DOCUMENTOS El Apostolado de los Laicos (Discurso d e Su Santidad Pío 11 al 11 Congreso Mundial para el Apostolado de los Laicas. S ocíubre 1957). Jerarquía y Apodolado. A R E M O S como punto de partida T OM de estas consideraciones una de los cticstioues destinadas a precisar .la natnraleza del apostolado de los laicos: "El laico encar~adode enseñar la reliai6n con rnissio cano&, con el mandato ecfesi6stico de euseñar. y cuya euseiianur constituye tal vez su única actividad profesional. ¿no pase. por eUo mismo. del apostolado laico al aposloiado 'erdrqufco?" $ara contestar a esta pregunta hay que recordar que Cristo confió a sus mismos Apóstoles un doble poder: en primer lugar, el poder sacerdotal de consagrar. que fue otorgado en plenitud a todos los Apóstoles. y en segund* lugar, el de enseaar y gohernar, es decir, de comunicar a los hombres, en nombre de Dios, la verdad infalibIe qne lea oh%a a fijar las normas que remlen la vida cristiana Estos poderes de los Apóstoles p a s a m ni el poder de conso(yrar. ens+8ar de gobmat es y de los Bhispos. de apostolado jerárqufco y de sporjdado de lea laicos, hay que tener. par lo tanta p-te una dohie disüución: en primer lug mtre el Papa, los Obispos y los M a r d a por un lado. y el coujua~to del elemento l& por o h luego. entre el dición de ser apto para recibir la ordenación y estar dispuesto a ser ordenado; el poder de 8118eiiar de gobernar. así como el cariama de La infaliiilidad. le serlan concedido. a partir del instante de su aceptación, i u h aniea de su ordenación. Ahora bien, para responder a la cneatióu $?teada, es importante considerar laa dos istu~c~ooes propuestas. Se trata en el caso presente. no del poder de ordllo. sino del de eoseslar. Son Gnicammte depositarios de €ate los puc után invesiidos de autoridad eclesi&tica Los demás, sacerdote y laicos. colaboran con ellos en la medida en que a ellos les conceden coníianza para en..aar msnie y dirigir a los f i e l ~(1). Los sacerdotes (que actúan en fuerza de su función) y loe laicos también, pueden recibir el mandato que. seghn los casoa, pu+e ser el mismo para los dos. Se distinguen. sin embargo, por ei hecho de que el uno es sacerdote, y el otro laico y que, por consiguiente, el a stolado c ~ duno es se~erdotaly el otro es E c o . ~n cuanto al valor y a k eficacia del apostolado ejerddo por el que enseña reügión. dependen de la capacidad de cada uno y & sus dones sobrenaturales. Los profeaoren laicoa ks rrligiosas, los catequUtaa en pktes de misión. todos los que han sido encargados por k Iglesia de enaefiar ks verdadea de la fe. pueden i$almeate. cm Pdlfecto dencho. aplicarse a palabra del Señor: 'Tosotros sois la sal de la tierra". "vosotros sois la Inz del mundo". (2) En claro qw el simple fiel puede proponuae -y ea 4iuaamenie. d d l e goo .c lo proponga- colabarar de una manera m68 organieada m n kt autoridadea sebslásti~ac, %- - faeialga4pedas. d..dar-b dntm* asi paa.4 -indiridvo debe fcamSrw ait hr kidaonkdd &bllrobllro8dtutOi eone 6 w t a h e .pse.c!at. tw mLi que ~ ' ~ > L B M ) ~ M L ~ M ' ~ Q ~&?@-ted.l las difK-. 4 , . ,.. iaBI&r<O, , ,, 1 ' 8 ,;, 8 1 . r' : L . ) , r n ~ < B e b I r a P r , r . te. . . . . . . .. 61 y lo que la 101 laico m mde Di;IÜmbres orgullwcu de su dipwgd penooal y & su pu libertad: brniani; hsmbrcs .geeada de maiieri whble e su üerre y a &u adición" (8). Bste a>niuibe de eaalidedes wpone que ha aprenati~detodMInptofeaioiés&yBiia e i m k m i a de les de lm m6diaoa s fluwia. ilampup ds h.arau que kmdaa? *.dad te+. wtm d ap std Iruoo, pn