Pierre Bourdieu, La dominación masculina. Ed.Seuil, París 1998. Cumple casi un año de publicado -sin aun vientos de traducción al español- el último trabajo de Pierre Bourdieu La dominación masculina. Como todas las obras de este sociólogo -probablemente uno de los últimos grandes pensadores franceses del siglo XX- La dominación masculina desató una intensa polémica en un mundo intelectual dividido frente a sus posiciones teóricas radicales. en ocasiones arrogantes, pero siempre pertinentes y agudas. El tema: los mecanismo de funcionamiento y perpetuación de la dominación masculina. En otras palabras ¿por qué la supremacía masculina fue capaz de mantenerse intacta por tanto tiempo sin que desencadenara más subversiones, transgresiones o locuras por parte de las mujeres? (pregunta que tratamos de resolver todos los días las feministas de e te país y del mundo). Bourdieu a lo largo de su vida trató de definir el oficio del sociólogo como un esfuerzo permanente de reflexión en contra de las opiniones dominantes y las ideas preconcebidas, trastocando las evidencias más comúnmente recibidas y desarticulando los mecanismos ocultos de dominación, de opresión y de violencias simbólicas de un sistema que excluye y oprime en todos los campos de la vida social. En Los herederos muestra como el sistema educativo es una máquina que reproduce las grande~ desigualdades sociales; en La distinción devela como la sociedad se rige por la división simbólica entre los sectores dominantes y las clases dominadas; en H017lO lEN OTRAS IP'A1LAIB',RAS ... El último libro de Pierre Bourdieu es, sin lugar a dudas, uno de los libros capitales de este final de siglo aun cuando lo que devele sea, en ocasiones, una sutil reelaboración del trabajo de las feministas del mundo entero en las cuatro ultimas décadas. Academicus, o en La nobleza de Estado cuestiona las universidades y las elites etc ... De ahí que el profesor Bourdieu no podía aplazar por más tiempo la pregunta por la dominación masculina. Bourdieu construye su análisis desde el modelo actual de la sociedad campesina de Kabilia (Argelia), verdadero "prototipo del inconsciente androcéntrico", "forma paradigmática de una cosmología androcéntrista compartida por todas las sociedades mediterráneas que siguen vigentes hoy, aunque bajo una forma parcial y fragmentada en nuestras estructuras sociales" . Efectivamente todo el universo Kabil y su cosmología está organizado a pmlir de un conjunto de oposiciones que mantienen siempre una relación de homología con la distinción fundamental entre lo masculino (lo exterior, lo arriba, lo público, lo derecho, lo encima, lo duro, lo seco ... ) y lo femenino (lo interior, lo abajo, lo ptivado, lo curvo, lo húmedo, lo blando ... ). Así, nuestra percepción del mundo es una percep- ción sexuada y se aplica a toda la realidad. El orden social es sexual mente ordenado y por consiguiente el cuerpo y su realidad biológica tambíen; es un principio de división social que construye la diferencia anatómica. Entonces es la cultura y no la naturaleza la que fabrica los sexos y sus cuerpos. El cuerpo en cuanto realidad sexuada es producto de la sociedad y es enteramente modelado, marcado y construido por las exigencias y las incitaciones de la Familia, la Escuela, la Iglesia y el Estado. Así, la fuerza del orden masculino y su poder de dominación se debe al hecho de que no necesita justificación: la visión androcéntrica se impone como neutra y no necesita discursos que la legitimen. El orden social funciona como una inmensa máquina simbólica que tiende a ratificar la dominación masculina a partir de la di visión sexual del trabajo o la estructura del espacio o del tiempo, entre otras. Todo esto a pesar de los cambios en la condición de las mujeres en las últimas décadas de este siglo, cambios que no hacen sino ocultar las permanencias de las estructuras sociales de dominación. El mismo Bourdieu reconoce en ese punto que lo que muestra con estas afirmaciones no es nuevo: las teorías feministas y la antropología habían ya develado este hecho. Lo interesante e innovador en el trabajo de Bourdieu es mostrar cómo se legitima una relación de dominación inscribiéndola en una naturaleza biológica que es en ella misma una construcción social naturalizada: "no es elfalo (o su ausencia) el fundamento de esta visión, sino esta Fisión dell11ll1zdo, orgalli:ada según la di Fisión masculino-femenino la que instituye alfalo corno símbolo de I'iri/idacf'. Así logramos entender que no podemos quedarnos con la reflexión y la transformación de los "imaginarios" o las "conciencias manipuladas" pues la fuerza simbólica es una forma de poder que se ejerce sobre los cuerpos y se inscribe en ellos bajo la forma de "hábitos", como los llama Bourdieu, es decir, esquemas de percepciones, de apreciaciones o acciones que constituyen "una relación de conocimiento profundamente oscura a ellamisma". Bourdieu habla de una especie de "poder hipnótico" o de "sumisión encantada" que es el efecto mismo de la violencia simbólica de la dominación masculina. Así podemos entender la participación de las mujeres en su propia sumisión. Todo está hecho con el fin de que las mujeres, atrapadas en este orden social, terminen por adoptar los juicios y las categorías de los dominantes relativos a ellas-mismas y al mundo, un mundo en el cual ser hombre sigue siendo un especie de "nobleza" y ser mujer sigue apuntando a un "coeficiente simbólico negativo". En cuanto al "Qué hacer" , Bourdieu no da re- lEN OTRA§ IP'AILAIB',JR.A§ " cetas. Señala direcciones y prioridades en el análisis y la acción: es urgente hacer la historia de los agentes o instituciones que aseguran la permanencia de la dominación masculina y develar los invariantes transhistóricos de las relaciones de género. Por cierto, Bourdieu no deja de prevenirnos en cada una de sus páginas: el sueño emancipador para las mujeres esta aún en un horizonte lejano. A pesar del metalenguaje críptico y la arrogancia del texto (en especial por las escasas referencias a los trabajos de las feministas de décadas pasadas) esta obra es simbólicamente inmen a. Por fin un sociólogo, y no cualquiera, vuelve el tema de la dominación masculina un postulado de fin de siglo. Por cielto, no deja de ser interesante que este mismo postulado, cuando era enunciado años atrás por teóricas feministas, no fuera sino un propósito sospechoso, teóricamente frágil y marginal. En fin, de eso mismo habla Bourdieu a todo lo de la obra: la dominación simbólica masculina permeó y sigue permeando todo el orden social. Ad postal Llegamos a todo el mundo! CAMBIAMOS PARA SERVIRLE MEJOR A COLOMBIA Y AL MUNDO ESTOS SON NUESTROS SERVICIOS VENTA DE PRODUCTOS POR CORREO SERVICIO DE CORREO NORMAL CORREO INTERNACIONAL CORREO PROMOCIONAL CORREO CERTIFICADO RESPUESTA PAGADA POST EXPRESS ENCOMIENDAS FILATELIA CORRA FAX LE ATENDEMOS EN LOS TELEFONOS 2438851 - 3410304 - 3415534 980015503 FAX 2833345 Florence TI101/1([S Profesora Titular. Universidad Nacional de Colombia. Coordinadora del Grupo "Mujer y Sociedad". lEN OTRAS IP'AILAIB,]R..AS ... ]l~~1