(g t - a- E ¡ - o L .l-J (g u F I Ét*_ ' n' .? I I { l-.t ftl IJr C) zO F REPARTO (por orden de aparición) O F h ,t o l¡r MARA GOYANES MARIBEL LARA Pedro LUIS HOSTALOT Hipólito RODOLFO SANCHO Rosa CRISTINAJUAN Marcelo JUAN CALOT il t-,t frl L EQUIPO TECNICO Y ARTTSTICO Escenograffa ESCENARIOS VTRTUALES, S. L. \/estuario DINAVALDEMORO Diseño de luces IGNACIO BESTUER Diseño gráfico ESCENARIOS VIRTUALES, S. L. Realización de decorado TALLERES SANTA AMALIA Reaüzación de vestuario SASTRERÍA CORNEIO Maquinaria CARLOS DORRELL Electricidad JAIME MARTÍN DE PAZ Regidor IGNACIO BESTUER Gerencia Á¡cpr. nouÁN Ayuda¡te de Dirección MARIANO Producción PILAR GOMEZ Di¡ección MAN(IEL DE PACO SERRANO t - . CAÑSECO -.1 T¡ z z unque en la actualidad el concepto de generacíóndel 98 haya quedado en entredicho O F : parano pocosestudiosos, no cabeduda de que se trata de una denorninación que ha tenido mucho éxito desde que Azoún acurfaseel término, en unos t ) ¿ ¡ que apuntabaSalinas.Lo que sí resulta fue¡a de toda duda es la existenciade un grupo homogéneo fornudo por Baroja,Azoúr.ry Maeztu, el conocido cono grupo de fus ?i'es, ya que con ese pseudónimofirnaron algunosartículos e i n c l u s o ,e n 1 9 0 1 , p u b l i c a r o nu n artículospriblicadosen 1913.Se trataría Manifesttt.Y,en busca de esa figura de de un grupo de esc¡itolesque cumplelr guía que señalábamos¡ntes conlo en ¡layo¡ o lllenor ¡rredida los común a todos los movinientos "requisitos generacionales" que el poeta generacionales, enviaron dicho Pedro Salinas,en un ensayo de 1935, Man¡liesto a lJnarnuno buscando str establece para poder hablar de genelación literalia, entre los que apoyo y serialándole con ese gesto conto a su predecesory maestro. dest¡c¡n terer ntís o l)euo5 lJ ltisul¡ edad, una foruració¡r intelectr¡al Don Miguel de lJnamuno y Jugo había semejante,un lenguaje generacional n a c i d oe n B i l b ¡ oe n 1 8 o 4L. ¿ d e f i ¡ r i c i ó n propio y agrupaxe en torno r una que de sí mismo llos ofrece colno "un figura que h¡rá l¿rsvecesde guía y a un ho¡lbrc de contradicción y de pelea", "uno acontecilniento que les sirva de qtre d¡ce un¡ cos¡ con el cor.rzón elemento unificador, que avive las y la contlaria con la cabeza,y que hace relaciones ent¡e los miembros de la de es¡.rluch¡ su vrdr", resultaexJcrísi¡)la g e r r e r , r c i óyrJr e sr r r u e v r .lr, ¡c e l e b r ¿ c r ó n pJlJ courprcndcrel lortisin¡ocar.ictery de actoscolectivospropios. la personalidad-tan contradictoria que a vecesresLrltaincluso paradójica-de un Azoún ofi-ecía,en los citados artículos, un¡ nómina de esc¡ito¡es tal vez excesivamente anplia (entre los que incluía, pol ejemplo, a Benavente y a autor cuya obra fue ante todo un intento de e\presa¡ su concepción del hourbre y del mundo, de investigaren la esenciay la conciencia del se¡ humano, R u b é n D ¡ ¡ í o . ¿ u n q u e r o ¡ A r r t o n i o colllplolretido con su pat¡ia y con su Machado), con autoresque dificil¡rlente ti(rrpo y ¿ten¡o sólo a ser fiel ¡ si podúa decirse que cunplen los ya lnisn'ro y a sus convicciones mas "requisitos señalados genelacionales" íntir¡as. il lt S u p r o d u c c i ó n l i t e r l i r c o n ' r p l e n d e de h.qcacmciríar/c/ 98 tenentos que ensayosde nruy diversr índole,rovel¡s, ilrcluil a L.lnanruno col'l'lo uno de sus poelnas, artículos peliodísticos de ntásirDportantes contponeDtes. opinión y de crítica, obüs tearrales, libros de viajes,v orlls obras de dificil Como hel'l'losvisto, junto al teatro catalogrción.Caracte¡ísticas conlunes¿ ¡bordó Unarlluno todos los géneros todr su producción son la houdu¡a litelalios:cien¡osde ensayos y ¡rtículos, filosófica y el escasoadorno en las una e\telrsa obra poética, cuentos, nrisnas,y temáticamentepuede dectse novelacortx,novelahistórica,novelade que todas ellas se ¡efieren en n1¡yor o ideas...Pero ahora nos v:rmosa detcncr ruenor medida a las dos grandes exclusivanrenteen el ¡nálisis dc su pleocupacionesdel autor: la búsqueda pr-oducción dlamática, de la que del sentidode la existenci¡huntaDay el s e ñ , r l . r l c r l o rp r i r rr el o q u c p J r r i c i p , r . problemade Esparia.Con rodo esro,es conro el ¡esto de la ob¡a unrmunra¡ra, evidcrrrq e u c r i . r c ( p t J r l o \i . r r s r r r e l c i ¡ en el intento de regenerrrlos géneros literalios, en este caso el drama; y segundo,que dentro de la ingente obra de lJnamuno, no puede decirse que la producción teatral sea en absoluto una actividad malginal. En efecto,con sólo echa¡una ojeadaa la cantidad de títulos dmmá¡icos \, a las fechasen que fueron escritos(sepuedelr consultar los datos de su obm e¡l el cuadro del aparrado de .4tiricl¡clcs dedicado al Co¡/rc.\¡di¡^¡(jrl¡o,-ro.ial I rriltrrral),nos damos cuenta de que dedicó a ello mucho tiempo v mucho esfuerzoa lo largo de toda su vida. Son en total nueve dlamasescLitosen cuaüo nlomentos cronológicos:1898/ 1899 (L¡l e5fingey La ucuda),1910 (El pasadoque welvc y Fedn), 1921/ 1922 (Soladatly Raqucl encadenada), 1926 (Sonbns de suetioy EI otto)y 1929 (EI hernanoJuan o el trlundoesteatro).Aestoha)¡que añadir un temprano salnete escrlto col-l dieciséis años y que nos ha llegado inconpleto, El custiónde Calabasa,dos pieza nrenores,el saitete la princesar{oña L¡nl¡ra y h farsaI-n r/ifritn. y una versrón de la Mcd¿¿,de Séneca,escritaen 1933 v tepresettr.rdl errjurtio dc ere rrris¡rro ¿ño. 1o qrtr srr¡rrrso prr.r Urr.rrrrurro Lr úuica vez que lio lepresentadau¡ra obra suyaa poco de haber sido escrita. Y es que otra caracte¡ísticadel teatro unamuniano esIa escasaaceptaciónque tuvo en su época,,vcasihav que decir que incluso en la actualidad.El tearro de lJrtauruno es. sin duda. la parte menoscollocidade su obta:desusouce obrasoriginales sólo ocho se estrcnaron en vida del autor, y de ellas sólo podríamos habla¡ de una, El otro,conro de un relativo éúto. Señalamosademás Ia i¡onía de que ese é\ito teatral que nuestla autof se afanabaen encontraLv que le era negado lo encontró un drat'uanrgo de poco renor-nbre,Juliode Ho1'os,al adaptarpa¡a la escenaen 1925 la novela de (Jnanuno Nadú ntulr.;.! quc todoat honbtc,contal fortuna que Ilegó a ser representadapor la compariia de Pirandello en ltali¡. A pesar de esta pésima recepción del teatro unan-runiano en Ia escena, ya hemosvisto cómo el autor no cejó a lo largo de toda su vida en el empeño de a tfl lJr componer obras d¡amáricas,y muchos críticosse han preguntadoel porqué de los miemb¡os del 98 el interés por renovar los !¡énerosliterarios,y también esteemperio.Teniendo en cuentaque el c , r ¡ , i c ¡ cdre l . r r ¡ r oFl o d r i . re s p l r c l rp o r . i a ello se dedicó con ¡hínco nuesuo ¡utor; el teatro r-ro podía ser menos, nlisuro su obstin¡ción en dominar ei máxime si tenelnosen cuenta que tal rirrrco gérrclo lircr.rrio que p,rrecia vez fuese el género dramático el que uegár'sele, r' sin olvidar que el teatro era más necesitase de renovación. (Una el arte más provechosaeconómical-nente visión general del teatro de finales del hablando en la España de enronces siglo XIX y principios del XX (señalaDonald Shaw que "el estrenode poden-rosencontrarla en el Cuaderno una ob¡a suponía para su autor una Pedagógicon" 9. dedicado x l-a cd\adc cantidad de dinero parecida a la que se BcrnnrdaAlbo, en el apartado titulado podía recibir por dos o t¡es libros de "El teano de Lorca y su rienlpo") cierto éxito", -por lo que lJnamuno podía tene¡ en ello el lícito i¡rter'ésde Pero quizá las razonesr-násimportantes rrreJor_ar\u Dralu_echJ eco¡)oDlía pala explicar el inte¡és de lJnamuno familiar-), hav dos tipos de cuestiones por el teatro sean de índole filosófica. que pueden ayudara entender el interes Iris M. Zavala escribe:"ljnamuno trene de lJnamuno por el teatro, unas de un concepto teat¡al de la vida. Cree carácte¡ litera¡io y otras de carácter q u e l a p e r s o n a e s e s e n c i a l m e n t e fllosófico. representación.Por esta concepción teat¡al de la vida insistió en escribir Literariamente hablando,es cornprensible dramas,porque el teatro es el arte por el intento de lJnamuno por regenerar el excelencia para la revelación de la niste panoramadel teatro de su época. pelsona."Con esafolr-r-ra de entender la En este Cuaderno puede leerse el t i d a . e l g é n e r o d r ¿ r ¡ ¡ á r i c o le sirvió. Erord/ocompuestopor el propio autor col-l'lo sus novelas o sr.¡sensayos,pe¡o para ser leído en el Ateneo de M¡dlid incluso con ruayor idoneidad, para antes del estreno de su Fedm, donde expresar sus ideas filosóficas y sus ademásde explicar las características de angustiasexistenciales. Es por tanto su obra aprovecha para denunciar los vicios y defectos del drama de entonces.Es ur¡¿car¿cteristic¿ conrún J su teatro un teatronetaJísico,donde el yo del auto¡ se convierteen un persouaje y el conflicto dramático es rcflejo cie su lJna desnudezque no es sólo formal, y por esosuplime en au¡rquetaD)bié¡r, sus obras decorados,utilería, efectos obü unan'rulianasino muy especiahrente e s c é n i c o s . . .( t o d o l o q u e e n s u algunos ütos biográficos qr.le n'rarca¡'l l¡encionado E¡rordltr definía couro ''prrifollos d e l . r o r r . rn r e rrr. r c i ó n tanto la vida como el conjunto de la concienci¡ angustiada. Por eso,son r¡streablesen su teato no sólo las características conlunes a toda la produccióDde este¡utor. Nos refe¡imos particulalnente a dos drtos: En prrmer escénica"),sino sob¡etodo estructural, parte de la esencia misna de la lugar, sus ideas socialistas,maniGstadas desde 1892, y que le llevaron a estar afiliado al PSOE, entoncesma¡xista,de l8q4 a I8q7. ) .l e5cribirp¡r'¡ revisrJs concepción unan-runirnadel teatro: a la vez que el texto queda limpio de retóric¿y de l.tcrusos or¡¡orio.. l¡ ¡cción se esquematizacon la reducción al náxiuro del conflicto dramáticoy de los aquí la idea conside¡ad¡s subvcrsiuas.De del teatro co¡lo lnotor de cambio para la sociedadde su época,y el énfasisque pone en la función social del género dramático. Y en segundo lugar, la pérdida de su fe tras varias crrsls juvenilesy una nlás profundaen 1897, tr¡s la nlue¡te de su hijo, que le enfrentan con crudeza al ter-Dade la muerte y la trascendencia huntanas, qteriendttcrccr,bttscandolefugio en una fe inl¿ntil y confiada que se le niega. penonajesque intervienen en el nismo. Con estasprenlisas, desdeluego que el teatro de ljnamuno supuso un choque fiontal con lo que se venía viendo en la escenaespariolade su tiempo,y esto explica en gran parte el nulo éxito de público, ya comentado,y ante el que respondería el aritor que eso sólo evidenciaba la r.recesid¡dabsoluta de educ¡r al público para que guste y exija exclusivamenteobrasde calidad. Y en cuanto a la crítica literaria, hay Ya lo hemos señalado: el teatro participa en ljnamuno de las r-nisrras q u e d e c r r q u e t . r n r b i é n f u e c a s i característic¿s temáticasy lormalesdel unánime el rechazo de la fó¡mula "por resto de su obra. Y una de esas d r a r l r á t i c au n a n r u ¡ ) i a n r . defecto caractedsticasse hace especialmente en e1 plano de la realización e v i d e n t ee n s u p r o d u c c i ó nd r a r r á t i c a : estrictamente dramática", col'¡ro nos referimos a la sencillez,que el s e ñ a l ¡ R u i z R a r r r ó n .q u e c o n t i n ú a "desnudez". "El teatro de ljnamuno se propio auto¡ denoDrina diciendo: t I¡ queda, por así decirlo, en conato de teatro. por exceso de reducción l o r m a l . E n ó l e n c o n r ¡ a m o .e, n e f e c t o , conflicto de pasiones y pasiones intensas, concentradas,plrftos (ftente al apatetisno que él denunciaba en Benavenre), cLínrax. caracreres.palabra novelasy ensayos. A pesarde que queria que se representasen, como un medio interior;perotantolaspasiones con-rolos lite¡arios e intelecrualesque LJnamuno llevabaa cabo en suslibros." más de sacudi¡las conciencias,no hacía concesionesante ias exigenciasde una representación o de un público reatral.y su obra dramática,más que un teatro experimental, es una adaptación tensay acciónintensa, fundamentalnente d¡an.ratizada de los experimentos caracte¡es, la acción y la palabra son esquemáticos, sin sufrcienteencalnadu¡a dramática y, por ende, sin bastante Con todo, no faltaron, incluso en vida instalación en la ¡ealidad plenamenre del auto¡ voces reivindicativas que carnal,necesaria a la i.lusiónteatral.No señala¡onlos valores de la dramaturgia encuentromejor definición del dranu de unamuniana. El famoso escritor y (Jnamuno que la de dmna esquenátíco, crítico español Melchor Fernández pues.en efecto.el dramarurgo LJnamuno Alnragro, por ejemplo. escribió a no lecor¡e enterc el esquema que la del propósito de Fedra'."Valle Inclán y esquema dinámico de la acción a la lJnanruno -hay que proclamarloasí realización teatral de ese esquema. es para instrucción de rutinarios y decir,no cumplelasoperaciones propias supersticiosos-significan la cabezaa la creación teatral que permiten al perfectamenteerguiday au¡eoladade " esquemaconve¡tirseen pieza teatral máxirno prestigio- de nuestroteatro a la ho¡a de hoy". Corría el año 1930. Otros autores rechazan el teatro de ljnamuno por entender que trata de compone¡ su ob¡a d¡amática de una manen que no espropia de estegénero, sino nrás acertada pa¡a la novela o incluso el ensayo.Así, el hispanistaG. G. Brown esc¡ibe:"Lasob¡asde (Jnamuno, como ya era de esperar,son simplemente versionesdialogadasde los temas de sus D h { F ¡ ¡ z t! a) I¡ ¡ egún la tradición gliega, Fedra es hija del rcy cretenseMinos y de Pasífae,y hermana de A¡iadna. Se casócon el héroe atenienseTeseo,con quicn tuvo dos hijos. Pero se en¡¡roró que ofiecen ca¡r.rbiosradicalesno sólo en el tienrpo y en el espaciorespectoal original griego, sino que resultan también nluy diferentes eD cuanto a otrosrspecrorpsicológicos. sociológicos y morales. perdidanente de Hipólito, hijo de una anterio¡ unión de su na¡ido con la anlazonaAntíope.Tras el fatal desenlace Tampoco consideraremosel drarla de de estapasión,ya que es rechazadapor D'Annunzio, que mezcla en su obra el Hipólito, Fedrase suicida. argumento de Las Suplicatttes con el de Como e¡a de esperar,el argumento de Feilm.:se trata de un teatro que califica "lír¡co. esta leyenda ent¡ó bien pro¡rto en la Lassode laVegade bíquico. sin lite¡atu¡a: el nomb¡e de Fedra aparece gran fondo ideológico, con más músrca en la Odisea, entre las nlujeres famosas que encuentra ljlises en su bajada a los infiernos: aunque rruchos criticos consideran que se ftata de una ir-rterpolación posterior, estaríamos h:biando del sigloVl a.de C. Desde¿hi. la historia de Fed¡aha aparecidotanto en grandes tragediasclásicasgriegas y roltlanascorro en obrascontemporáneas. Por su relación con la obra de lJnan-tuno que aquí se analiza, nos cent¡aremos en las ob¡as de Eurípides, Sénecay Racine, sin tener en cuenta las cercanasversionesdel mito que ofrecen otros autores de la Antigüedad cor-no Plutarco, Ovidio o Vilgilio, ni otras variantesdel tema, como son El castigo siuveuganza, de Lope deVega,o E/ dcseo bajolos olnos,de Eugene O'Neill, obras E { l-.t E que letra y n.rásinstinto que idea", una maldición lanzada contra él por su obÉ truculenta, con una Fedra poseída proplo padre. por la pasiónde tal modo que es capaz de asesinara unajoven esclavapol celos de Hipólito.Tal vez Unanruno conocia la Fcdrc de D'Annunzio, pero no la nenciona nunca,y a su autor lo juzga n-luy duran-rente en alguno de sus "ese ensayos, citándole con-lo insoportable con-rediante, vano y hueco". Por todo esto, y aunque el esc¡ito¡ italiano conrpuso su Fcdru en 1909, su influencia en la obra de lJn¿nrunopuede consrderarse nula. Lo primero que cabe destaca¡ de la histo¡ia ¿/eFerfraes que apareceen la literatura enfatizando más la figura del hijo que la de la mad¡astra.De hecho, las primeras ob¡as llevan el títr.¡lo de Hipólíto. La cútica parece esta¡de acue¡do en la existencia de dos Hípólitosescritos por Eurípides en el siglo V a. de C.: el Tras esta representaciónpoco exitosa, Sófoclescompuso otra Fcrfra,que no se ha conserv¡dopero que pareceque ya trataba a la protagonista de modo más comedido.Y el propio Eurípides realizó la versión más conocida, todavía con el título de Hrpóllto,en la que la madrastra lucha cont¡a su pasión incestuosay, aunque Hipólito n.ruere por la maldición de Teseo, también muere Fedra,que se suicida heroicanente para evitar su infidelidad, y después de confesarsus c¡ímenes. En todas estastragediasgriegas queda bien claro que tan central es la figura de Fedn conro la de Hipólito, que es quien da título a las obras, ya que su tema es la venganzade Ia diosaAf¡odita por los desdenes del joven, que cons¿gr¿ todossur s¿crificios a Árrenris. despreciaa la diosa del amor y se burla primero no debió de gustar al público, de aquellos que se rinden a sus q u e l o c o n s i d e r ó u n a v e r s r ó n pasiones.Aunque es nrás que posible demasiadoatrevida,con una Fedra que que Eurípides u¡iliza¡a a estas diosas declaraba abie¡tamente su pasión a como símbolos de la razón y de la Hipólito y que no dudaba en intentar pasión, es Afrodita quien mueve los cualquier artimaña para lograr sus hilos en el co¡azón de Fed¡ahaciéndola propósitos, y que acabaría con la enaDro¡arseperdidamenre del hljo de mue¡te del joven, victima de la su esposo sin tener en cuenta ni el decoroque se esperade una reinani las leyes que prohiber.r el incesto.Y sólo para evitar escar¡dalizar en excesoa l¡ sociedadde su tieurpo sitúa al n¡¡ido, n'rito una original perspectivapalaciega y política. Para ulost¡ar r Hipólito mas hu¡ttanole haráa su vez ena¡lorarsede Arici.r.co¡¡ lo qrre los crlos .<rán el rey Teseo,lejos de la colte, e¡t ur1 peligroso viaje que todos temen que tanbién un móvil iurportante de la actuacióDde Fedr'¡.Y para no Dttnch¡r nr.i. l.r figrrr¡ de l.r reirr¡.Lr conleriól ¡ Hipólito y la calumnia ante Teseolas hayaacabadocon su vida. Tlas estasobr¡s comieDzaun ploceso hará efectivrsla nodriza. Pero en h obra de reivindicación de la figura de Fedra: de Racine, Fedra es una enferlna la obta de Séneca(sigloI d. de C.) lleva arrebatrda por Ia pasión, capaz de y¡ por titulo el nombre de la heroíDa,y entender que anr:t contrr la lazón y el .r lcseoc¡t los I¡lfier¡lor.eD honor', pero incrpaz sin emtrargo de ¡ro\ prercrrt.r un viaje corr r¡nosfinesprobablemente renuDciara sus plete¡tsiones.Incluso anlorosos;con esto se cumplen dos cua¡rdoal final del dramareconozcasus funciones:por un l¡do, h de presentar¡ errorr. y 1.rinf¡¡rri¡ de \L¡s,rctos.rod,rvis Téseo como un hombr-e nrujeriego y desentendido de su esposn;ypor otro,la l¡mentará¡ro haber obtenido con ellos al menoslos favolesde Hipólito. de alejarlede Fedla y que ésta pued¡ creerle nluelto, con lo que no conteteríael delito de tdulterio. En l¡ obr¿ latina, el prpel cle la ¡rodriza es mayor (¡le en la de Eurípides,tanto en ! tms algrna que otla adaptacióndel tenra en el siglo XIX, productos de ur) Iol-rullticismo tardío y de escasacalidad liremria que llena las obrs de aluoles lo que se refierea la conlesiónde Fedra itt0arttados y erple.rones grur)dilocucr rtes. a Hipólito como en l¡ calulnnia que llegarlos a la Fcd¡a de lJnamuno, que levantanal hijo lrente al padre.Y urayor ¡bandon¡ el escen¡¡ioprhciego de la t.rr¡rbiée r rl , r l r e p e r r c i r r r i e D d et uF e d r ¡ . Glecia clásicapara situal su obra en un que se suicidr ar-rtelos lestos del hr¡o, lmbiente atenrporal, aunquecelcanoal tlas habel confesadosu crinren. En el casodeJean l{acine (1639-1699), su Fedra se adorn¡ coll nuevos cl(r)rÉrtosre\pecto ¡ lls obr.r. cli.icl. de las que deriva, construyendo un refinado espectáculo en el que da al posible púrblicoo lecto¡. Esre cambio ¡GctarÍr también al nonrble de los personajes, pero rlás importantesrÍrn s o r ) l . l \ v J r r , ¡ c r o n ee.r r s u p s i c o l o g i r . con una protagonist¡ a la vez entregada a su pasióny luchando por no caer elr ella;un Hipólito que resultaante todo d un buen hijo, que intenta comprender a su madrastra,que se apiadade ella,y del que no apArecen esos lasgos r-r-risóginosque caracterizaban al protaqonistade Euripides y Séneca;y un Pedro nruy distinto del Teseode las versionesprccedentes, más parecidoal tópico del caballero espariol, buen cristiano,buen padre y buen esposo,y muy preocupado por el honor y la honra suya y de su ñr.nilia. Junto a esto,hay también en Ia obra de lJnamul'lo algunos cambios qr¡e afectan al argumentoy a la puestaen escena. En p l i n t e rJ u g , rqr .u e H i p ó l i r on o r r r u c r e . l o que \uponc i,¡ innov¡ción rrri, importal'¡teint¡oducidapor lJnamuno respecto de las Fcr/¡asprecedentes.;y, por otra parte,lamue¡te de Fedraque, aunque ocur¡e fuera de la escen:r, ocupa todo el tercer acto: los demás personajeshablan con ella fuera de la visc.rdel ecpecr¡dor.pero rrrortrlrán a¡tte estesusentociones. Vamos a estudiartodos estoscambios en el análisisconcreto de la obra. lJ. gi !,1 U F N ¡ z s itu¡clos \':r r'1rl¡ olr clurllitic¡ cle lJn¡nru¡o. v eltendicndo por sn filosofia,pol sLl ciuicter. e inchlso Y¡ he¡ios señ¡l.rrlol¡s lirc¡tcs de las clue betre cl irutor, ptles es cl¡ro (ltlr Urt,rrttLuL , o r r u c i u . r L I c l r . i. .l e l c l . i . i i , , griego. las obr'¡s más itnportlntes cle por sus vircncias su pleclilecciónpor l;t crlill'ltlls lll)tes c¡rreé1 habíln tr¡t¡do el trageciir (sus re scial¡d¡s c¡isis de fe, l¡ especi¡Lnentc' r l r c l t ( \ l c \ u l r i j , ' . c r), . ¡ ¡ 6 L . c s o . t i o q t r c viejo terrrl cle Eur'ípides. \( ]l r) r fij.rrlu<rrl.rúqrrr,r u,igti,r l¡s de Sú'ncc¡v R¿cine:cn I910 escribe r.tr .lLrtor lo hq' quc olvidarlo. el xlitor que h¡ leíclo ¡ Eurípides y de Feclm.P¡'inrer<¡. polque lJn¡ruuuo cra c¡teclráticode griego en h U¡ivelsid:Ldcle Salatnauca, \, conocí¡ ¡ l'ondo el rrrundo clásrco.Y segundo,y sobr,:todo,porcluela figura de piensl escribir una li'd¡¡ nroderna;r' "Vo,v leer l\rcilre': ¡ buen .rñacle: ¡ ¡ scguro clue lo hizo. Pero (Jn¡r'l'tuno.l-to poclír sel de otr¡ lllauem,quiere hacer "DeJ d¡arrr¡ de Fedr¡ encaru¡ por antorlol'11¡si¡la u l r a o b r ¡ o r i g i n a l : i¡ñr¡crr¡ns.r h¡ch.rJeJJrorrrbrc.dc l.rrrurjrr-. F r r r i p i , l r r. , l c l d e R . r ,i ¡ r en o r c n ( l r , i s contra su clestilo, douúnlda por una que el arllunlento escrleto,todo el pasiól incontrolab)e que le h:rce desarrollo c"s distinto. La uractastra, Fedra,que se e¡ranror'¡de srr hijirstro. enfie¡ltalsea toclaley hunranao divina. ffl u., Hipólito, le solicita, es rechazada,le acusa al padle, sr-rlnarido, de qne fue Hipólito quien la soliciró,enemistaa padle e hijo,v acabasuicidíndose". fornran estos tres personajes,mLlcho mejor dibujadosque el resto:el ama, la criada y Marcelo, el médico amigo de Ped¡c,tienen ¡ua firnción evidentemente nlenor en el desa¡rollodel conflicto. La n'rayolparte de lasvecesse utilizan col'l'lo la mirima apoyatum dmrnática que se ,:Dónde está la oliginalidad de lJnamuno? Col'no hemos visto, puede ésta establecersetanto en aspectos permite el autor p¡ra explicarnos tel-náticos y arguDrent¡les coDlo ell algunos elenentos cuyo conocinliento :rspectosfolnales, pero siempre en por parte del lector o espectador rel¡ciórrcon esl sobried.rdc.lrJcreriitic¡ conside¡a imprescindible; así, Ios de todo el teatro unanruniano,con eso diálogoscon el ama (que tiene ur papel que él mismo definía como "desnudez trágica"de susobras. la a vecesmuy celcano al tópico de la confidente) o la figura del médico, que ayuda a entendel no poco las En cuanto a los aspectostemáticos,la desrudezunar¡¡uniarra del drarrraexige calacteústicas de la obsesiónde Fedra. Del mismo nlodo que junto al tliángulo esencial de la obra (Fedra, Hipólito, Pedro) aparecen otlos junto al tema pasiónanorcsa,de uD nlodo descarnado, personajescolaterales, sin adou'lo y sin otros argunlentosque p l i n c i p . r l d e l c o n f l i c r o ( l ¡ p r s i ó n r.ln t¡atamiento exclusivo del co¡rflicto dramático,mostrando el tema centlal de la obra, en este caso la fat¡Iidad de la distraigan la atención del espectador. amorosade Fedrapor Hipólito) asomar.r Esto se lleva a cabo mediante uux otros colno Ia soledad de Fedra, su reducción del conflicto al n.rínir.no:el c . l : \ . t n l i c n t oc o n u I ] h o | ] ] b r ( c i ¡ j i tormento de Fedra,su intento de ganar ¡uciJlro o I¿ uraterlrid¿dfrurtr¡dr. Escos a Hipólito, su calumnia que sepam a temassecu¡rdarios tiene¡ren la ob¡a la padre e hijo y el pago que deberáhace¡ por elJo.pues <ólo su rrllerte volveri J unir a Pedro y a Hipólito. mismafunción que la de los personajes secundarios: apuntan asuntos que lJnamuno prcfier€ no desarrollar para no distrael al espectadordel conflicto Es por esto que la traDralu¡ldane¡ltal ese¡rcialdel drama,pero al fin y al cabo de la obra se centra en el triár'rguloque su aparición siquiera nrínima resulta indispensable para entender perfectanrente el tena central de la ob¡a. lo que intenta descargarla fuerza del destino explicando la enajenación de Fedra por notivos distintos de Ia Sin embargo, hay dos temas que resultan especialnente interesantes,y que tienen mucho que ver con la influencia del hado: nos habla así de los ya rrrencionados ten)¿sde l¿ in0uenci¿ genética (y eso explica las oscu¡as concepción de la tragedíacristíanaque pretende escribir Unar-nuno,que es otra referenciasa la r.r.radrede la protagonista), de algún tipo de enfermedad novedad con respecto a las Fedras . psicosomáticaen ella, de su soledad, precedentes:nos referimos a la figura casadacon un hombre mucho n-rayor del destino y a la redención de la y sin hijos... protagonistaa t¡avésde su mue¡te. Sin embargo,y con una contradicción Pa¡a hace¡ un¿ Fed¡a moderna prensa típicamente unanuniana, el tema del t-Inamuno que esimprescindiblesusntur¡ destino, del hado, de la fatalidad, es el mundo politeístade los griegosy hacer recurrente en boca de casi todos los "Fedfi úna c¡istiana". Este can-rbio es personajes: Fedra es una mujer evidente en la desapariciónde cualquier enajenada(cuando Eustaquiale llama y "Es referenciaa los diosesque aparecíanen la le reprochasu pasión.confiesa: 4le obra de Euúpides y, en menor medida, no so)tyo, ana, no soy yo") en la que en la de Séneca;yéstees el sentidoque razón y pasión se en[rentan (" Eustaquia: tienen en la obra Ios personajes del ¿rn¿.la criada y la propia Fedra. de algún rnodo personajes cristienos, rczailores,aunqte nuchas veces poco Peroqué,¿no se te quíta esode la cdbeza, Fedra?Fedru:¿Ay,Eustaquía!si hultíesede ser de la cabezasólo, ya se ne habría r1uitatlo, pero... Euttaquia: El corazónes ortodoxos. Pero el c¿rrbio es nrás nás rebelde,lo sl.") con una fuerza tal complejo a Ia ho¡a de trata¡ el ten.radel que Fedra cree que es su destino ("ifu destino.consustancial al género crágico Jarnlidad!¡la tatalidadl). Incluso quien clásico pero dificiln.rente compatible más se negaba a aceptarlo desde una con la filosofia c¡istiana del homb¡c. En efecto,IJnamuno se en-rpeñaen dar ese acento cristiano a su tragedia,para visión cristiana de Ia existencia,que era Eustaquia, el ana, será quien cierre la obra con estaspalabras." ¡Tinía razón,es el sino!". t rrl t& Todo esto hace que la fisura de Fed¡a que dedicamos¡ h estructur¡ de la .rdqrriem l . rd i ¡ ¡ r e l s ¡ ó dn e l 1 r É r oter . i g i c o obra. y de la que serialamos por ahola mezcladacon eseespílitLlcristianoque que puede estlrblecerseen téminos de qlrcris Un¡rturo p.rr.rsu prot¡go¡¡is¡.r. deseo,culpa, expiación y redención.Y Bien es verdad que emprria esl esto es lo qr.¡e explica que, ante la grandezatrágica con el acto ruin que iniposibilidadde recibir el perdón por supone la mentila sobre Hipóliro, al sus accioDes,va que aLr;tncande una acusarlede ser él quien la solicita;pero ¡to es meDos cierto que lava su culpa con el saclificiode su propiamuerte:de nuevo la contradicción, porque es verdad que no se :r¡repientede su amor' por Hipólito, del que no se cree culpable,aunquesí de su suicidio:"O/r, sí, sí, ahora .rcl, íhom sí quc ttct, 1, rcrct¡ozco Di rí¡Ict¡... cl tiltin¡o )t cottÍicsa soltrcntlo, cl dc ui nwcrtc." prsión que no se siente capaz de dominar,la muerte de Fedla asuntael significado de un s¡crificio en el que la protagonista es a l¡ vez víctima y verdugo, ofrenda y oferente. Co¡rect¡do con todo esto! Llno de los aspectosmás interesantesde la ob¡a es el concepto dc crrlp.r.Desde el pr-irrcipro cleldüma Eustaquiale rcprocha;"¡Hoülar rlc.fatnlir{arl.s qüc¡crtcr rcucítld,Fetl¡a!". Claro que aquí se observauna nuevay Pero esamol quien manda,y ahí r'esideel r r r ¡ r c ¿ d ¿c o n t r ¡ d i c c i ó ¡ rl:¿ r e d e n c i ó l concepto de lo fatal, pues cuando pol la muerte estí en el gerlnell del Eustaqtriale drce'."Fcclrc,Fcdm,cstcatttor cristianismo,peto no hay que olvidar ulpablc.,,", Fedra contesta "¿Culpablc? que Fedra se suicida,cotnetiendouno ¿Qrrl c-rcsodc aaor alpablt? Si c-r¿r¡¡orlo de los pecadosconsideradosurásg¡rves ts ,ulpnblc, ¡ :i csulpnl,it... . Ln cu:rlquierpara los cristianos.Este punto resuha caso,volventos¡ esascontladiccionestan fundamental parr entender no sólo el unidas a la figura y a l¡ obra de nrensrje del drama (pol eso la obrt no LJnamu¡lo: estanlos ante el poder del acabl con l¡ mue¡te de Fedra,sino col-r amor, frente al que el autor diluye l.t c.rrt.rer Jl quc rrplicr su err¡l,rñoy rerpons.rbilid.rdes y culp.rbiJidrdes. casi que redime su memoria a Ia vez que dentro de la tmdición c¡istiana del "a trr¡r de rrurvo .l p.ldt-( e hijo; sirro quien mucho ar-r-r:r rnucho sele perdona" t¡mbién la estmcturadel misnro,como del erangeüo.v que cou S.rrrAgu'rín velel'l'rosDrás adel¡nte en el apartado llegaa decir:"Ar.nay haz lo que quieras". Desdeuna perspectiv:rcristianaortodo\a, que desbordaa la protagonista,se evitan Fedrapuede ser condenadapor no saber los recursosretóricos y las disgrcsiones, apartarsede Hipólito, y pol urdil una y los diálogos son vivos y rápidos, con mentira para conquistarel aDrordel hljo utüzando inch¡so la coacción u1ásvil. Pe¡o tal vez seaella a la vez la culpabley la víctim¿r,ella el campo de batalladonde ir reuú'iblelrcrrte lib¡an su lucha Ia ¡¡zón ; ) l¡ pJslon. C5 OCClr.^tet)CJ y l\ltenus. la inclusión de algunos rasgospropios del lenguaje rulal, a vecesalc¡iz¡nte, tan del gusto del autor ("cres cn dunsía cavil<tsa, Fctlm",le dice su esposoiy su h¡o dice que él no se anda con " arnn¡atos), lasotuías"). utüzaDdo el recursomitológico como en el clásico de Eurípides.Entonces no es más culpable de lo que son todos los fornules, Respectoa los demásaspectos el propio lJnamuno escribió:"Es una der-násparticipantes del drama, como obra que no tiene aparato,de una ellos nlisl'r'rosién confesando:Hipólito, sir.nplicidad adrede exagerada. Seis por no habersedado cuenta antesde la personajes,en rigol tres, la mislna pasión de su uladrastray haber buscado deco¡aciónde una casacualquierapara por un rcmedioi y Pedropol su egoís1'no, haber pensadoen él núsmo antesque en ella; Marrelo, como nédico, añadiú la explicacióD ¡Iás racio¡¡al achacandola los tres actos,trajesdel día, todo de una acabarápor creer que su señom ha sido víctim¡ de un destino despiadado e Fcdru.De hecho, muchos cr-íricoshan serialadoque precisan-rente estaobm esla que J6n))Jl.rer.rprde nl¡durezdr¡rrrjticr desnudez extrc¡1a". Claro que esta sencillezno es desinteÉspor los vaiores formalesy estéticosde la obla, colno el enajenaciónde Fedra¡ lrua enfernled¿d prcpio autor señalóen Dlúltiplescartasy hrredadr.y Eustaquia. cornohetttosvisto. docur'¡rentosescritos a propósito de su inamovible. de lJn¡r'nuno.Como señrlaJoséPauJino, L ¡ d e s ¡ r u d e zt r á g i c r q u e p c r s i g r r r seprcduce en el lector o espectador"una lJnamuno pam su teatro,y que hemos impresión dolrinante de que FcrÍa es un analizado en sus aspectostemátlcos, texto dramático donde Ljnamuno ha tiene una cor¡espondenciaevidente en Ias formas dramáticas.En cuanto al puestos!¡ nuyor voluntad de logro estérico, se ha jugado su concepciónmismadel lenguaje,se hace sobrio para expresar teaüo,una vez aprendidolo que quena con rotundidad la fuerza de la pasror-r h¡cer tmslos ¿ntenoreseryerinrentos.' Í -$ ^ F p ! s por entrar en él mediante los procedimientos ya clásicos, y que t¿nrpoconlc puedo ni debo leducir a perder el tiempo en saloncillosy otros lugarcsanálogossoücitando,siquieracon una silenciosaasiduidada tales tertulias teatrales, un turno para que den al público a conocernúc obrasdra¡ráticas. Agréguese que ni sé ni quiero saber escribir papeles,y r-r-renos cortados a la nedida de tal actor o actriz, y mas desconociendo, con-ro desconozco, las respectivas aptitudes de los hoy en "Señorasy señores, Amigos míos del Ateneo: boga, desconocin-rientoque no me han de perdonar.Y como procuroi en vez de corrar papeles.crear personajes-o n)ás bien personas,caracteres-,tampoco puedo ni debo esta¡ dispuesto a modificar y estropear a éstos para sta mi tragediaFedrano me ha acomodarlos, cono a un potro, a las sido posibleque me la acepten condiciones de quien los haya de para representarla en un teatro representar. Son éstos, Ios actores y de Madrid. La misma sue¡te han co¡rido ot¡os dramas que tengo compuestosy representados. Ha habido para ello razonesexternasal arte y otras inte¡nas a é1. Las exte¡nasson que ni forr-nopalte del cotarro de lo que se llama por antononasia los arÍorcs,ni hago nada actrices, los que en buena ley de arte deben doblegarseal carácterdramático. Hay un perenne conficto entre el arte dranático y el arte teat¡al, ent¡e la literaturay la escénica, y de eseco¡flicto resulta que unas veces se irpone al público dramasütera¡iamentedetestables, estragando su gusto,y otrasvecesseahoga excelentesd¡amas. d I¡r Y me palece en la mayor'íade los casos un desatino eso de deci¡ de un d¡aura que es excelente para ser leído, pero poco teatral. Lo que leído produce eGcto drarnático,có¡tico o tr'ágico,ha de producirlo si se saberepresenta o. Y hay que educal al pírblico para que guste del desnudo tr'ágico. Llano desnudo en la tragedia o desnudez trágica al efecto que se obtiene prcsentandola tragediaen toda su augustay solemne majestad. Libre primero de todos los perifollos de la ornamentaciónescénica. Así, esta mi Fedm, que no es sino una modernización de la de lurípides, o mejor dicho, el mismo argumento de ella, sólo que con personajesde hoy crr día, y cristianos por tanto -lo que la hace muy otra-; esta mi Ferfrapuede representa¡secon la nisma escenapa¡a los t¡es actos, consistiendo en una limpia sábana blanca de fondo -que sin-rboliza un cuarto-, una mesa de respeto y tres sillas para que puedan sentarse, si lo creen alguna vez de efecto, los actores,y vestidos éstos con su tr¿je ordin¿rio de calle.No quiere necesitaresta tragedia del concurso del pintor escenógrafo,ni de sastre ni modisto, ni de peluquero.Aspiro a que cuanto diga y exprese Fedra, por ejcutplo.ser de trl intensidadtrágica. que los espectadores-y sobre todo las espectadoras-no tengan que distraerse mirando cónto va vestida la actriz que la representa.Y que ésta renga que ater¡dernrása la expresióndel carjcter que simboliza que a sus propios eDcantospersonales-por grandesque Éstossean-o a.u eleganciaen el vestir. El éxito del cinematógrafo creo que acabarápor influir favo¡abler.r.rente en el arre drarrrá¡ico, haciéndolevolver a éste a su primitiva severidad de desnudez clásicay dejando para aquel otro todo lo que es ornanentación escénica.El que vayaa ver y oír un d¡ama ha de i¡ a verlo y oirlo, y no va a ver decoraciones, r.nobiliarios, indumentaria y acaso tran-royay a oír algo externo al drama llttsll10. Y aun dentro de la tragediacomo obra poética he rendido. acasopor rni prolesional familiaridad con los trágrcos griegos, a la mayor desnudez posible, suprimiendo todo episodio de pura diversión, todo personaje de n.re¡o adorno, toda escenade me¡a t¡ansición o de diverrirrren¡o. Los personajes esrán ¡educidos, con una economía que Y asíindicadolo que quiero decir con quiere ser artística,al lnínir-noposible, lo de desnudezpoética de la tragedia, y el desarrollode la acción, r'esultado he de pasara decir dos palabrasrespecto d e l c h o q u ed e p a s i o n e sv.a p o r I a l í n e a al 6nal de esta tragedia:a la nluerte de más corta posible. El diálogo mrsmo Fed¡a. tiende a ser lo nrenosoratorio posible. Y si hay monólogos, como en el antiguo arte clásico los había, es porque ahorran largosrodeosy son de Hay quien me ha dicho que Fed¡a debí¿nro¡ir en escen¿. rrr¡syo. después de bien pensado. senti-senrí.no pensé- una ve¡dad íntina nucho mayor que la de éstos. que l¿ r)ruerte¡iene rnucho nlis efecco poético y n.rásgrande pesandoinvisible sobre Ia escena que presentándose c¡udan-renteen ella. Ha de haber un La acción, el drama de esta tragedia quiere aparecer aquí desnuda, srn mayor nrisrerio y un¿ nr¿yor ¿ngustiJ prolijo ropajeque la desfigure. Es poesia trágica en ve¡ a Pedro, el marido de y no oratoria d¡amática lo que he Fedra,pendiente de una n-ruerteque se pretendido hacer.Y esto me pareceque sientecernerseallíjunto, y senti¡que la es tende¡ al teatro poético y no ensartar pobre, presa del amo¡ trágico, y su rimas y más rilrlas, que a las veces no victima.su hi¡astro.se rrlrran¿ lo\ ojo\ son sino elocuencia ri[rada, y de bajo los ojos de la Esfinge. o¡dina¡io ni aun eso. Teatro poético no es el que se nos presentaen largastiradasde versospara que los recite, declame o canturree cualquier acto¡ o actriz de voz agradabley de tonillo cosquilleador o adorl¡recedor de oídos; teatro poético seráel que creecar¿cteres. ponga en pie almasagitadaspor las pasionesenterasy ljna mue¡te en escenasólo convend¡ía a una act¡iz de esas que tienen una colección de mue¡tes pa¡a mostrar sus habilidadesescénicas.Pero siempre que he visto a algún actor especialistaen nuertes exPirar en escena,me ha parecido aquello más cinen.ratográfico que dramicicoy casisienrprerepulsivo. Es ello de un arte inferior y con ello se consigue efectos que ningún nos las meta al alma, purificándonosla, sin necesid¿dde ayuda.sino 1aprecisa. dramaturgo debe procurar a los que de las a¡tes auxilia¡es. han de representarsus obras. Á pl lJr También algunos técnicos -técnicos en arte teatral,no en dramaturgia-r'ne han advertido la escuetadesnudezde He querido presentarosunas alnlas hulnanasa¡rast¡adaspor el torbellino del ¡¡rro¡ trágico y he arr-ojadode uri ciertas expresiones.He tratado, en efecto,de poner al desnudo el alma y el amor de Fedra, pero por creerlo urás poético. un amor así, fatídico, sier]lprees herntoso aunque terrible - obra todo lo que podía haber r n c u b i e ¡ t o l a p o b r e z ad e l ¡ a c c i ó n .s i hernosísimo era Luzbel mismo- y debe aparecer desnudo. Desnudez, que es siempre más casta que el desvestido. Los oídos más castosdeben y pueden oír los rugidos de una latídica pasión irresistible;lo que no deben oír son clla es pobre. M¿s si es ¡ica e¡r sí. d e u t r o d e s i . p o é r r c r r r r e n t¡ei c ¡ . r i c a en intensidadtrágica,y si son ricos en humanidad los personajes,no podrán sino ganar con esaescuetadesnuciez. Vosotros lo diréis, que yo ya os he dicho mi ir.rtención.Si bien en arte la intención no salva. Decidid,pues." las picaldigüelas de la sensualidad h i p ó c r i t a o l o s d c ' a l r o g o sd e l v i c i o . (Texto compuesto por lJnamuno para Sólo una gazmoñeria farisaicapuede ser leído en el Ateneo de Madrid, antes f i n g i r r . c a r r d a l i z a r -d s e l a c ¿ s ¡ í s i l t r ¿de la representaciónque allí tuvo lugar des¡rudezcon que aquí se os presenta el 25 de marzo de 1918.) un ah'nadominada por el amor fatal. No sé el resultadoque pueda obtener este ensayo de un renovado arte dra¡-náticoclásico, escueto, desnudo, puro. sin pcrilollos.alrequives.postizos y pegotes teatralesu oratorios; pero hace tiempo que creo que a nuestra actual dramaturgia espariolale falta pasión, sobre todo pasión, le falta tragedia, le falta drama, le falta intensidad. fl,:,¿. ,// t4t F zI¡ p C) "No sé,pues,si en el arte teatralse ha producido en esteaño, en España,algo que valga la pena de ser leído, pero tengo la aprensiónde que la pasión,la grande y noble pasión trágica sigue ausentede nuestro teatro contemporáneo." 1916. UNAMUN() "LA TRAZA CERVANTESCA", "La causade1desequilibrio entre la trascendenciadel propósito y la relatividad de los resultadosha de hallarseen algo ínsito y consustancial al espírituunamuniano:en aquelloque deternnna su grandeza espiritual y su debilidad literaria, puesto que constituía su propio fondo irrenunciable; es decir, en su incambiablepersonalismo". CUILLERMO DE LATORRE,'LA DIFICIL UNIVERSALIDADESPANOLA",1965. Á I¡] t¡r "Esta Fedra mantiene Ia grandezade su o¡iundez clásicay vale, ante todo, como ejemplo cabal del teatro desnudo,lineal, sin adornosni peripeciaslateralesque postulabaLjnamuno como su máximo ideal". GUILLERMODE LA TORR¡,'LA DIFICIL UNIVERSAIIDADESPAÑOLA",1965. DIARIO ESPAAüá DIARIO LA EPOCA 26DE MARZO DE 1918 A' 28 DE MARZO DE 1918 "En esta Fedra que acabamosde oír, el Destino conserva su podeúo tremendo, mueve a los hombres, canbiado en una fatalidadnatural, que la ciencia conoce y estudia;pero su ímpetu se ¡ompe contra la inconmovibleve¡dad" CRITILO (ENRreuEDiEZ cANEDo) "Al trasladarseal ambiente conternporáneoy al de la clase media, es decir, a un ambiente reducido, reglado, estrecho,la tagedía de Fedra se corre otro peligro mayor: el de que el drama ennoblecidopor la grandeza de Ia fatalidad,de la venganza de los inmortales, quede reducido a... una historia suciay torpe de alcoba." ANDRENIO (EDUARDOGOMEZ DE DAQUERO) EjL ÉE¿ O F (t) fr ir. F ¡ Conversaciones con el cllrector hace¡lo rcal, casicotidiano,en la persona de su protagonistay en generalen todo el :rrblenre que 1.rrodel.Y c.. ¡ l¡ vez. inteurporal en su sentido de etelno, me¡ced al reflejo que nos muestra del NUESTRA FEDRA alnla hutrr¡n:I, de sus pasiones,de sus sentimieDtos,del debatepernlanente en El tema de Fedla, la pasión fuera de control, cont¡¡viniendo todas las que se encuentraentre su ploPio yo y las cilcunstanciasque lo rcdean. convenciones sociales, especialurente las existentes en la época en que nuest¡o EL MONTAJE autor la esclibey sitúa;el amol llevado hasta sus últilnas consecLrencias, en el Hemos puesto el énfasisen efecf¡ar la caso de ljnar¡uno la muerte-suicidio- puesta en escenaatendiendo a todas las sacrificio expiatorio,es, ante todo, Lrn contradicciones que refleja la ob¡a de e x c e l e n t e a r g u r l e n t o t e ¿ t r a l s i forma realistay a la vez simbólica,actual entendernos el teatro con-ro reflejo de y a la par sin extraerlade su época. sentimientos y Pasiones ext¡emas. Escaprr lo convencion¡ly lo convierre Realistaen la interpretación,en el trabajo en singular, en extrao¡dinario. Tal vez de los actoles y en todos aquellos po¡ ello nos hemos sentido elementosr¡tilizadospor ellos,ysimbóüc¡ especiahrente interesados en este cúmulo de contradicciones que emana de la obra de ljnamuno, en esta recreaciónque hace del mito clásico,y en la est¡uctur¡ escénicadel decondo; actual en el conflicto, y situada en la época en la que se escribió en cuanto a los signosexternosdel vestuario. que creo que le alcanzapelsonalmente en su birsquedaconstantedel 1,,t. Nos ha parecido qr.representandoante el La Fedru de (Jnallluno es una obr¡ intensa que, sin er-nbalgo, cuida la espectador est.ls coDtr¡dicciones e\ternas :rhorrd.ib¡r rros .obre h corr¡r¡dicción interna de la obta. Sobrc el debateürterno presenci¡de lo artístico.Tragediaque no de cada uno de los penor.rajes.Ésta es la pierde la esenciadel clasicismodel que basede la puestaen escena.Éstay l¡ calid¡d proviene el rlito, pero que lo ace¡rca hasta individualy colectiradel equipode tmbajo. I a I¡.1 t¡r Fc¡lrues una obra dificil, un ve¡dadero reto, ri¡lo de esostextos donde el auto¡ a través de los múltiples puntos suspensivos que emplea y por la constlucción de sus fi'asesdeja en manos de los intér'pretesmultitud de se alza el telón, a través de la esttuctura corpórea del deco¡ado: tres paredes del salón-coclnacomedor de una casona rural, i n a c a b a d a si r r e g u l a r m e n t e e n s u altura, como si hubie¡a desaparecido i n t e ¡ r c i o n e sl e. s o b l i g a ¿ u r r a c e n s i ó n ya una pa¡te de ellas,asentadassob¡e constanteque no permite relajaniento u n s u e l o q u e r e c u e r d a e l b a ¡ ¡ o alguno, dado que hay n.ruchascosas cocido y que se pierde fuera de los que ¡ro se dicen textuah'uentepero límites de los n-ruros hasta quedar que el espectadorha de percibir con rolgddo sob¡e el negro suelo del nitidez para que las situaciones tablado de la representaciónsrn alcancen el nivel con que fueron llegar hasta la cámara negra que lo i r r r a g i n a d apso r \ u a u r o r .T a l v e z é s ¿ enmarca. Ent¡e las paredes y la sea su nlayo¡ grandeza,la que hace cánara, tanbién un vacío: el del que se distinga entre las de su época, mundo exte¡ior. Al fondo, un generalnrenre n r u c h o n r á s ¡ e t ó r i c a s . panoranla que a la par de ayudarnos Lo que nos ha permitido t¡atarla a c o n l a l u z a d i f e ¡ e n c i a ¡ l o s nivel interprerativode una lorul¿ nrás momentos y los pasos de tiempo, n r o d e r n a¿ . h o n d ¿ n d oe n I a p s i c o l o g í ¿ v u e l v e ¿ r e n r a r c a ¡l ¿ s e n s a c i ó nd e de los pelsonajes. v ¿ c i oe x ¡ e ¡ i o ¡ .d e e s p a c i on o r e a l . EL DECORADO Como contraposición, los muebles, absolutamente realistas, buscan la estética de la belleza ¡u¡al. Sólo los El entorno de Fedra,el ambiente que J ar o d e r y q u e .p o r 1 o t a n t o ,c o n t i e n e indispensables. al drama, está en pe¡iodo de d e s i n t e g r a c i ó n .S u f a m i l i a y p o r N o h e n o s I l e g a d o a l a s c e t i s m o tanto la representaciónde la misna, unamuniano, que estimabasuficiente el hogar, se resquebraja. la presenciaen escenade una sábana Esto hemos intentado transnliti¡ al espectadordesdeel momento en que blanca y tres sillas para el desarrollo de Ia acción, pero tampoco hemos necesit¿dor-nuchomás. E EL VESTUARIO LALVZ Sigue la línea de estilizar el propio d e l a é p o c a e n q u e s e e s c r i b ee l drama, con especial cuidado a la entonación y colores según Ios m o m en t o s y p e r s o n a j e s . S i n descuida¡que la obra se desarrolla sin descansosy con el máximo de c o n t i n u i d a dp o s i b l e . P¡etende fundamentalmenteremarca¡ los diferentesmomentosdel día en que hemossituadolas acciones,servir a las diferentestransiciones que los separane influir psicológicamente en el espectador,arropando la intensidad dramáticade las escenas. Las diferencias ent¡emañana,tarde,nochey madrugada, Á ct! LT tlrrc son los nr()rrcrt()\clcgirlosp.rr'.r el rrno dc l()\ ¡c¡os li¡t.lirl¡ co¡ los dcs.ulollo .lc l.r lccit'rr. par\:lllr()\LlLrc drli'rcntcs sonidos tlcl crrnrpo scgitl l:r . r , ' . 1Lr, t . t.rr r. . r r . . 1 . l l r, .l . l l l l , ' . 1 , lror-ltetr qttc sc rles.r'r'oll¡.siliiórc1l¡nos s c n c i l l c z . , r l c \ r r l r ( 1f {c)\ k ) r l l t . ¡ l l r u n i ¡ r r o . dc l.r llcg¡d.l o s¡litl.r rlc u¡r crb:illo o c¡fliaoalrc prlr lrrlucll.rscrrrlldlrs rlLrc LL ESI,ACIo SONOIIo c l t c l ¡ c r t o s c ¡ l ) u r ) c i . u rl r n t c sd c q L r c sur cr.l¡n, I ) c l ¡ n r i s n r . r1 i ¡ r n r . rI l c ¡ r o s t r . l t , l r l ( e) l c\P.lr'r() \oltoto. \' r-()lt l¡ l]lls l.l scrcillcz: rrúsic.rs ¡lrllr lir.rliz.u cutllr \ l \ N l l L ( \ r \ l( ( ) F O F cdra está dividida en tres actos, cada uno de los cuales se divide en escenasde acuerdo con la ent¡ada o salidade personajes. Siguiendo con esa característicaque henros visto en este Cuade¡no corrro consustancialal drama unarluniano,la desnudezde Ia obra lleva al autor a no andJrsecon rodeosen ll presenración del conflicro dr¿rrritico:la obra riene un comienzoabrupto o "in media res", pues en su comienzo Eustaquia le dice a Fedra: "¿No se te quita ¿so de la cabeza?",haciendo refe¡encia,r¡rediante el pronombre "¿so",al tema central de la obra, la pasión de Fedra por su hijastro, que se explicará muy poco tiempo después y de la que ambas mujeres deben haber estadohablando. secundarios. Te¡mina este acto con la conGsión que le hace Fedra a Hipólito de su pasión y el rechazo de éste, y vuelve a insisti¡se en la i¡onía del destino, cuando es el propio Pedro quien insta a Fedra de que convenza a Hipólito para que busque una mujer con qulen casa¡se. El segundo acto puede corresponder al nudo de la acción, pues el conflicto se intensifica con el rechazo decidido de Pedro,que mueve a Fed¡a a calumniarle ante su padre,quien le apartade su lado expulsándolede la casa. El tercer acto cor-nienzacon una acotación que dice: "Fedra, muy débil, casi moribunda, apoyándoseen el brazo de Eustaquia",y susprimens palabras son: "¡Por fin ra a acabarse estatortun! ¡Llega '. Dicho esto, hay que señalar, no l¿ ho¡adel de.c¿nsolEvidentemen¡e, se obstante,que el primer acto sirve como t¡ata del desenlace: después de presentación tanto de las ¡aíces del n-r¿ntener la tensión durante bucna conflicto como de los personajesque parte de este tercer acto, pues no inte¡vienen en é1.Así, conocenos a conocemos a qué se debe Ia agonia de Fedra, a cuya madre se hacen oscuras Fedra, se nos explica que ha tonado alusiones;conocemos su pasión por unas pastillas que le provocarán la Hipólito; se p¡esentanPedro,su hijo, el mue¡te. Fedrase ha retirado a su alcoba, ama,la criada y, al final del prinrer acto, y por alli irán pasando todos los Ma¡celo, el amigo médico de Pedro, personajesde la obra. Pero,hastael final, con lo que han aparecido ya todos los se unen en ella la culpa y la expiación: integrantes del drama, principales o pide perdón y ayuda celestialesanre su il I¡ t¡r n.ruerte,pero las últimas palabras que dice delantedel espectadorson"¡Vendrá, sí, vendrá!", referidas por supuesto a primero el de confesaren una cartasu calumnia a Hipólito, y por fin su inmolación nediante el suicidio.Sólo Hipóüto. entoncesdirá Fedra:"Y ahora,ante la muerte,podré deci¡ la verdad,toda la Este desenlacetiene la originalidad de verdad a Pedro.Y ellos,padre e hijo, no nlost¡ar la rrruerte de Fedra ante el vivirán en paz y sin mí, sobre nl espectador. creando dos espacios nluerte." dramáticos de gran fuerza: el que no vemos (a alcoba de Fedra,donde habla con los demás personajesy donde al cabo tendrá lugar su muerte) y la escena,delante del espectador,donde cada uno de los personajesexpresarálas er-nocionesque le provoca la agonía de la protagonista. Como ya señalamos, esta clásica estructura de planteamiento-nudodesenlace puede establecersetambién en términos de deseo,sentimiento de culpa, expiación y redención: en los dos primeros actos asistir¡ros al desbord¿rrriento del deseoy l¿ p¿sión de Fedra, incapaz de somete¡lo a las reglas religrosas.socialesy lanriliares que le exigen su educación y su ento¡no; pero la culpa y la expiación se mezclan, puesjunto a las accionesviles de Fed¡a quedan bien patentes sus sufrin-rientosy sus remordimientos; la redención y el perdón le lJegana la protagonistadespuésde su sacrilicio, F a 1. EXPRESIóN ORAL En este apartado se proponen unas cuestionesque pueden servir de guía para realizar un debate con los/as alumnos/as sobre el montaje de Fedra.El presentecuestionariodeberá enriquecerse con las aportaciones que tanto ellla profesor/a como los/as alumnos/as propongan, sobre los aspectosaquí tratadosu otros que surjan durante el debate. .Hacer un juicio crítico sobre la concepción dramática de lJnamuno, señalandotanto las nzones que dan valor a su visión del hechoteatralcomo Ios argumentosque puedenoponérsele. 1.2 Sobre la Fedrude IJnarnuno .¿Cuáles el tema principal de la obra? algunostemassecundarios? ¿Aparecen 1.1 Sobre el teatro de lJnamuno .¿Cómo se ve¡ifica la ¿ctualizacióndel mito de Fedraque proponeUnamuno? Después de lee¡ con atención el Exordio compuesto por el propio lJnamuno para el estrenode su Fedra en el Ateneo de Mad¡id, recogido en este Cuaderno,analizatla idea que el autor tiene del teatro: .¿Cómo se lleva a cabo esadesnudez trágica,esencialcomo veíamosen el teatrounamuniano,en el casode Fe.lra? .La obra es,en algunosaspectosimuy novedosa,y en otros muy clásrca. .¿Qué le critica al teatrode su tiempo? Nótenselas originalesaportacionesdel autor (síntesisdramática, huida del .¿Qué tipo de ¡azonesaduce para ornato escénico y de Ia retórica.etc.). justificar su poco éxito en el género ¿sí como sus reminiscenci¿sclásic¿s (tema,estructura,unidad de espacioy dranático? de acción,no asíde tiempo...) "desnudez .¿Qué entiende él por trágica",y por qué le pareceéste un conceptoprimordial? 4 rrl II 1.3 Sobre el montaje h¡ cntcncliclol¡ cles¡uclezdr¡tná¡ica ürillllLlllillll¡. Plrl ello. puede rcvislrse ils prrlrrbr';rsdc'l clircctor, M¡nuel l\elrliz¡r'r.rnconicntariocfltlco sob¡cl¡ rc'cogelttos err el ¡p:utirdo replcsent¡ció11 ¡ i¡ (I.1ese h¡ asis¡iclo. Ollseco, 11r.rc ¡l nroalocn cluee] ctfector dc Propuestlrtrtísricl. ¡te¡rcliellclo d ffl lJr 2. EXPRESION ESCRITA - l¡ rel.rción con Pedro - la lprensión con que trataa Marcelo - la inriluidad cou el ama - el trato con la cri¡da 2.1 Análisis de las críticas. 'El i¡rreIés del autor por ofrecer la Proponentos conto acrir.idad la plsión de Fedm de un modo desnudo lecopilación de las diferentes crírrcas h,rc< que lo' person.rjes.e drbujcn quc sr publiquerrel los dí¡s posreriorc, finrenlc¡lte pcro co¡¡ pocos trazo..de ¡l estrenode Fedra.Pueden analizarse nrodo que e¡tcarnen, además de los elenrentoscomunesque seobseLven persor)as.tipos. Comentar el posible en ellas, así como las semeja¡lzaso ralor siurbólico de cada uno de los dilerercr¡. que oflezcln lespecro¿ la\ personajes. que aparecieron trassu puestaen escena en el Ateneo de Madrid, que se recogen en el apartado "Documentos" del presenteCuaderno Pedagógico. 2.3. Mitología. .Rec¡bar 2.2. Análisis de los personajes. infor¡lación en una enciclopedia o en una diccionario de mitología sobrc la familia de Fedra,hija de Mirros ,v de Pasífae,v hermana de .Analiza¡ el caúcter de Fedu y los Ariadn¡. Puede hacerse el mismo elementos que se nos o6.ecen de su trabajocon su esposo,Teseo. personalidadtanto a travésde suspalabras y su plopia conducta en la obra, como n¡ediantelo que los der.nás dicen de ella. 2.4. Escribir acotaciones. . D e s a r r o l l a ¡ l a s r e l a c i o n e sq u e s e establecen entre Fedr¡,v el restode los personajesdel dlalua: la pasiónque sientepor su hijo 'Partiendo de las orientaciones del director, Manuel Canseco, idear. una escenografia dilerente para la obra y tedactarlaen forma de acotación. 3. DRAMATIZACI ON 3.1 Los personajes ante la mr¡erte de Fedra. Con-ro hemos visto, gran parte del Proponemosa continuación una serle último acto ocurle cuando Fed¡a ya de dramatizacionesrelacionadascon agoniza en su alcoba;aunque luego puede hacerseuna idea por lo que el montaje de Ferlra,pan familiarrzar a los/as alumnos/as con el quehacer comentanen escena,el espectadorno escucha la conversación de la teatral. protagonistacon los denás person¿jes, Para realizar estas actividades es y¿ que tiene lugar en su habitación. preferible dividi¡ Ia clase en grupos, D¡amatiza¡el diálogo de cadauno de con Fed¡a. cada uno de los cualesescogeráuna de los personajes las diferentes propuestas.Se trata de crear unas situacionesque no están en Ia obra de lJnamuno, por lo que antes de lleva¡ a cabo cada una de las d¡amatizaciones propuestas los/as alumnos/as debe¡án analizar los personajes en cuestión, para que las distintassoluciones resulten ve¡osíriles en relación a la obra que han visto representada. Al final se debe realizar una puesta en común en la que cada grupo comente su experiencia, ya que seguramenteel proceso de creación habrá sido tan interesantecomo las propias soluciones dramatizadas. 3.2 Las escenas previas. Ya hemos visto en la estructura que la "ex obra conlienzJ abrupto". es decir. cuando ya Fed¡a ha descubierto su pasión a Eustaquia y ha tomado la decisión de confesá¡selaa Hipólito. D¡amatizar alguna de las escenas anteriores que no aparecen en la obra, por ejemplo cuando Fedra descubre su pasión, cuar.rdole habla d e e l l ap o r p r i n l e r av e z a E u s t a q u i ao. cuando la protagonista habla con Hipólito intentando disir.nular los nuevos sentimientos que tiene h¿cia su hijo. a frl lr. 3. CONTEXTO HISTORICO. SOCIALY CULIURAL proponenos ¡ col'ltinu¿ciónun cuadro con los prir-rcipales i¡contecilnieutos histó¡icos,socialesy culturalesque le fueron contempoúneos;ellla alumno/:l deberá¡nalizar en qué medid;Ldichos Junto r los dlcos bio¡¡ráficosy los ¡contecil'rientos l-ranint'luido en la vida datosreleridos ¡ la obr¡ de lJnanrLlno, y en la produccióuliter¿ri¡ del autor. Nace cn Bilb¡o, el 29 dr \.pric¡¡brc. Ab.ticúió¡ de Am.d.o ¡: ¡ R.públi.., Viye el aredio dt Bilb¡o dulrnrc h s.g!nd! Alfo o xu erE¡.n M¿drid. viija . M¡drid par¡ licenciar5een Ledar. Cóni.ú¡ .l r¡no d. p.nidor e¡ €¡ cobi€¡no: Gabiner€ con..n.dor de Cárov.t Mu€E Alfonso X¡¡, R€e€n.iá de Mdi¿ cristir¿. Públic¡ su p.imera obn. l'.¡.d, /or diú G¡n¡ la .á¡ed'a dr gri.go dc h unirc6id¡d de Sala¡nanca.Se cas coD Concha Lizárr¡g¡. R,ot.r¿a at rtit: ) ¿. ni,,ü|dd S. a6ü¡ ¡l PSOE..nron..r d. c¡ri.tdr Exprer sisnin.i.iv¡s¡esc.ustunte ¡l p$\rriüra soci,li$.i¡¡lxis¡i. Coni.E¡ la Gurñ t'a: .t tr liot¡, ht.núnr. Abandona definiriv¡'.efic cl PSOE. Hondá .¡¡k inte¡ior tis la muerte de 5D AFs¡r¡io de C¡rov.,. rt€ Cub.. C.binete S¡6t., Cúe¡¿ cór Eltádós Unido!. phz .te h¡ii d€l inp€rio .oloni¡l €rp¡nóL L1 r¿¡dd. Nh.¿ ¿ .t.rddt!,. Gáb¡¡Ér. ¿e Fdcisco Silv.l.. ?.! .,J¿'6. Ei roñbrado Ecto¡ dc ¡? UnireKid¡d de Sahmarc¡. Maroná d. .d¡¿ de Alrodo XIIL y 6n E l-.t trl IJr t i¡td ¡1r ¡t,n Qri¡¡¿ t sdt¿t¡. Gobi.¡no corse.Edo. d. M.@. Ijr nú¿J¿J ftd¿or. d. Bñ¡v.nt . L¿ lrnr6n .trtid Lnrttn. h El prst¡Lt ,ttr rntlrt. l\t t¡tftdt ¿. PottR¡l dilitrtt Dee,F€ de ¡.¡ úopa €sp.ñol¡s .n el B.ft.n.o E$.!üdo d. l¿ Sem.¡a Tr¡gic¿ i¡€ B¿relo¡¡. ¡:t¡n. | *pntia. 1912 Dl túlúúit\úo tnilkn ¿. h ri11.. Er .rp¡jr d. ¡¿ rx¿"r¿ l.ü.ntot. Ar€ñb.to rt sújso: conieüa ¡¿ I GuerF Er a.bitraiamente dcÍituido del cc¡or¡do. Reblüciór 'fi6 ¡otqlns ?jlrpl¿rts j !úhl¡. Conden¡do ¡ dic.isón Jios d¡ cír.cl pói i¡iult¡do al rqr la sn¡encir.o lego ¡ cunpliB.. 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(l luLinhmrenru dc Fr¿n.o, apoyo du fr un bev. iicntpo r lor eb.¡dcs. dis8lrádo por h ana¡quia pa.lanent¿ria. ED octrb¡c s. .nf¡.nh ¡n u¡ ic¡o públ¡co al R¿g¡meD.lo le cofó h desritución de iodo5 sú ca.goi. MueE el últiño tli. del ano, fts uDor meFs Formcniú .tel Frent¿ Popúl¿r,Ertáll¿ I¡ cue¡E Cieil. Muerc Vall€lrclír. Gei¿ !ó¡ca $ aksimdo- tI¡g .fI¡ ó f fl . Brown, G. G. E/ s(lo XX. Tomo 6 ó,ela Historia¡lela literarwaespariola. EditorialAriel. 8'edición.Barcelone, 1980. . DíazTejera,Alberto .Aycry hoydela tragedia (Manifestaciones hbtófuo-líteraias tlelo trágio). Alfar/Unive¡sidad,38. Se¡ie:Ediciones,textosy documentos.Sevilla,1989. . Etnpid,es.Hipóliro,Medea.Bacantes. Ifgeniae¡ l¡rli¡ie. BibliotecaUniversalde Ci¡culo de Lectores,ColecciónClásicosGriegos,dirigida por CarlosGa¡cíaGual.Ba¡celo¡a,1995. . 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