noviembre o diciembre de 1987, el grupo de “post-confirmación” de la parroquia y del colegio de Misterios se planteaban su futuro: ¿Pasada la confirmación qué podían hacer? Tras darle muchas vueltas y hacer algunas consultas, acabaron llamándose “JUCAR” (Juventud Carmelita). El nombre no era nuevo. Al parecer, ya en Colombia y Venezuela había habido unos grupos carmelitanos con ese nombre. En Italia, tras el enorme impulso que había supuesto la beatificación del P. Tito Brandsma en 1985, se había constituido con mucha fuerza la “Gioventù Carmelitana”. También se inspiraron en un grupo juvenil que había entonces en una de las casas de los Carmelitas de Castilla, que se llamaba “Grupo Monte Carmelo” y que dirigía el P. Matías Tejerina. El objetivo era que el proceso catequético y de maduración en la fe, no terminara en la Confirmación, catequético con una componente vivencial muy importante, y su finalidad no es otra que servir como medio de transmisión de la Palabra de Dios a la juventud actual. También es destacable la relevancia que el compromiso social protagoniza en JuCar. Uno de los objetivos que se propone este movimiento es mostrar a los jóvenes la realidad social de nuestro mundo y enseñarles a no quedarse indiferentes ante la injusticia. Es por ello que cada año los grupos de las sino que hubiera un camino más largo, con aire juvenil e inspirado en el carisma y la espiritualidad del Carmelo. También se pretendía que este grupo, y los que vinieran detrás, estuviera en conexión con otros grupos juveniles carmelitas de toda España e incluso de otros países. Desde el principio, los grupos JuCar tuvieron muy clara esa identidad carmelitana, en sus símbolos, en sus fiestas, en su espiritualidad, etc. diferentes casas colaboran con los proyectos de la Orden Carmelita, organizando distintas actividades para recaudar fondos, o participando directamente en estos proyectos. En los últimos años, JuCar ha participado muy activamente en los dos grandes encuentros juveniles que hemos celebrado a nivel de toda la Orden: la peregrinación de la esperanza de los jóvenes europeos (Roma 2010) y el encuentro carmelita en el marco de la JMJ (Madrid 2011). Tras 25 años, creo que podemos afirmar, con mucha humildad pero también con sano orgullo, que JuCar ha hecho un gran servicio y ha sido un medio para que muchos jóvenes hayan recibido la Palabra de Dios y se hayan acercado un poco más a Él. En JuCar se ha sembrado mucho y con muchísima generosidad. No siempre se ven los frutos ni directa ni inmediatamente. Ha sido, en su cuarto de siglo de existencia, un buen ejemplo de que el carisma carmelita sigue estando vivo y sigue siendo fructífero, un verdadero regalo de Dios a la Iglesia. Estos 25 años son solamente un pequeño hito, un pasito en un largo camino. Hay que mirar al pasado para dar gracias a Dios y a todos los que lo han hecho posible, y también rápidamente hay que mirar al futuro para ponerse de nuevo en camino. Los jóvenes no se entretienen ni se paran. Durante 25 años, JuCar tomó forma gradualmente y se fue extendiendo en todas las comunidades en las que se trabajaba la pastoral juvenil, especialmente en los colegios y en algunas parroquias. Actualmente, el movimiento tiene presencia en múltiples puntos de España. De esta manera, municipios como Alicante, Antequera, Elda, Jerez, Madrid, Málaga, Murcia, Onda, Orihuela, Osuna, Quart de Poblet, Valladolid y Villareal cuentan en la actualidad con presencia JuCar. Con anterioridad también existió en otras ciudades como Sevilla y Zaragoza. Hoy, JuCar es una gran familia compuesta por miembros de diferentes edades, siendo los niños de entre 9 y 10 años los integrantes más jóvenes. Este movimiento tiene un espíritu claramente CITOC | P. 20 CITOC | P. 21 Provincia carmelita de Aragón, Castilla y Valencia Una nueva espiritualidad para el cambio A un fraile de la nueva Provincia carmelita le preguntaban: “¿Por qué ha nacido la nueva Provincia?” Su respuesta fue: “Porque hemos querido”. Después aclaraba: “Puede parecer una respuesta seca y cortante, pero estoy convencido que es cuestión de voluntad”. Es fácil el cambio cuando los hermanos quieren, y complicado cuando los hermanos no quieren. “Porque hemos querido”, no hay otra respuesta más clara. Son tiempos nuevos. “Querer” siempre da mucha alegría. El tema del cambio y la misión no depende sólo de los líderes o de los responsables del gobierno. Es un asunto en el que están implicadas las “voluntades” de cada hermano de la Provincia. ¿Qué estás dispuesto a hacer para favorecer el cambio? ¿Tú, en qué estás dispuesto a cambiar para vivir en fidelidad a Cristo, al carisma de la Orden y al discernimiento de los signos de los tiempos? La renovación de la vida carmelita necesita “mediaciones” y “decisiones” concretas. “He aquí que hago nuevas todas las cosas” (Ap 21,5) P. Desiderio García Martínez, O.Carm. L os días 29 de abril al 1 de mayo de 2014 se ha celebrado en el convento de S. Andrés de Salamanca el primer Capítulo Provincial de la nueva Provincia de “Aragón, Castilla y Valencia”, erigida por el Prior General el 15 de octubre de 2013. La nueva Provincia es fruto de la unión de la antigua Provincia de Aragón y Valencia de Sta. María Magdalena de Pazzi, y la antigua Provincia de Castilla de Sta. Teresa de Jesús y S. Juan de la Cruz. La Provincia de “Aragón, Castilla y Valencia”, erigida bajo el patrocinio de San Juan de la Cruz, tiene actualmente presencias en España, Puerto Rico, República Dominicana y Argentina. La historia de estas Provincias se remonta al año 1281, cuando se fundó en España la “Provincia de Aragonia o Hispania”, de la cual nacieron progresivamente el resto de las provincias españolas. Al doloroso proceso de “exclaustración” y supresión de las Órdenes Religiosas, en España, en 1835, le siguió la “restauración” de la presencia carmelita, en 1890. El Carmelo español floreció, y nacieron, en el 1906, español: el Comisariado de Cataluña, en 1932, y el Comisariado de Castilla, en 1948. Ambas llegarían más tarde a ser Provincias. * San Juan de la Cruz, el logotipo oficial de la Provincia la Provincia de Aragón y Valencia y la Provincia Bética. La Provincia de Aragón y Valencia creció durante el s. XX hasta ver nacer con alegría dos nuevas realidades en el territorio Quien se deja tocar por el Espíritu Santo inmediatamente se muestra disponible para el “desplazamiento” y el “cambio”, entendido éste en varios sentidos: cambio de mentalidad, comunidad, ministerios, seguridades, hábitos, etc. “Querer” supone someterse al discernimiento comunitario provincial y no depender exclusivamente de la organización de mi vida. La fuerza del Espíritu Santo posibilita “nacer de nuevo” aunque uno sea viejo (cf. Jn 3,1: Nicodemo). Este proceso de unión de Provincias no lo hemos vivido como un proceso de supervivencia, ni un simple plan estratégico de viabilidad. En el Capítulo Provincial hemos manifestado, con cierto sentido del humor, que queremos que la Provincia sea una “nueva criatura” que integre tradición y futuro, lo nuevo y lo viejo, evitando que el resultado de la unión sea una “criatura atrofiada”, hecha de materiales reciclados, remiendos y pegotes, que esté bajo el patrocinio de S. Frankenstein. Los temas que principalmente se han discutido en las sesiones capitulares han sido: a) la pastoral vocacional, 2) la formación e internacionalidad, 3) la vida de oración y espiritualidad, 4) la vida comu- CITOC | P. 22 nitaria y misión, 5) la reestructuración de presencias, 6) el Proyecto provincial y 7) la aprobación de los Estatutos provinciales. Conclusión: “Volver al amor primero” (Ap 2,4) El lema que ha presidido las sesiones capitulares ha sido: “He aquí que hago nuevas todas las cosas” (Ap 21,5). En el libro del Apocalipsis la batalla más grande no es la del Señor de la historia con los poderes de este mundo. No hay que tener miedo, estos ya han sido vencidos en el Misterio Pascual. La gran batalla es, paradójicamente, la que el Señor sostiene con su propia Iglesia para sacarla de desánimo, la desesperanza y la mediocridad. El problema principal, ya entonces como ahora, no era tanto la secularización del mundo como la falta de esperanza y la mundanización de los propios creyentes. Eso suele suceder con frecuencia cuando “nos olvida- mos del amor primero” (cf. Ap 2,4). El Carmelo en general, y nuestra Provincia en concreto, no son ajenas a esta descripción apocalíptica (¡en el menor sentido de la palabra!). Cuanto más nos miramos a nosotros mismos y a nuestra propia conservación más superfluos nos hacemos y más nos desmoronamos, incluso teniendo una gran organización y un gobierno competente. El gozo y el futuro de la Provincia de Aragón, Castilla y Valencia no nace de las propias realizaciones de sí misma, su fuerza se arraiga en que el Padre envió a su Hijo para que sea Él el que “haga todo nuevo”. CITOC | P. 23 L as primeras fundaciones del Carmelo en Francia fueron las de Aygalades, cerca de Marsella, por los años de 1240 y la de Nantes en el 1318. En 1789 la Orden tenía en Francia ocho Provincias y 153 casas. Con la Revolución Francesa (1789) la Orden perdió todos sus conventos. En siglos pasados se hicieron algunos intentos para volver a Francia, pero sin ningún éxito. 25 años de presencia de los Carmelitas en Francia Fr. Gianfranco Tuveri, O.Carm. La Orden Carmelita comenzó a hablar del “Proyecto Francia” en el Consejo de las Provincias del año 1985 en Fátima, Portugal, cuando trataba el tema de “La fraternidad internacional”. Se decidió, pues, dar vida a una nueva comunidad internacional además de las existentes en Roma, como eran la Casa de la Curia y el Colegio Internacional San Alberto - como signo del compromiso de la Orden con este postulado. Un año más tarde, en Niagara Falls, Canadá, los participantes en la Congregación General de la Orden escogieron Francia como lugar para la fundación de esta comunidad internacional. En el mismo año se dieron los primeros pasos. El 16 de junio de 1989, tres frailes carmelitas, Gianfranco Tuveri, de la entonces provincia romana, Jordi Prunera i Tort, de la provincia catalana, y Romero De Lima Gouvea de la provincia brasileña de Rio de Janeiro, llegaron al gran convento de las Hermanas de la Caridad de Bourges, recibidos por monseñor Plateau, obispo de dicha ciudad, para retomar la vida carmelita en Francia, reanudando el hilo de una gran tradición que fue roto por la Revolución 200 años antes. Muy poco tiempo después se hizo disponible el obispo de Nantes, que nos ofrecía una fundación en su diócesis, pero el convento no existía aún, tenía que ser construido, había que esperar unos años. Temiendo que esta expectativa hiciera desaparecer los candidatos para esta difícil misión, se optó por la realización de la fundación de Bourges. ser la voz de la fundación francesa. La revista continua su misión aún hoy, dirigiéndose sobre todo a los franceses que la sostienen con su suscripción. Un pasaje de la editorial del primer número nos hace comprender el espíritu que animaba el inicio de nuestra presencia carmelita en Francia: “En el corazón de Francia, en la arquidiócesis de Bourges, del viejo tronco del Carmelo, en un tiempo árbol floreciente, cruelmente cortado en la Revolución hace 200 años, hoy despunta valientemente un brote hacia el cielo. Dos comunidades han comenzado de nuevo a vivir en Francia, según el espíritu del profeta Elías, nuestro Padre, y bajo la protección de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, nuestra Madre. La primera comunidad sigue el camino de la vida eremítica: camino de libertad de las ataduras de este mundo, para que el Espíritu pueda, con total libertad, actuar en la transformación del hombre. La segunda comunidad es una presencia de oración, de estudio y de acogida en medio del pueblo, en el centro de la ciudad de Bourges; una pequeña comunidad que tiene un sueño en su corazón: hacer crecer tanto sus ramas que nazcan otras comunidades en el suelo francés. Seis frailes que vienen de naciones diferentes: Brasil, España, Estados Unidos, Irlanda, Indonesia e Italia, que dan testimonio de un mundo fraterno, un mundo donde toda diferencia de lengua y de raza no es un límite que perturba, sino una riqueza a valorar para la construcción de la única familia de Dios.” La experiencia de la vida eremítica, antes cerca de Bourges y después en Villefranche de Rouergue, era demasiado frágil para durar. La habían soñado entre cuatro, la comenzaron cerca de Bourges entre tres, en Villefranche de Rouergue la vivieron durante un largo período de tiempo solamente dos y, a partir de septiembre de 1997, con la elección de Cyprien Verbeek como Consejero Provincial de su provincia, Paul Feeley se quedó solo hasta finales del 2005, cuando se trasladó a Angers al monasterio de las Benedictinas del Calvario. Además de ayudar regularmente a la Cofradía del Escapulario, los frailes también organizaban distintas conferencias sobre la espiritualidad carmelitana para ayudar a la gente a conocer mejor nuestra historia y nuestro carisma. Éste es un muy buen modo de mantener un vínculo con nuestra comunidad para las personas que permanecen fieles incluso después de nuestra salida de Bourges en 2001. La experiencia de Bourges les permitió establecer relaciones espirituales con la comunidad de “Trabajadoras Misioneras” (Familia Donum Dei) de origen francés, afiliada a nuestra Orden, que en aquellos mismos años desarrollaba su presencia en Francia con nuevas fundaciones. Citamos, por su carácter simbólicamente fuerte, la comunidad de Lisieux. El convento de Nantes debía heredar las promesas que Bourges no pudo mantener, dándonos la posibilidad de estar presentes y visibles con propuestas concretas en el territorio, gracias a un edificio nuevo, en un lugar magnífico, con una iglesia propia y una biblioteca de grandes dimensiones para continuar aquella actividad cultural que el proyecto de la fundación francesa había querido desde el principio. 1994 fue un año particularmente importante para la fundación en Francia ya que el 16 de abril fue consagrada la nueva iglesia de Notre Dame de Lumières por Monseñor Marcus y, en el mes de septiembre, la ciudad acogió durante dos semanas el Consejo de las Provincias de la Orden con el tema “La Familia carmelita.” El convento de Nantes comenzaba de este modo su camino con muchas posibilidades de desarrollar- Después de los trabajos necesarios en el convento y la capilla, la pequeña comunidad se fue integrando poco a poco en el panorama de la Iglesia local, cuidando los contactos con la diócesis de Nantes para la nueva fundación que la Orden igualmente había aceptado. La comunidad comenzó la publicación de una revista “Près de la Source”, que quería CITOC | P. 24 CITOC | P. 25 se, gracias también a la ayuda del Vicario Episcopal para los Asuntos Económicos, P. Daniel Tertrais, que introdujo a la comunidad en diversos ambientes, favoreciendo los contactos de todo tipo. Por desgracia su intención de vida carmelita con nosotros no dio los frutos esperados y volvió a la vida de sacerdote diocesano. En el mes de abril de 1995 fue erigida la Delegación de Francia que comprendía dos comunidades (Bourges y Nantes) y el eremitorio de Villefranche de Rouergue. Gracias al empeño generoso de Otger, hemos desarrollado el Centro de Estudios, sostenido también por la ayuda de algunos hermanos de la provincia holandesa que vinieron en varias ocasiones a Nantes. Bouke participó en la visita pastoral de la parroquia de la Magdalena en cuyo territorio se encuentra nuestro convento. Por lo que respecta a los otros dos miembros fundadores de la comunidad de Nantes, Klaus Schenkelberger trabajó con los scout de Europa y algunas escuelas católicas, mientras que Gianfranco continuó acompañando el desarrollo de la familia “Donum Dei”. En 2001, se cerró Bourges debido a la escasez de posibilidades que la casa allí nos ofrecía: una pequeña capilla a cien metros de la Catedral, en una ciudad descristianizada, con muy pocos jóvenes. Damos las gracias a los tres miembros fundadores que vivieron y trabajaron en Bourges y que contribuyeron a su manera a la vida de nuestra Orden en Francia: Sean O’Leary, Samuel Abela y Leszek Pawlak. En el mismo año 2001, abrimos en Angers, en la parroquia de San José. Mons. Bruguès, obispo local, nos confió la parroquia y nombró al padre Joseph Abad como párroco. Sin embargo, en 2005 la delegación decidió devolver la parroquia a la diócesis ya que el trabajo parroquial tomaba un montón de tiempo y no ayudaba a nuestra vida de oración y comunidad. La comunidad fue refundada en el segundo piso del convento de las Monjas Benedictinas del Calvario, que está a sólo un par de cuadras de la parroquia de San José, donde la nueva comunidad comenzó su vida normal buscando desarrollar su presencia en la ciudad. jubileo de oro de la Tercera Orden en Kenia Hoy nuestra presencia en Francia continúa su camino con renovada esperanza gracias a las vocaciones que siguen llegando y que sobretodo son perseverantes. Yves de Sainte Marie hizo su profesión simple el 8 de septiembre de 2000, el 18 de octubre de 2003 la profesión solemne, y se ordenó sacerdote el 2 de febrero de 2008. Por su parte, Martin de la Croix hizo su profesión simple el 6 de septiembre de 2008, el 7 de julio de 2012 la profesión solemne, y fue ordenado sacerdote el 31 mayo de este año. El 22 de agosto de 2012 hizo su profesión simple Elie du Coeur Immaculé de Marie. Estos miembros forman los nueve grupos (comunidades) que existen actualmente en Kenia: Kakamega, Kimilili, Machakos, Nkoroi, Nairobi, Meru, Muthambi, Nyeri, Thika. Cada grupo se reúne mensualmente tanto para las reuniones regulares como para las sesiones de formación. Los terciarios han celebrado este jubileo de oro con algunas actividades. El 1 de marzo de 2014 un grupo de terciarios de Kakamega, Nairobi y dos hermanos de Bustani ya Karmeli (Nkoroi) se reunieron en el monasterio OCD en Tindinyo, que está ubicado en la parte occidental de Kenia, para celebrar con las monjas de clausura. Todos juntos celebraron una misa en acción de gracias y compartieron una comida. Fue un gran momento para la familia, ya que cada grupo recordó sus comienzos y experiencias a lo largo de los años. El Centro de Estudios con sus diversas publicaciones, la fraternidad de la Tercera Orden Carmelita, Carmel Caritas para el sostenimiento económico de los proyectos de nuestras misiones, la animación de conferencias y retiros en las dos comunidades y otras realidades religiosas, el acompañamiento de los varios grupos (en particular el grupo scout) y la inser- Jennifer Wanjiku, T.O.C E Ordenación sacerdotal del P.. Martín de la Croix ción pastoral en servicios diocesanos en el mundo de la enseñanza superior y universitaria, muestran una visión muy rápida de la vida llena de dinamismo de nuestra presencia en Francia, una comunidad que está compuesta por el Delegado General, Klaus Schenkelberger (Alemania), el prior de Nantes, Yves de Sainte Marie (Francia), el prior de Angers, Terrence Cyr (Canadá), Andras Prunawan (Indonesia) y Elie du Coeur Immaculé de Merie (Francia) de la comunidad de Angers, Jordi Prunera (España), Gianfranco Tuveri (Italia), Pascal Sawadogo (Burkina Faso) y Martin de la Croix (Francia) de la comunidad de Nantes. CITOC | P. 26 l 30 de mayo de 2014 marcó el jubileo de oro de la Tercera Orden en Kenia. La Tercera Orden fue iniciada el 30 de mayo de 1964, en Nkubu Boys High School en la diócesis de Meru, por un joven misionero de la Consolata, el P. Joseph Demarie, quien en ese momento estaba enseñando en el Seminario San Pío X de Nkubu. El seminario se encontraba al lado de aquella escuela de varones y durante su trabajo en el seminario, el P. Demarie iba a esta escuela para reunirse con los alumnos. Fue en uno de esos encuentros donde algunos estudiantes le compartieron su deseo de vivir una vida espiritual más profunda. El P. Demarie habló a los estudiantes acerca de algunas de las Terceras Órdenes en la Iglesia, descritas en un folleto que encontró en la biblioteca. Los estudiantes, después de reflexionar en la Regla de las diversas terceras órdenes, se sintieron atraídos por la Tercera Orden de los Carmelitas y fue así como se marcó el inicio de un camino de formación para seis de ellos que luego se convertirían en los primeros Terciarios Carmelitas en Kenia. (El P. Demarie ha regresado a la Casa Madre de la Consolata en Turín, Italia, debido a problemas de salud. Por favor, orad por él.) Otra celebración se llevó a cabo en el monasterio carmelita de Machakos. Los miembros de la Tercera Orden de Machakos, junto con el P. Onesmus, director de la Tercera Orden, se unieron a las monjas de clausura y celebraron una misa de acción de gracias. Fue un momento solemne pues todos se reunieron como familia para compartir la alegría de la presencia del Carmelo en Kenia. La celebración central tuvo lugar el Día Anual de la Familia que cayó el 14 de junio de 2014, en la parroquia de Nkoroi, parroquia Carmelita donde también se encuentra la casa de formación de los frailes (Bustani ya Karmeli). Miembros de los nueve grupos de la Tercera Orden en Kenia, junto con sus familiares y también estudiantes de grupos carmelitas en dos colegios de mujeres, se reunieron aquí. El día comenzó con una hermosa celebración eucarística que fue animada por los estudiantes. Después de la misa todos los asistentes pasaron al salón parroquial donde disfrutaron de un compartir y de la comida preparada por los miembros de la parroquia de Nkoroi. Hoy la Tercera Orden ha crecido y se ha extendido desde Nkubu a diferentes partes de Kenia. El número de miembros ha aumentado a cerca de 300 terciarios. CITOC | P. 27 VIDA DE LOS MONASTERIOS clausuras y nuevas fundaciones P. Mario Alfarano, O.Carm. comunidad de Fisciano: con anterioridad otras dos monjas habían sido acogidas por las comunidades de Ostuni y de Sutri. E n la vida de las monjas carmelitas, el paso del año 2013 al año 2014 coincidió con el paso del cierre de algunos monasterios a la fundación de otros. Efectivamente, durante los últimos meses del año pasado se han cerrado en Europa tres monasterios: Essen, Piedrahita y Roccagloriosa. Ya en el año 2002 las pocas y ancianas monjas de Duisburg, Alemania, pasaron a Essen, al ala de un convento de religiosas donde eran atendidas. Habiendo quedado sólo sor Baptista, se procedió a la supresión canónica del monasterio. Por otro lado, en España, las cuatro monjas del monasterio de la “Madre de Dios” de Piedrahita, fundado el año 1460, pasaron a la comunidad de Madrid. Igualmente, en Italia ha sido suprimido el histórico monasterio de la “S. Croce di Lucca”, fundado en Nápoles el año 1537, que hace unos años se había transferido a Roccagloriosa. Las tres monjas que quedaban pasaron a la vecina Decidir el cierre de un monasterio es siempre causa de gran sufrimiento para las hermanas que ingresaron con el deseo de pasar en él toda la vida. En la mayor parte de los casos, se llega a tal decisión por necesidad, a causa del reducido número de hermanas y, sobre todo, de su muy avanzada edad. A esto se añade no disponer de monjas con posibilidades para ir en ayuda de dichas comunidades. Sin embargo, cerrar un monasterio significa para las monjas afectadas abrirse a una nueva experiencia de fraternidad, a unirse a otras hermanas de la misma Orden, incluso más jóvenes, para formar juntas una nueva comunidad. Esto es lo que el Prior General y yo mismo hemos podido constatar durante la visita realizada a los monasterios de Madrid y de Fisciano. No sólo hemos gozado viendo la serenidad y el contento de las hermanas ancianas que se sienten rejuvenecidas por un ambiente más vivo y lleno de atenciones hacia ellas, sino que también nos ha admirado la generosidad de las comunidades que las han acogido y su deseo CITOC | P. 28 de hacer que se sientan en casa: hermanas entre hermanas. En los primeros meses de este año se han fundado dos nuevos monasterios de monjas carmelitas y están en marcha otros nuevos proyectos. El 19 de febrero, la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA) emanó el decreto de inicio de la fundación del segundo monasterio de Venezuela. Hacía tiempo que la comunidad de Porlamar, Isla Margarita, deseaba llevar al continente la presencia de las monjas. Por fin, con la participación de tres monjas procedentes de Santiago de los Caballeros (República Dominicana), Camaná (Perú) y Machacos (Kenya) se ha dado vida a este nuevo monasterio dedicado a “Santa María del Monte Carmelo“, en Caño Grande, diócesis de Barinas. Por otra parte, el 6 de mayo de 2014 la CIVCSVA emanó el decreto de inicio de la fundación del monasterio de “Santa Teresita del Niño Jesús“ en Azua. Este es el quinto monasterio de República Dominicana. Las monjas de La Vega quisie- ron responder así a la invitación del obispo de la diócesis de San Juan de la Maguana de abrir un monasterio en una zona de la diócesis cuya escisión está prevista que pase a ser una diócesis independiente y que, como zona de misión, tiene necesidad de la vida contemplativa. Finalmente, en el mes de junio, el Consejo General ha dado su consentimiento a la petición de las monjas de Machacos, Kenya, de iniciar antes de finalizar el año una fundación en Zimbabue, a petición del obispo de Mutare y de los hermanos del Comisariado de la Provincia de Irlanda. Estos nuevos monasterios son causa de una gran alegría, ya que frecuentemente se erigen en zonas de misión o en las que completan y enriquecen la presencia de la familia carmelitana. Creo que la apertura de nuevos monasterios responde al propósito del Concilio Vaticano II de llevar la vida contemplativa a cada Iglesia local, especialmente a las más jóvenes: “ya que la vida contemplativa es expresión de la presencia eclesial en su forma más plena, es necesario que la misma se construya por doquier en las jóvenes Iglesias“ (Ad Gentes n. 18). CITOC | P. 29 NOTICIAS Cambio de la memoria de San Nuño Alvares Pereira del 1 de abril al 6 de noviembre Indonesia y numerosos sacerdotes, así como representantes del gobierno local y unos cuatro mil invitados junto con otras personas de la región, mayoritariamente católica. El “St John of the Cross Major Seminary”, iniciado el año 2012, perteneció a la Congregación de los Carmelitas de San Elías (CSE) y es gestionado conjuntamente con las hermanas Putri Carmel (Hijas del Carmelo), ambos afiliadas a la Orden. El Instituto cuenta actualmente con 17 estudiantes de Indonesia y Malasia y está situado en un pueblo pequeño llamado Bandol perteneciente a la diócesis de Pontianak, West Kalimantan, de Indonesia. Anuncio del nacimiento de una nueva realidad en la provincia durante el Capítulo de Holanda La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ha concedido recientemente el cambio de fecha para la memoria de San Nuño Alvares Pereira del 1 de abril al 6 de noviembre. Este cambio en el calendario litúrgico de la Orden entra en vigor de manera inmediata. Desde su canonización, existe ciertamente la posibilidad de celebrar la memoria de San Nuño. Pero de hecho, la coincidencia de la anterior fecha con la Cuaresma o con la Octava de Pascua ha impedido repetidamente tal celebración. La actual fecha coincide, además, con la fecha vigente en Portugal. Desafortunadamente, la Congregación no ha concedido que la memoria fuese elevada a la categoría de fiesta para toda la Orden. Inauguración del Instituto Teológico St. John of the Cross El Prior General y su Consejo tienen la alegría de anunciar la decisión de erigir una asociación de la Tercera Orden en las comunidades de Boxmeer, Zenderen, Nijmegen y Almelo, como respuesta a la petición formal de la Provincia de Holanda del 14 de abril de 2014 respecto a las mujeres asociadas a la provincia desde hace más de treinta años, con el consentimiento de las mismas. Al final del Capitulo Provincial, celebrado en Denekamp, Paises Bajos, del 7 al 11 de mayo de 2014, el P. Fernando Millán Romeral, O.Carm., anunció que el Consejo General ha aceptado la petición de erigir para este grupo una asociación de la Tercera Orden en conformidad con el canon 312,3 del Código de Derecho Canónico y con la Regla del Tercer Orden, n. 56. De este modo, el grupo pasa a ser formalmente parte de la Familia Carmelitana. Los obispos de Zimbabue visitan la Curia Carmelita El día 25 de marzo, una vez finalizados los trabajos del campus, fue inaugurado el nuevo “Theological Institute of St. John of the Cross” por el Nuncio en Indonesia, Mons. Antonio Guido Filipazzi. En el acto participaron cinco obispos de diversos lugares de El jueves 5 de junio, el Prior General, Fernando Millán Romeral, O.Carm., y los miembros de la comunidad de la Curia en Roma tuvieron el placer de dar la bienvenida a seis obispos de la Conferencia Episcopal de Zimbabue: Mons. Michael D. Bhasera, CITOC | P. 30 Obispo coadjutor de Masvingo y Presidente de la Conferencia; Mons. Robert Christopher Ndlovu, Arzobispo de Harare; Mons. Alexio Muchabaiwa, Obispo de Mutare (en cuya diócesis trabajan desde hace muchos años los Carmelitas de Irlanda y de Zimbabue); Mons. Angelo Floro (de Gokwe); Mons. Dieter Scholz (de Chinhoi); y Mons. Xavier Munyongani (de Gweru). Los obispos se encontraban en Roma para su visita “ad limina Apostolorum” con el Papa Francisco. En su discurso de bienvenida a los obispos, que compartieron la comida con la comunidad, el Prior General habló de la larga relación que existe entre la Orden Carmelita y la Iglesia en Zimbabue. También obsequió a cada uno de ellos con un ejemplar del libro recientemente publicado por Columba Press “Un Obispo no podía hacer otra cosa: vida y testimonio de Mons. Donal Lamont”. El libro contiene la famosa carta pastoral de Lamont contra el apartheid, su “Discurso desde el banquillo de los acusados” y algunos artículos del Prior General y de la catedrática Carmen Márquez Beunza, junto con una introducción de la ex presidente de Irlanda, Mary McAleese. El libro fue compilado y editado por el P. Miceal O’Neill, O.Carm. Consejero General para Europa. Asimismo, los días 12 y 13 de noviembre, como ya se informó, tendrá lugar en Madrid (calle Ayala) un congreso sobre su figura en el que participarán varios estudiosos. Los actos concluirán con una misa solemne que tendrá lugar el día 14 de noviembre en la Iglesia de San José en Madrid (antiguo convento de San Hermenegildo), presidida por el Prior General. Sobre este congreso se mandará una información más detallada en los próximos meses. Celebración del IV centenario de la muerte de Girolamo Gracián en Bruselas Este año se celebra el IV centenario de la muerte de Girolamo Gracián, acaecida en Bruselas el año 1614 (citoconline 3/2014). El P. Gracián fue amigo y defensor de Santa Teresa de Ávila. El domingo 21 de septiembre, a las 15.30, tendrá lugar la celebración de una eucaristía en el lugar donde estaba ubicado el convento de Bruselas, Bélgica, en el que murió: Couvent des Carmes, Avenue de la Toison d’Or, 45. El celebrante principal será el Prepósito General de los Carmelitas Descalzos, P. Saverio Cannistrà, OCD, que también pronunciará la homilía. Concelebrarán el Prior General, P. Fernando Millán Romeral, O.Carm., el Vice-Prior General, P. Christian Körner, O.Carm., y el P. John Keating, O.Carm., CITOC | P. 31 CASA DE RETIROS CARMELITA Nossa Senhora Peregrina 55665-000 Camocim de São Félix - Pernambuco - Brasil, Tel: +55 (81) 3743 1122