Centro de Cultura Islámica Las Condes www.islamchile.com El Ayuno (Segunda parte) Pasó algún tiempo y llegó el mes de Ramadán. Tío Ahmad ya se había ido a su casa. Hussein y Fátima se dieron cuenta de que sus padres se levantaban antes de lo normal, y les oían ir a la cocina. Era todavía de noche y estaban comiendo una comida que se llama el Suhur. Hussein y Fátima decidieron irse con ellos. -Queremos comer el Suhur con ustedes. Fue una sorpresa agradable para los padres, se sintieron contentos de tener hijos que son buenos musulmanes. Se sentaron y comieron todos juntos. Después hicieron juntos la oración de la mañana, y luego los niños se fueron de nuevo a la cama. Un poco más tarde, Hussein se levantó para ir al colegio. Esta vez no había desayuno, ni colación para llevar con él. Hussein tenía hambre, pero no decía nada. Al llegar el mediodía, tenía más hambre que nunca, pero pensaba en Tío Ahmad que estaba en Palestina cuando le dijo: Los musulmanes de todo el mundo estarán también ayunando, entonces, con toda seguridad, Todos tendrán tanta hambre como tú. Hussein pensó también en lo que Tío Ahmad le había dicho: los pobres tienen hambre todos los Centro de Cultura Islámica Las Condes www.islamchile.com días. Sin embargo, Hussein sabía que al atardecer podría comer algo y que también podría beber todo lo que quisiera. Al acercarse la noche, la Madre puso una comida en la mesa. Esta comida se llama Iftar. La familia se sentó a la mesa y empezaron a comer. Pronto se les pasó el hambre. Hussein y Fatima se sentían muy contentos de haber superado tan bien su primer día de ayuno. Los niños se fueron a dormir. Hussein estaba muy cansado, pero antes de quedarse dormido, sus pensamientos volvieron a Tío Ahmad y a las razones que les había dado para el ayuno de los musulmanes: como compartir la comida con los pobres. Hussein estaba muy agradecido de que al menos él pudiera comer al llegar la noche. Los pobres no lo podían hacer. Tenían que seguir con hambre también por la noche. Hussein entonces dijo en su corazón: -Doy gracias a Dios por darme suficiente para comer-. Estaba ya a punto de quedarse dormido, cuando de repente se acordó de una cosa. Saltó de la cama y se fue a donde estaban sus padres. -No se olviden de levantarme para el Suhur-, les pidió. Quiero ayunar también mañana, para que los pobres tengan más de comer-. Después de esto, se volvió a meter en la cama y pronto se quedó profundamente dormido. Centro de Cultura Islámica Las Condes www.islamchile.com Fátima también se levantó a la mañana siguiente. Después de tomar el Sahur, su madre le dijo: -Antes de ayunar, se debe decir la Niyya-. ' -¿Qué es la Niyya?-, preguntaron los niños. -Niyya significa, intención-, dijo la Madre. -Cuando ayunamos, decimos: Voy a ayunar hoy todo el día, y después de decir esto, no comemos nada hasta la noche-. -¡Eso es muy sencillo de decir!-, dijeron los niños. Esa misma noche, su madre les dijo a Hussein y a Fátima que los musulmanes también tienen que decir la Niyya antes de empezar a comer el Iftar. Luego les explicó: -La Niyya dice: Dios mío, por Ti he ayunado este día, y ahora comeré de Tu alimento. En árabe se dice: Allahumma laka sumtu wa 'ala rizqika aftartu-. -¡Vaya!, exclamó Hussein, -eso es bastante difícil-. El padre de Hussein estaba delante y oyó lo que él había dicho. – Su Padre le dijo, -no es fácil, pero si tuvieras que ayunar todos los días, entonces lo dirías cada noche y te sería muy fácil aprenderlo-. -De acuerdo-, dijo Hussein, -pero como aún no lo sé, ¿podrías ayudarme a aprenderlo? -¡Claro que sí!-, le aseguró su Padre, -Pero creo que es mejor que digamos la Niyya juntos al mismo tiempo. Así, puedes aprenderlo más fácil. Y después, podemos empezar a comer todos juntos-. Centro de Cultura Islámica Las Condes www.islamchile.com Después del Iftár, la Madre les habló a los niños de Lailatu-l-qadr. - Lailatu-l-qadr es una de las noches que hay al final de Ramadán, dijo: -En esta noche nos quedamos despiertos para recitar el Corán y hacer muchas oraciones. Esta es la noche en la que, hace muchos años, se reveló el Sagrado Corán siendo este el camino que debe seguir todo musulmán. Los creyentes deben rezar a Dios y deben ayudar a los pobres y a los enfermos. Después de escuchar esto, Hussein comprendió mucho mejor lo que Dios había dicho: Los musulmanes debemos ayudar a los pobres, y esto quiere decir que debemos darles de comer cuando no tengan comida. Esta es la razón de que tengamos el mes de Ramadán; Hussein y Fatima estaban ya deseando que llegara la noche en que podrían quedarse despiertos para la Laitu-l-qadr. Tía Amal