LA TECNICA SE CONVIERTE EN ARTE CUANDO SE TIENDE CONSCIENTEMENTE A LA PERFECCIÓN. DE PIXEL EN PIXEL Laura Elenes Actualmente es lugar común hablar de tópicos tales como inteligencia artificial, multimedia interactiva, gráficos en computadora, animación computarizada, diseño auxiliado por computadoras, estética, literatura, música electro acústica, esculturas lumínicas, del neón al video, utilizando sensores y microprocesadores, gases ionizados, hologramas, fractales, fenómenos electromagnéticos, robots, cristales… la llamada alta tecnología es la marca del fin del siglo XX. Pero las máquinas de cálculo fueron desarrolladas por hombres de ciencia. Según los trabajos de investigación del profesor Fraytag-Lörinhhoff, Schickard (1623), fue el astrónomo que construyó la primera máquina calculadora. Los matemáticos Pascal y Leibnitz continuaron su desarrollo, y es a este último a quien debemos la creación del sistema más simple: el binario, que utiliza 1 y 0. Leibnitz en su Ars Combinatoria planteó el primer sistema de una lógica matemática que, perfeccionada, tendría una gran importancia en la técnica de las máquinas calculadoras, que conducirían más tarde a la industria de calculadoras las cuales, sin embargo, se limitaban a las cuatro operaciones aritméticas básicas. La superación de esta limitantes se debió al inglés Charles Babagge (1833) quien desarrollo las ideas para una calculadora universal programada, por ello podría ser considerado como el padre del moderno computador. La idea básica de Babagge fue resolver, mediante pasos de operaciones parciales el cálculo, y unir entre sí los valores resultantes por medio de una operación continua. De esta manera cada valor recibe un sitio específico en el mecanismo de almacenamiento de la máquina y puede ser llamado cuando se le necesite en el proceso de cálculo. A esto actualmente se le conoce como “programa”. De manera que Babagge buscó la solución en al interacción del cálculo aritmético y una memoria de mil células de almacenamiento, cada una con cincuenta fracciones decimales. Esta máquina analítica poseía una memoria o almacén, un mecanismo donde se ejecutaban las operaciones matemáticas y ordenador, que como su nombre indica, dirigía el orden de serie en que debían ejecutarse las operaciones aritméticas, así como un dispositivo de entrada que empleaba tarjetas perforadas, parecidas a las inventadas por Jacquard, para los telares automáticos. A pesar de haber dedicado toda su vida a la máquina analítica, a consecuencia de las limitantes de producción de piezas de precisión, dicha máquina quedó en apacible sueño casi cien años. En 1890 (con Hollerith en Alemania y Powers en USA) aparecieron aparatos comandados por tarjetas perforadas, que entrarían en el renglón de elaboración de datos, sin embargo no se consideran predecesores de las computadoras actuales, porque no podía hablarse de una real automatización de amplios procesos de cálculo. Los científicos desarrollaron y construyeron diversos aparatos, que en su gran mayoría, funcionaban según el principio análogo, donde las relaciones matemáticas son simuladas en un modelo análogo, y los valores son representados por magnitudes físicas, continuamente mutables (como las posiciones de la regleta en una regla de cálculo), por el ángulo de giro, velocidades e impulsos eléctricos, como ejemplo mencionaremos el velocímetro de los automóviles, al convertir las veces que gira el eje de las ruedas del vehículo en una indicación de velocidad. Un paso trascendental hacia la construcción de una calculadora científica universal, sólo podía lograrse mediante los llamados instrumentos digitales. Este paso lo dieron entre 1935 y 1945 investigadores de Alemania (entre ellos Conrad Zuse) y en los Estados Unidos Alken Stibitz, Eckert-Mauchly y otros. En Alemania los trabajos condujeron al modelo Z-3 construido en 1941 con tecnología electromecánica. Así se convertía en realidad la idea fundamental de Babagge. Aparte de eso, el modelo funcionaba con el sistema de números binarios y en forma semilogarítmica con “coma flotante”, lo cual se adapta especialmente a cálculos de ingenieros y científicos. En Estados Unidos, Stibitz y Mauchly construyeron la primera calculadora ENIAC, que no correspondía a la concepción de Babagge, sin embargo, construyeron las primeras calculadoras digitales y contribuyeron al desarrollo definitivo de las computadoras. La ENIAC fue uno de los secretos mejor guardados durante la segunda Guerra Mundial, construida en los laboratorios de la Universidad de Pensilvania. La constituían dieciochomil tubos electrónicos, cerca de quinientasmil piezas diferentes y ocupaba un área de más de doscientos metros cuadrados. Su primer trabajo fue un problema de cálculo de física nuclear, duración: dos horas. Este problema hubiera requerido innumerables matemáticos y un año de trabajo. Así vemos que al principio se construyeron equipos de gran tamaño, casi exclusivamente con fines científicos, pero cuya agilidad se incrementó mediante la utilización de órdenes condicionadas, almacenamiento de programas, cálculo de direcciones y operaciones lógicas. Una progresiva aplicación de métodos matemáticos con auxilio de computadoras ha conducido al nacimiento de un nuevo lenguaje: el de las computadoras. Al término de la segunda Guerra Mundial, especialmente en los Estados Unidos, las computadoras se desarrollaron en gran escala. Se realiza una estructura lógica. Se disminuyen costos y gastos al utilizar los elementos procesados de manera sucesiva, y dar instrucciones condicionales. El almacenamiento del programa, técnica electrónica, transistores y circuitos integrados mejoró sustancialmente el Hardware, o sea la máquina en sí, reduciendo el espacio ocupado por el aparato en forma inversamente proporcional a la capacidad de trabajo, una vez eliminadas las tarjetas perforadas. El Software o programación, sobrepasa el simple código de instrucciones de Babagge y, después de 1945, Goldstine y Von Neuman realizan investigaciones teóricas sobre programación. Zuse desarrolla el primer lenguaje algorítmico universal (lenguaje de instrucción) y después se desarrollan lenguajes como Fortran, Algol, Cobol, LL 1, Basic, etc., en los cuales el Compiler (programas de traducción de lenguajes formales en códigos especiales de una máquina), tiene una forma importancia esencial. Las computadoras han dejado ya de ser un secreto militar y se convierten en una gran posibilidad comercial. Este es el momento en que se empiezan a concebir las posibilidades dentro del arte de las imágenes resultantes del empleo de computadoras. Hemos visto que la ciencia ha debido esperar largos periodos a que los avances tecnológicos hagan realidad tangible teorías y sueños. Las computadoras han hecho factible la construcción de innumerables aparatos que nos plantean gigantesco campo en las dimensiones interactivas. Ben F. Laposky, matemático y artista de Cherokee, Iowa, está considerado como el pionero en abstracciones electrónicas llamados Oscillones. Para ello manipuló rayos electrónicos a través de la cara fluorescente del osciloscopio de un tubo de rayos catódicos (semejantes al de TV) y después fotografió los patrones abstractos con película de alta velocidad, filtros de color y lentes especiales. Las variaciones de los patrones se lograron modificando las ondas con diferentes entradas electrónicas. Detrás de la elegante simplicidad de sus imágenes, existía también una ingenuidad tecnología, ya que los sistemas análogos son difíciles de programar, y además es virtualmente imposible duplicar un conjunto de condicionantes. Si bien no estamos dentro de la Serendibilidad cibernética, con cuyos resultados se realizó en el 68, en Londres, la primera gran exhibición de arte por medio de computadores, ya que Laposky, matemático-artista, manejó y maneja las sino-ondas de sus oscillones con la intención y el conocimiento artístico. El plotter de la Cal Comp, aparece hacia 1959, y es el primer plotter de mecanismo de cilindro lanzado en la era de los gráficos realizados en la computadora. En 1960 los plotters ofrecían ya posibilidades prácticas y alternativas sobre papel para ser utilizadas por los artistas. Pero tanto los aparatos como las computadoras que los controlan estaban restringidos al uso industrial, con pocas o nulas oportunidades para los artistas. En 1962, Ivan Sutherland definió su sistema como Tabla de dibujo para Gráficos por computadora. Donde se podía dibujar sobre el tubo de rayos catódicos (CTR) con un lápiz lumínico (una celda fotoeléctrica dentro de un objeto parecido a un lápiz o un bolígrafo) cualquier movimiento de ésta en el monitor se marcaba en la pantalla por un camino de luz. Al año siguiente destacamos la convocatoria para la primera competencia de gráficos en computadora, curiosamente no tan sorpresivamente el 1º. Y 2º. lugares fueron para miembros del Laboratorio de Investigación del Ejército Estadounidense de Misiles y Balística de Aberdeen, Maryland. En dos años más tarde que la idea de arte en computadora empezó a presentarse como posibilidad viable en los Estados Unidos y en Europa, imagen, música y literatura se consideraron ya como realizaciones. Innumerables artistas y diseñadores de la categoría de Rauschenberg y Gyorgi Kepes creyeron en la necesidad de una alianza simbólica entre arte y ciencia. Se funda el Centro para Estudios Visuales Avanzados en MIT, ahí los artistas tendrían apoyo por parte de ingenieros y matemáticos para sus trabajos de investigación dentro del campo de la estética cibernética. A pesar de estos esfuerzos los años 70s nos encuentran con una realidad absoluta: la tecnología es simplemente inalcanzable fuera de los centros de investigación. Es por ello, que en la mencionada exposición londinense de Serendibilidad Cibernética, solamente tres artistas participaron: Csuri, Summer y Palyka. Todas las demás imágenes habían sido realizadas por científicos. Ya para los 70s las fotocopiadoras se convertían en un medio donde ciencia, técnica y arte caminaban en el mismo sendero, y Sonia Sheridan iniciaba el primer curso de copiadoras en el Instituto de Artes de Chicago y con ella se iniciaba el universo del Copy Art. Eleanor Kent tiene en San Francisco una fotocopiadora en su estudio durante cuatro años, y realiza una importante obra serial en fotocopia en color. Las fotocopiadoras favoritas entonces son las Seros, y es por ello que se les da el nombre genérico de “xerografía” cuando es en blanco y negro y de “Cromoxerografía” cuando es en color. Sin embargo, debido a la rapidez con la cual las máquinas son mejoradas, es incorrecta esta denominación ya que actualmente les tendríamos que llamar Cromocanongrafía, o Cromohashuagrafía, etc. es por ello que en la exposición de quien esto escribe, en el Museo Nacional de la Estampa, toda la gráfica realizada por medios computarizados o digitalizados toma el nombre de Electrografía Digital, y después se especifica la clase de máquina en que fue realizada, sea fotocopiadora, computadora, o el proceso interactivo de la imagen y el sonido de video a computadora, de computadora a video, de computadora a impresora, o de computadora a fotografíaAl advenimiento de las microcomputadoras, y de las computadoras personales (PC) con bajos costos, monitor en color y periféricos accesibles, en unión de programas “amigables” con ventanas y pull downs que no requerían de asesores ingenieros o matemáticos. Los artistas se lanzan de lleno a experimentar las multiposibilidades combinatorias de las pequeñas pero poderosas computadoras que ofrecen al artista una visión diferente, en una realidad distinta y la factibilidad de establecer nuevas relaciones con los medios llamados de alta tecnología. Dentro de los cuales las fotocopiadoras e impresoras láser y todos los medios mencionados al principio de este artículo, sobre todo en la década de los ochenta se convirtieron en importantes medios de expresión en el mundo; exhibiciones, concursos, congresos, conferencias, multimedia, interactividad, iteractividad, audiovisuales en multi-imagen en un gran número de proyectos controlados por medio de computadoras, libros, revistas y directorios especializados aparecen en países tecnológicamente muy avanzados y también en México hacen su aparición, con talento creativo. Conforme nos acercamos al siglo XXI, vemos que la obsolescencia de los aparatos controlados por medios digitalizados se acelera. El hardware tiene una vida útil aproximada de tres años, antes de encontrar en el mercado una contraparte muchas veces superior. El Software se actualiza día a día en versiones cada vez con mejores capacidades y posibilidad de manejo. Hace cinco años 580k de memoria para una micro podía ser suficiente para realizar imágenes sencillas (quizá ya unas cuevas de Altamira) o procesadores de palabras. Actualmente hablamos de cincuenta megas y todavía es necesario un coprocesador numérico par que “corra” un sencillo programa de dibujo. Esto plantea un serio problema de costos, para los artistas de los países no tecnificados y con economía a la baja, quienes permanecen al margen de este importante desarrollo, ya que no cuentan, salvo muy pocas excepciones, con apoyos institucionales, y trabajan a niveles de verdadero heroísmo por la fascinación que sobre ellos ejerce la iconografía cibernética y la belleza de un fractal. La atracción hacia las nuevas técnicas como el collage electrónico, dinámica y transformación que interactúan en los elementos tradicionales del arte, como son forma, sombras, color y efectos especiales de vertiginoso desarrollo. La complejidad de los efectos está en relación directa al costo del aparato, sin embargo, esto no quiere decir que el verdadero artista no encuentre la posibilidad de realizar imágenes de excepción con micro computadoras o PC. En conclusión podemos decir que la tecnología de nuestra época ha permitido desarrollar sofisticados aparatos, y ha permitido la realización de grandes hazañas tecnocientíficas llevadas a cabo a la perfección. Por ende, la utilización de estos aparatos para la generación de arte es lógica e inmediata. Ela abandono del caballete y de los medios tradicionales en música, se plantea desde principios de siglo XX. El arte constantemente destruye sus antecedentes, esto ha ocurrido siempre, lo cual no obsta para que muchos continúen trabajando dentro de los ecos del pasado. Cualquier movimiento artístico de transición, como lo es el arte que utiliza como medio la lata tecnología, atraviesa en su primera fase por épocas difíciles, en primer término porque todavía posee demasiados mensajes visuales y sonoros con marcos de referencia previos. En segunda instancia porque los críticos de arte son cautelosos en exceso para juzgar un presente no apoyado sustancialmente en el pasado, que ya ha sido estudiado, expurgado, analizado, escrito, historiado y por lo tanto validado por el tiempo. Son las instituciones y universidades en especial, quienes en el caso del arte de Alta Tecnología han mostrado una amplia apertura e interés. Sin embargo, cuestionamientos como ¿Es esto arte? ¿Un artista con una máquina? Surgen a cada paso, la respuesta es contundente e inmediata: Lo mismo se dijo de la fotografía o el cine. Las imágenes de alta tecnología pueden ser o no clasificadas como arte, tomando en cuenta que un óleo o un acrílico, o una persona que toca una sonata, puede ser arte o no dependiendo si la persona que utilizó estos medios es un artista o un aficionado. El artista incuestionablemente, al trabajar con las maquinas sí se involucra emocionalmente, en la misma medida que s capaz de apasionarse por el trabajo realizado. La rapidez alucinante con que puede generar imágenes escapa a toda posibilidad de comparación. A la presión de un botón automáticamente surgen complementarios o contrarios, los fondos se sobreponen y las figuras se modifican, trasladan, parten, se reflejan en efectos de espejo o bien de caleidoscopio. Figuras que se atrapan en videos, impresoras, plotters, diskettes o fotografías directas del monitor, permiten al artista ofrecer un instante de ese trabajo evolutivo y apasionante que es el desarrollo de imágenes computarizadas. Trabajo libre y directo, tan directo como el dibujo a mano alzada o un aerosol, efectos acuarelados y transparentes, colores intensamente luminosos que fueron producidos por la luz interna de componentes electrónicos, hacen que el artista pueda a su antojo manipular efectos sofisticados, en un sintetizador y un programa de música, tiene en sus manos todos los instrumentos de una orquesta y efectos especiales, puede, en suma, trabajar artísticamente con las imágenes y sonidos que diariamente entran a millones de hogares por medio de los televisores. Utilizar esto medios con sus especiales características de colores brillantes e iluminación interna que surgen del complicado interior del aparato hacia la pantalla, produce un goce tan profundo como el que pudo sentir Monet cuando estableció los principios de luz y color en sus lienzos impresionistas. No se puede negar que el aspecto lúdico y la serendibilidad están presentes como partes importantes de este proceso artístico, pero también es indudable que sus aportaciones van mucho más lejos de lo que pueden tener de especulativo en primera instancia. Está más lejos de la frivolidad y más cerca del gran arte de los que los mismos artistas que lo trabajan actualmente puedan suponer. Algunas predicciones para el arte y el artista del siglo XXI afirman que los artistas se verán en dificultades, pues el arte se considerará como una actividad de segunda clase, sin posibilidades de comparación con la ciencia, que las tendencias uniformizadotas de los acontecimientos de 1989 harán que las expresiones del arte se estandaricen, se influencien y que a mayor avance de la técnica y la ciencia, el arte se verá reducido en la misma proporción, hasta perder sus misma razón de ser. Por el contrario los futurólogos optimistas afirman que el arte estará abierto, producirá experiencias estético-sensoriales diferentes, y que nuevas manifestaciones artísticas serán aceptadas ampliamente, a condición que siempre esté presente el corazón humano en el libre juego de la fantasía cibernética. No olvidemos que el artista a través de toda sus historia, ha utilizado, manejado, manipulado la más alta tecnología disponible en su tiempo y su cultura, ha creado los monumentos y las obras que se sustentan como los mayores valores producidos por la humanidad. Si bien la tecnología actual, se ha convertido en algo complejo, y la opción de cambios son quizá más rápidas que lo que podemos absorber en un momento dado, a veces nos sobrepasa, pero tenemos la más poderosa herramienta posibles, y no nos referimos a los nuevos juguetes con su hermosa serie de misteriosos botones, sino a que finalmente todo está en nuestra cabeza y espíritu, y que nuestros límites son la imaginación.