EL MEJOR REGALO DE UN PADRE Por Mike y Diane

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EL MEJOR REGALO DE UN PADRE
Por Mike y Diane Constantine
Usado con permiso
No puedes comprarlo con dinero, pero vale más que las joyas.
Como padres cristianos, ¿podemos identificar una cualidad especial que deberíamos
proponernos para educar a nuestros hijos? Sí, creo que podemos. Veamos el verso que describe el
desarrollo de la niñez de Jesús:
“Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.” (Lucas 2:52)
¿Cuál es la primera cualidad con la que Jesús creció? Sabiduría. ¿Qué más podrían pedir unos
padres para sus hijos que esto? Cualquier persona que tenga sabiduría, se convertirá en un individuo
completo, maduro – en un joven o una joven preparado para honrar a Dios y ser una bendición para el
mundo.
Existe una gran diferencia entre el ser listo y el ser sabio. En la actualidad, muchas sociedades
trabajan duro para producir muchachos listos, pero considera esto: ¿De qué sirve la educación si una
persona no sabe cómo vivir? ¿Pueden acaso los estudios superiores garantizar el éxito de un niño como
ser humano? ¿No tenemos todos conocidos quienes no supieron cómo vivir? Ellos tenían una mente
llena de información, pero vivieron sus vidas con imprudente descuido. Ellos pudieron haber sido los
mejores en su clase, pero por carecer de sabiduría, se hundieron hasta tocar fondo.
¿Eres lo suficientemente sabio para ver la necesidad de sabiduría en tu hijo?
Recuerda: Los padres tienen la responsabilidad de criar hijos sabios. Los maestros ayudan,
pero debemos ver a los maestros como asistentes, no como substitutos. Como padres, deberíamos
proponernos la tarea de criar hijos sabios, como si nadie más lo fuera a hacer. ¿Eres lo suficientemente
sabio para ver la necesidad de sabiduría en tu hijo?
Piensa por un momento acerca de la gente que más admiras. Puede ser que sean listos; pueden
ser talentosos. Sin embargo, ¿son esas las razones por las que los admiras? Probablemente no. Tú
admiras a gente que sabe cómo vivir sabiamente y vivir sus vidas de la misma manera. Pueden vivir
con gente diferente a ellos mismos. Tienen pocos enemigos. Saben lo que es valioso y lo que solo
parece serlo. Para el sabio, el éxito es mucho más de lo que pudieran saber, de lo que tengan, y de lo
que puedan hacer. Ellos saben cómo vivir, y esa sabiduría les gana nuestra admiración.
La sabiduría es la ciencia de vivir exitosamente.
El rey Salomón tenía todo. ¡Era un hombre tan bien parecido e inteligente! Tuvo la mejor
educación. Él venía de las mejores familias. Su portafolio financiero era extremadamente
impresionante. Aún así, con todos sus logros, Salomón consideró a la sabiduría, el legado más valioso
que podía dejarle a sus hijos. Salomón obtuvo su sabiduría como un don especial de Dios, y no fue
algo que hubiera alcanzado por sí solo. Escúchalo mientras escribe a sus hijos en el libro de
Proverbios:
“Oíd, hijos, la enseñanza de un padre, y estad atentos para que conozcáis cordura. Porque os doy
buena enseñanza; no desamparéis mi ley. Porque yo también fui hijo de mi padre, delicado y único
delante de mi madre. Y él me enseñaba, y me decía: Retenga tu corazón mis razones, guarda mis
mandamientos, y vivirás. Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las
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razones de mi boca, no la dejes, y ella te guardará; ámala, y te conservará. Sabiduría ante todo;
adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia.” (Proverbios 4:1-8)
Él continuó escribiendo, alrededor del mismo tema, por los siguientes cinco capítulos.
Claramente, Salomón había aprendido el gran valor de la sabiduría. Su colección de Proverbios es el
más maravilloso regalo que le dejó a sus hijos, y a nosotros – una colección sin precio, de sabios
principios para vivir exitosamente.
Tal sabiduría nunca llega fácil. Salomón heredó algo de sabiduría de su padre, David. Sin
embargo, mucha de ella provino también de experiencias en dificultades personales. Él pagó un alto
precio por la sabiduría y dejó lo que había aprendido como un legado para sus hijos. ¿Recibirán
nuestros hijos tal legado de nosotros? ¿O solo heredarán posesiones y una educación intelectual? Las
ciudades del mundo están llenas de gente que lo tiene todo, pero que no son lo suficientemente sabios
para usarlo.
No puedes enseñar sabiduría de la manera en que enseñas matemáticas. En muchas escuelas
asiáticas, la enseñanza es por medio de la memoria de repetición. Ejercita la repetición, hasta que
conozcas el material tan bien, que puedas repetirlo sin error. Eso está bien para las matemáticas, pero la
sabiduría es diferente. Puedes darle a un niño los principios, como lo hizo Salomón, pero la enseñanza
real, tiene lugar en la vida diaria. Desafortunadamente, por lo atareado de las vidas de muchos padres,
ellos pierden las oportunidades diarias de enseñar a sus hijos a vivir sabiamente.
Tales oportunidades, usualmente surgen espontáneamente. Como dice un consejero familiar,
“En la vida real, los niños –especialmente los adolescentes – no hablan con sus padres cuando ellos se
los piden. A los hijos les gusta tener a sus padres en segundo plano en el hogar, o en el auto, antes de
que expresen sus pensamientos, reacciones y sentimientos. Es difícil para unos padres estresados,
desarrollar esta clase de atmósfera relajada, especialmente porque es una ley de la vida, que nos
volvamos más egocéntricos cuando estamos agotados.” (Patricia Dalton, “La Trampa de los Padres.”
Artículo publicado en el Washington Post de julio 20, 1997)
¿Qué es la sabiduría? La sabiduría es la ciencia de vivir exitosamente. Se pregunta, “¿Qué es lo
más importante en la vida? ¿Cómo debo usar el dinero? ¿Cómo mantengo buenas relaciones con mi
familia, mis amigos y mi mundo? ¿Cómo cuido de mi mente, mi cuerpo – mi alma? ¿Cómo tomo
buenas decisiones?” Casi nunca cubren tales temas en el salón de clases.
Si no hemos aprendido sabiduría ¿cómo podemos enseñarla? Muchos de nosotros recibimos
algunos sanas ideas de nuestros padres, pero también podemos haber heredado algunas ideas no sabias.
Puedes pensar, “¿Cómo puedo criar a mis hijos con valores buenos y piadosos, cuando no tengo ese
legado yo mismo?” Puedo entender tu preocupación. Tal vez miras hacia tu pasado, como yo lo hice, y
te preguntas de qué manera podrías criar hijos sabios. Así que, te sientes incapacitado para hacerlo.
Éstas son las buenas noticias.
¡Buenas noticias! La sabiduría está actualmente disponible para todos los que la necesiten y la
busquen. La Biblia dice que todos los que carezcamos de sabiduría, podemos pedirle a Dios que nos la
de. “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente
y sin reproche, y le será dada.” (Santiago 1:5)
¡Buenas noticias! No es necesaria, o posible la perfección. Dios te ayudará a vencer tus
imperfecciones si eres honesto acerca de ellas. ¡Pídele su ayuda.
“Señor, gracias por hacerme una nueva persona y nuevo padre. Enséñame tu sabiduría, para que
pueda enseñarles a mis hijos tu sabiduría. Te confieso mis imperfecciones y te pido tu fortaleza para
vencerlas. Gracias por tu amor por mí y por mis hijos. Tu amor está cambiando nuestras vidas.”
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