1 La Abnegación Este estudio está basado en la lección de Escuela Bíblica Dominical para el 15 de febrero de 2015. Introducción La abnegación es una virtud que dirige los deseos e intereses hacia el bienestar de los demás. También implica dedicación y sacrificio. Esta virtud ha estado en la vida de los seres humanos desde el inicio de su historia. El conocimiento de la virtud de la abnegación, hace inclinar al creyente hacia la búsqueda de la ayuda divina que permite a su iglesia ponerle en práctica. La virtud de la abnegación nos enseña a vivir como Cristo, dedicando nuestra vida al servicio del Padre Celestial y el de los demás. Jesús se preocupó de enseñar a sus discípulos el modelo, de la abnegación, a valorar a las demás personas y modificar la conducta para mejorar las relaciones con el prójimo. Presentación del tema A. La abnegación demostrada por Cristo (Mt 20:28; 26:39,42) La virtud de la abnegación se puede apreciar con claridad en la persona de Jesucristo. Jesús declara que no vino para ser servido, sino para servir. Esto incluyó el dar su vida en rescate por muchos (Mt 20:28) “El rescate transmite el sentido de un precio pagado para obtener la libertad de otros. En la obra redentora de Cristo, su muerte es el precio pagado por la liberación de los hombres y las mujeres del dominio del pecado”. 2 Jesús inicio su ministerio en forma abnegada. La dedicación de Jesús a la oración temprano en la mañana y tarde en la noche, inspiran abnegación. El tiempo dedicado los líderes religiosos y comunitarios, a las personas en sufrimiento por la enfermedad de sus parientes, la paciencia en la entrega de su amor por otros y soportar a sus enemigos, es otra muestra de abnegación. Su dedicación a los deberes religiosos, guardar lo prescrito en la Ley de Moisés, conservarse limpio de pecado santificado para su entrega final en la cruz del calvario es otra muestra de su gran abnegación. La virtud de la abnegación tiene su lugar en el deseo de someterse a la voluntad del Padre Celestial. La oración del Getsemaní, era subordinada a la voluntad del Padre, “si es posible”, la que a su vez se ve aclarada por las palabras “sin embargo, no como yo quiero, sino como tú quieres”. Aunque la abnegación de Cristo al entregar su vida por los demás es única ya que tiene valor expiatorio; sus seguidores pueden expresar su abnegación con un grado inferior, mostrando su amor a otros. Lo que Cristo quiso decir con “esta copa” ha sido el tema de mucha discusión. Cristo sabía que su muerte física ya estaba determinada, así que en su oración no podía estar pidiendo que se liberara de la muerte. Sí, es probable que él estuviera pidiendo el ser libertado del castigo de la separación de Dios, la pena máxima del pecado. Cristo pidió que su muerte física fuera aceptada como el pago total por el pecado de los pecadores. Sin embargo, le dijo al Padre: “Pero no sea como yo quiero, sino como tú”. Entonces se entregó para sufrir tanto la muerte física como la separación espiritual de su Padre celestial a fin de alcanzar la salvación de toda la humanidad. Su oración fue escuchada, porque su Padre lo fortaleció para beber la copia asignada (Heb 5:7). B. La abnegación exigida a los discípulos (Mt 5:38-48; 10:37-42; 16:24) “Exigir—exigida”: Pedir imperiosamente algo a lo que se tiene derecho. Pedir, por su naturaleza o circunstancia, algún requisito necesario. La virtud de la abnegación debe procurar buscar el bienestar de los demás. Jesús condena la falta de amor, el odio, y el deseo de venganza. El cristiano es llamado a mostrar amor al hacer el bien a los demás. La virtud de la abnegación se ha ejemplificado en muchos relatos bíblicos. Ejemplos: 1. Abraham rescató a Lot (Gn 14:14) a pesar de ser muy codicioso (Gn 13:113). 2. José fue un gran ejemplo de perdón para con sus hermanos (Gn 50:1921) a pesar de su anterior trato (Gn 37:18-28). 3 3. David perdonó a Saúl varias veces (1 Sam 24). 4. Eliseo sirvió pan y agua a los asirios invasores (2 Re 6). 5. Esteban intercedió por los que lo apedrearon hasta llevarlo a la muertes (Hch 7:60). 6. Jesús oró por los que le crucificaron desde el lugar en el madero (Lc 23:34; Is 53:12; Mt 11:29; 12:19; 1P 2:23). El mensaje de Jesús propone el amor sin distinción de personas. Jesús establece un nuevo precedente al enseñar el sentido del verdadero amor hacia todos los demás y reconociendo la dignidad de cada ser humano. La práctica del amor debe sobrepasar todo entendimiento. Debe levantar al caído indistintamente de quien sea, hermano, amigo o enemigo. La fidelidad de Dios es el punto de referencia para mostrar abnegación hacia los que nos rodean en todo momento de nuestras vidas. Los VV. 43.48 Jesús se refiere al amor que debemos mostrarles a nuestros enemigos (v.44). No se debe reaccionar en un espíritu de odio contra el mal que se recibe, sino de una manera que muestre los valores concentrados en Cristo y su reino. Las acciones hacia lo que no se muestran bondadosos deben ser tales que los lleve a aceptar a Cristo como su salvador”. La virtud de la abnegación hacia Cristo incluye amarle de todo corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas, y con toda nuestra mente. Ser digno de Cristo significa agradarle totalmente a él a la luz de nuestras actitudes, pensamientos y acciones. La respuesta del creyente mediante su amor abnegado a Cristo implica ser aceptado por Él, pertenecerle y participar de la plenitud de las bendiciones del momento presente y de la eternidad. Algo más que amarle incluye vivir para Él, sin restricciones de tiempo, procurar lograr la voluntad de Dios en la vida. La virtud de la abnegación como demanda de Dios para los creyentes, incluye la acción de tomar la cruz cada día y seguir al Señor. La cruz de Cristo es un símbolo de sufrimiento (1P 2:21; 4:13), muerte (Hch 10:39), vergüenza (Heb 12:2), injuria (Mt 27:39), rechazo (1P 2:4) y negación de sí mismo (Mt 16:24). Cuando el creyente toma su cruz y sigue a Cristo, se niega a sí mismo (Lc 14:26-27) y se compromete en tres esferas de lucha y sufrimiento: (1) La batalla contra el pecado que dura toda la vida (Ro 6; 1P 4:1-2) al crucificar los deseos de su naturaleza pecaminosa (Rom 6; 8:13; Gá 2:20; 6:14; Tit 2:12; 1P 2:11, 21-24). (2) La guerra contra Satanás y los poderes de las tinieblas a medida que avanza en el reino de Dios (2co 10: 4- 4 5; 6:7; Ef. 6:12; 1Ti 6:12). (3) Sufre el reproche, el odio y la burla del mundo (Jn 15:18-25; Heb 11:25-26). Conclusión Jesucristo es el modelo por excelencia de la virtud de la anegación, y como hijos y siervos Dios nos demanda velar por los demás con amor abnegado. La pregunta que debemos hacernos entonces es; ¿estoy yo cumpliendo con un servicio abnegado? ¿Cuál es la expectativa de la iglesia en cuanto al llamado al servicio abnegado? Cada creyente tiene la responsabilidad de ejercer esta virtud de manera voluntaria. Es una entrega total al amor de Dios y al bienestar del prójimo. ¿Estás tú ejerciendo la virtud de la abnegación en lo que haces? Preparado por Millie Vázquez Bibliografía Libro Texto Camino al Discipulado….Leccionario Pentecostal Biblia de Estudio de la Vida Plena---Reina-Valera 1960 http://www.palabradereconciliacion.com DESDE PUERTO RICO CON AMOR.