el valor de la vida - Colegio Diocesano La Milagrosa

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EL VALOR DE LA VIDA
Esta es la historia de Aisha, una niña como tú y como yo, pero que no tuvo tanta suerte
y nació en un lugar donde el hambre, la miseria y la explotación infantil están a la
orden del día.
Esta historia comenzó el día que nació Aisha. Sus padres estaban tan felices de que
naciera que la llamaron “Aisha” que significa “la vida”.
Pero por otro lado se sintieron un poco tristes por no poder darle lo que la niña
necesitaba.
Aisha crecía muy delgadita y desnutrida, estaba en los huesos.
Unos médicos de ayuda humanitaria siguieron su crecimiento desde que nació. Cuando
hizo dos añitos vino al mundo su hermanito. Aisha lo miró y dijo:
-Mamá, éste niño tiene cara de listo. Yo creo que va a ser un hombre sabio.
Sus padres decidieron llamarle “Aalim”, que significa “hombre sabio de la educación”.
Crecieron con dificultades y estuvieron enfermos varias veces por desnutrición. Sus
padres decidieron no tener más hijos porque no podían alimentarlos. Comían gracias a
la ayuda de otros países.
El papá de Aisha trabajaba en una mina de carbón y cuando su hermanito Aalim hizo
los cinco años fue con su padre a trabajar allí. Era muy duro, tanto trabajo para ni
siquiera poder comer. Aisha ayudaba a su madre en casa. Todos los días se levantaba
muy temprano porque tenía que traer agua de un pozo que estaba a varios kilómetros de
su casa. Eso todos los días, era durísimo vivir en esas condiciones. Sus padres cayeron
enfermos y los servicios sanitarios de ayuda de otros países confirmaron que se trataba
del virus Ébola. Al poco tiempo murieron, dejando a Aisha y a su hermano Aalim solos
sin nadie que se hiciera cargo de ellos. Aisha entonces tenía nueve añitos y su hermanito
Aalim siete.
Un matrimonio de médicos sin fronteras que los había visto nacer y habían estado
ayudando a esa familia, se interesaron por ellos y los vieron tan solos que decidieron
adoptarlos, ya que ellos no podían tener hijos y era lo que más deseaban.
De regreso a España pasaron muchos controles sanitarios para ver si estaban
contagiados, todo salió bien y se sintieron los niños más felices del mundo porque la
vida les daba otra oportunidad. Tenían que aprovecharla y lo hicieron, vaya si lo
hicieron.
No sabían lo que era un colegio, pero les gustó mucho aprender rodeados de otros niños
y jugar con ellos. Nunca habían jugado con nadie, solo habían trabajado muy duro.
Les costó un poco integrarse, ya que no sabían leer ni escribir. Aalim era muy listo y
aprendía rápido en casa ayudaba a su hermana en lo que no sabía hacer y sus nuevos
papás también les enseñaban. Al poco tiempo ya estaban como el resto de los niños.
Eran muy educados y respetuosos con los demás y por eso hicieron muchos amigos.
Por las noches cuando cerraban sus ojitos para dormirse todavía tenían pesadillas
recordando lo mal que lo pasaron de pequeños. Pero se acurrucaban en sus sábanas
calentitas y daban gracias por tener tanta suerte ahora. Aunque en el fondo echaran tanto
de menos a sus verdaderos papás tenían que ser fuertes y conseguir lo que se habían
prometido. Algún día regresarían a Kailahun, el pueblo donde nacieron.
Su nueva vida les estaba gustando mucho, tenían una familia que les quería y se
preocupaba por ellos, estaban bien alimentados, vestían todos los días con ropa limpia y
lo que más llamaba la atención de Aisha era el agua. No entendía como girando el grifo
podía salir esa agua tan limpia y se acordaba de las largas caminatas que tenía que hacer
de pequeña para conseguir un poco de agua embarrada del pozo.
Agradecieron tanto esas cosas que crecieron estudiando y convirtiéndose en dos
personas muy importantes en la vida de los demás.
Aisha se convirtió en médico y su hermano Aalim siguió el camino de la enseñanza y
ahora es profesor.
Con los años Aisha y su hermano Aalim volvieron con la ayuda humanitaria a su pueblo
y Aisha entró a trabajar en el hospital de allí. Mientras Aalim y unos compañeros
crearon una escuela para educar a niños y niñas de allí y enseñarles todo lo que él había
aprendido.
Y así termina mi historia, una historia que no es real, pero es como a mí me gustaría que
acabasen las historias de muchos niños que viven allí. Ya que muchos de ellos se
quedan sin padres desde pequeños y mueren solos y abandonados.
-FIN-
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