técnica de necropsia – diagnóstico

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TÉCNICA DE NECROPSIA – DIAGNÓSTICO ANATOMOPATOLÓGICO
Grupo de Sanidad Animal, INTA Balcarce, Argentina
eodriozola@balcarce.inta.gov.ar
El diagnóstico es el punto de partida para la resolución de problemas en cualquier ámbito, y la producción
bovina no es la excepción. Dentro de la producción bovina la Sanidad es sin duda una de las bases en las
cuales se sustenta el éxito de esta actividad.
Existen diversos métodos para arribar a un diagnóstico, entre ellos uno que resulta de vital importancia es la
necropsia, el estudio de un animal muerto brinda al Veterinario una información irremplazable para la
interpretación de la causa de muerte, y reconocer si el problema es individual o puede afectar a todo el rodeo.
Ante la presencia de un animal muerto el primer paso a tomar es realizar una correcta anamnesis, fundamental
para ubicarnos en el problema y su entorno. Una vez recabados los datos del establecimiento, manejo general
de la hacienda, nutrición, sanidad, nos abocamos al problema en sí, tratando de obtener información sobre el
cuadro clínico, duración del problema, curso de la enfermedad, características del animal (edad, sexo, raza)
características del ambiente (potreros, alimento, agua, etc.). Tasas de morbilidad, mortalidad y letalidad . Si
existen animales afectados se debe efectuar la revisación clínica de los mismos, se recomienda tomar la
temperatura rectal, estado general del animal (nutricional, actitudes), características de las mucosas aparentes
(para estimar posible anemia, ictericia, cianosis, etc.), características del pelaje (determinar alopecias, cambios
de coloración, etc.), reflejos (para estimar alteraciones a nivel nervioso) y frecuencia cardiaca y respiratoria. En
este momento se recomienda la recolección de muestras de sangre (sangre sin anticoagulante para la futura
separación de suero, o sangre entera en tubos con anticoagulantes.También se recomienda tomar muestras de
orina y materia fecal.
Material necesario para realizar una necropsia
Muchas de las enfermedades infecciosas que pueden ocasionar problemas sanitarios en rumiantes son
zoonosis. Por lo tanto exige el uso de materiales necesarios para evitar el contagio. Entre ellos guantes,
mamelucos y botas de goma. En algunos casos particulares, también se recomienda el empleo de barbijos o
filtros especiales, antiparras o gafas protectoras. Los materiales necesarios para la realización de una
necropsia son cuchillos, costótomo, hachas, pinzas, tijeras, bisturís y jeringas descartables para la correcta
recolección de muestras durante la necropsia. Para el depósito de las muestras recolectadas se recomienda
usar portaobjetos, frascos de boca ancha, recipientes estériles de boca ancha, tubos de ensayo, etc. Para la
recolección de tejidos para realizar análisis histopatológico se recomienda el uso de formol al 10%. También se
sugiere tener Alcohol y mechero para esterilizar el instrumental a usar durante la recolección de muestras para
realizar cultivos.
Apertura del cadáver
Se debe observar el cadáver, si el animal estuvo agonizando se observarán signos de “pedaleo”. Observar si
hay salida de sangre por los ollares, boca, recto o vulva. Revisar las pezuñas para observar posibles lesiones
en éstas localizaciones.
Existen diversas técnicas para realizar una necropsia en animales. Una de ellas colocar el animal en decúbito
lateral izquierdo, quedando la cabeza hacia la derecha del operador y las extremidades hacia quien realice la
necropsia.
Con las primeras incisiones o incisiones se desarticulan los miembros derechos (anterior y posterior). La
extremidad anterior derecha se desarticula incidiendo la piel bajo la axila, y despegan la escápula, dejando el
miembro sólo unido por el tegumento. En este momento se pueden revisar el linfonódulo preescapular, que
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suele quedar adherido a la “paleta” o sobre la parrilla costal, generalmente rodeado de tejido subcutáneo o
graso.
El miembro posterior derecho se expone de la misma manera desarticulando el acetábulo (articulación coxofemoral). En este momento revisa el linfonódulo poplíteo que se encuentra internamente en la masa muscular
hacia caudal, a la altura de la mitad del hueso fémur.
Luego se efectúan incisiones tendientes a explorar las cavidades internas. Se incide la piel por línea media
desde perineo hasta la sínfisis mandibular. Luego se debería cuerear el flanco derecho hacia dorsal llegando a
la altura de la columna vertebral. De esta manera quedan expuestas y libres las cavidades torácica y abdominal
para ingresar en ellas.
En la hembra, en este momento se puede separar la ubre y realizar cortes para evaluar su parénquima. En
machos enteros revisar pene, abrir el escroto y sacar los testículos y cordón espermático
Luego se recomienda cuerear parte de la cabeza, realizar incisiones sobre los bordes mediales de las dos
ramas de la mandíbula para separar la lengua. Disecar la lengua e ir retrayéndola incidiendo luego en el
paladar blando y desarticulando los huesos hioides para poder extraerla completamente. Luego seguir
disecando laringe, faringe, tráquea y esófago en forma completa. En este momento se podrán evidenciar
algunas estructuras como linfonódulos submandibulares y glándulas salivales.
Ingreso en cavidad abdominal Para ingresar l se sugiere realizar un corte por detrás del arco costal derecho
(última costilla) incidiendo en la pared muscular. Éste corte se realizará desde el cartílago xifoides hasta las
vértebras lumbares. Luego el corte debería continuarse en paralelo a las apófisis transversas de éstas, hasta la
tuberosidad coxal y descendiendo nuevamente hasta la línea media. De esta manera quedan expuestos in situ
todos los órganos de la cavidad. En primera instancia, se sugiere realizar una observación detallada de las
características anátomomorfológicas de las diferentes estructuras, ya que si comenzamos a moverlas,
podríamos llegar a alterar la normal posición de los órganos. Hay algunas patologías que se producen por
cambios en la normal posición de los tejidos que podrían llegar a pasar desapercibidas si los tejidos son
desubicados (ej.: torsión de abomaso, desplazamiento de abomaso, etc.).
En este momento también suelen observarse la presencia de fluidos que pueden llegar a ser muestreados para
su posterior análisis (ej: ascites, fibrina, contenido gastrointestinal libre.
Antes de empezar a retirar cada uno de las vísceras, es el momento ideal para realizar el muestreo para
intentar aislamientos, tanto bacteriológico, como virológico. Ante las sospecha de un problema parasitario, este
es el momento para realizar las ligaduras pertinentes en cardias y en la región abomaso-omasal para poder
extraer el abomaso completo y luego realizar la extracción de contenido para el conteo pertinente.
Ingreso en cavidad torácica, antes de realizar el ingreso propiamente dicho, y ante la sospecha de un problema
respiratorio, se sugiere realizar una pequeña incisión en diafragma para observar las características de los
órganos. Este también es el momento si se deseara muestrear tejido pulmonar para intentar un aislamiento.
Una vez realizadas estas maniobras, se sugiere incidir completamente el diafragma separándolo de su unión
costal. Para ir levantando la parrilla costal derecha se emplea u costótomo, sierra o hacha, que permitirá abrir
todas las articulaciones costo-condrales y costo-vertebrales separando la parrilla costal entera.
De ésta manera que expuesta la cavidad torácica. En este momento se podría realizar una primera
observación minuciosa de cada uno de los tejidos para luego separar todo el árbol tranqueo-bronquio-pulmonar
y corazón, en forma conjunta. Para esto se sugiere seguir separando el paquete conformado por lengua,
laringe, faringe, traquea y esófago que habíamos separado inicialmente al incidir en mandíbula y cuello. De
esta manera se podrá separar todo el árbol en forma conjunta, tratando de retirar el saco pericárdico intacto
para verificar posible presencia de líquido. Para separar los pulmones se sugiere ir separando mediastino en su
unión a la pared dorsal de la cavidad e ir separando la aorta que va adherida a ésta pared. Por último se
recomienda cortar esófago en el lugar de entrada a cavidad abdominal cuando atraviesa el diafragma.
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Cavidad abdominal –pélvica, para revisar los órganos de cavidad abdominal se recomienda en primera
instancia tratar de corroborar la localización de los diferentes órganos. Se revisará el abomaso y el hígado.
Para el abomaso se sugiere ligarlo en píloro y en la unión abomaso-omasal. También podría o disecarse el
abomaso y omaso en forma conjunta. Antes de ingresar a la luz abomasal y si el animal está recién muerto es
conveniente medir el pH abomasal, para hacerlo se realiza una pequeña incisión en la pared abomasal, para
luego ingresar la cinta y corroborar que quede en el líquido abomasal. Luego de un corto período de tiempo (1
minuto) extraerla y corroborar mediante la cinta colorimétrica el pH. En el caso que se presuma una causa
parasitaria se obtendrá todo el contenido abomasal, mediante el vaciado del contenido en un balde, para
realizar un conteo de nemátodes adultos.
El omaso es el siguiente compartimento de los preestómagos y suele tener un contenido mucho más firme que
el del abomaso que suele ser bastante líquido. Su mucosa tiene aspecto a hojas haciendo que se lo denomine
“librillo”. El retículo es un saco mucho menor en tamaño y contiene una mucosa, como su nombre lo indica, de
aspecto de red. El compartimento mayor es el rumen. Su mucosa tiene aspecto de toalla, con muchas papilas.
El rumen, retículo y omaso (si es que no se extrajo junto al abomaso) pueden ser revisados in situ o ser
extraídos totalmente para poder revisarlos completamente. Revisar las características del contenido ruminal,
reticular y omasal para estimar que es lo que los animales están comiendo. Corroborar las características de la
mucosa de estas vísceras, denotando particularmente la presencia de lesiones que suelen ser características
de algunas patologías.
El hígado y vesícula biliar son unos de los tejidos que puede disecarse inmediatamente una vez ingresado en
cavidad abdominal. Para tal fin se recomienda separarlo liberando los diferentes ligamentos que lo sujetan.
Luego separar cuidadosamente el colédoco en su inserción en duodeno. Una vez separados completamente se
sugiere presionar la vesícula biliar para corroborar que no exista obstrucción de la salida de bilis por el
colédoco. Esta suele ser de coloración verde oscura o amarillenta. Luego incidir la pared de la vesícula para
observar su contenido y su mucosa. Ésta última suele ser lisa y suave. En algunas enfermedades se sugiere
tomar una muestra de bilis para hacer un posterior análisis. En casos de que el animal haya sufrido un ayuno
prolongado es factible detectar una bilis más espesa. En algunos casos suelen observarse Fasciolas adultas.
El hígado tiene sus bordes agudos y una superficie lisa. Cuando existe alguna alteración en su funcionamiento
éste puede agrandarse, entonces sus bordes se redondean. En otros casos, éste puede achicarse y tener un
aspecto moteado y con su superficie rugosa. Revisar el hígado cortándolo en rodajas de no más de 1 cm de
espesor. También se pueden ir abriendo los canalículos mayores siguiendo su recorrido.
En el hígado pueden observarse abscesos que se hacen evidentes como focos amarillos o blancos. Muchas
veces se encuentran en el interior del parénquima por lo que es importante cortarlo. Es variada la patología
que puede presentar este órganoas lesiones de Fasciola son evidentes como caminos cicatrizados en los que
ha sido su trayecto. La presencia de un puntillado hemorrágico, lo que se denomina aspecto de “nuez
moscada”, puede estar asociada a cuadros de insuficiencia cardiaca congestiva o cuadros de intoxicación con
hepatotóxicos agudos. Un hígado graso, de coloración más clara y brillante y bordes redondeados suele indicar
un ayuno prolongado.
Se continuará la necropsia con la revisación del riñón derecho el riñón que suele quedar expuesto luego de ser
liberado completamente el hígado. El izquierdo suele exponerse cuando se comienza a separar las diferentes
porciones de intestino. Se recomienda liberarlos en conjunto con la glándula adrenal. Una vez liberados, tratar
de separarlos de su cápsula y realizar un corte longitudinal por el medio. Revisar pelvis, médula y corteza renal.
Las adrenales deberían ser abiertas longitudinalmente para evaluar sus características.
El páncreas suele ser un órgano que pasa desapercibido, y que no suele manifestar muchas patologías. Si se
quisiera extraer se lo puede liberar desbridándolo de su posición adherida al duodeno.
En bovinos se sugiere separar las diferentes porciones del intestino cortando su unión al mesenterio. En el
caso del ovino, la separación de intestino de su sostén con el mesenterio suele ser sencilla, y se puede realizar
manualmente. A medida que se vayan separando las diferentes porciones se recomienda ir revisando los
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linfonódulos mesentéricos. Ir abriendo las diferentes porciones de intestino, observando las características de
su mucosa, tratar de identificar las placas de Peyer si es que se hacen evidentes. Determinar la consistencia y
otras características de sus contenidos.
Revisar vejiga, pudiendo obtener antes de incidir en ella, una muestra de orina mediante la ayuda de una
jeringa. Luego abrirla y revisar su mucosa.
En el caso de las hembras, revisar útero y demás órganos reproductivos al alcance al incidir en cavidad pélvica
desde cavidad abdominal. En caso de hembras preñadas abrir el útero y evaluar las características del
endometrio y del feto. Tener particular cuidado durante estas maniobras ya que el feto y sus membranas, al
igual que el contenido uterino suele ser uno de los materiales más peligrosos para el contagio de algunas
enfermedades, si es que se desconoce el estado sanitario del rodeo.
Cavidad torácica y cuello, cuando se disecaron las vías aéreas superiores, se puede abrir esófago a lo largo
para revisar las características de su mucosa. También se sugiere revisar tiroides y linfonódulos linfáticos.
Luego de extraer completamente todas las vías aéreas superiores, pulmón y corazón, se puede ir revisando
cada uno de los órganos. El esófago puede separarse de su adhesión a la tráquea y abrirse a lo largo. Debe
tener una superficie mucosa lisa y suave de coloración blanca-grisácea. Tiene un tamaño uniforme a lo largo
de su trayecto. También puede haber lesiones hemorrágicas y ulcerativas, como suele suceder en casos de
infecciones con el virus de la Diarrea Viral Bovina (VDVB).
La laringe también tiene su superficie lisa y blanca a grisácea. Son raras de observar lesiones a éste nivel, pero
pueden existir áreas de necrosis en casos de animales que han sido dosificados en forma brusca con
antiparasitarios por cánula, o hayan tragado algún material abrasivo. La tráquea debería abrirse a lo largo de su
trayecto hasta la bifurcación en los bronquios. También tiene su superficie lisa y blanca. Los anillos traqueales
no son completos y no deberían colapsar fácilmente. Puede haber cuerpos extraños o material ingeri do, o
material regurgitado durante la muerte.
Luego se deberían observar los pulmones verificando su color y mediante palpación controlar su consistencia.
Seguir incidiendo una vez finalizada la tráquea por el árbol bronquial. Luego cortar el parénquima pulmonar y
revisar linfonódulos mediastínicos.
Abrir el saco pericárdico con cuidado para evaluar las características del líquido pericárdico. Examinar las
superficies de peri y epicardio. Luego abrir el corazón. Para esto existen varias técnicas. Una de ellas consiste
en abrir ambos ventrículos y aurículas por sus costados, revisando luego la superficie endocárdica y el
miocardio. Revisar las válvulas y salida de grandes vasos, siguiendo en su extensión la porción de aorta que
haya sido extraída junto con los demás órganos de cavidad torácica. En animales jóvenes debería revisarse el
timo.
Cabeza, antes de separar la cabeza de cuello, se incide en la región de la articulación atlanto-occipital hasta
arribar con el cuchillo (apoyándolo en forma plana sobre los cóndilos del occipital) al foramen magno. En este
momento suele evidenciarse la meninges y debajo de ella la medula espinal. En este momento se podrían
recolectar muestras de líquido cefalorraquídeo para su posterior análisis. Para tal fin se recomienda luego de
hacer evidente las meninges, tomar una jeringa, y en forma perpendicular a la superficie de las meninges y en
el medio del ancho de la médula, incidir en ella hasta arribar al medio (aproximadamente) del grosor de ella. En
este momento aspirar con la jeringa para extraer líquido cefalorraquídeo.Dejar de aspirar y luego extraer
completamente la jeringa.
Luego se separa la cabeza del cuello, se cuerea para poder ingres en cavidad craneana. Para la apertura se
recomienda, de acuerdo al tamaño y/o edad del animal necropsiado, el empleo de sierras, serruchos o hachas.
En cualquiera de los casos, se realizan 3 cortes. Los 2 primeros en una línea imaginaria que una los laterales
del foramen magno y el borde medial del arco zigomático de la cavidad ocular. La tercera incisión debería
realizarse uniendo estas dos primeras líneas, a la altura de la cavidad ocular. De esta manera, si se atravesó
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todo el espesor de los huesos que conforman la cavidad craneana, se podrá retirarlo en forma completa.
Muchas veces debería
Toma de muestras: Durante la necropsia, si es que no se observan hallazgos que permitan arribar a un
diagnóstico presuntivo inicial, se recomienda tomar muestras de diferentes tejidos para evitar luego tener que
tomarlas una vez que el cadáver ha estado expuesto y ha sido manipulado y contaminado. Los órganos que
deberían incluirse en la toma de muestras son: hígado, pulmón, riñón, intestino, preestómagos (rumen, retículo
y omaso) y abomaso, corazón, glándula mamaria, útero. En el caso que se observen tejidos o fluidos alterados
se recomienda recolectarlos.
Las muestras destinadas a cultivos bacterianos o virales, deberían ser recolectadas al inicio de la necropsia,
para evitar contaminación. Para hacerlo se recomienda emplear bisturís, tijeras y pinzas, previamente
sumergidos en alcohol para luego ser flameados. Cada una de éstas muestras deberían ser colocadas por
separadas en diferentes envases (recipientes estériles). Deben conservarse refrigeradas y deberían arribar al
laboratorio en un lapso no superior a las 24 horas.
Cuándo las muestras son destinadas al análisis histopatológico se recomienda tomar muestras que no excedan
los 2 centímetros de grosor. Tomar varias muestras de cada uno de los tejidos muestreados. Sumergirlas en
una solución de formol al 10% para fijarlas. Las muestras deberían quedar totalmente sumergidas en el formol
y lo ideal es tener una relación de 10 a 1 entre formol y tejido.
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