ESTUDIO SOBRE LA PRIMERA EPÍSTOLA DE SAN PEDRO Por DANIEL CABARCOS 21ª PARTE: VERSÍCULOS 4:14-19 1 Pedro 4:14.“Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado.” Cuando somos vituperados (ONEIDIZÔ): esta palabra significa injuriar, zaherir, por el nombre de Cristo, literalmente EN NOMBRE, o sea, la injuria o el ultraje que uno sufre por su adhesión a Cristo y a su causa. La palabra NOMBRE aplicada a Cristo condensa toda su esencia como Dios y sus actos como hombre, por lo tanto ser injuriado por Su Nombre es serlo por adherirse, por tomar partido por Cristo y su obra (Hebreos 11:24-26). Esta actitud proporciona dicha, felicidad (MAKARIOS), una idea que quedó grabada en la mente de Pedro por haberla escuchado a Jesús en Mateo 5:11-12. El adherirse a la causa de Cristo, a Su Obra, a lo que Su Nombre representa, lleva implícito el sufrimiento, la injuria por parte de los que se oponen a la Verdad y es sinónimo de vivir conforme a la voluntad de Dios, como vemos también en Mateo 5:13-16, es sinónimo de tomar parte activa por Cristo, de exponer y defender Su Obra y Su Mensaje y los que así lo entienden, lo tienen como un honor (Hechos 5:40-41). En este pasaje se menciona que Pedro y los apóstoles sufrieron afrenta por la causa de Cristo delante del SANEDRIN. Dice el texto literalmente: “Ellos por su parte se fueron gozosos de la presencia del Sanedrín porque fueron tenidos por dignos de ser AFRENTADOS A FAVOR DEL NOMBRE DE JESÚS.” Como puede apreciarse, late en todos estos textos la idea de compromiso asociada a sufrimiento, vituperio, pero también gozo por hacer lo correcto, por trabajar para la causa. Pedro dice que el Espíritu de gloria reposa sobre nosotros cuando tenemos esta actitud, en referencia, claro está, al Espíritu Santo. El verbo usado REPOSAR = ANAPAUÔ significa ‘dar irrupción a una labor’, ‘dar reposo, refrigerio’. Quizás deba entenderse a la luz de Isaías 11:2-3 en el sentido de imitación de Cristo; el sufrir por el nombre de Cristo es señal de que el Espíritu Santo actúa libremente en nosotros, aunque es difícil de interpretar esta parte del texto puesto que el sujeto de la acción es el Espíritu Santo. La segunda parte del versículo no figura en los manuscritos más antiguos, pero viene a ser una aclaración de lo anterior. El sufrir por Cristo es una forma de darle gloria y el vituperar a los cristianos es blasfemia contra Dios. 1 Pedro 4:15.“Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno;” En los siguientes versículos, Pedro aclara este tema de los sufrimientos para que nadie confunda el sufrir por la causa de Cristo con el sufrimiento producto de conductas negativas. El primero sería injusto, el segundo justo. Quizás hace esta aclaración para evitar confusión o para frenar actitudes que intentaban mezclarlo todo. Esta aquí el verbo PADECER = PASCHÔ en modo imperativo con una prohibición de sufrir como homicida, ladrón o malhechor; son unas referencias concretas a lo ya visto en 1 Pe.2:1920 y 3:17. Se añade en esta lista el calificativo ENTROMETIDO = ALLOTRIEPISKOPOS (supervisor de lo ajeno), y podemos ver otros textos de la Escritura que hacen referencia a este tipo de conducta: 2 Tesalonicenses 3:11 y 1 Timoteo 5:13. 1 Pedro 4:16.“pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello.” Sin embargo, el sufrimiento como cristiano no debe avergonzar. Esto lleva implícito que sí hay que avergonzarse del sufrimiento por las conductas vistas en el versículo anterior. El verbo avergonzarse está en imperativo (AISCHUNOMAI). Pedro, mejor que nadie, sabía de lo que hablaba puesto que la escena de la negación de Cristo, con su falta de adhesión y compromiso en la causa, quedaría grabada a fuego en su mente durante toda su vida (Marcos 14:66-72). Pedro no tardó en darse cuenta que el adherirse a la causa cristiana de forma coherente conlleva inevitablemente sufrimiento; es más, Pedro no solo ordena que no hay que avergonzarse sino que hay que glorificar a Dios. 1 Pedro 4:17.“Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿Cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?” Se vuelve a hablar en este versículo de tiempo (KAIROS) que como ya hemos visto no se refiere a tiempo cronológico, sino que señala, más bien las características de un período señalado, una sazón, un tiempo determinado (Hechos 1:7, Cronos y Kairos). En este texto, es el tiempo o el momento de que el juicio comience desde la casa de Dios (OIKOS). Hebreos 3:6 nos aclara quien es ‘esta casa’. También 1 Timoteo 3:15. Parece que Pedro ve en las persecuciones y en el sufrimiento el comienzo de un tiempo señalado por Dios para el juicio. No se habla aquí de juicio de condenación, sino de prueba o disciplina. La justicia requiere juicio y Dios, en su coherencia, empieza este juicio por su casa. Podemos ver esto en Jeremías 25:29; 49:12. Como hemos visto en los versículos anteriores, este juicio de prueba es una suerte de capacitación para los cristianos para librarnos de las impurezas, de lo superfluo. Si la adhesión a Cristo entraña estos sufrimientos y sinsabores, ante esta realidad, los cristianos debemos recordar que este juicio que empieza sobre nuestra fe es para nuestro bien, para perfeccionarnos y también debemos tener presente cual será el fin de los que no obedecen el evangelio de Dios. Esta perspectiva debe hacer que los creyentes asumamos con mayor agrado el sufrimiento y la prueba de nuestra fe ante la expectativa de juicio y condenación de los incrédulos, de los que DESOBEDECEN = APEITHÔ. Este verbo significa rehusar la creencia, rehusar ser persuadido, ser desobediente y aquí es usado claramente para los que rechazan el evangelio. Si Dios por medio de las pruebas nos purifica y nos capacita para hacernos aptos a la altura del llamado, y si esta disciplina es dura ¿cómo será la aplicada a los que rechazan la fe? (Hebreos 12:513). 1 Pedro 4:18.“Y: Si el justo con dificultad se salva, ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador?” En este versículo, Pedro explica mejor el texto anterior y lo hace con una interpretación de Proverbios 11:31. Si el justo a duras penas se salva, que no significa que el cristiano se salve por su propia justicia, sino que se refiere a asumir y perseverar en la prueba y en la disciplina. Se emplea el adverbio MOLIS, que denota lo difícil de la prueba y que significa ‘a duras penas’, ‘con dificultad’, ‘con mucho esfuerzo’. Si el justo, el que ha sido justificado por Dios, le cuesta un tremendo esfuerzo alcanzar la salvación definitiva con dignidad, y asumir la disciplina y la purificación en la prueba de parte de Dios, ¿qué será del impío y pecador. Dice el texto literalmente: “el impío y pecador, ¿dónde APARECERÁ? El verbo empleado es FAINÔ que significa hacer evidente, aparecer. Quizás haya aquí una alusión a Santiago 4:14. Vemos también aquí un contraste claro con nuestro destino como hijos de Dios: nosotros sí sabemos donde APARECEREMOS (1 Juan 3:2). 1 Pedro 4:19.“De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien.” “De modo que” o “por consiguiente”: este encabezamiento nos induce a sacar una conclusión en base a lo escrito anteriormente: los que sufren o padecen (PASCHÔ) conforme o según la voluntad de Dios, como hemos visto en 3:17, deben encomendar su alma al Creador. Aparece aquí un verbo en imperativo: PARATITHEMI (significa literalmente ‘colocar al lado’), se traduce aquí por encomendar y se usa este verbo también cuando se menciona que Jesús encomendó su espíritu al Padre (Lucas 23:46). El justo que sufre debe encomendar su alma a Dios haciendo el bien: Su Voluntad. Vemos una exhortación clara a cumplir nuestro papel sin grandes cuestionamientos intelectuales. Dios ha querido perfeccionarnos en nuestro peregrinaje por medio del sufrimiento, porque ello nos libra del lastre y por tanto, debemos asumir Su Voluntad sin cuestionarla, porque si Él lo ha decidido así, es porque se trata de lo mejor. En mi opinión, lo que Dios pretende es que en el momento en que alcancemos la salvación definitiva, estemos lo más cerca posible del Modelo. Este parece ser Su Propósito. RESUMEN DE LA 21ª PARTE (1 Pedro 4:14-19) Ser injuriado por el Nombre de Cristo es serlo por adherirse, tomar partido por Él y por Su Causa. Esto lleva implícito sufrimiento, pero también honor. El sufrir por el nombre de Cristo, el imitar Su caligrafía, significa que el Espíritu Santo actúa libremente en nosotros. El sufrir como cristiano no debe causar vergüenza; sí el sufrir como delincuente. El sufrimiento como cristianos debemos compararlo con la situación que le espera a los impíos. El alcanzar la meta del cristiano, la salvación, con dignidad, conlleva muchos sacrificios que no son nada comparado con el destino eterno de los impíos. El sufrir, el padecer como cristiano, debemos entenderlo como una señal de que vamos por el buen camino, de que entendemos cual es nuestra situación en este mundo en donde somos peregrinos. Pedro escuchó de boca de Jesús: “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros” (Mateo 5:11-12), sin embargo no lo llevó a cabo cuando negó a Jesús, pero, mediante ese sufrimiento (prueba), aprendió la lección y así pudo decir estas palabras de consuelo a estos cristianos.