LOS PELIGROS DE LA LIBERTAD RELIGIOSA

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LOS PELIGROS DE LA LIBERTAD RELIGIOSA
TEXTO: NEHEMÍAS 13:4-31
PROPÓSITO: Lograr que la iglesia tenga una actitud correcta con respecto a la libertad
religiosa y que valore los privilegios que bondadosamente Dios nos otorga.
I. INTRODUCCIÓN.
Cuando Dios abre una puerta, lo mejor es entrar por ella. Porque puede que nunca
más se nos vuelva abrir. El día 12 del mes quinto, en el séptimo año del rey Artajerjes (8 de
Abril de 457 a. C.) Dios, a través de Esdras, estaba abriendo las puertas para que el pueblo
judío regresara a su patria, en otras palabras, les estaba concediendo la libertad que como
pueblo necesitaban para poder reconstruir el templo y así adorar a Dios en la forma
correcta. Libres para educar a sus hijos en la fe, para encausar sus vidas en armonía con las
leyes divinas.
Dios estaba cumpliendo sus promesas (traer a sus cautivos de regreso del cautiverio
babilónico). Era una nueva oportunidad divina con esperanzas de buenos resultados.
¿Aprovecharían esta libertad?
II. TRISTES RESULTADOS DE LA LIBERTAD
A) Matrimonios mal formados. Ochenta años antes Dios ya había dado otra oportunidad a
fin de que retornaran a Jerusalén (536 a.C.) y miremos cómo se había aprovechado esa
libertad: “El pueblo de Israel y los sacerdotes y levitas no se han separado de los pueblos de
las tierras, de los cananeos, heteos, ferezeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y
amorreos y hacen conforme a sus abominaciones. Porque han tomado de las hijas de ellos
para sí y para sus hijos, y el linaje santo ha sido mezclado con los pueblos de las tierras, y la
mano de los príncipes y de los gobernadores ha sido la primera en cometer este pecado”
(Esdras 9:1,2).
Cuando Esdras supo que los hijos de esta nueva y gran oportunidad que Dios había dado a
su pueblo habían tomado mujeres de entre los paganos, se sintió destrozado. Rompió sus
ropas y se arrancó los cabellos de su cabeza y la barba, y se sentó consternado.
B) Cese de los servicios del templo. (13:4-9) Eliasib, el sumo sacerdote, había dado permiso
a Tobías (amonita que ocasionó problemas a Nehemías durante la construcción de la
muralla) para que fuera a vivir dentro del atrio del templo, justo en el lugar que había sido
designado para guardar los diezmos y las ofrendas. Como consecuencia de esto, los
moradores de la ciudad no se consideraron obligados a seguir ofrendando para mantener el
templo. Los levitas, sin medios para sostener sus familias, tuvieron que volver a sus granjas
y fincas. Con esta relajación de las prácticas espirituales, el pueblo se abandonó también en
el ejercicio de la justicia.
C) Profanación del Sábado.(13:10-22) Nehemías pudo comprobar que había hombres
trabajando en los lagares en el día de reposo. Observó que otros traían cargas de granos
para ser negociadas en el mercado al siguiente día y los hombres de Tiro vendían
mercaderías, todo ello en el propio día consagrado al Señor. Por eso Nehemías tuvo que
decirles: “¿Qué mala cosa es ésta que vosotros hacéis?... ¿No hicieron así vuestros padres y
trajo nuestro Dios todo este mal sobre nosotros y sobre nuestra ciudad? ¿Y vosotros añadís
ira sobre Israel profanando el día de reposo?
D) De nuevo matrimonios extranjeros. (13:23-29) Cuando Nehemías anduvo por distintas
partes de la provincia, pudo comprobar que los judíos habían tomado mujeres de Asdod
(ciudad filistea) mujeres amonitas y moabitas. La consecuencia de estos matrimonios
mixtos se notaba claramente: Existía corrupción en los hogares, las madres educaban a sus
hijos en sus costumbres paganas y la ignorancia espiritual prevalecía.
III. LA IASD Y SU LIBERTAD RELIGIOSA
A la luz de lo que hemos considerado, bien valdría la pena hacer una comparación entre
la libertad Que Dios dio al pueblo de antaño, y la libertad que da hoy a la Iglesia
Adventista.
Lógicamente, al darles libertad, Dios quería que su pueblo se volviera a El, se
consagrara a El y que aprovechara su libertad para ser una luz entre las naciones, para que
dieran a conocer el amor y el poder maravilloso de nuestro buen Dios.
Pienso que la única razón por la cual hoy Dios da libertad a la iglesia, es para que
aproveche al máximo las oportunidades para predicar el evangelio y para que su pueblo se
consagre totalmente a El, para que lo adore y le sirva con todo su corazón. La pregunta es:
¿Estamos aprovechando esa libertad que Dios nos otorga? ¿No estaremos, acaso, cayendo
en los mismos problemas en que cayó el pueblo de Israel?
A) Muy a menudo vemos que la juventud de nuestra iglesia tiene en poco los consejos divinos
en cuanto a la formación de su matrimonio. Y lo que es más triste, vemos a los padres
apoyando las decisiones de los hijos. Los padres y los ministros deberíamos hacer hasta el
último esfuerzo por evitar este mal. Así ocurrió en los días de Esdras y Nehemías, el pueblo
vio muy claramente que el casarse con incrédulos era un asunto de gran preocupación para
Dios.
B) En Israel, los servicios del templo estaban suspendidos, no había oficiantes ni adoradores.
En nuestra iglesia hay algo parecido. Mire usted las iglesias los domingos, los miércoles y
los viernes ¿Dónde están los adoradores? ¿Estamos aprovechando nuestra libertad para
adorar? ¿Y qué decir de la adoración en sábado? Cerca de donde vivo hay una capilla
católica, y cuando paso por allí los domingos a las ocho de la mañana, ese lugar está
completamente lleno, los feligreses se están gozando en la adoración. Y ahora mire un
templo adventista a las nueve de la mañana, ¿está lleno? Y si regresa usted al culto juvenil,
es una verdadera lástima ¿Está la iglesia aprovechando la libertad religiosa de nuestros
días? Al respecto el espíritu de profecía aconseja:
“Mientras que por su actitud el mundo protestante hace concesiones a Roma,
despertémonos y comprendamos la situación, y consideremos la verdadera orientación de la
contienda que nos espera. Alcen la voz los centinelas ahora, y den el mensaje que es
verdad presente para este tiempo. Mostremos a la gente dónde estamos en la historia
profética, y procuremos despertar el espíritu del verdadero protestantismo, haciendo sentir
al mundo el valor de los privilegios de la libertad religiosa que se han disfrutado
durante tanto tiempo” (Joyas de los testimonios T 2, p. 323).
C) La profanación del sábado en Israel era muy serio. Al no asistir a la adoración en el
templo, lo ocupaban para negociar. Con objeto de asegurar la santidad del sábado, el
gobernador les indicó a los levitas que se consagraran a la tarea de preservarlo. Este deber
era sagrado. Debían actuar como porteros de la ciudad y evitar que nadie, fuera tirio o
judío, comerciara en dicho día. Podemos preguntarnos: ¿por qué restringir así la libertad de
los judíos? Y ¿Por qué si era tan importante guardar el sábado, no cumplimos esto nosotros
también hoy? Otra vez la pluma inspirada aconseja:
“Hermanos y hermanas, ¡ojalá pudiese decir algo que os despertase y os hiciese ver la
importancia de este tiempo, el significado de los acontecimientos que se están realizando
ahora! Os señalo los movimientos agresivos que se están haciendo ahora para
restringir la libertad religiosa. La institución recordativa santificada por Dios ha sido
derribada, y en su lugar se destaca ante el mundo un día de reposo falso que no tiene
santidad. Mientras las potestades de las tinieblas están conmoviendo los elementos
inferiores, el Señor del cielo está mandando poder de lo alto para hacer frente a la
emergencia, incitando a sus agentes vivos a que exalten la ley del cielo (JT2, p. 373).
Los estudiantes asistiendo a la escuela en Sábado (sólo los viernes de noche, pensarán) y
los padres perfectamente de acuerdo, prefieren un título terrenal para sus hijos, antes que el
celestial. Hermanos medio sábado trabajando y medio adorando, etc. Me pregunto, si esto
pasa ahora, que tenemos plena libertad, qué pasará cuando ésta se termine.
CONCLUSIÓN
Hemos considerado, a la luz de la libertad que Dios dio a Israel, los peligros de la
libertad religiosa. El pueblo de Dios no cumplió el propósito que El tenía al ofrecerles esa
libertad, hicieron todo lo contrario: Matrimonios prohibidos, cesaron de adorar y
profanaron el sábado. Se olvidaron que el único propósito de la libertad era para que dieran
a conocer el maravilloso plan de la salvación.
Queridos hermanos hay libertad para adorar, aprovechémosla, hay libertad para
predicar, hagámoslo. Todavía podemos colportar, todavía podemos usar la radio para
transmitir el amor de Cristo, todavía podemos realizar grandes concentraciones con el
consentimiento de las autoridades, todavía podemos ir a tocar puertas para decir que Cristo
viene. Que Dios nos de sabiduría, valor y consagración para aprovechar esta ¡bendita
libertad religiosa!
La libertad política está basada en la libertad espiritual. Cuando esta última es
sacrificada a través de la tolerancia de la maldad, inevitablemente surgen la opresión y la
destrucción de todas las normas de moral. Para contrarrestar esta tendencia, necesitamos
regresar a la palabra de Dios, y al someternos a ella y confesar nuestras fallas y
negligencias, podemos a comenzar a transitar nuevamente por el camino de la obediencia,
la justicia y la verdadera santidad. Del espíritu de genuina renovación, surge la libertad
social, espiritual y nacional. ¡Que Dios nos bendiga!
Ptr. Eliazer Hernández Cortés
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