05/10/2014 Tirada: 104.060 Categoría: País Vasco Difusión: 85.940 Edición: Vizcaya Audiencia: 435.000 Página: 22 AREA (cm2): 889,8 OCUPACIÓN: 85,3% V.PUB.: 5.989 NOTICIAS PROPIAS Cada día se rechazan cuatro herencias en Euskadi para no asumir las deudas del difunto Renuncia a herencias Evolución en Euskadi MARÍA JOSÉ TOMÉ mjtome@elcorreo.com 1.103 1.200 724 Con 1.317 en el último año, las renuncias de legados se han disparado un 72% en el País Vasco desde que arrancó la crisis, un fenómeno que «va a más», según los notarios BILBAO. Heredar no es un verbo que se conjugue siempre en positivo. Cada vez son más los casos en los que el fallecido abandona este mundo dejando atrás un legado tóxico, un montante de deudas y pagos pendientes que superan en cuantía a los bienes que haya podido acumular en vida o que no compensan la factura fiscal que ha de pagar el sucesor. Ante esta tesitura, la salida más sensata para los supuestos beneficiarios es renunciar a la herencia, una posibilidad que se ha disparado de forma abrumadora en España desde que estalló la crisis, con un incremento de los casos superior al 160% en seis años. Sólo en Euskadi, cada día se rechazan cuatro legados envenenados. Según los datos que maneja el Consejo General del Notariado, a lo largo de 2013 las herencias repudiadas por sus correspondientes legatarios sumaron en el territorio español 28.783, frente a las apenas 11.000 que se contabilizaban en 2007, en los albores de la recesión económica. Euskadi es, a tenor de las estadísticas, la comunidad donde menos se ha incrementado porcentualmente este fenómeno: el año pasado los notarios vascos tramitaron 1.317 renuncias (un 72,4% más que hace seis años, cuando se rechazaron sólo 764) frente a un total de 13.727 herencias adjudicadas. Un porcentaje de incremento nada desdeñable pero muy inferior al de otras autonomías como Murcia o en Andalucía, donde ronda el 240%. El ranking no es casual, sino que está íntimamente ligado con la carga fiscal que aplica cada comunidad a las herencias, gravadas por el Impuesto de Donaciones y Sucesiones. La brecha fiscal entre las distintas regiones es amplísima, destacando por su abultado peso impositivo precisamente Murcia y Andalucía. Según el último panorama de la fiscalidad autonómica y foral elaborado por el Consejo General de Colegios de Economistas de España, un soltero de 30 años que hubiese heredado en 2013 bienes de sus padres por un valor de 800.000 euros pagaría 164.000 euros si residiese en estas comunidades, mientras que tan sólo abonaría 1.262 si tuviese su residencia en Cantabria. O nada si viviese 1.317 1.142 913 900 836 764 hasta junio 889 tenido que pedir unos préstamos que luego no se cubren con el activo que se recibe en la herencia». Y, por supuesto, propietarios cuyo único bien testamentario es un piso sobre el que pesa una abultada hipoteca que no compensa al heredero por la depreciación del mercado tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. Rastreo de herederos 600 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 Por comunidades 2007 2013 Variación 2007-2013, % 0 Murcia Andalucía Galicia C. Valenciana La Rioja Cataluña Baleares Canarias Cantabria Extremadura Madrid Asturias Cast. y León Navarra C.-La Mancha Aragón País Vasco España 208 1.417 544 851 103 2.487 335 338 151 218 1.381 497 784 208 398 363 764 11.047 708 4.809 1.683 2.489 301 6.897 884 881 393 519 3.092 1.090 1.717 453 825 725 1.317 28.783 100 200 240,4 239,4 209,4 192,5 192,2 177,3 163,9 160,7 160,3 138,1 123,9 119,3 119 117,8 107,3 99,7 72,4 160,6 :: GRÁFICO ISABEL TOLEDO en el País Vasco, donde hasta la reciente reforma fiscal que ha entrado en vigor este año estaban exentas las herencias de padres a hijos. En el último año, el repunte en Euskadi fue del 15,3% (casi seis puntos por debajo de la media nacional), una proporción considerablemente superior a la registrada de 2011 a 2012, cuando el aumento de los desistimientos fue del 3,5%. El decano de los notarios vascos, Mario Martínez de Butrón, cree que, lejos de aminorarse, la tendencia evolucionará al alza en años sucesivos. «La gente que muere a partir de ahora tiene un nivel de endeudamiento superior a la generación anterior, a la de nuestros padres, que en muchos casos fallecían cuando el piso estaba ya pagado y no tenían grandes deudas», sostiene. No hay un perfil homogéneo en las personas que al fallecer dejan un El País Vasco es la comunidad autónoma donde menos han subido las renuncias legado de signo negativo a sus herederos. «Hay de todo», apunta Martínez de Butrón, aunque detalla las circunstancias vitales que más se repiten detrás de una herencia repudiada. «Personas que creían que no iban a verse jamás en una situación parecida, que tenían un capital pero que al final de su vida habían hecho algunas inversiones en inmuebles que resultaron ruinosas», describe. También es bastante frecuente el caso de padres que han avalado préstamos hipotecarios de sus hijos, empresarios en bancarrota, personas a las que «la vida les ha puesto en un aprieto en un momento dado y han Una vez aceptada una herencia no hay vuelta atrás, para lo bueno y para lo malo: el nuevo titular debe hacerse cargo tanto de los beneficios como de las deudas que conlleve ese legado, incluso con sus propios bienes si fuera necesario. Sin embargo, cuando tenga dudas sobre la conveniencia de recibirla dispone de una figura recogida en el Código Civil que le evitará sorpresas desagradables: aceptarla a beneficio de inventario. De este modo, el heredero sólo responde ante las deudas con los bienes incluidos en el legado y nunca con su propio patrimonio. «No siempre se utiliza porque su propia regulación legal es un poco prolija, complicada. Hay que ir a hacer el inventario en vía judicial o notarial, hay que notificar a los acreedores... Cuando se tiene la certeza de que la herencia es negativa, la gente no se quiere meter en líos y la rechaza sin más», apunta el decano de los fedatarios vascos. Pero esta circunstancia no supone que la herencia desaparezca. Si sólo uno de los herederos renuncia a su parte, el montante se reparte entre los demás. El mayor problema surge cuando renuncian todos los legatarios situados en la primera línea de parentesco. Entonces concurren las sucesivas líneas de descendientes establecidas por ley para la sucesión sin testamento: hijos, nietos, biznietos... O ascendientes, si los hubiera: hermanos, sobrinos, primos... Si el desistimiento se generaliza a todas las ramas vivas del árbol genealógico del finado, la herencia pasa a ser propiedad de la Administración que, eso sí, está obligada por ley a recibirla mediante una figura similar a la de beneficio de inventario: la herencia no puede ir en menoscabo de las arcas públicas, que sólo responderán ante los deudores hasta el límite de valor de los bienes del fallecido.