08-tub.qxd 3/18/04 10:42 PM Page 1 8 La Plata, viernes 19 de marzo de 2004 HISTORIAS DEL CRIMEN: ALBERT FISH El caníbal más famoso de la historia “El hombre de la bolsa” existió Tenía el cabello gris y un gran bigote. Parecía indefenso, inspiraba cierta ternura y confianza. Llevaba una bolsa con dulces que entregaba a las víctimas elegidas. A muchas también se las comió. Confesó haber cometido unos cien crímenes. Terminó ejecutado en la silla eléctrica Staten Island, Nueva York, una mañana de julio de 1924. La señora Mc Donnell permanecía sentada en la puerta de su casa. Su hijo Francis, de 8 años, jugaba cerca con una pelota mientras su hija de pocos meses gateaba a su lado. Un hombre viejo pasó caminado con dificultad. Parecía perdido. Resaltaban su cabello y un gran bigote gris. Llevaba un traje viejo y holgado, y un sombrero bombín polvoriento. Abría y cerraba constantemente una mano, en la otra llevaba una bolsa. Al pasar frente a la casa, saludó a la señora Mc Donnell descubriéndose la cabeza. El viejo murmuraba cosas para sí. La señora tuvo compasión. Cinco días después, un domingo, un hombre tocó a la puerta de su casa. Lo atendió Delia, la mamá de Edward. Se trataba de un anciano de aspecto endeble. Se presentó como Frank Howard, granjero, y quería hablar con Edward. Delia reparó en su cabello gris, en su bigote gris, y en una bolsa que llevaba. De inmediato, Howard contrató al chico. Delia lo invitó a almorzar y su esposo, Albert Budd, estaba encantado. Apenas se habían sentado a la mesa cuando entró una bonita nena de grandes ojos marrones y cabello cas- 1 Esa misma tarde, Francis se fue a jugar con cuatro amigos en una zona descampada. A unos metros el hombre gris observaba. En un momento, Francis quedó rezagado y vio que un abuelo simpático, de gran bigote gris, como su cabello, lo llamaba. El anciano sacó golosinas de una bolsa y se las dio. Nadie notó que Francis había desaparecido sino hasta la hora de la cena. Lo encontraron al día siguiente, en un bosque. Había sido estrangulado con sus tiradores. Su padre apenas lo reconoció. El chico tenía como dentelladas. A su madre debieron sostenerla entre varios policías para que no viera al nene. Cuando ya nadie recordaba la muerte del pequeño Francis Mc Donnell, Edward Budd, de 18 años, puso un aviso en el diario ofreciéndose para trabajar en el campo. Era el 23 de mayo de 1928. “Disfruté de lo que hace daño” -¿Cómo se siente?- le preguntó el psiquiatra Frederic Wertham, que entrevistó a Fish tras ser detenido. -No tengo particulares deseos de vivir, ni de ser asesinado. Es una cuestión indiferente. No creo estar del todo bien. -¿Eso quiere decir que está loco? -No exactamente. Nunca pude entenderme del todo... -¿Puede explicarse? -Siempre tuve deseos de infligir dolor a otros y de que otros me provoquen dolor. Obsesionado con la religión y el sufrimiento Desde niño, Fish vivió obsesionado con la idea del pecado, creyendo que la única forma posible de expiación era a través del sacrificio personal y el dolor. El mismo se infligió castigos masoquistas. A los veinte años ejerció la prostitución homosexual en Washington, donde violó a un niño y asesinó a su primera víctima. Cuatro psiquiatras aseguraron que Fish estaba loco. Para la Justicia, tuvo conciencia de cada crimen RAZONES taño. Gracie Budd, una de las hijas del matrimonio, tenía 9 años. Entró feliz, cantando. Howard estaba maravillado con la pequeña. De su bolsa sacó un dulce y se lo dio. Cuando terminaron de almorzar Howard dijo que debía ir a la casa de su hermana, porque uno de sus 2 Contó a una mujer cómo había comido a su hija 3 El relato más escalofriante y aterrador Delia Budd recibió una carta: “Mi querida Sra. Budd: el 3 de junio de 1928 llamé a su casa. Almorzamos. Gracie se sentó a upa mío y me dio un beso. Decidí comérmela. Con el pretexto de llevarla conmigo a una fiesta (Usted dio permiso) la llevé a una casa desocupada en Westchester”. El viejo contaba a la mamá cómo había matado a su hija. “Cuando Gracie me vio desnudo comenzó a llorar e intentó correr. La tomé del brazo y le quité la ropa. Fue increíble como pateó, mordió y rasguñó. La estrangulé. Luego la corté en pedazos bien pequeños para poder cocinarla y comérmela. Me tomó nueve días comerme su cuerpo entero. No le hice el amor. Gracie murió virgen”. “La silla eléctrica será el último escalofrío” Albert Fish había nacido el 19 de mayo de 1870 en Washington. A los 5 años su padre murió y su madre lo mandó a un orfanato. “Allí comencé a estar mal -contó en su confesión-. Estábamos despiadadamente derrotados...” A los 14 años se dedicó a lo que sería su oficio: pintor de interiores. Se mudó a Nueva York, y a los 26 años se casó con una chica de 19. Pero cuando el menor de sus seis hijos tenía tres años, la mujer lo abandonó. Cuatro médicos que lo atendieron, propuestos por la defensa, dijeron que Fish estaba loco. Era un caso único de perversión en los anales de la literatura psiquiátrica y criminal. Pero los psiquiatras del fiscal Elbert F. Gallagher opinaron todo lo contrario. Siempre supo lo que hacía, planeó el engaño a los Budd, llevó a la pequeña a un lugar apartado, preparó el lugar del crimen y lo ejecutó con plena conciencia. El juicio por el secuestro y muerte de Gracie Budd comenzó el lunes 11 de marzo de 1935 en Nueva York. Al tercer día se llevó al estrado una caja con los restos de Gracie. El detective King relató cómo había sido asesinada. El juicio duró 10 días. La deliberación del jurado llevó menos de una hora. La perspectiva de la silla eléctrica tuvo su atractivo para Fish. “Sus ojos brillaban...”, escribió un periodista del Daily News. Fish se levantó de su asiento y agradeció al juez: “Qué alegría. El de la silla eléctrica será el último escalofrío. El único que todavía no he experimentado”. Fue ejecutado el 16 de enero de 1936. sobrinos cumplía 9 años. Le dijo a Edward que volvería a buscarlo y, para calmar su inquietud, le dio dos dólares. Pero antes de irse se volvió hacia Delia y le preguntó si podía llevarse a Gracie al cumpleaños. Le dio grandes seguridades de que la nena estaría bien cuidada. Delia no sabía qué decir. Le pidió la dirección de su hermana. Su esposo la convenció para que la dejara ir. Los Budd nunca más volvieron a ver a su hija. Se asignaron 20 policías al caso, entre ellos el detective William F. King. No hubo nada por entonces. Seis años después, King era el único detective que seguía con la inves- El detective William King siguió el caso por años. Al fin logró atraparlo, y el anciano confesó sus crímenes tigación. En octubre de 1934 decidió usar un recurso final: dijo que el sumario iba a ser cerrado definitivamente. La prensa lo difundió. Delia Budd recibió una carta el 12 de noviembre, en la que Fish le contaba que había “comido” a su hija. La carta no tenía remitente, pero King averiguó que había sido enviada por un hombre que alquilaba un cuarto en un edificio de la calle 52. El detective habló con la portera y le dio la descripción del “señor Howard”. Coincidía con la de un viejo de cabellos y bigotes grises que se había registrado como Albert Fish. La confesión de Fish fue larga y pormenorizada. Una patrulla se dirigió a la casa abandonada donde mató a Gracie. Hallaron los huesos de la pequeña. Fish contó una larga historia de caza de chicos. Al menos 100. Y episodios de canibalismo. El dato Lo secuestró, lo torturó y se lo comió En 1927 secuestró a un niño de nombre Billy Gaffney, lo desnudó, le ató manos y pies y lo amordazó. Después lo flageló con su cinturón, le cortó orejas, nariz, y le rasgó la boca de oreja a oreja. Le sacó los ojos y le clavó un cuchillo en el vientre. Luego se bebió la sangre. Después hizo un guisado con partes del cuerpo y verduras.