Las modernas telecomunicaciones que llegaron tarde y duraron poco un diccionario o libro fraseológico. Este medio de comunicación tuvo una vida muy efímera. Resulta paradójico que el gobierno de la nación gastara una suma tan importante de dinero en medios y formación apostando por una tecnología que ya estaba obsoleta en Europa. En 1854 comenzaba a extenderse la red de la telegrafía eléctrica en España. Algunas curiosidades El retraso en la trasmisión de un men­ saje implicaba la reducción del salario del torrero. La cabecera de línea Madrid-Valencia primero estuvo en la Real Casa de la Aduana en la calle Alcalá y después se trasladó a un lugar con mejor visi­ bilidad, el castillete que hay en los jardines del Retiro y que después fue sede del observatorio central meteorológico. En la torre de Fuentidueña de Tajo murió alcanzado por un rayo en 1854 el torrero. Posiblemente el rayo entró atraído por el metal del catalejo. Según el reglamento y en caso de mala visibilidad el ordenanza pertrechado con su fusil reglamentario debía llevar en mano los mensajes urgentes hasta la siguiente torre. En ocasiones y para avisar de por ejemplo la llegada del inspector de línea se incumplían las órdenes y se daba aviso telegráfico de una torre a otra El 21 de Octubre de 1849 se inauguró nuestra línea, aunque se había probado meses antes. El mensaje enviado desde Madrid a las 7 de la mañana se recibió en Valencia a las 8:30 horas. La res­ puesta se despachó desde Valencia a las 10:30 recibiéndose en Madrid a las 11:10. El conde de Montecristo soborna en la película a un operador de telegrafía óptica para que envíe un mensaje falso. En uno de los lados de nuestra torre se observa el impacto de varios pro­ yectiles. Movistar restauró en 2002 la torre de Adanero recuperando su aspecto origi­ nal Varios pueblos han optado por poner en valor sus torres reconstruyéndolas, como la de Moralzarzal La torre de Arganda se ha convertido en un pequeño museo con actividades divulgativas y educativas sobre la ma­ teria. Su mecanismo está operativo. Influenciados por la comunicación de señales se puso de moda entre los jóvenes un lenguaje de símbolos. En el libro telegrafía amorosa: contenien­ do lenguaje de las manos, de los bra­ zos, el abanico, los colores y el de las flores, se daban instrucciones de todo tipo de señales que los enamorados podían hacerse para comunicar su amor sin que otros a su alrededor lo perci­ bieran. Aquellos pioneros de las comunicaciones que trabajaron hace 170 años en la torre de Juan Bueno jamás hubieran imaginado que hoy mediante flotas de satélites podríamos hablar, chatear, jugar online, enviarnos fotografías, hacer videoconfe­ rencias o whassapear sobre temas intras­ cendentes desde nuestro sofá con perso­ nas que pueden encontrarse al otro lado del planeta a través de un pequeño dis­ positivo que guardamos en nuestro bol­ sillo. Escrito por Belén López Navarro, autora del blog LOVEMOTILLA y Eduardo Silvino Navarro, autor de motillacuenca.blogspot.com