109 LUCAS DE LA COTERA: Financista del Gobierno Virreinal 1821-1824 José Víctor Condori Condori INTRODUCCIÓN Las relaciones entre el dinero y el poder, frecuentemente se mantuvieron muy cercanas y se estrechaban aun más en los momentos de crisis, como lo fue la guerra de la Independencia, porque en ellas las necesidades entre uno y otro se hacían vitales. Los representantes del dinero, o sea los comerciantes, necesitaban del poder para la conservación del modelo económico monopolista, que les había permitido durante siglos acumular grandes riquezas, privilegios y prestigio; y los representantes del poder, el Gobierno Virreinal, necesitaban de este dinero, para la retención de algunos territorios con intenciones autonomistas y extender lo más que se pueda, la autoridad real. No es extraño entonces, el papel principal que le tocó representar al Tribunal del Consulado, que agrupaba a los más poderosos comerciantes del Perú, para el éxito de las campañas contrarrevolucionarias del Virrey José de Abascal (18061816), que a su vez significó al virreinato del Perú, recuperar el control sobre algunos territorios que le habían sido enajenados a raíz del reformismo borbónico, como Chile, Alto Perú y Quito. Tal apoyo económico de los comerciantes al gobierno virreinal, se expresaba en donaciones y préstamos, tanto forzosos como los denominados “Voluntarios Desinteresados”; cuyo desinterés, solo era de nombre porque a cambio de ellos, Licenciado en Historia, Investigador por la UNSA. 110 se recibían concesiones y privilegios comerciales. Dichos privilegios, habían de defenderse y mantener, como las esperanzas, hasta el último momento. Como lo explica, aquella extraña invitación de este consulado y comercio a los soldados del “exército de Chile” ya desembarcado en el Perú, en octubre de 1820, para “volved a nosotros”, o sea desertar de su ejército y presentarse con sus armas a las avanzadas “de nuestro valiente exército”, recibiendo como premio la suma de 100 pesos de este Tribunal1. Al caer la capital del virreinato en julio de 1821, muchas de estas esperanzas se desvanecieron, más no el gobierno virreinal; pues este se mantuvo en pie por cerca de tres años. Aunque ahora su sustento y conservación dependió de los pueblos de todo el Sur Andino, entre ellos se encontraba la ciudad de Arequipa, convertida por las circunstancias de la guerra en el centro de distribución y de enlace más importante, de lo que quedaba del régimen colonial en América del Sur. Este estudio busca conocer, cómo las relaciones entre el dinero y el poder continuaron manteniéndose durante los años de la guerra de la Independencia (1820-1824) y a través de las actividades y estrategias del más poderoso comerciante en Arequipa, Lucas de la Cotera, queremos acercarnos a la coyuntura económica y social de una ciudad provinciana en tiempos de guerra. EL PERSONAJE El español Lucas de la Cotera, fue el más importante e influyente comerciante de Arequipa entre 1821 y 1824. Su amistad con el Virrey La Serna 2 lo llevó a convertirse en el principal abastecedor y financista del régimen virreinal, hasta el fin de la guerra de la Independencia. 1 Vargas Ugarte, Rubén. Documentos Inéditos sobre la Campaña de Independencia del Perú (1810-1824) Lima 1971. p 34. 2 Son varios los indicios que hacer intuir la cercana relación entre Cotera y el Virrey La Serna. En noviembre de 1821, Cotera afirmaba ante el notario M. Primo de Luque “…que fue invitado por el excelentísimo virrey don José de la Serna, en oficio fecho en Jauja a 20 de agosto de este año, para que hiciere un particular y extraordinario recomendable servicio en la compra de cuatro o cinco mil fusiles y quinientos sables de caballería, que sirviesen de armamento de nuestro ejército.” 717: 1821 f 630. John Wibel, también afirma al respecto “…who trough his intimacy with viceroy Jose de la Serna, was able to obtain many special commercial concessions and often a near monopoly on Arequipa’s commerce.” The evolution of a local Community within Spanish Empire and the Peruvian Nation. Arequipa 1780-1845. Tesis Doctoral Universidad de Stanford. 1975. p 277-278. 111 Todo parece indicar que antes de asentarse en Arequipa (1821), había residido durante varios años en el Alto Perú3, dedicado a labores comerciales y mineras4. Dado que en los primeros documentos notariales registrados en esta ciudad, aparecía como “vecino de La Paz y Potosí”5. Además, en enero de 1822, la caja real de Arequipa le satisfizo 12,260 pesos, que se le restaba del año 1818, “cuya libranza había sido expedida por el ejército del Alto Perú”6; y es posible, que aquí fuera, donde Cotera trabó amistad con el Virrey La Serna, cuando éste era jefe del ejército del Alto Perú (1816-1820). Su arribo a esta ciudad pudo haber estado determinado por dos factores decisivos: a) El Motín de Aznapuquio, que llevó a su amigo el General La Serna a convertirse en Virrey del Perú, y b) La nueva condición que adquirió Arequipa. LA NUEVA CONDICIÓN DE AREQUIPA Con la caída de Chile en 1818 y fundamentalmente, después de la ocupación de Lima por fuerzas patriotas, lideradas por San Martín en julio de 1821, Arequipa se convirtió en el único nexo entre España y el último ejército realista de América del Sur7; y en el Centro de abastecimiento para todo el Sur Andino8. Esta nueva categoría de la ciudad, adquirida por las circunstancias de la guerra, favoreció enormemente el desarrollo del comercio local, sobre todo de importación; que se evidenciaría en a) El arribo cada vez más frecuente, de buques mercantes ingleses, franceses y estadounidenses hacia el puerto de Quilca9; y b) La migración de poderosos comerciantes peninsulares y limeños 3 Erróneamente Wibel lo considera vecino de Lima y residente en Arequipa “who listed as a vecino of Lima and resident of a Arequipa…” Op Cit. p 277. 4 ARA Notarios N. de Rivera 823, f.339. Manuel Primo de Luque 722. f.822. Demanda del gremio de azogueros… 5 ARA Notarios N. de Rivera 820: f 67,92 y 122. 6 ARA Caja Nacional de Hacienda. Libro Manual 1822. 7 Aunque la importancia de Arequipa como nexo comercial entre Lima y el Sur Andino es anterior a 1821, esta se potenció notoriamente después de la caída de Lima en manos de San Martín, debido a que dicho nexo con Lima había desaparecido y Arequipa vino a ocupar su lugar. Revisar además, Wibel, Op Cit. p 274. 8 Flores Galindo, Alberto. Arequipa y el Sur Andino. Lima 1977. p 12-16. 9 La presencia de barcos extranjeros, en las costas de la Intendencia antes de 1820, era poco significativa. Dicho año el virrey Pezuela, decretó el “Comercio Libre para los extranjeros en el Perú”. Esta fue al parecer la causa del fuerte incremento experimentado, fundamentalmente entre los años 1823 y 1824. Esta apertura o liberalidad por parte de las autoridades virreinales estuvo determinada por la carencia de abastecimientos: tejidos, licores, papel, medicinas, hierro y armas. Además de la necesidad cada vez más urgente de ingresos, para hacer frente 112 hacia esta ciudad, con la esperanza de realizar grandes negocios y obtener pingües ganancias10. ACTIVIDADES ECONÓMICAS A decir de los documentos encontrados en los diferentes repositorios locales, sus actividades en la ciudad se iniciaron en agosto de 1821. Fueron numerosos y muy variados: préstamos, arrendamientos, garantías, fianzas, importaciones y exportaciones. Por la frecuencia de las transacciones y magnitud de las inversiones, estas dos últimas fueron las más importantes realizadas por Cotera en Arequipa. IMPORTACIÓN Como importador, Cotera, recibía en Consignación las mercancías de casi todos los barcos extranjeros, sean estos ingleses, franceses y estadounidenses, que atracaban en el puerto de Quilca 11. El método para recibir en Consignación dichos cargamentos, consistía en pagar las Fianzas de las mercancías que llevaban los barcos extranjeros, por derechos de alcabala, ante la Aduana Nacional. Como se evidencia en la fianza otorgada en agosto de 1824, a favor de Jeremías Sullivan, Guillermo Hodgson y Nicolás Matzon: “…por cuanto los citados van a introducir en esta real aduana varios efectos que estaban a bordo en el bergantín GP Estevenson, en el puerto de Quilca, con la calidad de satisfacer los correspondientes derechos de alcavala, se constituye (Cotera) en fiador de los enunciados... obliga sus bienes habidos y por haber...”12. Es fácil suponer, que no todo individuo del comercio de Arequipa, estuvo en condiciones de garantizar una fianza por los derechos de alcabala, sobre el valor total de las mercancías , debido a que este representaba el 34% más el 6 % por derecho de Consulado, estamos hablando del 40% sobre el principal. Así tenemos que en enero de 1824, Cotera recibió en consignación el cargamento a las exigencias de la guerra. La medida no pudo ser por demás oportuna. Los ingresos de la Aduana de Arequipa, por concepto de Alcabalas, se incrementaron de 56,911 pesos en 1821 a 541,452 pesos en 1824 (Quiroz 1975). Además ver: Witt, Heinrich. Diario 1824-1890. Tomo I. p 37. 10 Entre los comerciantes principales que arribaron a Arequipa después de 1821, tenemos: Lucas de la Cotera, Luis Herrera y Oliva, Juan Bautista Errea, Manuel Marcó del Pont, Francisco Luciano Murrieta, Ambrosio Ibáñez, Ramona Font y del Sol, entre otros. 11 Wibel, Op Cit. p 278. 12 ARA Notarios M. Primo de Luque 721: 27 agosto 1824. 113 completo del bergantín “Swallon” compuesto por trajes, planchas de ropa, pescalas, madapolanes, plantillas, yrlandas, gasas, cascalanes de algodón, etc. valorizado en 38,282 pesos; teniendo que pagar 15,362 pesos “ por este real derecho”13. Tan considerable llegó a ser la magnitud de sus negocios de importación por consignación, que Cotera llegó a acumular, tan solo en un año, deudas con la aduana de Arequipa por el monto de 565,653 pesos14. Entonces se entiende las afirmaciones del viajero alemán Heinrich Witt, quien visitó esta ciudad a finales de 1824, con respecto a Cotera decía que “todos los extranjeros que llegaban con carga a los puertos intermedios, están obligados a encomendarse”15. Dichas mercancías, compuestas mayormente por textiles de todo tipo, armas y hierro; eran distribuidas a comerciantes tanto locales como provincianos. Encontrándose entre estos últimos muchos “vecinos y del comercio del Cuzco”, como Manuel Paredes y Mariano Aguilar. Las ventas se realizaron al crédito y por un plazo que oscilaba entre los 3 y 4 meses 16. EXPORTACIÓN En la exportación Cotera, se dedicó al negocio de lana, el cacao y el estaño. Siendo su principal mercado, la metrópoli española; donde estuvo ubicado su socio Francisco Luciano Murrieta, comerciante de origen vasco y residente en Lima hasta 1821; quien se encargaba de la comercialización 17. Este hecho fue muy importante y así lo destaca Cristina Mazzeo, para quien tener un familiar-o 13 Las mercancías extranjeras estaban sujetas a diferentes impuestos: 21% a la entrada en España. En las aduanas americanas, según lo establecido en el decreto de comercio libre de 1778, Almojarifazgo 7%, Alcabala 3%, Consulado 1%. En abril de 1822, San Martín estableció el pago de un 20% sobre todos los géneros que ingresaran en buque extranjero, 18% sobre los productos que ingresaran en buque de Chile, Río de la Plata y Colombia, y el 16% los buques peruanos. Véase Mazzeo, Cristina. El Consulado de Lima y la Política Comercial española frente a las Coyunturas de cambio de fines del Periodo Colonial 1806-1821. 2003. En julio de 1824 el virrey La Serna, dio el Reglamento de Comercio Marítimo, por el que cobraba el 34% por el Real Derecho de Alcabala, sobre las mercancías extranjeras, además del 6% de derecho de Consulado. ARA Intendencia Administrativos 108: 26 noviembre 1824. 14 AGN AHH. OL 131-181.Informe presentado por el Prefecto de Arequipa don Francisco de Paula Otero en 29 de abril de 1825… 15 Witt, Op Cit. p. 35. 16 ARA Notarios N. de Rivera 819: 22 agosto 1821. 821: 10 enero 1823. M. Morales 746: 5 agosto 1822. 17 ARA Notarios M. Primo de Luque 719: 20 noviembre 1822. Wibel, Op Cit. p. 278. 114 apoderado-radicado en España, era “pieza clave para el buen desarrollo de los negocios a distancia”18. En diciembre de 1822, envió en asociación con Murrieta, dos cargamentos de cacao con 450,000 y 375,000 libras, en los bergantines mercantes estadounidenses Cantón y Gustavos hacia los puertos peninsulares de Cádiz y Santander “a cuenta y riesgo de los supradichos”; pagando en la Aduana de Arequipa 34,379 pesos en total19. En 1824, formó una sociedad con el comerciante arequipeño Juan Mariano Goyeneche, para exportar a España lana de vicuña, cacao, estaño y bálsamo, por un valor de 63,700 pesos 20. Los cargamentos de cacao, que cotera enviaba a España provenía de Guayaquil, que fue tradicionalmente el principal centro de acopio de este producto. Al menos así se deduce del contrato firmado entre su socio Francisco Luciano Murrieta y el capitán de la fragata Taiz “surta en el puerto de Mollendo de esta jurisdicción la cual debe ir a Guayaquil a cargar cacao para dirigirse a Cádiz” 21. Como gran hombre de negocios que fue, en noviembre de 1822, Cotera había constituido junto con su socio Francisco Luciano Murrieta, una gran Compañía Comercial, cuyo capital en “plata, frutos de América, efectos de Europa y dependencias” era de 700,000 pesos, por partes iguales. En ella estaban considerados “todos cuantos negocios se hallan comprendidos desde el mes de junio del año 1820”, en que parece se iniciaron las relaciones comerciales mancomunadas entre ambos. Incluyéndose además, no solo las ganancias, sino también las pérdidas, que en estas relaciones hayan tenido. En dicha sociedad, las dos partes iban a tener funciones específicas: Cotera, debería quedarse a cargo de todos los asuntos pendientes en América “con el objeto de su realización”; mientras Murrieta , se haría cargo de todas las expediciones de cacao y otros frutos de América, con el objetivo de establecerse en “cualquier punto de Europa”. Pero ambos socios, adicionalmente tuvieron amplias facultades “para obrar en todo lo concerniente a la compañía”. Este contrato de constitución empresarial, constaba de 15 artículos y en ella: 18 Mazzeo, Cristina. (comp.) Los Comerciantes Limeños a fines de la Colonia. Capacidad y cohesión de una Elite. 1750-1825. Lima PUCP 2000. p 226. 19 ARA caja Nacional de Hacienda. Libro Manual 1822. f 91. 20 Malamud, Carlos. La consolidación de una Familia de la oligarquía Arequipeña: Los Goyeneche. Revista del Quinto Centenario. Madrid 1985. p.120. 21 ARA Notarios N. De Rivera 819:21 agosto 1821. Declaración de don Francisco Luciano Murrieta a favor del capitán Juan de Arrache... f. 294. 115 “Establecemos ambos otorgantes de esta compañía ‒Cotera y Murrieta‒ y nos obligamos a observar exacta y respectivamente cuanto en esta escritura y sus capítulos se contiene y no reparamos en ella, ni reclamarla total ni parcialmente, y si lo hiciéremos, no seamos admitidos en juicio ni fuera de él y que por el mismo caso sea visto haberla aprobado, confirmado y ratificado, añadiendo fuerza a fuerza y contrato a contrato a cuyo fin la finalizamos con todas las firmezas y requisitos por derecho congruentes a su vacilación”22. Tal sociedad, llevó el nombre de Cotera‒Murrieta y Compañía, y según las actividades, sobre todo de exportación, realizadas por Cotera, esta se mantuvo hasta el fin de la guerra. Según Wibel, fue la mayor empresa comercial establecida en Arequipa, desde la Factoría de los Cinco Mayores Gremios de Madrid, en el siglo XVIII 23. Para la remisión de mercancías a Europa, Cotera apelaba a diversos medios, como la compra o flete de diversas embarcaciones y de distintas nacionalidades (Inglaterra y Estados Unidos). Así, en abril de 1824, compró a Leonardo Sester, vecino y del comercio de EE.UU. una goleta llamada ADONIS, que se halaba fondeada en el puerto de Quilca, en 1,500 pesos, al contado 24 En el envío de las dos cargas de cacao a España, anteriormente señaladas, contrató a los mercantes norteamericanos “Canton” y “Gustavos”. En esta última forma, al parecer, Cotera contrataba con los propietarios de los barcos, por el tiempo que durase la expedición, previo pago por cada uno de los meses requeridos, más un pequeño porcentaje de premio 25 como lo demuestra el contrato que hizo en abril de 1824 22 ARA Notarios N. de Rivera 820: 20 noviembre 1822. f 411. La Compañía de los Cinco Gremios Mayores de Madrid, establecieron un Almacén –Factoría en la ciudad de Arequipa en 1784 (junto con Veracruz y México, fue de las primeras establecidas en América). Aparentemente la razón para su instalación en esta no tan importante ciudad fue la posibilidad de controlar el comercio con el Sur Andino (lana y plata). Para principios del siglo XIX, la compañía estaba entrando en una progresiva e irreversible crisis. El último apoderado de dicha casa en la ciudad fue Luis Gamio (1818-1825), cuya principal función se limitó, durante estos años, al cobro de deudas, por préstamos realizados anteriormente a los vecinos de la región. ARA Intendencia Causas Ordinarias 79: 24 mayo 1820. Wibel, Op Cit. p 278. Para una mayor información sobre la Compañía de los Cinco Gremios, revisar: Pinto, Jorge. Los Cinco Mayores Gremios de Madrid y el comercio Hispanoamericano en el siglo XVIII. Temuco-Chile 1985. Medrano, José y Malamud, Carlos. Las Actividades de los Cinco Mayores Gremios de Madrid en el Perú. Revista de Indias. Madrid 1988. 24 ARA otarios N. De Rivera 822 25 Al parecer se trataba de una prima o comisión que se pagaba por haber realizado el viaje sin ninguna novedad o contratiempo. Ver: Pardo Figueroa, Carlos. Matrimonio, Comercio y 23 116 con el inglés Samuel Gibbson, propietario del bergantín TIBER, para “realizar una expedición a Europa”, pagando la cantidad de 1,400 pesos, por el flete de cada mes, mas el 5% de premio para el término de 15 meses. Ascendiendo el “total del fletamiento, incluso el premiaje” en la cantidad de 21,030 pesos 26. Gracias a sus múltiples actividades, Cotera pudo entretejer una vasta red de vínculos comerciales, con diversos personajes locales y extranjeros, que a su vez le permitieron extender sus intereses en América y Europa. De esta forma, en diciembre de 1821, había entregado poderes para que “demanden, reciban y cobren” a José Ventura Aguirresolarte, de próxima partida a Río de Janeiro 27; en 1823, a Victoriano Gurruchaga, vecino de la Paz 28 y a José Antonio Arríen, de Cádiz.29 En 1824, a Feliz Cortés Tirado, vecino del Cuzco30 ; Sampton Batard y Compañía de Londres31 y los Señores Changeur y Compañía del comercio de Burdeos32. Pero no siempre, dichos apoderados se comportaron a la altura de las exigencias de Cotera. En diciembre de 1821, había entregado poder a favor de don José Ventura Aguirresolarte, de próxima partida a Río de Janeiro: “Para que recaude y reciba de los sujetos contra quienes le diere sus cartas, libranzas todas las cantidades de dinero que ellas contuviesen para que haga lo mismo en la ciudad de Cádiz...” Al parecer Aguirresolarte, no cumplió con su cometido, por que en abril de 1824, Cotera entregaba poderes a los señores Sampton Batard y Compañía de Londres, y a los señores y Compañía de Burdeos: “…para que a su nombre puedan seguir y sigan por todo rigor de derecho a don José Ventura Aguirresolarte al pago de libranzas protestadas que ascienden a una a la cantidad de 25,000 pesos fuertes y la otra a 15,601 pesos...” Prestigio Social,Joaquín Lavena y la familia Fernández de Valdivieso 1750-1820. En Mazzeo, Cristina (comp.) Los Comerciantes Limeños a fines de la Colonia...pp. 212-214. 26 ARA Notarios M. Primo de Luque 722: 29 diciembre 1825. f. 834. 27 ARA Notarios M. Primo de Luque 717: 1 diciembre 1821. f. 671. 28 ARA Notarios N. De Rivera 721:25 julio 1823. f. 225. 29 ARA Notarios N. De Rivera 721:20 marzo 1823. f. 61. 30 ARA Notarios M. Primo de Luque 721: 15 octubre 1824. f. 848. 31 ARA Notarios N. De Rivera 822: 7 abril 1824. f 88. 32 Ibídem. f 89. 117 ACTIVIDADES POLÍTICAS Los enormes ingresos obtenidos por medio del comercio y su relación amical con el Virrey La Serna, le permitieron convertirse en el mayor financista y abastecedor del gobierno virreinal durante los años de 1821 a 1824. Dicha actividad se manifestaba a través de contribuciones, préstamos “patrióticos” y contratos de abastecimiento. Las contribuciones, eran empréstitos forzosos que las autoridades imponían a los principales vecinos y comerciantes de toda la Intendencia, según su capacidad económica. Los mismos que se venían exigiendo, con alguna frecuencia desde el levantamiento de Túpac Amaru (1780). Wibel, ha establecido que entre 1780 y 1814, los arequipeños donaron más de 300,000 pesos y prestaron 100,000 a la corona33. A partir de 1822, se inician en Arequipa, las contribuciones de Cotera a la causa real, y hasta el término del gobierno virreinal, los montos entregados se encontrarán entre los más altos del comercio de la ciudad y de toda la Intendencia. En 1822, del “contingente mensual” de 30,000 pesos, contribuyó con 1,000 y 2,000, para completar los 60,000 de préstamo de la Diputación Provincial34. En 1824, de los 28,269 pesos, exigidos por el Virrey a la región, Cotera contribuyó con 5,500 pesos ‒a parte de los 880 que suplió al capitán Agustín Reyna y 2,019, por el maestro sillero Juan Alcalá‒. Dicho monto fue muy superior a la del segundo comerciante mas rico de la ciudad, Ambrosio Ibáñez (1,600 pesos) e inclusive que todo el comercio de Arica (3,000 pesos) y de la Villa de Moquegua con 2,000 pesos 35. Los préstamos Patrióticos desinteresados, consistían en socorros urgentes de dinero de particulares, a fin de aliviar las apremiantes necesidades del gobierno virreinal; sin intereses y sujetos a una pronta devolución 36. En ellos Cotera, no tenía igual. Horacio Villanueva Urteaga, aseveraba que este “entusiasta realista”, prestó a la Real Hacienda del Cuzco, en 1823, primero 8,203 pesos y luego, 15,00037. Comparados con los préstamos realizados a la Hacienda de 33 Wibel, Op Cit. p. 282. ARA Caja Nacional de Hacienda. Libro Manual 1822: 30 junio y 28 abril. 35 ARA Caja Nacional de Hacienda. Libro Mayor 1824: Préstamo Patriótico Desinteresado 36 Wibel aseveraba que a menudo: “los préstamos fueron exigidos con vagas promesas y pequeñas esperanzas de pago” Op Cit. p 283. E un trabajo anterior, presentamos una extensa relación de individuos “satisfechos” por la Real Hacienda, incluido los grandes comerciantes como los Goyeneche, Fernández Arredondo y Cotera. 37 CDIP Tomo XXII, Volumen 3: Gobierno Virreinal del Cuzco. p 36. 34 118 Arequipa, estos parecerían ínfimos. En 1823 había enterado 63,000 y en 1824, primero 40,000 y luego 51,354 pesos; este último, para el fletamiento del buque TETIS, que fue enviado a la península con “pliegos interesantes del servicio” 38. Entre estos y otros más, Cotera llegó a acumular deudas a su favor, hasta diciembre de 1824, por un monto de 369,644 pesos, que: “...en la Real Hacienda de esta ciudad se ha abonado al comerciante don Lucas de la Cotera, por cuenta de los créditos que reconoce la real hacienda a su favor”39. Pero, aquello que nos ha servido para considerarlo el mayor abastecedor del ejército real, fue un contrato firmado en noviembre de 1821, con la Hacienda Nacional en Arequipa; a fin de abastecer al ejército realista con 6,000 fusiles, 20,000 uniformes, 4,000 sables de caballería, 6,000 pesos en medicinas y una imprenta. En el plazo de 5 meses para las armas y 11, para el resto. Pero, como la Hacienda carecía de fondos con que abonarle tan considerable suma (aproximadamente 180,000 pesos), el pago se realizaría “descontando de los derechos que fuera adeudando por las embarcaciones que vinieran a su consignación desde Europa...”40. Aquí estuvo el gran secreto de su éxito. Cotera, prestaba y abastecía al gobierno virreinal y a cambio recibía privilegios y exoneraciones aduaneras, que le permitían prácticamente monopolizar el comercio extranjero e importar millones de pesos en mercancías, sin pagar un solo centavo en impuestos. Así lo testimonia, la nota remitida por Cotera al Administrador de Aduanas de Arequipa, en noviembre de 1824: “En oficio del 19 del presente del que rige, he recibido la planilla general de los derechos que adeudan los cargamentos internados a mi consignación. El bergantín Swallon se halla entre ellos y estando destinado este buque a uno de mis permisos, según consta del expediente que se esta siguiendo, se ha de servir V excluirlo de la liquidación general” 41. Pero, Cotera no siempre actuó con transparencia, como podría esperarse de un comerciante tan privilegiado. Al parecer dichos permisos o exoneraciones estaban ceñidas a ciertas embarcaciones señaladas por las autoridades, no se 38 ARA Caja Nacional de Hacienda. Libro Mayor 1824: Otras tesorerías, Préstamos Patrióticos Desinteresados y Gastos de Guerra. 39 ARA Caja Nacional de Hacienda. Libro Mayor 1824: Gastos de Guerra. 14 diciembre 1824. 40 ARA Notarios M. Primo de Luque 717: 24 noviembre 1821. f 630. 41 ARA Intendencia Administrativos108: 26 noviembre 1824 119 trataba de una especie de “patente de corso”, que le permitiese importar libremente de cualquier navío anclado en algún puerto o caleta de la extensa costa arequipeña. A pesar de esto, Cotera en asociación de otros comerciantes, recibieron algunas consignaciones sin presentar los documentos o notas imprescindibles para ello. El 20 de noviembre de 1824, Narciso Benavides, Administrador de la real Aduana de Arequipa, exigía a Cotera la presentación de dichas notas por las consignaciones recibidas, y el 6 de diciembre, José María Sánchez Chávez, Ministro tesorero general de Real hacienda y Comisionado por el Superior Gobierno en Arequipa, ordenaba: “Hágase saber a los comerciantes don Lucas de la Cotera, Ambrosio Ibáñez, don Guillermo Hodgson y don Santiago Ygualt cumplan con Lo mandado en el decreto expedido por la administración de la Aduana. De esta ciudad en 20 del anterior, según este prevenido en el artículo 20 del Reglamento de Comercio Marítimo, en el concepto de no hacerlo así se les formará el correspondiente cargo por aquella con arreglo a los abaluos que se han tomado de sus respectivas negociaciones para la satisfacción de los derechos de entrada...42 ACTIVIDADES SOCIALES Muchos de los migrantes que asentaron sus reales en Arequipa, rápidamente se integraron a la sociedad a través de ventajosos matrimonios con damas locales, pertenecientes a importantes familias; como fue el caso de los españoles Juan Goyeneche, Mateo Cossío, Antonio Alvisuri, Manuel Rois del Barrio o Juan Ranero Caballero.43 En el caso de los extranjeros, sucedió lo mismo, al menos así lo testifica el viajero inglés Samuel Haigh, quien estuvo por Arequipa en diciembre de 1824 y afirmaba que: “...durante mi residencia de 19 meses, casi la mitad de los ingleses (20 en número) se habían casado o comprometido con damas arequipeñas” 44. Si bien, en los tres años que Cotera residió en Arequipa, no contrajo matrimonio alguno, supo relacionarse con miembros y familias de la sociedad local a través de diversas formas. Una de ellas fue la Fianza; método que según Heráclio Bonilla: 42 43 44 ARA Intendencia Administrativos 108: 20 noviembre 1824. Sobre presentación de notas por don Lucas de la Cotera, don Ambrosio Ibáñez, don Guillermo Hodgson y Santiago Ygualt... Wibel, Op Cit. pp 87-105. Brown, Kendall. Bourbons and Brandy. Imperial Reform in Eighteenth-Century Arequipa. University New Mexico 1985. pp 105-106. ARA Notarios N. de Rivera 816: Testamento de Juan Crisóstomo Goyeneche...f 5. Haigh, Samuel. Bosquejos del Perú. 1825-1827. En: Tauro, Alberto. Viajeros en el Perú Republicano. UNMSM. Lima 1967 120 “...era un monto de dinero exigido en garantía de las obligaciones financieras adscritas a funcionarios, como los encargados de la recaudación del tributo y que debía pagarse al comenzar sus actividades...”45. Como la mayor parte de los potenciales funcionarios carecían de estos montos, que en algunos casos ascendían a varios miles de pesos46, buscaban la ayuda de garantes; quienes eran siempre importantes miembros del comercio local, como fue el caso de Cotera, durante esos años. De esta forma, en agosto de 1821, contribuyó con 2,000 pesos para completar los 8,000 exigidos como fianza a don Toribio Antonio Ynfiesta, para el cargo de Contador de las Reales Cajas de Tacna 47. En abril de 1823, enteró la misma cantidad, a favor de don José Borbón, Sub-delegado del partido de Tarapacá, por los 10,500 pesos exigidos 48. Y, en enero de 1824, dio una fianza de 22,000, por don Manuel José Tovar, para que éste pudiese ocupar el cargo de subdelegado del partido de Poopó49. Probablemente, aunque no contamos con suficiente evidencia, Cotera pudo estar comprometido indirectamente, con el negocio de los repartos de mercancías, que en la forma de socorros, eran todavía practicados por los subdelegados, con la complacencia disimulada de las autoridades 50. 45 Bonilla, Heraclio. Clases Populares y Estado en el contexto de la crisis colonial. En: La Independencia en el Perú. IEP Lima 1981. p 61. 46 En enero de 1825, Matías Agois, pagó 16,771 pesos por ocupar la Intendencia de Arica, y en marzo, Mariano Basilio de la Fuente, 26,000 pesos por la Intendencia de Moquegua. ARA Notarios M. Primo de Luque 722: f 107 y 171. 47 ARA Notarios M. Primo de Luque 717: 22 agosto 1821. f 257. 48 ARA Notarios M. Primo de Luque 720: 26 abril 1823. f 705. 49 ARA Notarios N. de Rivera 822: 16 enero 1824. f 23. 50 Esta suficientemente demostrado que durante gran parte de la colonia, los Corregidores eran financiados económicamente por los comerciantes, tanto limeños como provincianos, para acceder a dichos cargos; y posteriormente, con mercancías, para que ellos-los Corregidorespuedan dedicarse al lucrativo negocio de los repartos forzosos. Una de la muchas causas del motín arequipeño de enero de 1780, denominado “rebelión de los Pasquines”, fueron los injustos y excesivos repartos del Corregidor Baltasar de Sematnat; acusándose además, al comerciante Mateo Cossío de ser su abastecedor. Se conoce también, que la desaparición de los Corregimientos-reemplazadas por las Intendencias en 1784- no significó, la desaparición de los repartos. Estos continuaron practicándose, ahora con el nombre de socorros, por los funcionarios encargados de los Partidos, los subdelegados, muchos de ellos ex Corregidores. Quienes, para variar, seguían siendo financiados por los comerciantes más importantes para acceder a dichos cargos. Para mayor información, revisar: Moreno Cebrián, Alfredo. El Corregidor de Indios y la Economía Peruana del Siglo XVIII. Madrid 1977. Golte, Jürgen. Repartos y Rebeliones. IEP Lima 1980. Sala i Vila, Nuria. Se armó el Tole Tole. Tributo 121 Otra forma de relación, aunque mas profesionalmente, fue la entrega de poderes, para “demandar, recibir y cobrar” tanto dentro de la región, como en el extranjero. Merced a su enorme poder económico, la extensión de sus actividades y al ascendiente entre las autoridades virreinales, Cotera se convirtió en el apoderado “favorito”, de un gran número de vecinos y residentes en esta ciudad. Tantos, como aquellos a los que él entregó. Entre los poderes que dio y recibió, tenemos los siguientes: En 1822, recibió de Canuto Calvet, del comercio de esta ciudad51; entregó al Dr. José María Corbacho, Abogado de las Reales Audiencias y vecino de esta ciudad 52; también a su socio Francisco L. Murrieta, “ próximo a partir al Cuzco” 53. En 1824, recibió de don Manuel López de Romaña, Alcalde Ordinario de esta ciudad54; del capitán Santiago Ayesta 55 y entregó poder a Guillermo Cochran, de nacionalidad inglesa y residente en esta ciudad56. Al parecer Cotera, también financiaba ciertas excursiones ciertas excursiones veraniegas, para algunos vecinos arequipeños; como lo afirmaba el viajero alemán Witt, quien en setiembre de 1824, observó en la caleta de Quilca “...algunas carpas dispersas por el vecindario, ocupadas por alrededor de 40 hombres y mujeres”, que habían llegado con el propósito de bañarse, y según se le dijo “ los gastos corrían por cuenta de don Lucas de la Cotera”57. Tales vínculos, con miembros de la sociedad local, construidos a través de diferentes vías, le permitieron actuar como intermediario, para la adquisición de propiedades rurales, pertenecientes al gobierno colonial y a nombre, de influyentes vecinos como los Gamio, Goyeneche y Fernández Arredondo. En octubre de 1823, una superior orden del gobierno virreinal dispuso, se vendieran en público remate “todos los bienes raíces del extinguido colegio de la Buena Muerte”58 y todas las tierras sobrantes, para con ello “auxiliar con su producto, las enormes urgencias del ejército nacional”. 59 De esta forma, entre enero y Indígena y los movimientos sociales en el virreinato del Perú 1790-1814. IER Ayacucho 1996. Cahill, David. Taxonomy of a “riot”: The Arequipa Disturbances of 1780. 1990. 51 ARA Notarios M. Primo de Luque 718: 23 febrero 1822. f 256. 52 ARA Notarios N. de Rivera 820: 1 febrero 1822. f 67. 53 ARA Notarios N. de Rivera 820: 29 marzo 1822. f 122. 54 ARA Notarios N. de Rivera 822: 28 diciembre 1824. f 315. 55 ARA Notarios M. Primo de Luque 721: 6 marzo 1824. f 520. 56 ARA Notarios M. Primo de Luque 721: diciembre 1824. f 947. 57 Witt, Op Cit. p 35. 58 ARA Notarios M. Primo de Luque 721: 14 febrero 1824. f 207. 59 AMA Libro de Actas de Cabildo 29: 16 octubre 1823. 122 marzo de 1824, Cotera adquirió cinco propiedades rurales en los alrededores de la ciudad, por un valor total de 112,300 pesos “presentando dicho don Lucas de la Cotera a su señoría un escrito declarando que el remate había sido” para doña María de Goyeneche y Barreda60, don Bernardo Gamio61 y don Manuel Fernández Arredondo62. OCASO DE SUS ACTIVIDADES Las estrechas relaciones con vecinos locales y autoridades virreinales, amen a sus contribuciones “patrióticas” al ejército real, convirtieron a Cotera, en un sujeto de mucho peligro ante los ojos de los jefes patriotas, pero igualmente, un vehículo para obtener enormes recursos pecuniarios, a fin de mantener sus respectivas tropas. Muy conciente de ello, al producirse la invasión de la ciudad por fuerzas colombianas, en 1823, este acaudalado comerciante, decidió ponerse a buen recaudo; refugiándose en la fragata extranjera “Florinda”, anclada en el puerto de Quilca 63. No se equivocó; durante los 39 días que duró dicha ocupación (30 agosto-7 octubre) fueron los vecinos más ricos, los que padecieron las mayores contribuciones y confiscaciones. Dentro de los más afectados, estuvo la familia Goyeneche64; quienes como consecuencia de la invasión “perdieron cerca de 80,000 pesos”65. Terminados estos desagradables acontecimientos, al parecer Cotera, comprendió la importancia de mantener vínculos dentro de las fuerzas “enemigas”, a fin de asegurarse para el futuro determinados beneficios. Por ello, en setiembre de 1824, otorgó fianza a favor de don Francisco Basadre, Teniente Coronel de los ejércitos patriotas, para que pueda regresar al “seno de su casa”, constituyéndose Cotera en “fiador de abono de la conducta y comportamiento del expresado Francisco Basadre” 66. Ese mismo año, intercedió ante las autoridades virreinales, para la liberación del reconocido patriota arequipeño Manuel Amat y León, quien había sido apresado por los realistas durante la última ocupación de Lima, a principios de 1824 67. 60 ARA Notarios M. Primo de Luque 721: 22 enero 1824. f 134; 17 marzo 1824: f 348 y 363. ARA Notarios M. Primo de Luque 721: 14 febrero 1824. f 207 62 ARA Notarios M. Primo de Luque 721: 17 marzo 1824. f 315. 63 ARA Notarios M. Primo de Luque 720: 20 setiembre 1823. f 923. 64 Wibel, Op Cit. pp.299-300. 65 Malamud, Op Cit. p.108. 66 ARA Notarios M. Primo de Luque 721: 30 setiembre 1824. f 813. 67 Peraltilla, Artemio. El Coronel Manuel Amat y León 1778-1860. Arequipa 197 p 58. 61 123 Después de la derrota de los ejércitos realistas en Ayacucho, Cotera decidió abandonar el Perú68. Todo parece indicar, que esta fue una decisión de último momento, dado que sus actividades previas-al menos ese año- no evidencian intención alguna de alejarse de la región. En abril de 1824, había comprado, la anteriormente mencionada fragata “Adonis”, en 1500 pesos; en mayo arrendó una casa en 1,200 pesos anuales “por el tiempo que tuviese a bien ocuparla” 69 y en agosto de ese mismo año, otra casa mas a doña María Mercedes Moscoso, por el término de seis años 70. Antes de su partida, hubo cobrado sus mayores deudas, sobre todo de la Caja Nacional de Hacienda, de la que recibió los citados 369,644 pesos. Para las restantes, como para la administración de algunos intereses en la ciudad, Cotera entregó algunos poderes a diversos sujetos locales y extranjeros, como José Genaro de la Torre71, Guillermo Cochran72 y Santiago Ygualt73. Años después, regresó a América del Sur, volviendo a sentar sus reales en la ciudad de Potosí; donde el 28 de enero de 1828, recibió un poder de su “amigo” el general Baldomero Espartero74, para cobrar viejas deudas en la ciudad de Arequipa, por la suma de 15,000 pesos 75. 68 ARA Notarios N. de Rivera 822: 28 diciembre 1824. f 315. ARA Notarios M. Primo de Luque 721: 18 mayo 1824. f 536. 70 ARA Notarios M. Primo de Luque 721: 25 agosto 1824. f 763. 71 ARA Notarios N. de Rivera 822: 15 noviembre 1824. f 290. 72 ARA Notarios M. Primo de Luque 721: diciembre 1824. f 947. 73 ARA Notarios M. Primo de Luque 722: diciembre 1825. f 822. 74 En 1824, Lucas de la Cotera entregó la cantidad de 6,000 pesos al entonces Brigadier Baldomero Espartero “con el objeto que pueda seguir viaje a la península, con pliegos del excelentísimo señor Virrey para su Majestad...” ARA Caja Nacional de Hacienda. Libro Mayor 1824: Ramo de la real hacienda 23-27. 75 AHPR Sección Protocolos, Notario Faustino Zupide año 1829, Leg. 1.212, ff 256-259. 69 124