EL ESPANTAPÁJAROS SOLIDARIO Había una vez un gorrión que revoloteaba sobre un huerto buscando comida. En aquel huerto había un espantapájaros que quería ahuyentarlo, pero el gorrión se posó en un árbol vecino y le dijo: - Déjame coger un poco de trigo para mis hijos. - No puedo.- contestó el espantapájaros. Al espantapájaros le dolió tanto ver sufrir al pobre gorrión que, al final, le dijo: - Puedes coger mis dientes, que son semillas de sandía. El gorrión hizo lo que el espantapájaros le dijo y, muy agradecido, besó su frente de calabaza. Otro día vino un conejo hambriento buscando una zanahoria. El espantapájaros se compadeció de él y le ofreció su propia nariz de zanahoria. Poco después vino un mendigo que tenía frío y le ofreció toda su ropa. Más tarde, notó que alguien lloraba junto a él. Era un niño muy pobre que buscaba comida para su familia. - Pobre niño.- dijo el espantapájaros.- te doy mi cabeza, que es una hermosa calabaza y mis manos, hechas con espárragos… También puedes llevarte mis pies, que son dos melones, mis orejas que son plátanos y mis ojos que son aceitunas. Al día siguiente, cuando regresó el labrador a su huerto se enfadó mucho al ver al espantapájaros destrozado y decidió tirarlo a la basura. Los amigos del espantapájaros, al ver lo que ocurría, se acercaron a intentar salvarle, pero en aquel momento, algo cayó al suelo. ¡Era su corazón de pera! Entonces, el labrador se lo comió y dijo riéndose: -¿Creíais que el espantapájaros os había dado todo? Pues esto me lo como yo. Al comer la pera, su corazón cambió para siempre y les dijo a todos: - De ahora en adelante os recibiré siempre, porque el espantapájaros ha cambiado mi corazón. FIN