Pquia. Ntra. Sra. de la Candelaria-Iglesia La Viña Domingo 29° durante el año Comunidades Bíblicas Parroquiales La plegaria constante en tiempos difíciles 17 de octubre 2010 1) Abrimos nuestro corazón al Espíritu Santo Dios, que nos conducirá a la Verdad plena ORACION COLECTA: “Dios todopoderoso y eterno, concédenos permanecer fieles a tu santa voluntad y servirte con un corazón sincero” Por J.C.N.S. 2) Escuchamos y leemos los signos de Dios en nuestras vidas, desde nuestra propia realidad personal y comunitaria Dime como oras y te diré como es tu fe, “la oración interpreta la esperanza”, decía S. Tomás de Aquino, que esperamos de Dios, como lo consideramos, como nos relacionamos con Él queda de manifiesto en la forma de la oración.............¿Cómo rezamos? ¿Cómo oramos? Cada uno de nosotros?.......... podríamos compartirlo. 3) Escuchamos atentamente la S. Escritura en la cual Dios también nos habla Ex 17, 8-13 ¡Habla, Señor, que tu pueblo escucha! 4) La palabra escuchada ha hecho resonar ECOS en nuestro corazón y en nuestras conciencias: ¿cuáles son? ¿los compartimos? 5) Es necesario REFLEXIONAR, PENSAR JUNTOS, algunos aspectos del texto que, conocidos, nos permiten interpretar el mensaje Este es un relato muy antiguo, probablemente yahvista, representa una tradición de las tribus del Sur. Está unido redaccionalmente a Refidín, donde se sitúa el episodio precedente. Como si se tratara de una consecuencia de la nueva vida que adquiere el pueblo después de beber el agua de la roca, nos encontramos con esta victoria sobre los amalecitas. Se trata de una tribu vecina de Judá que vivía en el Negueb, al sur de Israel, y que controlaba las rutas de las caravanas entre Egipto y Arabia. Aunque se subraya su valor guerrero, esta victoria se logra en realidad gracias a que Moisés sostiene en alto el mismo bastón con el que ya ha obrado otros prodigios; es otra forma de decir que la mano de Dios ayuda a vencer a los enemigos. Todo el relato refleja el recuerdo del antiguo odio de los israelitas hacia los amalecitas, cuyo origen y motivo se desconocen. Ese odio hace que se llegue a proyectar como voluntad divina la desaparición total de aquella tribu. Lo que hace Moisés durante la batalla es el paradigma del poder de la oración y de los gestos corporales que la acompañan. 6) En este momento, entretejiendo palabras, pensamientos, silencios MEDITAREMOS JUNTOS todo lo que Dios nos ha ido sugiriendo e incluso nos sugerirá ahora 7) ORACIÓN COMUNITARIA: 8) ACTUAMOS: PROPÓSITO DE ESTE ENCUENTRO: personal y comunitaria. APÉNDICE Lucas 18, 1-8 El V.1 afirma claramente el propósito de esta parábola, mostrar a los discípulos “la necesidad de orar siempre sin desanimarse”. Los personajes claves de la parábola son un juez y una viuda. En el A.T. se condena constantemente la perversión de la justicia. Los jueces tienen que ser árbitros imparciales y defensores de los desvalidos, los pobres, las viudas, los huérfanos y los extranjeros. El juez de esta parábola no vive según esa norma. La viuda representa a los oprimidos y a los indefensos que sufren a manos de gobernantes despiadados y jueces injustos. La pobre viuda, privada de sus derechos por alguien más poderoso que ella, sólo pide justicia. La viuda era demasiado pobre para sobornar al juez. El juez aparece en marcado contraste con Dios, que en toda la Biblia es descrito como el que no puede justificar el mal. Si un juez injusto oirá finalmente las súplicas persistentes de una pobre viuda, cuánto más oirá un Dios justo nuestros gritos de auxilio si somos perseverantes en la oración. El Señor ¿hallará fe sobre la tierra?, equivale a ¿Encontrará a sus discípulos orando con fe? ...preparados para la venida del Hijo del hombre. El juez era injusto, no temía a Dios, ni respetaba a los hombres..... la pobre viuda no podía sobornarlo. Nuestra oración debe ser así: segura, insistente, perseverante, reiterada, apremiante. Con sencillez, sin cansarse, sin dudar. Una súplica débil es señal de una fe débil. Entre los temas favoritos de Lucas está el tema de la oración...para ello propone de Jesús una parábola muy sencilla, para animar a rezar siempre. Una pobre viuda que recure a un juez malvado, para que le haga justicia ante un adversario. La figura de la viuda nos sugiere una mujer anciana, con pocas fuerzas físicas, y que por las costumbres de aquellos tiempos y lugares estaba desprovista de toda ayuda. Una vida muy marginada y postergada, francamente miserable. ¿Qué podía hacer una pobre viuda si el juez que debía atender su causa era un malvado que no se quería ocupar? Su situación era desesperante. Podemos ver que si bien el tema es sobre la oración, la reflexión nos puede llevar al tema de la administración de la justicia. La viuda pedía justicia, el juez le hizo justicia, Jesús dice que Dios hará justicia, y que hará justicia pronto............si miramos el evangelio en su totalidad, se puede ver que la parábola de la viuda insistente está ubicada en el contexto de otras enseñanza s de Jesús sobre la venida del Hijo del hombre........a eso se refiere la última pregunta ¿cuándo venga el Hijo del hombre encontrará fe sobre la tierra? .......Jesús es el que vendrá en la segunda venida. Como juez para instaurar definitivamente el reino de Dios.....Esa venida de Jesús es deseada por todos aquellos que actualmente están padeciendo la injusticia. Son los que sufren la opresión, la marginación, la falta de justicia, pero que renuncian a ser violentos como sus opresores y esperan la intervención de Dios. Jesús asegura que el Hijo del hombre vendrá a hacer justicia los pobres pero que éstos deben suplicar día y noche. La venida del Hijo del hombre será la respuesta de Dios a la súplica insistente de todos los pobres, aunque por ahora parezca que los hace esperar. El motivo de la súplica de los elegidos tiene que ser la intervención del Hijo del hombre para hacer justicia y crear un orden de cosas que responda a la voluntad de Dios. En cambio los que son cómplices de la maldad y de la injusticia inferida al prójimo no pueden rezar por la venida del Hijo del hombre. Solamente ansían la llegada del juicio aquellos que aman la justicia, los que la desean, los que sufren la injusticia. A veces los miembros.......... ¿Cuándo venga el Hijo del hombre encontrará fe sobre la tierra? Es algo que nos tiene que hacer pensar. Si miramos lo que sucede cada día en el mundo vemos que la maldad parece ir en aumento. Cada día hay más violencia, los vicios parecen generalizarse más, la pobreza y la injusticia son cada vez más evidentes, parece que el amor a Dios y al prójimo van desapareciendo. No perdamos el ánimo, porque si no rezamos la injusticia arrasará con todo antes que llegue el día del Señor. ¿Tendremos el coraje de esperar, de tener paciencia, aunque Dios tarde en atendernos? Otro aspecto de la meditación de hoy: es tener en cuenta que el orante cristiano es un hijo que habla con su Padre,, es decir una cosa debe brillar sobre todo en su oración: la libertad. La oración del cristiano es auténtica y es cristiana en la medida en que es libre (cfr. Rom 8,15)......donde está el Espíritu del Señor hay libertad (cf. 2 Cor 7,17) ¿Qué significa la palabra “libertad” aplicada a la oración? No significa que somos libre de orar o no orar, o de orar cuando nos da la gana; ni significa justificar el desorden, la desidia y la superficialidad en el orar. Libertad significa la apertura interior del espíritu, la confianza, la sinceridad, la ausencia de complejos, en el hablar con Dios. A esta libertad se oponen algunas esclavitudes de las que debemos liberarnos. o La primera es la esclavitud de las fórmulas: Quién sabe cómo, ha terminado imponiéndose en medio del pueblo cristiano la convicción de que con Dios hay que usar ciertas fórmulas fijas, como si la eficacia de la oración estuviera en la fuerza mágica que tienen ciertas palabras sobre la divinidad. Un signo puede ser, no saber orar si no es con oraciones conocidas de memoria. Ninguno de nosotros tomaría en serio a un amigo que le hablara siempre con frases hechas o a un novio que escribiera cartas de amor copiándolas de una antología. 2 En algún momento de la vida espiritual, es aconsejable incluso dejar un poco de lado las oraciones conocidas y hablar a Dios “ex abundantia cordis” (Mt 12,34) con simplicidad y confianza filial, a lo mejor también discutiendo y luchando con él, como hizo Jacob (Gen 32,23) También habrá que siempre a la barrera de las palabras mismas, pueden ser un obstáculo cuando se obliga Dios a ir detrás de nuestros esquemas mentales, cuando la palabra ya no basta, hay algo mejor que la palabra: el silencio, el gesto, el júbilo del corazón que se traduce en simples exclamaciones o modulaciones de voz, gemidos inefables. o La segunda esclavitud es la de los lugares, el que no sabe orar sino es en la Iglesia, o en un santuario, o a los pies de la cama. A la samaritana se le dijo que basta orar en Espíritu y en verdad (Jn 4,21) Santa Catalina de Siena decía que se había construido una celda interior que llevaba siempre consigo en sus viajes apostólicos y San Agustín se decía a sí mismo: “entra en ti mismo, dentro de ti habita la Verdad y te espera”. A María de Betania le fue dicho un día: “El Maestro está aquí y te llama” (Jn 11,28). o La tercer esclavitud es la de los tiempos: es necesario superar de alguna manera también los tiempos tradicionales, mañana, noche. Algunos se confiesan... no dije las oraciones de la mañana y de la noche.......Como si Dios tuviera una oficina, y dijera se recibe la oración de tal hora a tal hora. El modelo surge de la vida.......siempre ha habido en nuestra vida una persona realmente muy querida (un amigo, el novio, un hijo recién nacido), pensar en ella no quedaba limitado a dos momentos en el día; al contrario, cada vez que afloraba un pensamiento, la mente y el corazón corrían detrás volando y se encendía dentro como una luz. La oración es el espejo fiel de la vida. Una actitud de verdadera oración no se improvisa; es fruto de atención a Dios, de fidelidad en las cosas pequeñas, de ascesis. o La fuerza de la oración se refleja en la primera lectura, cuando Moisés levanta los brazos vence Israel, cuando los baja vence Amalek, signo de las fuerzas hostiles. Cuando el creyente ora es más fuerte que el mal, la sensualidad, la acidia, la ira, la avaricia, etc. o En la oración ocurre algo similar a lo que ocurre en el árbol, gracias al proceso de clorofila; el árbol vive y florece porque sus hojas, expuesta a la luz, fijan el oxígeno del aire, el creyente vive y se renueva cuando en la oración se “expone” a la luz de Dios y “fija” en su alma al Espíritu santo. La oración es nuestro oxígeno espiritual. ............. o ¿Señor, enséñanos a orar! 3