Que el miedo no te domine Todos en algún momento de nuestras vidas hemos experimentado miedo. El miedo es la emoción que se activa ante la percepción del peligro. Ante un estímulo percibido como peligroso, se disparan en el organismo ciertas reacciones. Algunas personas huyen, otras se paralizan y otras lo enfrentan. Si te detienes a pensar coincidirás en que todos o gran parte de los siguientes síntomas se activan en tu organismo ante una situación que percibes como amenazante: palpitaciones, sudoración, malestar estomacal, sensación de ahogo, temblores, inestabilidad o desmayo, paralización, ruborización, entre otras. Tanto el miedo, como la ansiedad y la angustia –en niveles básicos- funcionan de manera adaptativa movilizando en la persona operaciones de defensa. El miedo es un indicador de peligro, de que algo no está bien. Desde este punto podemos decir que es funcional, te permite defenderte, actuar o huir si fuere necesario. Por ejemplo, el miedo ante un disparo te permite huir o cubrirte para defenderte. Tal como lo define la REA (Real Academia Española) el miedo es una perturbación por un riesgo o daño real o imaginario. Cuando el miedo es tan intenso que impide llevar una vida normal, entonces se vislumbra un problema, el miedo pasa a ser disfuncional. Para algunas personas los miedos pueden convertirse en obstáculos que le impiden lograr ciertos objetivos o lograr cambios favorables en su vida. El miedo a ser observado, a hablar en público, a enfrentar una nueva propuesta laboral, a quedar en ridículo, a equivocarse, a enfrentar un examen, a ser engañado, a fracasar, a no saber resolver un problema, a la muerte, a ser amado, a la soledad, etc. pueden llevar a una persona a limitar el desarrollo de su potencial e interferir en su vida cotidiana. Si bien es cierto que existe cierto temor ante lo desconocido, de hecho toda circunstancia que nos lleva a salir de la seguridad en la que nos encontramos provoca incertidumbre y ciertos miedos, no debes permitir que éstos te paralicen y terminen dominándote. 5 Puntos que te ayudarán a vencer el miedo: -Identificar tus miedos. Este es el primer paso para poder superarlos. Identificar en qué momentos aparecen los síntomas mencionados y tomar nota de ellos te ayudará a identificarlos. -Tomar nota de las desventajas o consecuencias negativas que provoca ese miedo. -Fortalecer la auto confianza. Cuando la confianza en nosotros mismos se ve debilitada, dudamos de nuestras capacidades, habilidades, conocimientos y aptitudes. Algunos pensamientos que pueden ayudarte en esto son Yo puedo, esto es una oportunidad, puedo manejar la situación, yo sé, puedo aprender y crecer a través de esto. En caso de cometer errores no se lamente, aprenda de ellos y trate de mantener una actitud positiva. -Resignificar el miedo. Esto es la superación dándole una nueva interpretación. Tomar como una oportunidad la situación percibida como amenazante. -Practicar. Imaginar la situación temida, los posibles obstáculos, identificarlos y practicar posibles respuestas podrá afianzar tu seguridad y capacidad de resolución de conflictos. No te impacientes si no logras superarlo en el primer o segundo intento. A muchas personas les lleva meses o años superarlos, necesitando de un acompañamiento terapéutico con técnicas específicas. Por eso, no permitas que el miedo te domine, buscá ayuda. Clr. Gisela Vespa Equipo INEA Tel: 4636-2252 www.institutoinea.com.ar