Cada día se rechazan cuatro herencias en Euskadi para no asumir

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05/10/2014
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104.060 Categoría: País Vasco
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Vizcaya
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22
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NOTICIAS PROPIAS
Cada día se rechazan cuatro herencias en
Euskadi para no asumir las deudas del difunto
Renuncia a herencias
Evolución en Euskadi
MARÍA JOSÉ
TOMÉ
mjtome@elcorreo.com
1.103
1.200
724
Con 1.317 en el último año,
las renuncias de legados
se han disparado un 72%
en el País Vasco desde
que arrancó la crisis, un
fenómeno que «va a
más», según los notarios
BILBAO. Heredar no es un verbo
que se conjugue siempre en positivo. Cada vez son más los casos en los
que el fallecido abandona este mundo dejando atrás un legado tóxico,
un montante de deudas y pagos pendientes que superan en cuantía a los
bienes que haya podido acumular
en vida o que no compensan la factura fiscal que ha de pagar el sucesor. Ante esta tesitura, la salida más
sensata para los supuestos beneficiarios es renunciar a la herencia,
una posibilidad que se ha disparado
de forma abrumadora en España desde que estalló la crisis, con un incremento de los casos superior al 160%
en seis años. Sólo en Euskadi, cada
día se rechazan cuatro legados envenenados.
Según los datos que maneja el
Consejo General del Notariado, a lo
largo de 2013 las herencias repudiadas por sus correspondientes legatarios sumaron en el territorio español 28.783, frente a las apenas 11.000
que se contabilizaban en 2007, en
los albores de la recesión económica. Euskadi es, a tenor de las estadísticas, la comunidad donde menos se
ha incrementado porcentualmente
este fenómeno: el año pasado los notarios vascos tramitaron 1.317 renuncias (un 72,4% más que hace seis
años, cuando se rechazaron sólo 764)
frente a un total de 13.727 herencias
adjudicadas. Un porcentaje de incremento nada desdeñable pero muy
inferior al de otras autonomías como
Murcia o en Andalucía, donde ronda el 240%.
El ranking no es casual, sino que
está íntimamente ligado con la carga fiscal que aplica cada comunidad
a las herencias, gravadas por el Impuesto de Donaciones y Sucesiones.
La brecha fiscal entre las distintas
regiones es amplísima, destacando
por su abultado peso impositivo precisamente Murcia y Andalucía. Según el último panorama de la fiscalidad autonómica y foral elaborado
por el Consejo General de Colegios
de Economistas de España, un soltero de 30 años que hubiese heredado en 2013 bienes de sus padres por
un valor de 800.000 euros pagaría
164.000 euros si residiese en estas
comunidades, mientras que tan sólo
abonaría 1.262 si tuviese su residencia en Cantabria. O nada si viviese
1.317
1.142
913
900
836
764
hasta
junio
889
tenido que pedir unos préstamos que
luego no se cubren con el activo que
se recibe en la herencia». Y, por supuesto, propietarios cuyo único bien
testamentario es un piso sobre el
que pesa una abultada hipoteca que
no compensa al heredero por la depreciación del mercado tras el estallido de la burbuja inmobiliaria.
Rastreo de herederos
600
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
Por comunidades
2007
2013
Variación 2007-2013, %
0
Murcia
Andalucía
Galicia
C. Valenciana
La Rioja
Cataluña
Baleares
Canarias
Cantabria
Extremadura
Madrid
Asturias
Cast. y León
Navarra
C.-La Mancha
Aragón
País Vasco
España
208
1.417
544
851
103
2.487
335
338
151
218
1.381
497
784
208
398
363
764
11.047
708
4.809
1.683
2.489
301
6.897
884
881
393
519
3.092
1.090
1.717
453
825
725
1.317
28.783
100
200
240,4
239,4
209,4
192,5
192,2
177,3
163,9
160,7
160,3
138,1
123,9
119,3
119
117,8
107,3
99,7
72,4
160,6
:: GRÁFICO ISABEL TOLEDO
en el País Vasco, donde hasta la reciente reforma fiscal que ha entrado en vigor este año estaban exentas las herencias de padres a hijos.
En el último año, el repunte en
Euskadi fue del 15,3% (casi seis puntos por debajo de la media nacional),
una proporción considerablemente
superior a la registrada de 2011 a 2012,
cuando el aumento de los desistimientos fue del 3,5%. El decano de
los notarios vascos, Mario Martínez
de Butrón, cree que, lejos de aminorarse, la tendencia evolucionará al
alza en años sucesivos. «La gente
que muere a partir de ahora tiene un
nivel de endeudamiento superior a
la generación anterior, a la de nuestros padres, que en muchos casos fallecían cuando el piso estaba ya pagado y no tenían grandes deudas»,
sostiene.
No hay un perfil homogéneo en
las personas que al fallecer dejan un
El País Vasco es la
comunidad autónoma
donde menos han
subido las renuncias
legado de signo negativo a sus herederos. «Hay de todo», apunta Martínez de Butrón, aunque detalla las
circunstancias vitales que más se repiten detrás de una herencia repudiada. «Personas que creían que no
iban a verse jamás en una situación
parecida, que tenían un capital pero
que al final de su vida habían hecho
algunas inversiones en inmuebles
que resultaron ruinosas», describe.
También es bastante frecuente el
caso de padres que han avalado préstamos hipotecarios de sus hijos, empresarios en bancarrota, personas a
las que «la vida les ha puesto en un
aprieto en un momento dado y han
Una vez aceptada una herencia no
hay vuelta atrás, para lo bueno y para
lo malo: el nuevo titular debe hacerse cargo tanto de los beneficios como
de las deudas que conlleve ese legado, incluso con sus propios bienes si
fuera necesario. Sin embargo, cuando tenga dudas sobre la conveniencia de recibirla dispone de una figura recogida en el Código Civil que le
evitará sorpresas desagradables: aceptarla a beneficio de inventario. De
este modo, el heredero sólo responde ante las deudas con los bienes incluidos en el legado y nunca con su
propio patrimonio. «No siempre se
utiliza porque su propia regulación
legal es un poco prolija, complicada.
Hay que ir a hacer el inventario en
vía judicial o notarial, hay que notificar a los acreedores... Cuando se
tiene la certeza de que la herencia
es negativa, la gente no se quiere
meter en líos y la rechaza sin más»,
apunta el decano de los fedatarios
vascos.
Pero esta circunstancia no supone que la herencia desaparezca. Si
sólo uno de los herederos renuncia
a su parte, el montante se reparte
entre los demás. El mayor problema
surge cuando renuncian todos los
legatarios situados en la primera línea de parentesco. Entonces concurren las sucesivas líneas de descendientes establecidas por ley para la
sucesión sin testamento: hijos, nietos, biznietos... O ascendientes, si
los hubiera: hermanos, sobrinos, primos... Si el desistimiento se generaliza a todas las ramas vivas del árbol
genealógico del finado, la herencia
pasa a ser propiedad de la Administración que, eso sí, está obligada por
ley a recibirla mediante una figura
similar a la de beneficio de inventario: la herencia no puede ir en menoscabo de las arcas públicas, que
sólo responderán ante los deudores
hasta el límite de valor de los bienes
del fallecido.
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