Discurso del Sr. canciller Guido Di Tella CARI (Consejo Argentino de Relaciones Internacionales) Disertación del canciller Guido Di Tella 18 ABR 1991 Agradezco mucho al Consejo Argentino de Relaciones Internacionales esta oportunidad de exponer acerca de nuestra actual política exterior. Es demasiado conocido el prestigio de esta institución para que yo pueda innovar en el elogio a sus actividades e iniciativas. Esta no es una coyuntura mas, una circunstancia rutinaria en la historia de nuestra política exterior. En primer lugar, por que el gobierno argentino quiere ahora forjarla con perfiles adecuados, realistas, creíbles, lo que significa tanto como que estamos en una etapa fundacional. En segundo lugar porque ello sucede mientras en el mundo se registran importantísimas mutaciones que, con aceleración imprevisible, han cambiado recientes horizontes y perspectivas. De modo que, en los umbrales del siglo XXI, a un mundo distinto debe corresponder una política exterior idónea, tal vez no "otra política exterior" sino una política exterior más dinámica. Estos cambios nos parecen, por cierto, orientados hacia un periodo de paz y estabilidad; grandes pasos se han dado en el camino de la distension y el desarme. No vamos, afortunadamente, hacia el gélido mundo feliz de huxley, pero sí hacia un mundo mejor que el dominado durante décadas por la guerra fría y la carrera armamentista. Tal optimismo esencial no puede ofuscarnos para suponer que todo será fácil, que no surgirán dificultades - la reciente crisis del golfo fue una prueba temprana - y que gozaremos sin esfuerzo de estas mejores condiciones. Por lo pronto en lo que a la república Argentina concierne, su inserción en el orbe contemporáneo debe constituir una preocupación cimera. Creo que hemos tomado el rumbo correcto y que no podemos permitirnos tropiezos ni desvíos. Durante años al caracterizar nuestra política exterior, se insistió en cierto voluntarismo como una nota distintiva. Un rasgo que no aporto beneficios. Por ejemplo, no podemos tolerar - de hecho, ningún país puede hoy hacerlo - clase alguna de aislamiento. El mundo esta interrelacionado como nunca, empequeñecido por el progreso de las comunicaciones y ensanchado por los avances tecnológicos. En ese marco, la acción de la organización de las naciones unidas cobra una dimensión más relevante. La Argentina siempre adhirió a sus principios, pero ahora la Argentina ha hecho algo más importante: Ha participado en una gestión colectiva, impulsada por la unanimidad de los miembros permanentes del consejo de seguridad y la inmensa mayoría de las naciones, para solucionar la situación planteada el 2 de agosto de 1990 por la invasión al estado de Kuwait. Y ha participado, en la medida de sus posibilidades, de un modo tan activo y directo que ha merecido el reconocimiento de los gobiernos que condujeron esta empresa de las naciones unidas. Todos esperamos que una situación tan compleja y delicada como la que tuvo en vilo al mundo durante meses no se reproduzca: a ello apunto el gran esfuerzo de los países que resolvieron concretar el cumplimiento de las resoluciones de las naciones unidas, a ello apunto la participación Argentina. De resultas de estos acontecimientos, se abren para nuestro país posibilidades inéditas. Esto no quiere decir que estemos automáticamente asociados a los comienzos de reconstrucción del Kuwait ni que ningún país deba recompensarnos de manera especial por lo que hicimos. pero lo que es innegable es que se han abierto puertas a las que el ingenio y empuje del empresariado argentino no hubiera podido acceder en otras condiciones. La Republica Federal de Alemania y Suiza sobre protección y promoción reciproca de inversiones, se otorgan las mayores garantías a la inversión y a la transferencia de capitales y beneficios. También seguimos cumpliendo, dentro de nuestras posibilidades, los compromisos contraídos con los acreedores del exterior: la estabilidad y reactivación de nuestra economía son presupuestas para continuar con tal cometido. Tampoco cejaremos en nuestra actitud constructiva respecto del comercio internacional, para erradicar perniciosos proteccionismos y lograr que la libertad y transparencia de los mercados determine los valores reales de las producciones agrícola e industrial y la justa participación de cada país de acuerdo a tales principios. Queremos el fortalecimiento, del gatt y deseamos una conclusión exitosa de la "ronda Uruguay", de la que resulten ventajas mutuas, equilibrio en las concesiones y trato favorable hacia los países en desarrollo. Repito que queremos insertarnos correctamente en el mundo y que este es un eje primordial de nuestra política exterior. Nuestros primeros y más señalados esfuerzos se están cumpliendo en el marco regional. Hace años, por lo menos desde que en 1960 se creo la alalc, los latinoamericanos estamos de acuerdo en que la integración regional es el único camino para enfrentar los desafíos del mundo actual. En los años de la alalc se avanzo con lentitud excesiva, debido a enfoques meramente comercialístas aferrados al esquema de sustitución de importaciones y fue necesario buscar un nuevo punto de partida en otro organismo, ALADI creado en 1980. a diez años de este renovado intento de despegue no podemos insistir en metodologías no fructíferas - v.g. la negociación casuística producto por producto y sector por sector- y cerrar los ojos a las líneas que se afianzan en la economía mundial. Queremos ser interlocutores validos de los colosos económicos. El producto bruto de América latina se aproxima al billón de dólares con exportaciones por cien mil millones e importaciones por cincuenta mil millones, lo cual nos brinda un nivel respetable en las negociaciones internacionales y condiciones mas propicias para captar inversiones de capital. Ya no se trata solamente de abandonar antiguos recelos y fáciles antinomias que durante tanto tiempo enfrentaron a nuestros países y los llevaron a guerras fratricidas y al borde de otras. Ahora se trata también de que la integración no sea imagen de clausura, esto es, de no agrandar el aislamiento para perjuicio general de todos los socios; queremos generar en cambio, una política común de apertura y dialogo permanente con todo el mundo. En 1990 se produjeron varios hechos que confirman el buen rumbo: en México, en el mes de abril, sé reunió el consejo de ministros de la ALADI y allí sé resolvió la firma de un protocolo regional, suscripto a su vez en junio en Montevideo; en ambas instancias, quedo claro que es objetivo de la aladi y de sus once miembros avanzar hacia la creacion de un area de libre comercio. El citado protocolo duplica el porcentaje de la llamada "preferencia arancelaria regional" y redujo en un veinte por ciento las listas de excepciones a la aplicación de dicha preferencia. Mientras en México se reunía la ALADI, ese país negociaba acuerdos de libre comercio con estados unidos y Canadá para la integración de América del norte. Ello podría parecer a primera vista contradictorio con la integración latinoamericana, pero en realidad nos revela la inexistencia de barreras estrictas y las exigencias perentorias de la cooperación internacional. Al mismo tiempo, el presidente bush enunciaba su "iniciativa para las ameritas" ratificando la impresión de que la integración puede hallar cauces tan positivos como insospechados no hace mucho tiempo. El nuevo curso del proceso integrador latinoamericano demostró la conveniencia de impulsar otros acuerdos más sencillos de ejecutar cuyos propios logros fueran facilitando la obra colectiva. Es relevante para nosotros el tratado argentino-brasileño firmado por los presidentes alfonsin y sarnev y al que impulsan con entusiasmo los presidentes menem y collor de melo. El acta de buenos aires, suscripta por ambos mandatarios el seis de julio de 1990, establece que antes del treinta y uno de diciembre de 1994 deberá funcionar un mercado común entre Argentina y Brasil, que logre aplicar el llamado "arancel cero". Con eficacia y rapidez hemos ido aun más lejos: Uruguay y Paraguay se incorporaron a este esquema y de allí resulto el logro fundamental de este año, que inaugura con los mejores auspicios la década final de nuestro siglo: el tratado de asuncion, del pasado veintiseis de marzo, al que reconocemos como acta de creacion de mercosur, el mercado comun del sur que tendra vigencia en la fecha convenida anteriormente es decir el treinta y uno de diciembre de 1994. MERCOSUR pretende impulsar el desarrollo de los países firmantes y, a trabes de un espacio económico regional, una inserción más competitiva de sus economías con el mundo. Se trata de un espacio que alberga a ciento noventa millones de almas y cuyo p.b.i., de 415.000 millones de dólares, representa el 51 por ciento del de América latina y caribe. Creemos que, con este nuevo instrumento, en la región se producirán mas bienes a menor precio y de mejor calidad. estos son, en grandes líneas, los mecanismos de transición que precederán a la fijación del arancel externo común: 1) un programa de liberación que contempla las rebajas progresivas, lineales y automáticas y aranceles, así como eliminación de restricciones no arancelarias. 2) este programa esta esencialmente ligado al proceso de coordinación y armonizacion de políticas macroeconómicas y sectoriales entre los cuatro países. 3) los cuatro países definieron los productos que quedaran inicialmente excluidos del proceso de desgravación, en sus respectivas listas de excepciones. MERCOSUR, ALADI, iniciativa para las ameritas: Un haz de posibilidades ciertas para nuestro país y nuestro continente. La cooperación argentino brasileña es importante también en el ámbito nuclear. La negociación de un sistema bilateral de salvaguardas nucleares asegurara el uso pacifico de esa tecnología. Ambas naciones presentaron a la organización internacional de energía atómica en Viena un sistema de salvaguardas globales con reserva o preservación del secreto industrial, semejante al que en su momento negocio Europa a trabes del EURATOM. Mas adelante, se encarara la entrada en vigencia del tratado para la proscripción de las armas nucleares en América latina, no sin requerir la modificación de algunas cláusulas. En la visita que efectuó el presidente Menem a Chile en agosto de 1990, se firmaron con ese país importantes acuerdos sobre integración física, económica y energética. Toda esta política, tanto con Chile como con otros países, no queda en la letra de unos documentos, ya que existen comisiones que trabajan para la implementación de sus diversos aspectos. Respecto de los problemas de limite con Chile que pueden aun producir alguna tensión eventual es voluntad del gobierno argentino buscar formulas que satisfagan a ambas democracias en pos de una solución definitiva. La integración física con Chile ha experimentado considerables avances, con la apertura o reapertura de varios pasos cordilleranos. Pero en otras zonas también se trabaja con el mismo signo positivo: el puente internacional san roque González de santa cruz, que une las ciudades de posadas y encarnación, Paraguay, es ya una reciente realidad. Y se estudian proyectos de la envergadura del corredor ferroviario de los libertadores desde matarani, Perú, a buenos aires y la hidrovia Paraguay-Paraná, proyecto este ultimo que reúne a los cinco países de la cuenca de la plata, y que culminaría en un tratado de navegación fluvial, inspirado en el que existe para el transporte terrestre en el marco de la ALADI. Teniendo en cuenta el interés común, hemos brindado nuestro resuelto apoyo al proyecto en el que, además, aparece el tramo argentino como el de más fácil ejecución. También con los países no limítrofes queremos promover integración y acercamiento: recientemente en misión de solidaridad, visitamos Perú, país con el que nos une un estrecho y antiguo vinculo. Corresponde detenernos ahora en nuestra renovada relación con los estados unidos. La republica Argentina ha manifestado reiteradamente, en los últimos tiempos, su deseo de que de ahora en adelante sus relaciones con los estados unidos se basen en la mayor transparencia y el mayor beneficio reciproco. Hace ya alrededor de un año y medio, ante la New York Society, el presidente Menem dijo lo siguiente: "para la tarea reordenadora necesitamos el poder y la decision de esta gran nacion hermana y amiga, los estados unidos. No podemos seguir tratándonos como hermanos remotos, de esos que se visitan solo en caso de enfermedad. Tenemos que crear una relación profunda y estable. Hemos nacido juntos a la independencia y juntos debemos hacer el camino de la historia". Por otra parte, ha complacido a las autoridades argentinas la comprensión recibida por parte de los estados unidos de nuestros planes de transformación y las concretas expresiones de aliento y apoyo de sus gobernantes, muy en especial las formuladas por el presidente bush durante su visita a buenos aires en diciembre de 1990 y las recibidas al ponerse en marcha el nuevo plan económico este primero de abril. Los desencuentros entre ambos países, estimulados a veces por cierta desinformación, deben relegarse como cosas del pasado, de un pasado largo y estéril. La "iniciativa para las americas" constituye un paso importante hacia un nuevo orden hemisférico: Los acuerdos que a su amparo pueden gestarse, si superan tendencias proteccionistas, generaran una dinámica distinta, superaran el tratamiento desgastante de la deuda externa y favorecerán el flujo de capitales y tecnología. Alentamos la formación de una corriente inversora de los estados unidos a nuestro país y a través de los estados unidos una integración de la Argentina en la economía mundial, que le permitiría asimismo a aquel país recuperar mercados para sus exportaciones. En los umbrales del siglo XXI, el ideal panamericano, tan caro a nuestros dos países pero a veces sujeto a enfoques tan diversos, pasa también por la cooperación y el realismo. Europa es otro de los pilares del nuevo orden internacional y, si algo es inequívoco e indiscutible, es nuestra prosapia europea. Hacia allí también, con la simultaneidad y decisión que las circunstancias exigen, se dirige nuestro accionar. Hemos firmado un acuerdo con la comunidad económica europea, un convenio marco del tipo abierto, con una cláusula evolutiva que prevé propuestas que puedan surgir según las circunstancias. Es un signo concreto y un modelo para la deseable y promisoria cooperación activa entre la comunidad, la Argentina y eventualmente toda América latina. En ese espíritu debe inscribirse la reciente visita del presidente Menem a la República Federal de Alemania. Normalizamos las relaciones con el reino unido, lo que permite un beneficioso acercamiento cultural, comercial y turístico, del que hay ya reiteradas muestras, y constituye un nuevo punto de partida para que, a través del dialogo constructivo, podamos concretar el ejercicio de derechos soberanos sobre las Malvinas y otros archipiélagos del atlántico sur y su respectivo espacio marítimo, tema sobre el que volveré un poco mas adelante. Los tratados de asociación especial con España e Italia, instrumentos vigentes y disponibles, constituyen un gran incentivo a la inversión y al intercambio. Máxime cuando se trata de operar con países con tantas vinculaciones y afinidades; en las recientes privatizaciones concretadas en la Argentina, capitales españoles, italianos y franceses cumplieron un papel decisivo. En breve, llevaremos también otras inquietudes a la comunidad por medio del llamado "grupo de rió" el que como ustedes saben nació hace pocos anos del compromiso de Acapulco para la paz, el desarrollo y la democracia y que, desde la reunión de Luxemburgo a fines del año pasado, es otro de nuestros puentes hacia la cooperación con Europa. Por otra parte Europa se transforma en un arrea de gran dinamismo económico en su conjunto desde la concreción de las grandes transformaciones políticas en Europa oriental y tanto la unión soviética como los otros países del área ofrecen oportunidades de comercio, joint ventures y mejores relaciones económicas. El presidente Menem visito Polonia y la unión soviética en el pasado mes de octubre y esos contactos han sido muy positivas. También el Dr. Menem viajo al extremo oriente: hablo sobre temas de mutuo interes en el pais mas poblado de la tierra, china, y en el mayor generador de capitales, japon. Naciones lejanas con las que no hemos mantenido relaciones económicas constantes y sustanciales, actitud que ya no tiene cabida en el mundo interdependiente de hoy. Para que las relaciones con estas grandes naciones orientales, y con las más pequeñas pero de tanta relevancia económica como son las del sudeste asiático, puedan incrementarse, sea condición esencial que, desde ahora, la Argentina exhiba seriedad, responsabilidad y continuidad, condiciones necesarias para todas las negociaciones y acuerdos pero aun más respecto de países de diversa raíz cultural, cuyas posibilidades de acercamiento, acaso mas complejas, pueden alcanzar insospechada eficacia. Varias exposiciones de intercambio tecnológico, comercial y cultural ya se han efectuado recientemente con Japón, así como el seminario "Dr. okita", en el que se discutieron aspectos del informe oportunamente elaborado por el grupo japonés que aquel presidio. Para completar este rapidísimo examen de nuestra actual relación con todas las latitudes del planeta dos palabras acerca de nuestra pertenencia al movimiento de no alineados, sobre la que se han oído muchas y encontradas opiniones. Seguimos perteneciendo al mismo, los grandes foros de discusión internacional nos interesan. El presidente Menem, en 1989, hablo en Belgrado y dejo bien claro que el histórico movimiento debla orientarse en un sentido constructivo. Trabajamos por lo tanto en pro del realismo y la moderación del movimiento de no alineados, para ajustarlo a un mundo que se distiende y en el que se amplían los lazos de cooperación y se superan los enfrentamientos entre las naciones. Quiero ahora ampliar brevemente una referencia que hice hace algunos minutos: la republlca argentina sigue bregando por la plena recuperacion de la soberania sobre las islas australes a traves del dialogo dentro del reconocimiento de las normas internacionales, utilizando la negociacion como herramienta primordial. De ese modo, con él mas acentuado realismo, se crearon las condiciones para reanudar las relaciones diplomáticas con el reino unido y poder sentarnos en una misma mesa para conversar sobre todos los temas en los que tenemos diferencias, lo que desde 1990 acaeció en diversas oportunidades. Una formula útil y funcional "el paraguas de soberanía"- le permite a cada una de las partes hacer reserva expresa de derechos y por ello desde 1982 por vez primera el reino unido reconoce explícitamente la existencia de una disputa de soberanía. Al ubicar los temas que hacen al atlántico sur -tales como formas de evitar incidentes, cooperación en materia de pesca, defensa del medio ambiente, etc.en la agenda de discusión sobre temas bilaterales, se produce un reconocimiento de que la cuestión Malvinas esta vigente. El tema no ha sido sacado de naciones unidas, pero se ha privilegiado un avance sustancial en el proceso de negociación bilateral. Respecto de la antártica creemos que el tratado antártico es el marco adecuado para manejarnos ante circunstancias novedosas -voluntad de internacionalización, afianzamiento de la conciencia ecológica - y aspiramos a que otras naciones latinoamericanas se incorporen al mismo. En las relaciones internacionales suele usarse con frecuencia la expresión "nuevos problemas" para denominar genéricamente a ciertos temas no habituales a la diplomacia tradicional y que implican potenciales arreas de cooperación o conflicto. El origen de estos nuevos problemas puede ser social, como el consumo de drogas y el incremento del narcotráfico; o economico, como los son las deformaciones del comercio internacional y el agravamiento del subdesarrollo y el endeudamiento externo; o deriv ados, entre otras causas del uso indiscriminado, abusivo o ingenuo de la tecnologia como ocurre con los problemas del medio ambiente. Se trata de problemas universales que exigen una respuesta oxidaría en toda la comunidad de naciones. Nuestro país colabora activamente en la lucha contra el narcotráfico - incluso ha donado aviones a Colombia - y cree también que resulta indispensable vincular la temática de la preservación del medio ambiente, al desarrollo socioeconómico, promoviendo políticas y programas para corregir una carrera de producción ciega que amenaza la vida misma del planeta. Señoras y señores: si tuviera que elegir tres palabras para definir esta polltica exterior que estamos llevando adelante yo diria que ellas son: pragmatismo, integración y apertura. El orden internacional que nos afecta tan sustancialmente, no puede ser moldeado según nuestras preferencias y necesidades. El voluntarismo anquilosa. Pero con ese trípode enunciado, podemos avanzar en relaciones mas maduras con los países centrales y sostenerlas, en el nivel de mayor eficacia, con todos los países de la tierra, directamente y a través de los organismos que representan a la comunidad internacional. Somos conscientes de que la autonomía no es sinónimo de la libertad de acción: la autonomia se consolida y expande con un uso prudente y sensato de sus resortes propios o se restringe a traves de un uso irresponsable de los mismos. Queda claro que no propugnaremos políticas de poder sin poder, que no sostendremos confrontaciones que no hagan a intereses vitales para el país, que cumpliremos los compromisos contraídos y sobre todo, que no nos manejaremos con criterios emocionales, de los que a veces arrojan réditos de popularidad que la realidad disipa velozmente. Es indudable que desafiar a una gran potencia puede tener un alto contenido emocional: los costos y perjuicios seran muchos mas altos; desde luego, nuestro pais no podria soportarlos. Esta política no voluntarista, adversa a la confrontación partidaria de acordar sobre asuntos diversos de la política internacional con las grandes potencias cuya amistad nos resultara provechosa, puede no brindar beneficios súbitos, puede no resolver controversias económicas, pero no causa perjuicio, evita riesgos y costos eventuales, y es la condición necesaria para que aquellos beneficios puedan concretarse. La coincidencia con los lineamientos básicos de política exterior de una gran potencia -los estados unidos en nuestra región- y la coordinación y predecibilidad que ella genera, permitirán fundar y debatir controversias en temas menores, planetariamente hablando, pero acaso vitales para nosotros. Dicho de otro modo, creo que ha llegado el momento histórico de desmitificar el elitismo perverso que subyace. En la utilización de categorías emocionales en política exterior con el fin de justificar y movilizar actitudes irracionales de confrontación que atentan contra el bienestar general de la población, que necesita para prosperar de políticas mas pragmáticas y menos grandilocuentes. Abrigo la esperanza de que este tan próximo siglo xxi podamos recoger muchos y buenos frutos de esta política en marcha, tan en marcha que sus aciertos y posibilidades están ya librados al juicio de la historia. Reitero mi reconocimiento a las autoridades del CARI. Muchas gracias a todos.