Lucas de la Cotera: Financista del Gobierno Virreinal

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LUCAS DE LA COTERA:
Financista del Gobierno Virreinal 1821-1824
José Víctor Condori Condori
INTRODUCCIÓN
Las relaciones entre el dinero y el poder, frecuentemente se mantuvieron muy
cercanas y se estrechaban aun más en los momentos de crisis, como lo fue la
guerra de la Independencia, porque en ellas las necesidades entre uno y otro se
hacían vitales.
Los representantes del dinero, o sea los comerciantes, necesitaban del poder
para la conservación del modelo económico monopolista, que les había
permitido durante siglos acumular grandes riquezas, privilegios y prestigio; y
los representantes del poder, el Gobierno Virreinal, necesitaban de este dinero,
para la retención de algunos territorios con intenciones autonomistas y extender
lo más que se pueda, la autoridad real.
No es extraño entonces, el papel principal que le tocó representar al Tribunal del
Consulado, que agrupaba a los más poderosos comerciantes del Perú, para el
éxito de las campañas contrarrevolucionarias del Virrey José de Abascal (18061816), que a su vez significó al virreinato del Perú, recuperar el control sobre
algunos territorios que le habían sido enajenados a raíz del reformismo
borbónico, como Chile, Alto Perú y Quito.
Tal apoyo económico de los comerciantes al gobierno virreinal, se expresaba
en donaciones y préstamos, tanto forzosos como los denominados “Voluntarios
Desinteresados”; cuyo desinterés, solo era de nombre porque a cambio de ellos,

Licenciado en Historia, Investigador por la UNSA.
110
se recibían concesiones y privilegios comerciales. Dichos privilegios, habían de
defenderse y mantener, como las esperanzas, hasta el último momento. Como lo
explica, aquella extraña invitación de este consulado y comercio a los soldados
del “exército de Chile” ya desembarcado en el Perú, en octubre de 1820, para
“volved a nosotros”, o sea desertar de su ejército y presentarse con sus armas a
las avanzadas “de nuestro valiente exército”, recibiendo como premio la suma
de 100 pesos de este Tribunal1.
Al caer la capital del virreinato en julio de 1821, muchas de estas esperanzas se
desvanecieron, más no el gobierno virreinal; pues este se mantuvo en pie por
cerca de tres años. Aunque ahora su sustento y conservación dependió de los
pueblos de todo el Sur Andino, entre ellos se encontraba la ciudad de Arequipa,
convertida por las circunstancias de la guerra en el centro de distribución y de
enlace más importante, de lo que quedaba del régimen colonial en América del
Sur.
Este estudio busca conocer, cómo las relaciones entre el dinero y el poder
continuaron manteniéndose durante los años de la guerra de la Independencia
(1820-1824) y a través de las actividades y estrategias del más poderoso
comerciante en Arequipa, Lucas de la Cotera, queremos acercarnos a la
coyuntura económica y social de una ciudad provinciana en tiempos de guerra.
EL PERSONAJE
El español Lucas de la Cotera, fue el más importante e influyente comerciante
de Arequipa entre 1821 y 1824. Su amistad con el Virrey La Serna 2 lo llevó a
convertirse en el principal abastecedor y financista del régimen virreinal, hasta
el fin de la guerra de la Independencia.
1
Vargas Ugarte, Rubén. Documentos Inéditos sobre la Campaña de Independencia del Perú
(1810-1824) Lima 1971. p 34.
2
Son varios los indicios que hacer intuir la cercana relación entre Cotera y el Virrey La Serna. En
noviembre de 1821, Cotera afirmaba ante el notario M. Primo de Luque “…que fue invitado
por el excelentísimo virrey don José de la Serna, en oficio fecho en Jauja a 20 de agosto de
este año, para que hiciere un particular y extraordinario recomendable servicio en la compra
de cuatro o cinco mil fusiles y quinientos sables de caballería, que sirviesen de armamento de
nuestro ejército.” 717: 1821 f 630. John Wibel, también afirma al respecto “…who trough his
intimacy with viceroy Jose de la Serna, was able to obtain many special commercial
concessions and often a near monopoly on Arequipa’s commerce.” The evolution of a local
Community within Spanish Empire and the Peruvian Nation. Arequipa 1780-1845. Tesis
Doctoral Universidad de Stanford. 1975. p 277-278.
111
Todo parece indicar que antes de asentarse en Arequipa (1821), había residido
durante varios años en el Alto Perú3, dedicado a labores comerciales y mineras4.
Dado que en los primeros documentos notariales registrados en esta ciudad,
aparecía como “vecino de La Paz y Potosí”5. Además, en enero de 1822, la caja
real de Arequipa le satisfizo 12,260 pesos, que se le restaba del año 1818, “cuya
libranza había sido expedida por el ejército del Alto Perú”6; y es posible, que
aquí fuera, donde Cotera trabó amistad con el Virrey La Serna, cuando éste era
jefe del ejército del Alto Perú (1816-1820).
Su arribo a esta ciudad pudo haber estado determinado por dos factores
decisivos: a) El Motín de Aznapuquio, que llevó a su amigo el General La Serna
a convertirse en Virrey del Perú, y b) La nueva condición que adquirió
Arequipa.
LA NUEVA CONDICIÓN DE AREQUIPA
Con la caída de Chile en 1818 y fundamentalmente, después de la ocupación de
Lima por fuerzas patriotas, lideradas por San Martín en julio de 1821, Arequipa
se convirtió en el único nexo entre España y el último ejército realista de
América del Sur7; y en el Centro de abastecimiento para todo el Sur Andino8.
Esta nueva categoría de la ciudad, adquirida por las circunstancias de la guerra,
favoreció enormemente el desarrollo del comercio local, sobre todo de
importación; que se evidenciaría en a) El arribo cada vez más frecuente, de
buques mercantes ingleses, franceses y estadounidenses hacia el puerto de
Quilca9; y b) La migración de poderosos comerciantes peninsulares y limeños
3
Erróneamente Wibel lo considera vecino de Lima y residente en Arequipa “who listed as a
vecino of Lima and resident of a Arequipa…” Op Cit. p 277.
4
ARA Notarios N. de Rivera 823, f.339. Manuel Primo de Luque 722. f.822. Demanda del
gremio de azogueros…
5
ARA Notarios N. de Rivera 820: f 67,92 y 122.
6
ARA Caja Nacional de Hacienda. Libro Manual 1822.
7
Aunque la importancia de Arequipa como nexo comercial entre Lima y el Sur Andino es
anterior a 1821, esta se potenció notoriamente después de la caída de Lima en manos de San
Martín, debido a que dicho nexo con Lima había desaparecido y Arequipa vino a ocupar su
lugar. Revisar además, Wibel, Op Cit. p 274.
8
Flores Galindo, Alberto. Arequipa y el Sur Andino. Lima 1977. p 12-16.
9
La presencia de barcos extranjeros, en las costas de la Intendencia antes de 1820, era poco
significativa. Dicho año el virrey Pezuela, decretó el “Comercio Libre para los extranjeros en
el Perú”. Esta fue al parecer la causa del fuerte incremento experimentado, fundamentalmente
entre los años 1823 y 1824. Esta apertura o liberalidad por parte de las autoridades virreinales
estuvo determinada por la carencia de abastecimientos: tejidos, licores, papel, medicinas,
hierro y armas. Además de la necesidad cada vez más urgente de ingresos, para hacer frente
112
hacia esta ciudad, con la esperanza de realizar grandes negocios y obtener
pingües ganancias10.
ACTIVIDADES ECONÓMICAS
A decir de los documentos encontrados en los diferentes repositorios locales,
sus actividades en la ciudad se iniciaron en agosto de 1821. Fueron numerosos
y muy variados: préstamos, arrendamientos, garantías, fianzas, importaciones y
exportaciones. Por la frecuencia de las transacciones y magnitud de las
inversiones, estas dos últimas fueron las más importantes realizadas por Cotera
en Arequipa.
IMPORTACIÓN
Como importador, Cotera, recibía en Consignación las mercancías de casi todos
los barcos extranjeros, sean estos ingleses, franceses y estadounidenses, que
atracaban en el puerto de Quilca 11. El método para recibir en Consignación
dichos cargamentos, consistía en pagar las Fianzas de las mercancías que
llevaban los barcos extranjeros, por derechos de alcabala, ante la Aduana
Nacional. Como se evidencia en la fianza otorgada en agosto de 1824, a favor
de Jeremías Sullivan, Guillermo Hodgson y Nicolás Matzon:
“…por cuanto los citados van a introducir en esta real aduana varios efectos que
estaban a bordo en el bergantín GP Estevenson, en el puerto de Quilca, con la
calidad de satisfacer los correspondientes derechos de alcavala, se constituye
(Cotera) en fiador de los enunciados... obliga sus bienes habidos y por
haber...”12.
Es fácil suponer, que no todo individuo del comercio de Arequipa, estuvo en
condiciones de garantizar una fianza por los derechos de alcabala, sobre el valor
total de las mercancías , debido a que este representaba el 34% más el 6 % por
derecho de Consulado, estamos hablando del 40% sobre el principal. Así
tenemos que en enero de 1824, Cotera recibió en consignación el cargamento
a las exigencias de la guerra. La medida no pudo ser por demás oportuna. Los ingresos de la
Aduana de Arequipa, por concepto de Alcabalas, se incrementaron de 56,911 pesos en 1821 a
541,452 pesos en 1824 (Quiroz 1975). Además ver: Witt, Heinrich. Diario 1824-1890. Tomo
I. p 37.
10
Entre los comerciantes principales que arribaron a Arequipa después de 1821, tenemos: Lucas
de la Cotera, Luis Herrera y Oliva, Juan Bautista Errea, Manuel Marcó del Pont, Francisco
Luciano Murrieta, Ambrosio Ibáñez, Ramona Font y del Sol, entre otros.
11
Wibel, Op Cit. p 278.
12
ARA Notarios M. Primo de Luque 721: 27 agosto 1824.
113
completo del bergantín “Swallon” compuesto por trajes, planchas de ropa,
pescalas, madapolanes, plantillas, yrlandas, gasas, cascalanes de algodón, etc.
valorizado en 38,282 pesos; teniendo que pagar 15,362 pesos “ por este real
derecho”13.
Tan considerable llegó a ser la magnitud de sus negocios de importación por
consignación, que Cotera llegó a acumular, tan solo en un año, deudas con la
aduana de Arequipa por el monto de 565,653 pesos14.
Entonces se entiende las afirmaciones del viajero alemán Heinrich Witt, quien
visitó esta ciudad a finales de 1824, con respecto a Cotera decía que “todos los
extranjeros que llegaban con carga a los puertos intermedios, están obligados a
encomendarse”15.
Dichas mercancías, compuestas mayormente por textiles de todo tipo, armas y
hierro; eran distribuidas a comerciantes tanto locales como provincianos.
Encontrándose entre estos últimos muchos “vecinos y del comercio del Cuzco”,
como Manuel Paredes y Mariano Aguilar. Las ventas se realizaron al crédito y
por un plazo que oscilaba entre los 3 y 4 meses 16.
EXPORTACIÓN
En la exportación Cotera, se dedicó al negocio de lana, el cacao y el estaño.
Siendo su principal mercado, la metrópoli española; donde estuvo ubicado su
socio Francisco Luciano Murrieta, comerciante de origen vasco y residente en
Lima hasta 1821; quien se encargaba de la comercialización 17. Este hecho fue
muy importante y así lo destaca Cristina Mazzeo, para quien tener un familiar-o
13
Las mercancías extranjeras estaban sujetas a diferentes impuestos: 21% a la entrada en España.
En las aduanas americanas, según lo establecido en el decreto de comercio libre de 1778,
Almojarifazgo 7%, Alcabala 3%, Consulado 1%. En abril de 1822, San Martín estableció el
pago de un 20% sobre todos los géneros que ingresaran en buque extranjero, 18% sobre los
productos que ingresaran en buque de Chile, Río de la Plata y Colombia, y el 16% los buques
peruanos. Véase Mazzeo, Cristina. El Consulado de Lima y la Política Comercial española
frente a las Coyunturas de cambio de fines del Periodo Colonial 1806-1821. 2003. En julio de
1824 el virrey La Serna, dio el Reglamento de Comercio Marítimo, por el que cobraba el 34%
por el Real Derecho de Alcabala, sobre las mercancías extranjeras, además del 6% de derecho
de Consulado. ARA Intendencia Administrativos 108: 26 noviembre 1824.
14
AGN AHH. OL 131-181.Informe presentado por el Prefecto de Arequipa don Francisco de
Paula Otero en 29 de abril de 1825…
15
Witt, Op Cit. p. 35.
16
ARA Notarios N. de Rivera 819: 22 agosto 1821. 821: 10 enero 1823. M. Morales 746: 5
agosto 1822.
17
ARA Notarios M. Primo de Luque 719: 20 noviembre 1822. Wibel, Op Cit. p. 278.
114
apoderado-radicado en España, era “pieza clave para el buen desarrollo de los
negocios a distancia”18.
En diciembre de 1822, envió en asociación con Murrieta, dos cargamentos de
cacao con 450,000 y 375,000 libras, en los bergantines mercantes
estadounidenses Cantón y Gustavos hacia los puertos peninsulares de Cádiz y
Santander “a cuenta y riesgo de los supradichos”; pagando en la Aduana de
Arequipa 34,379 pesos en total19. En 1824, formó una sociedad con el
comerciante arequipeño Juan Mariano Goyeneche, para exportar a España lana
de vicuña, cacao, estaño y bálsamo, por un valor de 63,700 pesos 20.
Los cargamentos de cacao, que cotera enviaba a España provenía de Guayaquil,
que fue tradicionalmente el principal centro de acopio de este producto. Al
menos así se deduce del contrato firmado entre su socio Francisco Luciano
Murrieta y el capitán de la fragata Taiz “surta en el puerto de Mollendo de esta
jurisdicción la cual debe ir a Guayaquil a cargar cacao para dirigirse a Cádiz” 21.
Como gran hombre de negocios que fue, en noviembre de 1822, Cotera había
constituido junto con su socio Francisco Luciano Murrieta, una gran Compañía
Comercial, cuyo capital en “plata, frutos de América, efectos de Europa y
dependencias” era de 700,000 pesos, por partes iguales. En ella estaban
considerados “todos cuantos negocios se hallan comprendidos desde el mes de
junio del año 1820”, en que parece se iniciaron las relaciones comerciales
mancomunadas entre ambos. Incluyéndose además, no solo las ganancias, sino
también las pérdidas, que en estas relaciones hayan tenido. En dicha sociedad,
las dos partes iban a tener funciones específicas: Cotera, debería quedarse a
cargo de todos los asuntos pendientes en América “con el objeto de su
realización”; mientras Murrieta , se haría cargo de todas las expediciones de
cacao y otros frutos de América, con el objetivo de establecerse en “cualquier
punto de Europa”. Pero ambos socios, adicionalmente tuvieron amplias
facultades “para obrar en todo lo concerniente a la compañía”. Este contrato de
constitución empresarial, constaba de 15 artículos y en ella:
18
Mazzeo, Cristina. (comp.) Los Comerciantes Limeños a fines de la Colonia. Capacidad y
cohesión de una Elite. 1750-1825. Lima PUCP 2000. p 226.
19
ARA caja Nacional de Hacienda. Libro Manual 1822. f 91.
20
Malamud, Carlos. La consolidación de una Familia de la oligarquía Arequipeña: Los
Goyeneche. Revista del Quinto Centenario. Madrid 1985. p.120.
21
ARA Notarios N. De Rivera 819:21 agosto 1821. Declaración de don Francisco Luciano
Murrieta a favor del capitán Juan de Arrache... f. 294.
115
“Establecemos ambos otorgantes de esta compañía ‒Cotera y Murrieta‒ y nos
obligamos a observar exacta y respectivamente cuanto en esta escritura y sus
capítulos se contiene y no reparamos en ella, ni reclamarla total ni parcialmente,
y si lo hiciéremos, no seamos admitidos en juicio ni fuera de él y que por el
mismo caso sea visto haberla aprobado, confirmado y ratificado, añadiendo
fuerza a fuerza y contrato a contrato a cuyo fin la finalizamos con todas las
firmezas y requisitos por derecho congruentes a su vacilación”22.
Tal sociedad, llevó el nombre de Cotera‒Murrieta y Compañía, y según las
actividades, sobre todo de exportación, realizadas por Cotera, esta se mantuvo
hasta el fin de la guerra.
Según Wibel, fue la mayor empresa comercial establecida en Arequipa, desde la
Factoría de los Cinco Mayores Gremios de Madrid, en el siglo XVIII 23.
Para la remisión de mercancías a Europa, Cotera apelaba a diversos medios,
como la compra o flete de diversas embarcaciones y de distintas nacionalidades
(Inglaterra y Estados Unidos). Así, en abril de 1824, compró a Leonardo Sester,
vecino y del comercio de EE.UU. una goleta llamada ADONIS, que se halaba
fondeada en el puerto de Quilca, en 1,500 pesos, al contado 24 En el envío de las
dos cargas de cacao a España, anteriormente señaladas, contrató a los mercantes
norteamericanos “Canton” y “Gustavos”. En esta última forma, al parecer,
Cotera contrataba con los propietarios de los barcos, por el tiempo que durase la
expedición, previo pago por cada uno de los meses requeridos, más un pequeño
porcentaje de premio 25 como lo demuestra el contrato que hizo en abril de 1824
22
ARA Notarios N. de Rivera 820: 20 noviembre 1822. f 411.
La Compañía de los Cinco Gremios Mayores de Madrid, establecieron un Almacén –Factoría
en la ciudad de Arequipa en 1784 (junto con Veracruz y México, fue de las primeras
establecidas en América). Aparentemente la razón para su instalación en esta no tan
importante ciudad fue la posibilidad de controlar el comercio con el Sur Andino (lana y plata).
Para principios del siglo XIX, la compañía estaba entrando en una progresiva e irreversible
crisis. El último apoderado de dicha casa en la ciudad fue Luis Gamio (1818-1825), cuya
principal función se limitó, durante estos años, al cobro de deudas, por préstamos realizados
anteriormente a los vecinos de la región. ARA Intendencia Causas Ordinarias 79: 24 mayo
1820. Wibel, Op Cit. p 278. Para una mayor información sobre la Compañía de los Cinco
Gremios, revisar: Pinto, Jorge. Los Cinco Mayores Gremios de Madrid y el comercio
Hispanoamericano en el siglo XVIII. Temuco-Chile 1985. Medrano, José y Malamud, Carlos.
Las Actividades de los Cinco Mayores Gremios de Madrid en el Perú. Revista de Indias.
Madrid 1988.
24
ARA otarios N. De Rivera 822
25
Al parecer se trataba de una prima o comisión que se pagaba por haber realizado el viaje sin
ninguna novedad o contratiempo. Ver: Pardo Figueroa, Carlos. Matrimonio, Comercio y
23
116
con el inglés Samuel Gibbson, propietario del bergantín TIBER, para “realizar
una expedición a Europa”, pagando la cantidad de 1,400 pesos, por el flete de
cada mes, mas el 5% de premio para el término de 15 meses. Ascendiendo el
“total del fletamiento, incluso el premiaje” en la cantidad de 21,030 pesos 26.
Gracias a sus múltiples actividades, Cotera pudo entretejer una vasta red de
vínculos comerciales, con diversos personajes locales y extranjeros, que a su
vez le permitieron extender sus intereses en América y Europa. De esta forma,
en diciembre de 1821, había entregado poderes para que “demanden, reciban y
cobren” a José Ventura Aguirresolarte, de próxima partida a Río de Janeiro 27; en
1823, a Victoriano Gurruchaga, vecino de la Paz 28 y a José Antonio Arríen, de
Cádiz.29 En 1824, a Feliz Cortés Tirado, vecino del Cuzco30 ; Sampton Batard y
Compañía de Londres31 y los Señores Changeur y Compañía del comercio de
Burdeos32.
Pero no siempre, dichos apoderados se comportaron a la altura de las exigencias
de Cotera. En diciembre de 1821, había entregado poder a favor de don José
Ventura Aguirresolarte, de próxima partida a Río de Janeiro:
“Para que recaude y reciba de los sujetos contra quienes le diere sus cartas,
libranzas todas las cantidades de dinero que ellas contuviesen para que haga lo
mismo en la ciudad de Cádiz...”
Al parecer Aguirresolarte, no cumplió con su cometido, por que en abril de
1824, Cotera entregaba poderes a los señores Sampton Batard y Compañía de
Londres, y a los señores y Compañía de Burdeos:
“…para que a su nombre puedan seguir y sigan por todo rigor de derecho a don
José Ventura Aguirresolarte al pago de libranzas protestadas que ascienden a
una a la cantidad de 25,000 pesos fuertes y la otra a 15,601 pesos...”
Prestigio Social,Joaquín Lavena y la familia Fernández de Valdivieso 1750-1820. En Mazzeo,
Cristina (comp.) Los Comerciantes Limeños a fines de la Colonia...pp. 212-214.
26
ARA Notarios M. Primo de Luque 722: 29 diciembre 1825. f. 834.
27
ARA Notarios M. Primo de Luque 717: 1 diciembre 1821. f. 671.
28
ARA Notarios N. De Rivera 721:25 julio 1823. f. 225.
29
ARA Notarios N. De Rivera 721:20 marzo 1823. f. 61.
30
ARA Notarios M. Primo de Luque 721: 15 octubre 1824. f. 848.
31
ARA Notarios N. De Rivera 822: 7 abril 1824. f 88.
32
Ibídem. f 89.
117
ACTIVIDADES POLÍTICAS
Los enormes ingresos obtenidos por medio del comercio y su relación amical
con el Virrey La Serna, le permitieron convertirse en el mayor financista y
abastecedor del gobierno virreinal durante los años de 1821 a 1824. Dicha
actividad se manifestaba a través de contribuciones, préstamos “patrióticos” y
contratos de abastecimiento.
Las contribuciones, eran empréstitos forzosos que las autoridades imponían a
los principales vecinos y comerciantes de toda la Intendencia, según su
capacidad económica. Los mismos que se venían exigiendo, con alguna
frecuencia desde el levantamiento de Túpac Amaru (1780). Wibel, ha
establecido que entre 1780 y 1814, los arequipeños donaron más de 300,000
pesos y prestaron 100,000 a la corona33.
A partir de 1822, se inician en Arequipa, las contribuciones de Cotera a la causa
real, y hasta el término del gobierno virreinal, los montos entregados se
encontrarán entre los más altos del comercio de la ciudad y de toda la
Intendencia. En 1822, del “contingente mensual” de 30,000 pesos, contribuyó
con 1,000 y 2,000, para completar los 60,000 de préstamo de la Diputación
Provincial34. En 1824, de los 28,269 pesos, exigidos por el Virrey a la región,
Cotera contribuyó con 5,500 pesos ‒a parte de los 880 que suplió al capitán
Agustín Reyna y 2,019, por el maestro sillero Juan Alcalá‒. Dicho monto fue
muy superior a la del segundo comerciante mas rico de la ciudad, Ambrosio
Ibáñez (1,600 pesos) e inclusive que todo el comercio de Arica (3,000 pesos) y
de la Villa de Moquegua con 2,000 pesos 35.
Los préstamos Patrióticos desinteresados, consistían en socorros urgentes de
dinero de particulares, a fin de aliviar las apremiantes necesidades del gobierno
virreinal; sin intereses y sujetos a una pronta devolución 36. En ellos Cotera, no
tenía igual. Horacio Villanueva Urteaga, aseveraba que este “entusiasta
realista”, prestó a la Real Hacienda del Cuzco, en 1823, primero 8,203 pesos y
luego, 15,00037. Comparados con los préstamos realizados a la Hacienda de
33
Wibel, Op Cit. p. 282.
ARA Caja Nacional de Hacienda. Libro Manual 1822: 30 junio y 28 abril.
35
ARA Caja Nacional de Hacienda. Libro Mayor 1824: Préstamo Patriótico Desinteresado
36
Wibel aseveraba que a menudo: “los préstamos fueron exigidos con vagas promesas y pequeñas
esperanzas de pago” Op Cit. p 283. E un trabajo anterior, presentamos una extensa relación de
individuos “satisfechos” por la Real Hacienda, incluido los grandes comerciantes como los
Goyeneche, Fernández Arredondo y Cotera.
37
CDIP Tomo XXII, Volumen 3: Gobierno Virreinal del Cuzco. p 36.
34
118
Arequipa, estos parecerían ínfimos. En 1823 había enterado 63,000 y en 1824,
primero 40,000 y luego 51,354 pesos; este último, para el fletamiento del buque
TETIS, que fue enviado a la península con “pliegos interesantes del servicio” 38.
Entre estos y otros más, Cotera llegó a acumular deudas a su favor, hasta
diciembre de 1824, por un monto de 369,644 pesos, que:
“...en la Real Hacienda de esta ciudad se ha abonado al comerciante don Lucas
de la Cotera, por cuenta de los créditos que reconoce la real hacienda a su
favor”39.
Pero, aquello que nos ha servido para considerarlo el mayor abastecedor del
ejército real, fue un contrato firmado en noviembre de 1821, con la Hacienda
Nacional en Arequipa; a fin de abastecer al ejército realista con 6,000 fusiles,
20,000 uniformes, 4,000 sables de caballería, 6,000 pesos en medicinas y una
imprenta. En el plazo de 5 meses para las armas y 11, para el resto. Pero, como
la Hacienda carecía de fondos con que abonarle tan considerable suma
(aproximadamente 180,000 pesos), el pago se realizaría “descontando de los
derechos que fuera adeudando por las embarcaciones que vinieran a su
consignación desde Europa...”40.
Aquí estuvo el gran secreto de su éxito. Cotera, prestaba y abastecía al gobierno
virreinal y a cambio recibía privilegios y exoneraciones aduaneras, que le
permitían prácticamente monopolizar el comercio extranjero e importar
millones de pesos en mercancías, sin pagar un solo centavo en impuestos. Así lo
testimonia, la nota remitida por Cotera al Administrador de Aduanas de
Arequipa, en noviembre de 1824:
“En oficio del 19 del presente del que rige, he recibido la planilla general de los
derechos que adeudan los cargamentos internados a mi consignación. El
bergantín Swallon se halla entre ellos y estando destinado este buque a uno de
mis permisos, según consta del expediente que se esta siguiendo, se ha de servir
V excluirlo de la liquidación general” 41.
Pero, Cotera no siempre actuó con transparencia, como podría esperarse de un
comerciante tan privilegiado. Al parecer dichos permisos o exoneraciones
estaban ceñidas a ciertas embarcaciones señaladas por las autoridades, no se
38
ARA Caja Nacional de Hacienda. Libro Mayor 1824: Otras tesorerías, Préstamos Patrióticos
Desinteresados y Gastos de Guerra.
39
ARA Caja Nacional de Hacienda. Libro Mayor 1824: Gastos de Guerra. 14 diciembre 1824.
40
ARA Notarios M. Primo de Luque 717: 24 noviembre 1821. f 630.
41
ARA Intendencia Administrativos108: 26 noviembre 1824
119
trataba de una especie de “patente de corso”, que le permitiese importar
libremente de cualquier navío anclado en algún puerto o caleta de la extensa
costa arequipeña. A pesar de esto, Cotera en asociación de otros comerciantes,
recibieron algunas consignaciones sin presentar los documentos o notas
imprescindibles para ello. El 20 de noviembre de 1824, Narciso Benavides,
Administrador de la real Aduana de Arequipa, exigía a Cotera la presentación
de dichas notas por las consignaciones recibidas, y el 6 de diciembre, José
María Sánchez Chávez, Ministro tesorero general de Real hacienda y
Comisionado por el Superior Gobierno en Arequipa, ordenaba:
“Hágase saber a los comerciantes don Lucas de la Cotera, Ambrosio Ibáñez,
don Guillermo Hodgson y don Santiago Ygualt cumplan con Lo mandado en el
decreto expedido por la administración de la Aduana. De esta ciudad en 20 del
anterior, según este prevenido en el artículo 20 del Reglamento de Comercio
Marítimo, en el concepto de no hacerlo así se les formará el correspondiente
cargo por aquella con arreglo a los abaluos que se han tomado de sus
respectivas negociaciones para la satisfacción de los derechos de entrada...42
ACTIVIDADES SOCIALES
Muchos de los migrantes que asentaron sus reales en Arequipa, rápidamente se
integraron a la sociedad a través de ventajosos matrimonios con damas locales,
pertenecientes a importantes familias; como fue el caso de los españoles Juan
Goyeneche, Mateo Cossío, Antonio Alvisuri, Manuel Rois del Barrio o Juan
Ranero Caballero.43 En el caso de los extranjeros, sucedió lo mismo, al menos
así lo testifica el viajero inglés Samuel Haigh, quien estuvo por Arequipa en
diciembre de 1824 y afirmaba que:
“...durante mi residencia de 19 meses, casi la mitad de los ingleses (20 en
número) se habían casado o comprometido con damas arequipeñas” 44.
Si bien, en los tres años que Cotera residió en Arequipa, no contrajo matrimonio
alguno, supo relacionarse con miembros y familias de la sociedad local a través
de diversas formas. Una de ellas fue la Fianza; método que según Heráclio
Bonilla:
42
43
44
ARA Intendencia Administrativos 108: 20 noviembre 1824. Sobre presentación de notas por
don Lucas de la Cotera, don Ambrosio Ibáñez, don Guillermo Hodgson y Santiago Ygualt...
Wibel, Op Cit. pp 87-105. Brown, Kendall. Bourbons and Brandy. Imperial Reform in
Eighteenth-Century Arequipa. University New Mexico 1985. pp 105-106. ARA Notarios N.
de Rivera 816: Testamento de Juan Crisóstomo Goyeneche...f 5.
Haigh, Samuel. Bosquejos del Perú. 1825-1827. En: Tauro, Alberto. Viajeros en el Perú
Republicano. UNMSM. Lima 1967
120
“...era un monto de dinero exigido en garantía de las obligaciones financieras
adscritas a funcionarios, como los encargados de la recaudación del tributo y
que debía pagarse al comenzar sus actividades...”45.
Como la mayor parte de los potenciales funcionarios carecían de estos montos,
que en algunos casos ascendían a varios miles de pesos46, buscaban la ayuda de
garantes; quienes eran siempre importantes miembros del comercio local, como
fue el caso de Cotera, durante esos años.
De esta forma, en agosto de 1821, contribuyó con 2,000 pesos para completar
los 8,000 exigidos como fianza a don Toribio Antonio Ynfiesta, para el cargo de
Contador de las Reales Cajas de Tacna 47. En abril de 1823, enteró la misma
cantidad, a favor de don José Borbón, Sub-delegado del partido de Tarapacá,
por los 10,500 pesos exigidos 48. Y, en enero de 1824, dio una fianza de 22,000,
por don Manuel José Tovar, para que éste pudiese ocupar el cargo de
subdelegado del partido de Poopó49.
Probablemente, aunque no contamos con suficiente evidencia, Cotera pudo estar
comprometido indirectamente, con el negocio de los repartos de mercancías,
que en la forma de socorros, eran todavía practicados por los subdelegados, con
la complacencia disimulada de las autoridades 50.
45
Bonilla, Heraclio. Clases Populares y Estado en el contexto de la crisis colonial. En: La
Independencia en el Perú. IEP Lima 1981. p 61.
46
En enero de 1825, Matías Agois, pagó 16,771 pesos por ocupar la Intendencia de Arica, y en
marzo, Mariano Basilio de la Fuente, 26,000 pesos por la Intendencia de Moquegua. ARA
Notarios M. Primo de Luque 722: f 107 y 171.
47
ARA Notarios M. Primo de Luque 717: 22 agosto 1821. f 257.
48
ARA Notarios M. Primo de Luque 720: 26 abril 1823. f 705.
49
ARA Notarios N. de Rivera 822: 16 enero 1824. f 23.
50
Esta suficientemente demostrado que durante gran parte de la colonia, los Corregidores eran
financiados económicamente por los comerciantes, tanto limeños como provincianos, para
acceder a dichos cargos; y posteriormente, con mercancías, para que ellos-los Corregidorespuedan dedicarse al lucrativo negocio de los repartos forzosos. Una de la muchas causas del
motín arequipeño de enero de 1780, denominado “rebelión de los Pasquines”, fueron los
injustos y excesivos repartos del Corregidor Baltasar de Sematnat; acusándose además, al
comerciante Mateo Cossío de ser su abastecedor. Se conoce también, que la desaparición de
los Corregimientos-reemplazadas por las Intendencias en 1784- no significó, la desaparición
de los repartos. Estos continuaron practicándose, ahora con el nombre de socorros, por los
funcionarios encargados de los Partidos, los subdelegados, muchos de ellos ex Corregidores.
Quienes, para variar, seguían siendo financiados por los comerciantes más importantes para
acceder a dichos cargos. Para mayor información, revisar: Moreno Cebrián, Alfredo. El
Corregidor de Indios y la Economía Peruana del Siglo XVIII. Madrid 1977. Golte, Jürgen.
Repartos y Rebeliones. IEP Lima 1980. Sala i Vila, Nuria. Se armó el Tole Tole. Tributo
121
Otra forma de relación, aunque mas profesionalmente, fue la entrega de
poderes, para “demandar, recibir y cobrar” tanto dentro de la región, como en el
extranjero. Merced a su enorme poder económico, la extensión de sus
actividades y al ascendiente entre las autoridades virreinales, Cotera se convirtió
en el apoderado “favorito”, de un gran número de vecinos y residentes en esta
ciudad. Tantos, como aquellos a los que él entregó.
Entre los poderes que dio y recibió, tenemos los siguientes: En 1822, recibió de
Canuto Calvet, del comercio de esta ciudad51; entregó al Dr. José María
Corbacho, Abogado de las Reales Audiencias y vecino de esta ciudad 52;
también a su socio Francisco L. Murrieta, “ próximo a partir al Cuzco” 53. En
1824, recibió de don Manuel López de Romaña, Alcalde Ordinario de esta
ciudad54; del capitán Santiago Ayesta 55 y entregó poder a Guillermo Cochran,
de nacionalidad inglesa y residente en esta ciudad56.
Al parecer Cotera, también financiaba ciertas excursiones ciertas excursiones
veraniegas, para algunos vecinos arequipeños; como lo afirmaba el viajero
alemán Witt, quien en setiembre de 1824, observó en la caleta de Quilca
“...algunas carpas dispersas por el vecindario, ocupadas por alrededor de 40
hombres y mujeres”, que habían llegado con el propósito de bañarse, y según se
le dijo “ los gastos corrían por cuenta de don Lucas de la Cotera”57.
Tales vínculos, con miembros de la sociedad local, construidos a través de
diferentes vías, le permitieron actuar como intermediario, para la adquisición de
propiedades rurales, pertenecientes al gobierno colonial y a nombre, de
influyentes vecinos como los Gamio, Goyeneche y Fernández Arredondo. En
octubre de 1823, una superior orden del gobierno virreinal dispuso, se vendieran
en público remate “todos los bienes raíces del extinguido colegio de la Buena
Muerte”58 y todas las tierras sobrantes, para con ello “auxiliar con su producto,
las enormes urgencias del ejército nacional”. 59 De esta forma, entre enero y
Indígena y los movimientos sociales en el virreinato del Perú 1790-1814. IER Ayacucho
1996. Cahill, David. Taxonomy of a “riot”: The Arequipa Disturbances of 1780. 1990.
51
ARA Notarios M. Primo de Luque 718: 23 febrero 1822. f 256.
52
ARA Notarios N. de Rivera 820: 1 febrero 1822. f 67.
53
ARA Notarios N. de Rivera 820: 29 marzo 1822. f 122.
54
ARA Notarios N. de Rivera 822: 28 diciembre 1824. f 315.
55
ARA Notarios M. Primo de Luque 721: 6 marzo 1824. f 520.
56
ARA Notarios M. Primo de Luque 721: diciembre 1824. f 947.
57
Witt, Op Cit. p 35.
58
ARA Notarios M. Primo de Luque 721: 14 febrero 1824. f 207.
59
AMA Libro de Actas de Cabildo 29: 16 octubre 1823.
122
marzo de 1824, Cotera adquirió cinco propiedades rurales en los alrededores de
la ciudad, por un valor total de 112,300 pesos “presentando dicho don Lucas de
la Cotera a su señoría un escrito declarando que el remate había sido” para doña
María de Goyeneche y Barreda60, don Bernardo Gamio61 y don Manuel
Fernández Arredondo62.
OCASO DE SUS ACTIVIDADES
Las estrechas relaciones con vecinos locales y autoridades virreinales, amen a
sus contribuciones “patrióticas” al ejército real, convirtieron a Cotera, en un
sujeto de mucho peligro ante los ojos de los jefes patriotas, pero igualmente, un
vehículo para obtener enormes recursos pecuniarios, a fin de mantener sus
respectivas tropas.
Muy conciente de ello, al producirse la invasión de la ciudad por fuerzas
colombianas, en 1823, este acaudalado comerciante, decidió ponerse a buen
recaudo; refugiándose en la fragata extranjera “Florinda”, anclada en el puerto
de Quilca 63. No se equivocó; durante los 39 días que duró dicha ocupación (30
agosto-7 octubre) fueron los vecinos más ricos, los que padecieron las mayores
contribuciones y confiscaciones. Dentro de los más afectados, estuvo la familia
Goyeneche64; quienes como consecuencia de la invasión “perdieron cerca de
80,000 pesos”65.
Terminados estos desagradables acontecimientos, al parecer Cotera,
comprendió la importancia de mantener vínculos dentro de las fuerzas
“enemigas”, a fin de asegurarse para el futuro determinados beneficios. Por ello,
en setiembre de 1824, otorgó fianza a favor de don Francisco Basadre, Teniente
Coronel de los ejércitos patriotas, para que pueda regresar al “seno de su casa”,
constituyéndose Cotera en “fiador de abono de la conducta y comportamiento
del expresado Francisco Basadre” 66. Ese mismo año, intercedió ante las
autoridades virreinales, para la liberación del reconocido patriota arequipeño
Manuel Amat y León, quien había sido apresado por los realistas durante la
última ocupación de Lima, a principios de 1824 67.
60
ARA Notarios M. Primo de Luque 721: 22 enero 1824. f 134; 17 marzo 1824: f 348 y 363.
ARA Notarios M. Primo de Luque 721: 14 febrero 1824. f 207
62
ARA Notarios M. Primo de Luque 721: 17 marzo 1824. f 315.
63
ARA Notarios M. Primo de Luque 720: 20 setiembre 1823. f 923.
64
Wibel, Op Cit. pp.299-300.
65
Malamud, Op Cit. p.108.
66
ARA Notarios M. Primo de Luque 721: 30 setiembre 1824. f 813.
67
Peraltilla, Artemio. El Coronel Manuel Amat y León 1778-1860. Arequipa 197 p 58.
61
123
Después de la derrota de los ejércitos realistas en Ayacucho, Cotera decidió
abandonar el Perú68. Todo parece indicar, que esta fue una decisión de último
momento, dado que sus actividades previas-al menos ese año- no evidencian
intención alguna de alejarse de la región. En abril de 1824, había comprado, la
anteriormente mencionada fragata “Adonis”, en 1500 pesos; en mayo arrendó
una casa en 1,200 pesos anuales “por el tiempo que tuviese a bien ocuparla” 69 y
en agosto de ese mismo año, otra casa mas a doña María Mercedes Moscoso,
por el término de seis años 70.
Antes de su partida, hubo cobrado sus mayores deudas, sobre todo de la Caja
Nacional de Hacienda, de la que recibió los citados 369,644 pesos. Para las
restantes, como para la administración de algunos intereses en la ciudad, Cotera
entregó algunos poderes a diversos sujetos locales y extranjeros, como José
Genaro de la Torre71, Guillermo Cochran72 y Santiago Ygualt73.
Años después, regresó a América del Sur, volviendo a sentar sus reales en la
ciudad de Potosí; donde el 28 de enero de 1828, recibió un poder de su “amigo”
el general Baldomero Espartero74, para cobrar viejas deudas en la ciudad de
Arequipa, por la suma de 15,000 pesos 75.
68
ARA Notarios N. de Rivera 822: 28 diciembre 1824. f 315.
ARA Notarios M. Primo de Luque 721: 18 mayo 1824. f 536.
70
ARA Notarios M. Primo de Luque 721: 25 agosto 1824. f 763.
71
ARA Notarios N. de Rivera 822: 15 noviembre 1824. f 290.
72
ARA Notarios M. Primo de Luque 721: diciembre 1824. f 947.
73
ARA Notarios M. Primo de Luque 722: diciembre 1825. f 822.
74
En 1824, Lucas de la Cotera entregó la cantidad de 6,000 pesos al entonces Brigadier
Baldomero Espartero “con el objeto que pueda seguir viaje a la península, con pliegos del
excelentísimo señor Virrey para su Majestad...” ARA Caja Nacional de Hacienda. Libro
Mayor 1824: Ramo de la real hacienda 23-27.
75
AHPR Sección Protocolos, Notario Faustino Zupide año 1829, Leg. 1.212, ff 256-259.
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