Heraldo de Aragón l Martes 31 de marzo de 2015 EDITA: HERALDO DE ARAGÓN EDITORA, S. L. U. Presidenta Editora: Pilar de Yarza Mompeón Vicepresidente: Fernando de Yarza Mompeón Director General: José Manuel Lozano Orús TRIBUNA l 21 Director: Miguel Iturbe Mach Subdirectores: Encarna Samitier (Opinión), Ángel Gorri (Información). Redactores Jefe: Enrique Mored (Aragón), Santiago Mendive. Jefe de Política: José Luis Valero. España, Mundo y Economía: José Javier Rueda. Deportes: José Miguel Tafalla. Cultura: Santiago Paniagua. Internet: Esperanza Pamplona. Cierre: Mariano Gállego. Gerente: José Andrés Nalda Mejino Comercializa: Metha. Gestión & Medios, S. L. Imprime: Impresa Norte, S. L. Distribuye: DASA. Distribuidora de Aragón, S. L. ŢŢ I La Ley de Transparencia de Aragón, aprobada por consenso, constituye un paso muy positivo para acercar la Administración a los ciudadanos y debe ser la oportunidad para crear un nuevo modelo de gestión pública Por José María Gimeno Feliu \ŢŢ;8Ţ Santiago Mendive Ventanas abiertas TIEMPO DE PACTOS Y DE VERDADES VITICOR LAS Cortes de Aragón aprobaron el martes pasado la Ley de Transparencia de Aragón. Una excelente noticia por varios motivos. El primero, que es una ley aprobada por consenso de los distintos grupos políticos, lo que demuestra capacidad de acuerdo en una materia de tanta trascendencia. Un ejemplo de política al servicio de la ciudadanía. Otro motivo es que esta ley, tan necesaria, sin duda es más avanzada que la ley estatal aprobada en 2013, al incorporar más derechos y garantías, en un intento de hacer de la transparencia una seña de identidad en la gestión pública. Por último, porque, aunque pueda criticarse el retraso en su aprobación –debería haber sido una de las principales normas ya en los años ochenta–, el momento es claramente oportuno, pues viene a dar respuesta efectiva a una de las principales demandas de los ciudadanos, que solicitan cada vez más y mejor información y que postulan una mayor participación activa. Con esta ley –y con el portal puesto ya en funcionamiento por el Gobierno de Aragón– se trata de ‘abrir la ventanas’ para que la ciudadanía pueda comprobar cómo y por qué se toman las decisiones públicas. Y, desde esa base, solicitar explicaciones o pedir responsabilidades. Pero lo importante de esta norma –y sus principios– es que con ella se aspira a promover una nueva cultura de la transparencia como hecho diferencial. La transparencia no es una carga para la Administración, sino uno de los principales medios de garantizar su legitimidad democrática. El Portal de Transparencia es el instrumento sobre el que descansa la ley, pues sin información no puede haber transparencia. Portal que debe contener información sobre la organización administrativa (y empresas públicas, fundaciones, consorcios, etc.), el personal público y sus retribuciones, el currículum de las personas que desempeñan puestos clave (e información relevante para detectar conflictos de intereses), cómo y a quiénes y con qué importe se adjudican las subvenciones públicas; los contratos públicos adjudicados (incluyendo necesidad de los mismos, importes, modificaciones, empresas adjudicatarias…), inventario de bienes y propiedades públicas…. Pero una ley como esta, para su efectividad, exige la convicción de todos los titulares de los poderes públicos, que deben adoptar una verdadera estrategia que les permita liderar un nuevo modelo de gobernanza pública, que tenga por objetivo la rendición de cuentas. La información debe ser accesible, actualizada, comprensible y manejable. Y debe servir para que sea la propia Administración la que, tras el análisis de los datos, adopte las decisiones oportunas para mejorar o corregir deficiencias, pues esa es la seña de identidad del compromiso con el interés público y la intrínseca vocación de servicio. La función del Consejo de Transparencia será clave, pues del mismo depende que la transparencia no l*.Ţ/$/1'- .Ţ Ţ'*.Ţ +* - .Ţ+ı'$*.Ţ )ŢŢ '$ --Ţ1)Ţ)1 2*Ţ(* '*Ţ Ţ"* -))6Ţ+ı'$\Ţ ,1 Ţ/ )"Ţ+*-Ţ*% /$2*Ţ 'Ţ- )$$Ğ)Ţ Ţ1 )/.m se utilice como arma política, para lo que deberá actuar con neutralidad e imparcialidad. Pero también es necesario que los ciudadanos, de forma responsable, se comprometan con este nuevo modelo de gestión pública, usando sus mecanismos activamente y, sobre todo, exigiendo que se materialice el espíritu de la ley, más allá de la mera formalidad. Como política pública, la transparencia es, insistimos, rendición de cuentas y exige un cambio de actitudes para reforzar la confianza entre instituciones y ciudadanos. La transparencia no es una moda que pasará. Debe ser uno de los paradigmas sobre los que reformar nuestro modelo de organización y actividad administrativa, para implantar (de acuerdo con el Libro Blanco sobre la Gobernanza Europea aprobado en el año 2001 por la Comisión) la denominada buena gobernanza, que se debe sustentar en los siguientes principios: apertura, participación, responsabilidad, eficacia y coherencia. Por último, la transparencia debe servir para limitar prácticas clientelares y supuestos de corrupción. Pero para esto último no será suficiente. Además de una nueva educación en el valor de la integridad, son necesarias reformas estructurales muy importantes, sobre todo en el campo de la contratación pública, que es el principal teatro donde analizar –y reflexionar sobre– la función y el efecto de la trasparencia, y donde se prodigan la mayoría de los casos de corrupción. Ojalá podamos dar cuenta pronto de esas necesarias reformas. José María Gimeno Feliu es catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Zaragoza LLEGA, llegará la hora de los pactos. El momento de la prueba del algodón, la confirmación de la diferencia que se establece, con frecuencia, entre lo que unos se cansaron de transmitir en campaña y lo que realmente harán, lamentablemente después de que los ciudadanos hayan depositado su voto. Nadie quiere pactar con nadie a priori, es una pregunta molesta que siempre sortean de manera monótona los partidos en España: «Salimos a ganar». ¿Pero qué harán? La primera disensión ha surgido en Andalucía. La líder de Podemos en la Comunidad, Teresa Rodríguez, recorrió los platós y los pueblos blandiendo sus tres argumentos innegociables para sentarse en una mesa con Susana Díaz y facilitar su investidura: los desahucios, la reducción de altos cargos y la responsabilidad subsidiaria de las formaciones en casos de corrupción. Ahora, Iglesias contesta que ya veremos. La política española, tan alérgica a la transparencia, se enfrenta a una oportunidad y, a la vez, a una asignatura pendiente: desarrollar un compromiso con los ciudadanos mucho más allá de la relación automática del voto. ¿Qué hará usted si gana? ¿Y si no gana? ¿Qué partidos son sus probables aliados de viaje? ¡Cuánto les cuesta! ŢŢ Ramón J. Campo El fiscal francés EL fiscal de Marsella Brice Robin ha demostrado que Francia no es España. La comparación del accidente de los Alpes con el del Yak-42 es odiosa, pero ayuda a recordar que en 2003 España nunca le llegó a la suela de los zapatos a Turquía, cuya Fiscalía facilitó la información de los 30 muertos no identificados. Ahora el Ejecutivo de Rajoy también tiene mucho que aprender de la justicia francesa. El fiscal concedió una histórica rueda de prensa a los tres días del suceso a medios de todo el mundo, después de dar explicaciones primero a los familiares de los fallecidos en un encuentro modélico. Un familiar zaragozano que se encontraba allí, Eduardo Ruiz Bosch, agradeció la manera de ser informado por el fiscal y el trato de las autoridades francesas, porque la verdad allana muchas horas de duelo y dolor, como las que sufrieron los familiares de los militares del Yak. Mientras el fiscal francés compareció «con las lágrimas a punto de estallar» para compartir la in- formación con los ciudadanos, en 2003 la Audiencia Nacional española escondió la versión del caso del Yak de los forenses turcos. El equipo de la Guardia Civil dispuesto para hacer las pruebas de ADN no salió hacia Trabzon aquel 26 de mayo de 2003 y el equipo médico español, integrado por un general y dos oficiales, fue condenado por falsificar 30 identificaciones, después de un calvario de seis años. En esta ocasión, agentes de la Guardia Civil y de la Policía han tomado el ADN a los familiares antes de que salieran hacia Marsella. Forenses de Francia, Alemania y España colaboran sin las prisas de los políticos detrás, sino en busca de la verdad. Los familiares han vuelto con la idea de que los restos de los suyos tardarán en volver un mes o un mes y medio, cuando todos sean identificados, no la mitad y deprisa y corriendo para un funeral maldito en la base de Torrejón, como en 2003. Aquel mes de mayo, Turquía se prestó a concluir las identificaciones de los militares españoles, pero España se negó por sus prisas y mintió a sus ciudadanos sobre la identidad de los fallecidos, así como no contribuyó a esclarecer la gestión del alquiler del avión ucraniano Yakovlev. Ahora Francia devolverá los restos cuando concluya la identificación y los familiares ya saben la causa del siniestro gracias a un fiscal francés.