Amigos y adversarios ofrecieron sus condolencias al nuevo Rey

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28 EL MUNDO
La Plata, martes 9 de febrero de 1999
EN LOS FUNERALES DE HUSSEIN
FOTOS: REUTERS
Amigos y adversarios ofrecieron
sus condolencias al nuevo Rey
El presidente Boris Yeltsin, de 68 años, le dio un susto a más de uno de los
presentes. Se mostró tambaleante y tuvo que ser escoltado
Bill Clinton, aunque estuvo a solas con el nuevo Rey, fue permanentemente acompañado por tres ex presidentes
de los Estados Unidos. También estuvieron Jacques Chirac, de Francia, Tony Blair, del Reino Unido, y Yasser Arafat
En un día gris y triste, decenas de miles de ciudadanos se concentraron en las calles para despedir, en medio de
lágrimas y manifestaciones de dolor, al hombre que reinó por 47 años en el pequeño país de Medio Oriente
Hafez El Assad, el presidente sirio, uno de los tantos que ofreció sus condolencias a Abdalá II. En cambio, Saddam
Hussein, de Irak, y Moamar Gadafi, de Libia, fueron dos de los que se ausentaron sin dar ninguna explicación
Los ex mandatarios norteamericanos George Bush y Jimmy Carter participaron de la despedida a Hussein. También estuvo Gerald Ford
EL MUNDO
La Plata, martes 9 de febrero de 1999
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FUE ENTERRADO EN EL CEMENTERIO FAMILIAR
Los máximos líderes mundiales
despidieron al monarca Hussein
Los principales líderes del
mundo rindieron ayer el último
homenaje al difunto rey Hussein de
Jordania, en el Palacio de
Raghadan, en un gesto de
reconocimiento a su figura de
estadista y de gran promotor de la
paz en Oriente Medio.
El nuevo rey Abdalá II presidió
los funerales de su padre, que falleció el domingo en Amán, víctima
de un cáncer que segó su vida a los
63 años, y que reposará ahora en el
cementerio de ese palacio, donde
yacen el abuelo de Hussein, Abdalá
I, y su padre, Talal.
En un día gris y triste, decenas
de miles de ciudadanos jordanos se
concentraron en las calles de la capital para despedir, en medio de
lágrimas y manifestaciones de
dolor, al hombre que durante casi
47 años reinó en este pequeño país
de Oriente Medio y cuya muerte ha
llevado el luto a la región.
De todos los rincones del
mundo llegaron jefes de Estado y
de Gobierno para rendir homenaje
al monarca hachemí, que tanto
luchó por la paz y que, en sus exequias, ha reunido a amigos, rivales
y hasta viejos enemigos, como el
presidente de Siria, Hafez el Asad, y
el primer ministro de Israel,
Benjamín Netanyahu.
A Amán, convertida ayer en capital del mundo, acudieron también, entre otros, los presidentes de
EEUU, Bill Clinton; de Rusia, Boris
Yeltsin; de Francia, Jacques Chirac;
y de Egipto, Hosni Mubarak; así
como el líder palestino Yasser
Arafat; el primer ministro del Reino
Unido, Tony Blair; dirigentes de
todas las naciones árabes y una
importante delegación iraquí.
La Familia Real española al completo viajó a la capital jordana para
REUTERS
El nuevo rey de Jordania, Abdalá II, presidió la ceremonia fúnebre y recibió las condolencias de los gobiernos amigos y
adversarios. Ni la reina Nur, ni ninguna de sus hijas, participó de las ceremonias, según la tradicional ley musulmana
Abdalá, el nuevo rey, junto a sus hermanos transporta el féretro de su padre al cementerio familiar
este último adiós al monarca
hachemí, que durante años mantuvo estrechos lazos de amistad con
los Reyes de España.
El cortejo fúnebre salió a las
12.00 hora local (7.00 de nuestro
país) de la residencia oficial del
soberano en el palacio de Bab el
Salam (Puerta de la paz) con destino al palacio real de Raghadan.
El féretro fue sacado a hombros
por los cinco hijos varones del fallecido monarca, en presencia de la
Reina Nur, su viuda, del rey Abdalá
II, su hijo primogénito y sucesor
ahora en el trono, y el resto de la
familia real. El ataúd, cubierto con
la bandera jordana, pasó luego a
hombros de ocho generales de
las Fuerzas Armadas, que lo
trasladaron hasta un vehículo militar descubierto.
A la puerta del palacio se encontraba en primer lugar el rey Abdalá,
junto con sus hermanos varones,
Hamza, designado príncipe
heredero, Faisal, Alí, y Hashem, y
la reina viuda Nur.
La reina Nur apareció vestida de
negro y cubierta con un pañuelo
blanco, color del luto en el islam, al
igual que las cinco hijas que tuvo
El adiós del pueblo jordano
El pueblo jordano expresó en las calles de
Amán su consternación por la pérdida del
que será “el rey de Jordania para siempre”.
El duelo por el monarca hachemí era visible en toda la ciudad, cuyos comercios
amanecieron completamente cerrados y sus
aceras desiertas, salvo en aquellas por donde
pasó el cortejo fúnebre que condujo los restos
mortales del rey hasta su descanso final.
Llegados de todas partes del país, los jordanos, comenzaron a concentrarse desde
primeras horas de la mañana, a lo largo del
recorrido de esa comitiva fúnebre y en las
inmediaciones del palacio de Raghadan,
donde quedó expuesto el féretro ante el que
los dignatarios procedentes de todo el
mundo rindieron su último homenaje a
Hussein.
Miles de soldados, ametralladora en
mano, se disponían casi codo con codo, a lo
largo del recorrido de doce kilómetros por el
que circuló el vehículo militar que transportó
los restos mortales del monarca hachemí. Sin
embargo, su presencia no se hizo molesta en
ningún momento y parecían estar como uno
más en la despedida de su rey.
“Su muerte es muy triste para todos los
jordanos, pero él quedará en nuestros corazones y continuará siendo nuestro rey para
siempre”, declaraba Lana Jabalid, una mujer
de 30 años, oficial de fronteras.
Muchos de los congregados portaban
fotografías del rey Hussein, algunas de ellas
rodeadas de ramas de olivo, en honor a su
contribución a la paz en la región, mientras
que otros gritaban “Alá es el más grande” al
paso de la comitiva fúnebre.
Y al mismo tiempo que los jordanos rezaban por Hussein, expresaban muestras de
apoyo a su nuevo rey Abdalá, de quien uno
de ellos aseguró que “honrará a su padre al
continuar su búsqueda de la paz”.
Hussein de sus cuatro matrimonios.
Ninguna de las mujeres de la
familia real, siguiendo los preceptos
musulmanes, participó en las ceremonias y lo harán aparte el próximo martes en el palacio de la madre
del rey Hussein. El féretro, escoltado por vehículos militares, recorrió
unos 15 kilómetros, durante cerca
de hora y media, pasando por las
principales calles de Amán, antes de
llegar al palacio real de Raghadan,
donde está el cementerio de la
dinastía hachemí.
Cientos de miles de jordanos,
muchos de ellos con banderas y
retratos del rey con crespones
negros, se habían agrupado en las
calles, a lo largo del recorrido de la
caravana fúnebre, y en medio de un
gran despliegue militar de seguridad integrado por camiones,
vehículos y helicópteros.
El cortejo llegó a las 8.23 al palacio de Raghadan y del mismo modo
en que había sido despedido en Bab
el Salam, el féretro conteniendo los
restos mortales del monarca
hachemí fue recibido por los miembros varones de la familia. A hombros de ocho oficiales del Ejército el
ataúd fue introducido en una sala
del palacio, donde quedó bajo una
guardia de honor de cuatro soldados circasianos. A continuación
comenzaron a rendir su último
homenaje sus familiares y luego los
numerosos dignatarios mundiales,
entre ellos el Presidente de Rusia,
Boris Yeltsin, tambaleante y auxiliado por el titular de Asuntos
Exteriores, Igor Ivanov, que fueron
los primeros en desfilar ante
Hussein. Saludando al rey fallecido,
se pudo ver a Bill Clinton, acompañado de tres ex presidentes de
EEUU, Gerald Ford, Jimmy Carter
y George Bush.
También se inclinó ante los
restos mortales de Hussein de
Jordania el líder palestino Yasser
Arafat, al que se vió, con el rostro
marcado por el dolor cuadrarse militarmente ante un hombre que fue
durante muchos años su rival, antes
de convertirse en su socio y amigo
en el camino de la paz.
En el desfile de dignatarios, también estuvo Benjamín Netanyahu,
acompañado por el “halcón” Ariel
Sharon, que permanecieron unos
segundos en silencio ante el ataúd
del Rey con el que Israel selló la paz
en 1994.
Dos ausencias destacadas
El presidente iraquí, Saddam Hussein,
y el líder libio, Moamar Gadafi, fueron,
entre los principales gobernantes árabes,
las ausencias más destacadas en las honras
fúnebres del rey Hussein de Jordania.
No se han dado explicaciones sobre los
motivos de Gadafi y Saddam Hussein para
no asistir al entierro de Hussein, que en
1990 era uno de los principales aliados del
presidente de Irak tras la ocupación de las
tropas iraquíes de Kuwait.
Sin embargo, responsables jordanos
consideran que la principal causa son las
sanciones impuestas por el Consejo de
Seguridad de la ONU a Irak y Libia desde
1990 y 1992, respectivamente.
Mientras, fuentes diplomáticas no
descartan que la presencia en los actos
fúnebres del monarca hachemí de la
importante delegación israelí fue la principal causa de la ausencia de Gadafi, que ha
sido y sigue siendo uno de los más críticos
de la histórica reconciliación entre los
estados árabes e Israel.
Las relaciones entre Jordania y Libia se
tornaron tensas tras la firma por el rey
Hussein del Tratado de Paz con Israel, en
octubre de 1994.
La ausencia de Saddam Hussein es vista
por los comentaristas políticos como un
reflejo de las divergencias entre Jordania y
el régimen iraquí, que han quedado muy
claras en los últimos meses.
Bagdad ha criticado a Jordania en los
últimos años en dos ocasiones, la primera
fue cuando el rey Hussein invitó al régimen iraquí a introducir reformas
democráticas en su país.
La segunda cuando Amán no llegó a
condenar los ataques aéreos estadounidenses y británicos de diciembre
pasado contra el territorio iraquí.
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