Guía para padres y profesores Una noche muy oscura Texto de Ainara Bezanilla Ilustraciones de Màriam Ben-Arab Guía para padres y profesores Herramientas y sugerencias para el refuerzo de la educación emocional Sobre el miedo El miedo, en principio, es algo totalmente necesario. Nos alerta frente a situaciones que debemos considerar peligrosas y nos empuja a ser cautos y precavidos. A un lobo hay que tenerle miedo, porque te puede comer; si no se lo tuviéramos, nos enfrentaríamos a él sin pensarlo y las consecuencias de nuestro comportamiento podrían ser graves. Pero tener miedo al lobo, viviendo en un entorno urbano, y que eso nos imposibilite salir a la calle, ya es otro cantar. El problema se nos plantea cuando esos miedos no se adaptan a ninguna causa real o cuando las consecuencias que imaginamos son desmedidas. El miedo, entonces, puede llegar a condicionar nuestro comportamiento, limitar nuestras acciones e influir en nuestra capacidad para enfrentarnos a vivencias cotidianas, tales como ir a dormir, acudir a la escuela o relacionarnos con nuestros compañeros. Claro está que los miedos evolucionan, que casi a cada edad le corresponden unos temores determinados y que estos van cambiando a medida que crecemos. En este caso, nuestra tarea consiste en acompañar en ese “natural crecimiento”, en esa superación de los miedos que pueden llegar a limitar las acciones de nuestros hijos y alumnos en el presente y en el futuro. ¿Cómo? • Los ayudaremos a verbalizar sus temores, desde los más sencillos a los más profundos. • Analizaremos con ellos su origen. • Valoraremos en conjunto si estamos magnificando sus consecuencias. • Trataremos de identificar los miedos necesarios y los superfluos, para así ayudar a los niños a afrontarlos y a resolverlos en la medida de nuestras posibilidades. • Los acompañaremos en la liberación de la ansiedad que los miedos les pueden provocar. En esta guía seguiremos ahondando en el trabajo de identificación y consciencia de las emociones de un modo sencillo y ameno, poniendo a vuestra disposición una serie de herramientas y dinámicas para desarrollar a través del libro Una noche muy oscura, de la colección El Jardín de las Emociones, en el cual Qanik y sus implicados compañeros se topan de lleno con los miedos. 3 Recomendaciones generales para trabajar los miedos en casa y en el aula 1. Las páginas de un libro, ¡una excelente oportunidad! El trabajo previo es mucho más importante de lo que nos imaginamos y situarnos en una tesitura concreta a través de las páginas de un cuento puede ser una oportunidad única de ahondamiento y verbalización de las emociones. Frases como “a otros ya les ha pasado” o “es más común de lo que imaginamos” funcionan tanto con adultos como con pequeños. De cómo nosotros sepamos reconducirlas depende nuestro éxito. A través de las páginas de un libro se nos presenta una oportunidad excepcional: podemos hablar, debatir e incluso sentir sin necesidad de vivir la experiencia realmente. En ocasiones nos encontramos con pequeños que carecen de las herramientas afectivas necesarias para enfrentarse a situaciones de conflicto, dolor o angustia. Desconocen lo que les está ocurriendo y jamás vieron a nadie en una situación similar, o si lo hicieron, no fue resuelta adecuadamente. Así, un pequeño círculo de reflexión alrededor de lo leído siempre nos da la oportunidad de generar un debate. 2. Sentirse seguro Saber lo que viene después, anticiparse a las emociones, a las situaciones complicadas o simplemente diferentes, ayuda a sentirse seguro y arropado. En ocasiones, tener miedo a lo desconocido es inevitable, pero que ese miedo nos paralice es algo que tenemos que aprender a superar. Así, explicar las cosas tranquilamente y no obviar los asuntos conflictivos que sabemos pueden derivar en temores, ayuda a no temer las consecuencias. 4 3. Nosotros también tenemos miedo Por supuesto, por ser mayores no nos hemos desprendido de nuestros miedos. Saber reconocerlo ante nuestros pequeños y explicarles cómo lo afrontamos puede ser de gran ayuda. A veces nos cuesta transmitir nuestra preocupación hacia sus actos porque prevemos unas consecuencias peligrosas; hemos de ser cautos. Explicar esas acciones derivadas sin traspasar a los niños y a las niñas nuestros propios temores debe ser un objetivo fundamental. Sugerencia: hacer un cartel para la puerta de la clase o de la habitación que indique que los miedos se pueden ir por donde han venido. 4. Van creciendo y es normal… Conocen más situaciones, dejan en la cuneta algunos miedos, pero otros se empeñan en seguir dentro de su mochila. A los ya conocidos (miedo a los extraños, a las caídas, a ciertos ruidos...) se van añadiendo otros que inevitablemente también están ahí para ayudarlos en su camino. De este modo, aparecen en escena los “miedos imaginarios” relacionados con monstruos, con fantasmas, con la oscuridad e incluso con algún personaje de los dibujos que se cuela en su cama. Sugerencia: quizá la realización de un diario donde se “cuenten” los sueños nos ayude a ver que no somos los únicos con miedos. 5. Ante todo, calma Es imprescindible transmitir tranquilidad. Por muy angustiados que estemos, debemos recordar que somos un referente directo, que tenemos la obligación de ser un tronco en medio del mar en el que saben que siempre se podrán refugiar sin que mostremos (al menos delante de ellos) una preocupación mayor por la situación que nos toca gestionar. 6. Pasito a pasito aya, te da miedo el perro de la vecina que te mira ansiosamente desde el otro lado del descansillo. V Todas las mañanas sale a hacer pis a la misma hora que tú vas al colegio. Sabes que siempre va atado, sabes que tú vas de la mano de papá, pero aun así... Forzar al niño o a la niña a acercarse al perro sin más no parece buena idea, debemos pensar un plan que nos permita avanzar cada día un poco más. Por mucho que lo razonemos, no conseguiremos nada de este modo. En cambio, si nos vamos situando más cerca día a día, si una mañana preguntamos a su dueño cómo se llama y en otra ocasión qué costumbres tiene, o qué le gusta comer —“¿acaso come niños con pecas…?”—, y finalmente nos interesamos por saber cómo se le acaricia, tal vez así logremos avanzar en la superación de este tremendo miedo que nos acompaña. Sugerencia: trataremos de no dar importancia a los pequeños pasos hacia atrás y sí celebrar los positivos. 5 7. Mejor entre iguales Claro, como tú eres mayor... Es una respuesta más común de lo que creemos. En ocasiones, intentamos ejemplificar con nuestras reacciones de adulto, pero todo es mucho más fácil y eficaz cuando el que trata de dar ejemplo es de la misma edad. Sugerencia: plantear una suerte de “tutoría entre iguales”, es decir, dar al niño la oportunidad de exponer sus miedos a su pareja de tutoría en un momento especial de la jornada. 8. Escuchar, escuchar, escuchar… y siempre volver a empezar Y como siempre, escuchar, reconocer la importancia de lo vivido, evitar la ridiculización por los miedos, en especial, delante de los amigos o compañeros. No se trata de aislar o de sobreproteger, sino de acompañar en ese camino en el cual nuestra atención deberá enfocarse en las posibles soluciones, en lo positivo de verbalizar aquello que se siente, demostrando que, entre todos, podemos. Propuestas para trabajar los miedos en dinámicas de clase ANTES DE LEER Esta guía pretende convertirse en un elemento de ayuda e inspiración en el proceso de mediación lectora, un material que sirva para acercar a los pequeños a la identificación y a expresar con palabras las emociones a partir de la lectura compartida y de la afectividad que ello conlleva. Si en algún momento las sugerencias propuestas no se amoldaran a las necesidades del grupo al que fuesen dirigidas, estas pueden ser recortadas, modificadas o, incluso, ignoradas. Varios son los aspectos que debemos tener en cuenta: • Nos estamos dirigiendo a prelectores, o pequeños lectores, a partir de tres años. • Las sugerencias poseen un orden cronológico con respecto al libro, pero no es indispensable, repetimos, realizarlas en su totalidad o en su formato u orden originales. • Y, cabe añadir, que la chispa, la tenacidad, la experiencia y el buen criterio del mediador implicado es lo que hace que esto realmente funcione. ¿Comenzamos? 6 1. Nuestra casa, nuestra forma de vida ¿Cómo es nuestra casa? ¿Un bloque de pisos, una casa aislada? ¿Y nuestra habitación? ¿Dormimos solos o acompañados? ¿Compartimos el espacio con nuestro hermano? ¿Con algún peluche que siempre aparece a los pies de la cama? ¿Y dónde dormirá Qanik? ¿Será frío un iglú? 2. Un buen momento Llegamos a clase con la genial idea de contar un cuento, de sentarnos todos en círculo, en nuestros cojines o en nuestras mesas, y escuchar lo que Qanik nos quiere contar esta mañana. Pero resulta que al que no le duele la pierna, le duele el alma; quien no ha perdido algo, ha encontrado un pájaro herido... Todo es posible en un aula de Infantil y todo debe ser escuchado. Es preciso encontrar el momento adecuado, un momento de sosiego y silencio. DURANTE LA LECTURA Bien… Ojos abiertos, orejas despejadas y boca cerrada (el que sepa respirar por la nariz). Se produce un silencio mágico cuando presentamos el libro, su título, sus autores, la editorial. No con afán de que aprendan esos datos, sino porque somos conscientes de que estamos creando lectores críticos que se merecen saber lo que tenemos entre manos y quizá, si les gusta, escojan algo de todo ello en sus próximas lecturas. Tratamos de no variar el texto, que sea el mismo libro lo lea quien lo lea, intentamos no explicar ninguna palabra si no hay una pregunta por su parte (si no la entendieron y no preguntaron puede que comprendieran el contexto o que no fuera su momento para aprenderla). Leemos pausada y claramente, sin chillar, mostrando las ilustraciones a cada paso. La doble lectura texto-imagen es fundamental para estos prelectores o pequeños lectores. TRAS LA LECTURA 1. ¿Qué ha pasado? “Y colorín colorado, este cuento se ha acabado”. Ahí estamos, frente a un público entregado que seguro tiene mucho que opinar acerca de las hazañas de Qanik y sus amigos. Desarrollo: ¿qué tal una ronda de preguntas? — ¿Qué ha pasado, chicos? — ¿Alguna vez habéis sentido un miedo tan intenso por la noche que habéis despertado a vuestros hermanos o a vuestros padres? 7 — ¿Os escucharon? ¿Buscasteis juntos al monstruo de las siete cabezas en vuestro armario y ahí no había nadie? ¿Dónde se esconden los monstruos? — ¿Nos sentimos mejor cuando nos atienden tranquilamente y nos hablan con cariño? Tiempo de realización: quince minutos. Objetivo: situarnos en el contexto de trabajo sobre los miedos y la verbalización de las emociones sentidas. 2. El mar de los profundos miedos “Igaluk y papá se habían ido a pescar de madrugada y aún no habían regresado”. ¿Y si creamos un pequeño mar helado junto al iglú (véase la guía para padres y profesores del libro El día en que Qanik rompió el hielo), con un agujero en su superficie por el cual se puedan colar todos nuestros miedos? Desarrollo: en la parte baja de la pared de clase (o del pasillo) pegaremos un trozo de papel continuo blanco, en el cual perfilaremos con negro o gris un círculo que represente un agujero de pesca. Emplearemos la parte inferior para ir pegando nuestros miedos —“cruzar la calle”, “el ruido del viento”, “perder el camino”...— en pequeños rectángulos de cartulina. Los miedos, por supuesto, podrán ir ilustrados. Esta actividad nos permite hablar de diferentes miedos y de nuestra reacción frente a ellos. La expresión plástica nos ayuda a dejar una huella que sirve para ahondar en nuestra aceptación y en la búsqueda de solución para esos miedos, que veremos son más comunes que particulares. Materiales propuestos: papel continuo blanco, pintura de dedos negra y / o rotulador negro de punta gruesa. Cartulinas A5 blancas, y rotuladores y pinturas para las tarjetas. Tiempo de realización: dos sesiones de cincuenta minutos. Objetivo: compartir los miedos y comprender que no estamos solos, que todos y todas sufrimos los nuestros. 8 3. Mis pequeños triunfos Una vez que hemos identificado los miedos que nos asaltan, pasaremos a plantarles cara. Entre todos pensaremos pequeños pasitos que semanalmente nos ayudarán a mantenerlos a raya. Crearemos un sencillo cuadernillo ilustrado en el que ir dibujando las distintas escenas. Desarrollo: el librillo se elaborará con diez hojas unidas, con portada y contraportada, en las que aparecerán los “grandes y pequeños pasos” que compondrán nuestro cuaderno de bitácora. La estructura será siempre la misma. Comenzaremos con la frase: “Tengo miedo a...” y, a continuación, recogeremos las opiniones y sugerencias de la clase para combatir ese miedo, desde las más locas a las más sencillas. Se trata de dejar volar la imaginación y que entre todos pongamos voz a todo aquello que nos atemoriza. Tiempo de realización: diez minutos por cada sesión que sea necesaria. Objetivo: estimular el hecho de afrontar los temores de forma gradual y elogiar las conductas de crecimiento personal. 4. ¿Una reconfortante compañía? ¿Te has fijado en el pequeño zorrito que acompaña en sus sueños a Qanik y a su hermana? ¿Tienes tú alguno parecido en casa? ¿Y si creamos uno entre todos para que nos reconforte en los momentos críticos y nos acompañe en los de alegría? Os proponemos la realización de cinco pequeños muñecos de trapo que iremos completando de casa en casa. Desarrollo: en primer lugar, dibujaremos en la pizarra la silueta de cada una de nuestras mascotas a tamaño grande, siguiendo las indicaciones de toda la clase. — ¿Le ponemos un cuerpo redondo? — ¿Y una cabeza pequeña? — ¿Y largas orejas para escuchar todo lo que tenemos que contarle? — ¿Hacemos la Foca, el Oso Polar y la Morsa? ¿Y a Qanik y a Sialuka? Serán figuras esquemáticas, que más tarde copiaremos sobre fieltro a dos caras. Luego, las futuras mascotas irán de casa en casa. La primera familia les pegará los ojos; la segunda les pintará una boca risueña… y así sucesivamente, hasta que la última familia las cosa, uniendo ambas partes, y las rellene con algodón. 9 Materiales propuestos: fieltro de varios colores como punto de partida y, después, cada familia aportará sus propios materiales a la creación. Tiempo de realización: un trimestre. Objetivo: proporcionar alguna herramienta para el control de la situación por parte de los pequeños, al tiempo que relacionamos el trabajo del aula con el familiar y potenciamos los vínculos afectivos a través del trabajo en equipo. 5. El mejor de los monstruos El monstruo de Qanik hace ruidos extraños, el monstruo de Qanik es gigante como un dinosaurio, con tentáculos de medusa y dientes de león y... ¿Qué más tiene que tener un monstruo para ser el mejor de los monstruos y el que más miedo dé? Desarrollo: tan solo necesitaremos una cartulina A4 por cada grupo de cuatro niños para representar a nuestro monstruo más maravilloso. Después, cada grupo explicará al resto de la clase sus “monstruosas características”. Nos inventaremos también soluciones estrafalarias para amedrentarlos: “Podemos acercarle los calcetines sucios a la nariz”, “Leerle un cuento de princesas”, “Cantarle una nana hasta el amanecer”... Materiales propuestos: cartulinas A4 y pinturas. Tiempo de realización: cincuenta minutos. Objetivo: ponerle cara al miedo de un modo simbólico y humorístico. Si somos capaces de plasmar plásticamente aquello que nos atemoriza, ya tenemos el primer paso, y el más importante: la identificación de nuestro temor. 10 6. El detector de monstruos Te proponemos elaborar un invento fenomenal: el detector de monstruos, ¿qué te parece? Antes, puedes plantear a los niños y niñas algunas cuestiones: — ¿Has pasado una mala noche? — ¿Había algo bajo tu cama; fuera, en la ventana, o dentro del armario? — ¿Te has asustado como Qanik y su hermana? Eso es porque no tenías a mano tu detector de monstruos personal. Vamos a construir un aparato que contenga un álbum en el que reunamos nuestros “maravillosos monstruos” con instrucciones para identificarlos y echarlos de nuestra imaginación, si no nos dan pena una vez que los conozcamos... Desarrollo: con la caja de unas botas (mejor que de unos zapatos, ya que su tamaño es mayor) y con un par de tubos de cartón —de papel higiénico, por ejemplo—, crearemos un detector de monstruos infalible: mucho color, letras grandes que lo identifiquen como tal y, en su interior, el álbum de instrucciones. El detector podrá ir de casa en casa según se precisen sus servicios. Materiales propuestos: caja de cartón, tubos interiores de rollos de papel higiénico, pinturas, pegamento y mucha imaginación. Tiempo de realización: cuarenta y cinco minutos. Objetivo: añadir un buen antídoto, un poco de humor a la situación. Eso nos permitirá relajar el ánimo y poder analizar el miedo desde una perspectiva más amable. 7. ¿Qué haces cuando tienes miedo? Relax ¿Te paralizas? ¿Lloras? ¿Tienes algún truco determinado como los de la Foca, la Morsa y el Oso Polar? ¿Hay algo que te ayude a soltar la tensión? ¿Tal vez escuchas una música especial? ¿Cuentas cuentos? ¿Piensas en cosas bonitas? Desarrollo: recogeremos cada una de las propuestas para los miedos en general —ya no nos hace falta uno concreto— y las plasmaremos en las siluetas de un cuento (como la Foca), de un globo (como la Morsa) y de un iceberg (como el Oso Polar). Pegaremos esas siluetas en diferentes rincones del aula y así tendremos recursos a nuestro alcance. Materiales propuestos: papel de colores y rotuladores. Tiempo de realización: cuarenta minutos. Objetivo: dotar de herramientas para contrarrestar la ansiedad frente al miedo. 8. Nada es tan malo como parece A estas alturas, ya estamos preparados para ponernos en lo peor, porque en otras ocasiones no nos hemos parado a pensar en las consecuencias de aquello que tanto nos asusta. Si el niño o niña siente miedo a estar solo en su habitación, podemos plantearle algunas cuestiones: 11 — Tu habitación, ¿es la que está justo al lado del salón en el que están tus padres? — Tu habitación, ¿tiene todos tus objetos preferidos? — ¿Qué te puede pasar allí? ¿Tu cuarto puede convertirse en un reino encantado de repente? ¿Puede aparecer un mago a los pies de tu cama? ¿Nos ponemos en situación y entre todos desmontamos ese temor? Desarrollo: bastan unas pocas preguntas para comenzar con la dinámica y acabar dándonos cuenta de que lo peor que nos puede ocurrir es no saber lo que viene después, pero que todo tiene solución si lo prevemos de antemano. Materiales propuestos: una cámara de vídeo en la que —con la autorización de los padres— podamos recoger los testimonios y las estrambóticas catástrofes que se derivan de ellos. Luego podremos ver el material todos juntos. Tiempo de realización: diferentes sesiones de diez o quince minutos cada una. Objetivo: desmontar los temores desde su origen y valorar las consecuencias. Si te sirvieron de ayuda estas propuestas, quizá también te interese… Enlaces y artículos de interés En Oxford tenemos un espacio de investigación y de reunión de diferentes experiencias alrededor del campo de las emociones. Hay un hueco para todos: familias, pequeños y docentes, con contenidos que se renuevan periódicamente y donde todos tenemos voz. http://www.educandoeninfantil.es/Recursos%20Oxford&utm_ medium=Enlace&utm_campaign=Educando%20en%20Infantil En el canal de YouTube de Oxford también encontrarás recursos audiovisuales. http://www.youtube.com/user/ oupspain?feature=results_main 12 El Departamento de Salud Mental del Servicio Murciano de Salud ha editado una guía acerca de los miedos “normales” en la infancia, que podemos consultar on-line en el siguiente enlace: http://www.murciasalud.es/recursos/ficheros/3912-616-LosmiedosMIXT.pdf ¿Felices desde la cuna? El pensador Eduard Punset nos habla en la siguiente entrevista sobre la felicidad, el aprendizaje social y emocional, y el miedo, entre otros interesantes asuntos: http://www.elmundo.es/elmundo/2010/10/19/videos/1287522436.html El psicólogo Ramón Pérez Burín nos relata lo importantes que son los miedos en el desarrollo madurativo de las niñas y los niños en esta entrevista emitida en La 2: http://www.rtve.es/alacarta/videos/para-todos-la-2/para-todos-2-entrevista-roman-perez-burin-miedosinfantiles/2181790/ Prácticas saludables Recuperar los juegos tradicionales puede ser un buen punto de partida para situarnos en distintos puntos de vista y vivir experiencias diferentes. Correr, saltar, discurrir, memorizar y, sobre todo, afianzar nuestra seguridad y nuestro papel en sociedad. Mima Sant nos habla en este interesante artículo de los beneficios que conllevan: http://crecerenfamilia.wordpress.com/2013/06/12/juegos-tradicionales/ Otros títulos de Oxford para seguir creciendo en valores Un nudo en la garganta Autora: Sandra Elena Siemens Ilustradora: Noemí Villamuza Un miedo tan terrible que se convierte en angustia, una angustia tan angustiosa que te nubla el sentido y ¡hasta te quita las ganas de comer! Suerte que alguien aparece para ayudar a Ana y desbloquear su situación. Toto, el buscador de tesoros Autor e ilustrador: Helme Heine Toto ha decidido convertirse en buscador de tesoros, pero claro, esto supone enfrentarse a miles de aventuras que nunca se sabe cómo acaban. 13 1 Oxford University Press es un departamento de la Universidad de Oxford. Como parte integrante de esta institución, promueve el objetivo de excelencia en la investigación y la educación a través de sus publicaciones en todo el mundo. Oxford y Oxford Educación son marcas registradas de Oxford University Press. Publicado en España por Oxford University Press España, S. A. Parque Empresarial San Fernando, Edificio Atenas 28830 San Fernando de Henares (Madrid) © del texto: Ainara Bezanilla, 2014 © de esta edición: Oxford University Press España, S. A., 2014 Primera edición: julio 2014 Todos los derechos reservados. No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su grabación y/o digitalización en ningún sistema de almacenamiento, ni su transmisión en ningún formato por cualquier medio, sin el permiso previo y por escrito de Oxford University Press España, S. A., o según lo expresamente permitido por la ley, mediante licencia o bajo los términos acordados con la organización de derechos reprográficos que corresponda. 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