“Venid…y yo os hare descansar” ¿Por qué Jesús ofrece descanso? Mateo 11:28 J esús al hacerse humano experimento lo que es el cansancio, experimento lo que es fatigarse física y emocionalmente. (Juan 4:6, Marcos 6:31) Muchas veces buscaba lugares solitarios para descansar como también para dormir. Había momentos en que el necesitaba tener comunión con Dios, pero a solas. Quizás todos alguna vez nos hemos sentido así. Pero Jesús vio en la gente un cansancio mucho peor que el cansancio físico, el cansancio espiritual, el cansancio interno. El cansancio físico se alivia con una buena cama o catre. Pero el cansancio espiritual se alivia solo estando en Jesús. Jesús fue el que dijo: “Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; 19 A predicar el año agradable del Señor” (Lucas 4:18-19) Al escuchar éstas palabras nos damos cuenta que con razón Jesús pudo decir: “Venid…y yo os hare descansar” ¿Sabe usted porque Jesús ofrece descanso? No solo porque el es el único que lo puede dar, sino también: I). Porque la carga del pecado cansa. A. Cansa a la persona que lo practica. Llega un momento en que la practica de pecar llega a hastiar a la persona. Se ve siempre en lo mismo. Las mismas borracheras, las mismas drogas, los mismos problemas. Siempre se ve envuelto en los mismos vicios que le están destruyendo. Y se siente exhausto. Salomón es el ejemplo de alguien que se canso de pecar. Después de disfrutar los placeres de la vida se sentía insatisfecho y se dio cuenta que de nada servía lo que había hecho. Esto fue lo que escribio: “No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena. 11 Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol” (Eclesiastés 2:10-11) Salomón llego a la conclusión en su misma experiencia que no hay otro camino que mas que “Temer a Dios y guardar sus mandamientos” (Eclesiastés12:13) Muchos como Salomón se dan cuenta de la realidad de sus propios pecados. El bulto del pecado que traen cargando es demasiado pesado y tarde o tempano llegar a cansarse y quieren libertad. Es ha ellos que Jesús les dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. (Mateo 11:28) B. Cansa a las personas que nos rodea. Quizás todos hemos tenido un familiar que se emborracha y se mete en problemas y somos nosotros quienes terminan pagando los platos rotos que ellos rompieron. O quizás tenemos un familiar que es drogadicto, ladrón o peleonero que hemos tenido que sacar de prisión porque se metió en líos. Casi siempre los familiares o amigos cercanos terminan siendo afectados por lo que éstas personas hacen. Pero, ¿Que tal si usted fuera el problema? Es decir, ¿Qué tal si usted fuera el borracho, el drogadicto, el ladrón, el peleonero, el problemático? Sepa que los que están alrededor suyo resultan afectados por lo que usted hace y eso tarde o temprano cansa. Josué afectado y cansado por la conducta pecaminosa del pueblo de Israel les dijo: “Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová” (Josué 24:15) Josué era un buen hombre, pero aun al hombre mas bueno el pecado de los demás llega a cansar. Jesús le dice a ellos: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. (Mateo 11:28) C. Cansa a Dios que lo soporta. Isaías 1:14, Malaquías 2:17 Algunos no se dan cuenta que con sus acciones pecaminosas afectan a Dios. Otros conscientes piensan que Dios no resulta afectado por lo que ellos hacen. Sin embargo, Dios también se cansa, se hastía de ver pecado en las personas. Dios no solo tiene amor, sino que es amor. Sin embargo al ser más amoroso, el pecado llega a cansarlo. “No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes. 14 Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas”. (Isaías 1:13-14) “Habéis hecho cansar a Jehová con vuestras palabras. Y decís: ¿En qué le hemos cansado? En que decís: Cualquiera que hace mal agrada a Jehová, y en los tales se complace; o si no, ¿dónde está el Dios de justicia?” (Malaquías 2:17) II). Porque la carga de la culpa molesta ¿Usted se siente culpable por algo malo que ha hecho? ¡Que bueno! Porque lo es. El diccionario define la palabra “culpa “como “un sentimiento de responsabilidad o remordimiento por alguna ofensa, crimen o equivocación, ya sea éste real o imaginario”. En la Biblia hay muchos que sintieron culpa por los pecados que habían cometido y cada quien reacciono de manera diferente ante ella. Lo cierto es que la culpa llega a ser una carga, una molestia aquel que la tiene. A. Le molesto al rey David. La carga de la culpa le molesto a David. La culpa que sentía David era real y era verdadera. El era culpable. Culpable de abusar de una mujer casada y mandar matar a su esposo. (2 Samuel 11 y 12) La culpa era tan grande que el la confeso y escribió uno de los salmos más hermosos jamás escrito. “Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado. 3 Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí. 4 Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio” (Salmos 51) David se dirigió a Dios porque la culpa es una carga que solo Dios la puede quitar. No podemos silenciarla. Las drogas, el alcohol o cualquier otra droga no pueden apagar la culpa. La culpa permanece. Por eso Jesús dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. (Mateo 11:28) B. Le molesto a Judas. La culpa es esa parte de la conciencia humana que nos redarguye y nos condena por acciones y pensamientos que hemos cometido. Es una de las formas que Dios usa para indicarnos que hemos hecho mal. Esa carga fue la sintió Judas Iscariote, después de haber traicionado vendiendo a Jesús por dinero. Pero a diferencia de David la reacción de el fue el suicidio. “Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, 4 diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú! 5 Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó” (Mateo 27:3-5) La culpa era tan grande y tan molesta para Judas que decidió salir por la puerta falsa. A éstas personas que están pensando en puertas falsas, Jesús les dice que el es la única puerta verdadera de salida: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. (Mateo 11:28) C. Le molesto a los judíos en el pentecostés. Las palabras de Pedro despertó la culpa de asesinato del Hijo de Dios. Eran culpables pero no se sentían así al principio. Así que la palabra de Dios hizo su trabajo y los puso en evidencia. Pedro del dice: “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo. 37 Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? 38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:36-38) Note que dice que “al oír esto se compungieron de corazón” Esta era una señal de culpabilidad que sentían. Algunos han dicho que hay varias señales de culpabilidad, por ejemplo señales físicas que son presión en el pecho, dolor de estómago, de cabeza, de espalda. También señales emocionales como nerviosismo, desasosiego. Y también señales mentales como pensamientos de autoacusación y autorreproches. ¿Que puede uno hacer cuando estas sintiendo esta culpa? Hacer la pregunta mas importante que uno puede hacer y ellos hicieron: “¿qué haremos?” Y la respuesta va ser la misma: Verso 38. Porque Jesús esta diciendo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. (Mateo 11:28) III). Porque la carga de la condenación preocupa. La preocupación ha sido considerada durante mucho tiempo como un componente más de la ansiedad. La preocupación aparece, como un intento de resolver un problema que amenaza. Las personas que saben que están lejos de Dios y han hecho cosas que van en contra de la voluntad de Dios les preocupa el solo echo de pensar en morir. Porque la carga de la condenación les preocupa. Porque es algo que amenaza su seguridad personal. A. Le preocupo al un joven rico. Los jóvenes normalmente no son dados a interesarse o preocuparse por lo que ha de pasar con ellos después de la muerte. Normalmente quieren disfrutar su juventud sin pensar en el futuro con Dios. Pero aquí tenemos a uno que estaba preocupado por la salvación de su alma. El sabía que existe la vida eterna con Dios y la muerte eterna sin Dios. Y viene a aquel que tiene todas las repuestas y soluciones a nuestras dudas y problemas. Al que puede quitar nuestra preocupación. “Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?” (Marcos 10:17) Este muchacho estaba preocupado por su alma y quiere saber que hacer. Pero lamentablemente a veces no nos gustan las respuestas que Jesús nos da. Y no le gusto a este joven. “Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. 22 Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones” (Marcos 10:21-22) Esta historia nos demuestra que este muchacho tenia dos preocupaciones, pero una era mas grande que la otra. Estos versos nos demuestran cual de las dos era importante en el. B. Le preocupo a Simón el mago. Creo que al hombre en general no le preocupa mucho su situación espiritual hasta que se ve cerca de las puertas de la muerte por ende cerca de las puertas del infierno. Aun aquellos que se creen religiosos. Simón es uno de ellos. “Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, 19 diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo. 20 Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. 21 No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. 22 Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; 23 porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás. 24 Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por mí al Señor, para que nada de esto que habéis dicho venga sobre mí” (Hechos 8:18-24) Pedro ya lo miraba en las garras del infierno por creía que las cosas espirituales se ganan con dinero. La solución era arrepentirse y volver al Señor. Dios a través de Jesucristo es el único que puede quitarnos el temor a la condenación eterna. “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. (Mateo 11:28) pero necesitamos arrepentirnos. C. Le preocupo a Félix el gobernador. “Algunos días después, viniendo Félix con Drusila su mujer, que era judía, llamó a Pablo, y le oyó acerca de la fe en Jesucristo. 25 Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré”. (Hechos 24:24-25) El gobernador necesitaba escuchar lo que Dios tenia que decirle. Pablo le expone un sermón que contenía tres lecciones importantes. La justicia, el dominio propio y el juicio venidero. Justicia. Felix siendo gobernador se esperaba que impartiera justicia. Pero tal parece que la injusticia era más prominente en su gobierno. Pablo era una prueba de ello. Dominio propio. Como un hombre de poder y dinero no se negaba nada de lo que quería. Le daba rienda suelta a sus más bajas pasiones. El dominio propio no era algo que practicara. El juicio venidero. Era algo en lo que el jamás había pensado. Solo había pensado en divertirse, en embriagarse, en riquecerse. Solo en las cosas terrenales. Pero ahora Pablo le toco un tema sensible. Ahora el temor llega a su alma y se siente inquieto. La Biblia dice: Félix se espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré”. Se espanto, le inquieto, le preocupo pero no se arrepintió. ¿Y usted que hará? ¿Le espanta? ¿Le inquieta? ¿Le preocupa? Conclusión Hemos visto que Jesús esta ofreciendo descanso de las cargas del pecado, de la culpa y de la preocupación por la condenación. ¿Cual será su reacción ante este ofrecimiento de Jesús? ¿Se espantara solamente? ¿Quiere ser liberada de estas cargas tan pesadas? Por favor haga estos pasos: arrepiéntase, bautícese, y prosiga el camino del Señor Jesús junto con otros hermanos fieles. Que Dios lo bendiga. Juan Ramón Chávez Torres E-mail: monche91@hotmail.com http://chaveztorres.wordpress.com/ Apartado Postal 681. H. Matamoros Tam.