VIUDEDAD FORAL ARAGONESA 1 En días pasados hemos hablado de algunas instituciones familiares aragonesas. Hoy nos vamos a referir a una de las más singulares: la viudedad foral aragonesa. Por viudedad foral entendemos en Aragón el derecho que tiene el cónyuge viudo a usar y disfrutar de todos los bienes que fueron privativos de su cónyuge o comunes del matrimonio. Como dice la ley aragonesa “la celebración del matrimonio atribuye a cada cónyuge el usufructo de viudedad sobre todos los bienes del que primero fallece”. La finalidad del usufructo de viudedad es la de garantizar al cónyuge viudo una posición económica similar a la que tenía en vida de su consorte. Tan eficaz es la institución que cuando se aplicaba únicamente a las viudas y no a los viudos, se decía que para la mujer no había mejor situación que la de reina en Castilla o viuda en Aragón. El derecho de viudedad lo atribuye la celebración del matrimonio y, por esta razón, existe siempre que el matrimonio se rija por el Derecho aragonés. También corresponde el usufructo viudal al cónyuge viudo cuando el cónyuge premuerto tuviese la vecindad civil aragonesa en el momento de su fallecimiento. En principio, el derecho de viudedad viene impuesto por la ley pero, como ocurre siempre en el Derecho aragonés, habrá que estar a lo que libremente hayan pactado los cónyuges. Los cónyuges, de común acuerdo pueden disponer como prefieran: que ninguno de ellos gozará de viudedad, o uno sí y otro no, o que sólo se gozará sobre determinados bienes. viudedad 1. R5 Cuando nada se ha pactado entra en aplicación el régimen legal del usufructo de viudedad: fallecido uno de los cónyuges, al viudo le corresponde el usufructo de todos los bienes del difunto. La propiedad corresponderá a los herederos (generalmente a los hijos) pero el uso y disfrute de los bienes corresponderán al viudo. Hasta 1967, la viudedad comprendía sólo los bienes inmuebles pero como era una práctica habitual que en capítulos o en testamento los aragoneses concedieran la viudedad universal, esto es, sobre todos sus bienes, a su cónyuge, esta práctica se entendió como voluntad del pueblo aragonés y fue asumida por el legislador. De esta manera, hoy, el usufructo se extiende a todos los bienes muebles que existan en el momento del fallecimiento. En cuanto a los inmuebles, llegamos a un punto de extraordinaria importancia ya que el usufructo del viudo se extiende no sólo a los inmuebles que existan en el momento del fallecimiento sino a todos los que, durante el matrimonio, hayan ingresado en el patrimonio común o en el privativo del difunto, aunque luego hayan sido vendidos y, por lo tanto, se encuentren en poder de terceras personas. Recapitulando podemos concluir señalando que en el derecho aragonés, a la muerte de un cónyuge y salvo pacto en contrario, le corresponde al viudo el derecho a usar y disfrutar de todos los bienes muebles existentes en el momento del fallecimiento y de todos los bienes inmuebles que, durante la vigencia del matrimonio, hubiesen entrado en el patrimonio común o en el privativo del cónyuge fallecido. viudedad 1. R5 2 Dejamos en el tintero muchos aspectos de esta institución de la viudedad foral que abordaremos en los próximos días. viudedad 1. R5 3