ORACIÓN DEL JUEVES SANTO Al comenzar la oración, comenzará a sonar música para que nos vayamos ambientando. Sonará un minuto y se comenzará a leer la siguiente historia: “En un lejano pueblo vivía un labrador muy ávaro y era tanta su avaricia que cuando un pájaro comía un grano de trigo encontrado en el suelo, se ponía furioso y pasaba los días vigilando que nadie tocara su huerto. Un día, tuvo la idea de construir un espantapájaros que alejara a los animales de su huerto; cogíó tres cañas y con ellas hizo los brazos, luego con paja dio forma al cuerpo, una calabaza le sirvió de cabeza, dos granos de maiz de ojos, por nariz puso una zanahoria y la boca fue una hilera de granos de arroz. Una vez el espantapájaros estuvo terminado, le colocó unas ropas rotas y feas y de un golpe seco lo hincó en la tierra. Pero se percató de que le faltaba un corazón y cogió el mejor fruto del peral, lo metió entre la paja y se fue a su casa. Allí quedó en espantapájaros. Más tarde un gorrión voló despacio sobre el huerto buscando dónde poder encontrar trigo. El espantapájaros al verle, quiso ahuyentarle dando gritos, pero el gorrión se posó en un árbol y le pidió trigo para poder dar de comer a sus hijos, el espantapájaros contestó: - “No puedo”. Pero tanto le dolía ver así al gorrión que le dijo que podía coger su boca que eran granos de arroz; el gorrión los cogió y de alegría besó su frente de calabaza.El espantapájaros quedó sin boca pero muy satisfecho de su acción. Una mañana entró en el huerto un conejo, cuando se dirigía a las zanahorias, el espantapájaros le dijo: - “Ya sé que tienes hambre así que coge mi nariz que es una zanahoria.” Una vez el conejo se había ido, el espantapájaros se sintió feliz. Un día apareció un gallo cantando junto a él y dijo: - “Voy a decir a mi mujer que no ponga más huevos para el dueño de esta huerta, es muy ávaro y casi no nos da comida”. - “Eso no está bien, yo te daré comida, coge mis ojos que son granos de maíz”. El gallo se fue muy agradecido. Poco más tarde alguien se acercó y le dijo: - “Espantapájaros, el labrador me ha echado de su casa y tengo frío, ¿puedes ayudarme?” El espantapájaros le dio su ropa ya que era lo único que podía ofrecerle. Más tarde, notó que alguien lloraba junto a él; era un niño que buscaba comida para su madre. El espantapájaros sin pensárselo le ofreció su hermosa cabeza de calabaza. Cuando el labrador se dio cuenta del estado del espantapájaros se enfadó mucho y le prendió fuego. Sus amigos, al ver esto, amenazaron al labrador, pero en aquel momento cayó al suelo algo que pertenecía a aquel monigote: su corazón de pera. Entonces el hombre se lo comió diciendo: - “¿Decís que todo os lo ha dado? Pues esto me lo como yo.” Pero al morderla notó un cambio en él y les dijo: - “Desde ahora os acogeré siempre”. Mientras, el espantapájaros se había convertido en cenizas y el humo llegaba hasta el sol, transformándose en el más brillante de sus rayos.” Como signo, habrá material en medio del círculo con el que, entre todos, construiremos un espantapájaros: - Una calabaza. - Maiz. - Una zanahoria. - Granos de arroz. - Dos palos de escoba rotos. - Una camisa vieja. - Unos pantalones viejos. - Paja o papel de periódico. - Maceta con tierra. Cuando esté construído, se pedirá que cada uno escriba un pensamiento al espantapájaros, y que lo meta en su cabeza de calabaza. Se dejará tiempo para pensar, y al final se leerá la siguiente oración: “Gracias, Señor porque esta noche nos has regalado el silencio y la paz. Tantas veces repitiendo palabras y llenando nuestras vida de ruidos, para que tú nos regales silencio. Silencio y paz. En esta noche nos llamas para darnos cada día y en cada momento por amor: Amor sin nombre propio de autor donde está como meta un camino que se vive en la medida que se recorre y se goza en cada paso y en cada gesto. Aquí estamos como tus discípulos aquella noche en Getsemaní. Llena nuestra patena para ser veda y mensaje de amor en nuestro mundo. Ahora es el momento del silencio. Mañana será tiempo de la acción. Todo por amor, “para que el amor con que me amas esté también en ellos”. Gracias por tu confianza, Señor.” Para finalizar, cantaremos o rezaremos todos juntos el Padrenuestro.