E STUDIO S ABÁTICO JUECES, PROFETAS Y REYES De Canaán al Cautiverio L ECCIÓN 2 – L A C AÍDA DE J ERICÓ Y H AI Lectura Bíblica: Josué 5:3 - 8:35 Recomendado: Patriarcas y Profetas, Capítulos 45-46, pp. 521-538 Historia de la Redención, Capítulo 23, pp.183-185 Testimonios para la Iglesia, Tomo 3, “La toma de Jericó”, pp.157-164 O BJETIVOS EN CADA L ECCIÓN : Encontrar a Yahshua. Procurar fines misioneros, como llevar este mensaje a otros. Buscar un sentido para tu vida, mayor consagración. Entender su Palabra. Descubrir la unidad entre el Antiguo y Nuevo Testamento. Identificar y memorizar Promesas para tu vida. P REGUNTAS PARA EL ESTUDIO SEMANAL 1. Estando cerca de Jericó, ¿qué aparición llamó la atención de Josué? (Josué 5:13) 2. ¿Cómo se presenta el extraño guerrero a Josué? (Josué 5:14) 3. ¿A quién menciona la Escritura con el mismo título? (Daniel 10:12-13, 21; Daniel 12:1-3; Apocalipsis 12:7; Comparar Judas 9 y Zacarías 3:1-2; 1º Tesalonicenses 4:14-17) 4. ¿Qué promesas recuerdas sobre el cuidado especial del Ángel de Yahweh o de sus ángeles? (por ejemplo, Salmo 34:7) 5. ¿Dónde encontramos en la Palabra ejemplos de personas que se descalzan? ¿Cuál fue el motivo en cada caso? (Éxodo 3:5; Deuteronomio 25:9; Rut 4:8; 2º Samuel 15:30; Isaías 20:1-6; 47:2; Jeremías 2:20-25) 6. ¿Qué semejanzas y diferencias observas en el relato de Josué 5:13-15 y Éxodo 3:1-6? 7. ¿Qué nos enseñan estos relatos acerca del temor al Eterno y lo que el consagra 1 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. 24. 25. como santo (apartado)? (Ver también: Deuteronomio 10:12; Josué 24:14; 1º Samuel 12:14; Salmos 25:12; Eclesiastés 12:13; Isaías 8:13; Mateo 10:28; 1º Pedro 1:17; 2:17; Apocalipsis 14:6-7) ¿Cómo describe el Altísimo a los pueblos que iba a conquistar? (Deuteronomio 9:1-5) ¿De que debían cuidarse al entrar en Canaán? (Deuteronomio 6:13-14) ¿Cuál era la misión del pueblo de Yahweh al ingresar en la tierra de Canaán? (Deuteronomio 7:16-26, Ver Comentario i) ¿Quiénes eran los dioses que adoraban los pueblos paganos? (Deuteronomio 32:16-17) ¿Cómo se encontraba la ciudad de Jericó y por qué? (Josué 6:1) ¿Cuál fue el mensaje que el Eterno reveló a Josué en vista de la situación que se encontraba Jericó? (Josué 6:2-5) ¿Cuál era la condición espiritual en la que se encontraba Jericó, según lo estudiado en Deuteronomio? (Ver comentario ii, observar el significado de su nombre en hebreo para identificar su culto iii) ¿Qué relación podemos establecer en el mandato de rodear la ciudad de Jericó durante 7 días, la semana de la creación, el cuarto mandamiento de la Ley y la alimentación mediante el mana? ¿Cuál era el mensaje implícito que el Eterno deseaba grabar en la mente de su pueblo y de los paganos? (Ver comentario iv) ¿Cómo podemos observar la misericordia del Eterno al rodear la ciudad siete días, y que semejanza encontramos con la historia de Jonás? ¿De qué manera influyó en el pueblo y su Líder la actitud irresponsable de Acán en la conquista de Hai? (Josué 7:1-9) ¿Qué decisiones debía haber tomado desde un principio Josué, aún sin saber del pecado de Acán? ¿De qué peligros debía alejarse? (Salmo 44:4-8; 146:3-5; Proverbios 14:16; 19:21; 28:26; Jeremías 17:5,7; 1º Corintios 10:12) ¿A qué se asemeja el primer avance militar contra Hai y la falsa idea sobre santificación del creyente? (1º Tesalonicenses 5:23; Hebreos 2:11; 9:14; Efesios 5:25-26; Romanos 12:2; 1º Corintios 2:16; 2º Timoteo 2:21; 1º Tesalonicenses 4:3) (Ver Comentario v) ¿Que demanda el Altísimo ante un pecado particular del pueblo en el mensaje dado a Josué, respecto a la actitud del líder y los ancianos? (Josué 7:6-15) (Ver Comentario vi) ¿Cuál crees que era el propósito del Padre al emplear la suerte para detectar al culpable? (Josué 7:10-18) (Ver Comentario vii) ¿Cómo considera nuestro Padre en las Escrituras el pecado de la codicia (avaricia)? (Éxodo 20:17, Colosenses 3:5; 1° Timoteo 6:9-11; Habacuc 2:9; Salmo 39:6; 1° Corintios 6:9-10; Efesios 5:5; 1° Timoteo 3:2-3, Lucas 12:15) ¿Qué ejemplos nos recuerda la Palabra en cuanto al pecado de la codicia? (1° Samuel 15:9,19; Mateo 26:14,15; Hechos 5:1-11; Isaías 14:12-15) (Ver Comentarioviii) De todo lo encontrado en Jericó, ¿qué cosas estaban autorizadas para llevarse y 2 26. 27. 28. 29. 30. 31. 32. 33. 34. para donde estaban destinadas? ¿Quién era el dueño de la victoria y de los recursos encontrados? (Josué 6:18-19) (Ver Comentario ix) ¿Cómo podemos estar repitiendo el mismo pecado de Acán, guardando la parte que no nos corresponde? (Malaquías 3:7-12) (Ver Comentario x) ¿Cuál es mi responsabilidad como creyente de amonestar un pecado particular? (Lucas 17:3; Efesios 5:11; 1º Timoteo 5:20; 2º Timoteo 4:2; 1º Tesalonicenses 5:14-15; Proverbios 12:1) ¿Qué dos condiciones son necesarias para poder amonestar? (Romanos 15:14) ¿Cuál es el mensaje de esperanza que nos da las palabras de Yahweh a Josué, luego de haber limpiado el campamento? (Josué 8:1) ¿Qué semejanzas y diferencias encuentras en la caída de Jericó y de Hai? ¿Cómo relacionas el juicio que recibió el Rey de Hai, y el que recibió el Rey de Reyes cuando estuvo en la tierra? (Josué 8:29; Juan 3:14-15; Isaías 53:12; 2° Corintios 5:21) ¿Que realizaron luego de haber obtenido las victorias en Jericó, qué leyeron y quiénes participaron en el monte Ebal? (Josué 8:30-35) ¿Cada cuánto se leía la ley por completo? (Deuteronomio 31:10-13) ¿Qué lección encontramos en el permitir a los niños participar de la lectura de la ley? ¿Cuál es nuestra responsabilidad –como maestros y/o padres- en la enseñanza de la Palabra a los niños? (Marcos 10:1316; 2° Timoteo 3:15; Hechos 2:39; Mateo 18:6; Efesios 6:4) (Ver Comentario xi) “Cada capítulo y cada versículo de la Biblia es una comunicación directa de Dios a los hombres. Debiéramos atar sus preceptos en nuestras manos como señales y como frontales entre nuestros ojos. Si se los estudia y obedece, conducirán al pueblo de Dios, como fueron conducidos los israelitas por la columna de nube durante el día y la columna de fuego durante la noche.” (Elena G. de White, Patriarcas y Profetas, p.538) 3 4 NOTAS i “La destrucción total de los habitantes de Jericó no fue sino el cumplimiento de las órdenes dadas previamente por medio de Moisés con respecto a las naciones de los habitantes de Canaán: "Del todo las destruirás." "De las ciudades de estos pueblos, ... ninguna persona dejarás con vida." (Deut. 7: 2; 20: 16.) Muchos consideran estos mandamientos como contrarios al espíritu de amor y de misericordia ordenado en otras partes de la Biblia; pero eran en verdad dictados por la sabiduría y bondad infinitas. Dios estaba por establecer a Israel en Canaán, para desarrollarlo en una nación y un gobierno que fuesen una manifestación de su reino en la tierra. No sólo habían de ser los israelitas herederos de la religión verdadera, sino que habían de difundir sus principios por todos los ámbitos del mundo. Los cananeos se habían entregado al paganismo más vil y degradante; y era necesario limpiar la tierra de lo que con toda seguridad habría de impedir que se cumplieran los bondadosos propósitos de Dios. A los habitantes de Canaán se les habían otorgado amplias oportunidades de arrepentirse. Cuarenta años antes, la apertura del mar Rojo y los juicios caídos sobre Egipto habían atestiguado el poder supremo del Dios de Israel. Y ahora la derrota de los reyes de Madián, Galaad y Basán, había recalcado aún más que Jehová superaba a todos los dioses. Los juicios que cayeron sobre Israel a causa de su participación en los ritos abominables de Baal-peor, habían demostrado cuán santo es el carácter de Jehová y cuánto aborrece la impureza. Los habitantes de Jericó conocían todos estos acontecimientos, y eran muchos los que, aunque se negaban a obedecerla, participaban de la convicción de Rahab, de que Jehová, el Dios de Israel, era "Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra." Como los antediluvianos, los cananeos vivían sólo para blasfemar contra el Cielo y corromper la tierra. Tanto el amor como la justicia exigían la pronta ejecución de estos rebeldes contra Dios y enemigos del hombre.” (Elena G. de White, Patriarcas y Profetas, p.525) ii “ Jericó era una de las sedes principales de la idolatría, y se dedicaba especialmente al culto de Astarté, diosa de la luna. Allí se concentraban todos los ritos más viles y degradantes de la religión de los cananeos. El pueblo de Israel que tenía aun fresco el recuerdo de las consecuencias terribles del pecado que cometiera en Beth-peor, no podía contemplar esta ciudad pagana sino con repugnancia y horror.” (Elena G. de White, Patriarcas y Profetas, p.521) iii - H3405( י ְִריחֹוYerikjó) o ( י ְֵרחֹוYerekjó); o variación (1 R 16.34) י ְִריח ֹהYerikjó; tal vez de H3394; su mes; o sino de H7306; fragrante; Jericó o Jerecó, un lugar en Palestina:- Jericó. - H3394 ַ( י ֵָרחyaréakj) de lo mismo que H3391; luna:- luna. י ְֵרחֹוYerikjó. iv “Los israelitas no habían ganado la victoria por sus propias fuerzas; la victoria había sido totalmente del Señor; y como primicias de la tierra, la ciudad, con todo lo que ella contenía, debía dedicarse como sacrificio a Dios. Debía recalcarse en la mente de los israelitas que en la conquista de Canaán ellos no habían de pelear por sí mismos, sino como simples instrumentos para ejecutar la voluntad de Dios; no habían de procurar riquezas o exaltación personal, sino la gloria de Jehová su Rey. Antes de la toma de Jericó se les había dado la orden: "La ciudad será anatema a Jehová, ella con todas las cosas que están en ella." "Guardaos vosotros del anatema, que ni toquéis, ni toméis alguna cosa del anatema, porque no 5 hagáis anatema el campo de Israel, y lo turbéis."” (Elena G. de White, Patriarcas y Profetas, p.524) v “Muchos tienen la idea de que deben hacer alguna parte de la obra solos. Ya han confiado en Cristo para el perdón de sus pecados, pero ahora procuran vivir rectamente por sus propios esfuerzos. Mas tales esfuerzos se desvanecerán. Jesús dice: "Porque separados de mí nada podéis hacer". Nuestro crecimiento en la gracia, nuestro gozo, nuestra utilidad, todo depende de nuestra unión con Cristo. solamente estando en comunión con él diariamente, a cada hora permaneciendo en él, es como hemos de crecer en la gracia. El no es solamente el autor sino también el consumador de nuestra fe. Cristo es el principio, el fin, la totalidad. Estará con nosotros no solamente al principio y al fin de nuestra carrera, sino en cada paso del camino. David dice: "A Jehová he puesto siempre delante de mí; porque estando él a mi diestra, no resbalaré" (Salmo 16: 8). Preguntaréis, tal vez: "¿Cómo permaneceremos en Cristo? " Del mismo modo en que lo recibisteis al principio. "De la manera, pues que recibisteis a Cristo Jesús el Señor, así andad en él". "El justo... vivirá por la fe' (Colosenses 2: 6; Hebreos 10: 38). Habéis profesado daros a Dios, con el fin de ser enteramente suyos, para servirle y obedecerle, y habéis aceptado a Cristo como vuestro Salvador. No podéis por vosotros mismos expiar vuestros pecados o cambiar vuestro corazón; mas habiéndoos entregado a Dios, creísteis que por causa de Cristo él hizo todo esto por vosotros. Por la fe llegasteis a ser de Cristo, y por la fe tenéis que crecer en él dando y tomando a la vez. Tenéis que darle todo: el corazón, la voluntad, la vida, daros a él para obedecer todos sus requerimientos; y debéis tomar todo: a Cristo, la plenitud de toda bendición, para que habite en vuestro corazón y para que sea vuestra fuerza, vuestra justicia, vuestra eterna ayuda, a fin de que os dé poder para obedecerle. Conságrate a Dios todas las mañanas; haz de esto tu primer trabajo. Sea tu oración: "Tómame ¡oh Señor! como enteramente tuyo. Pongo todos mis planes a tus pies. Úsame hoy en tu servicio. Mora conmigo y sea toda mi obra hecha en ti". Este es un asunto diario. Cada mañana conságrate a Dios por ese día. Somete todos tus planes a él, para ponerlos en práctica o abandonarlos según te lo indicare su providencia. Sea puesta así tu vida en las manos de Dios y será cada vez mas semejante a la de Cristo.” (Elena G. de White, El Camino a Cristo, pp.68-70) vi “La contestación que recibió de Jehová fue: "Levántate;¿por qué te postras así sobre tu rostro? Israel ha ... quebrantado mi pacto que yo les había mandado." El momento requería medidas rápidas y resueltas, y no desesperación y lamentos. Había un pecado secreto en el campamento, y era preciso buscarlo y eliminarlo antes que la presencia y la bendición del Señor pudieran acompañar a su pueblo. "No seré más con vosotros, si no destruyerais el anatema de en medio de vosotros."” (Elena G. de White, Patriarcas y Profetas, pp.527-528) vii “Uno de los designados para ejecutar los juicios de Dios había desobedecido su mandamiento y toda la nación era responsable de la culpa del transgresor: "Pues aun han tomado del anatema, y hasta han hurtado, y también han mentido." Se le indicó a Josué cómo había de descubrir y castigar al criminal. Este se había de determinar por medio de la suerte. No se señaló directamente al pecador, sino que el asunto permaneció en duda por algún tiempo, a fin de que el pueblo se percatase de su responsabilidad por los pecados que existían en su medio, y se sintiese inducido a escudriñar sus corazones y a humillarse delante de Dios.” (Elena G. de White, Patriarcas y Profetas, p.528) 6 viii “El pecado mortal que condujo a Acán a la ruina tuvo su origen en la codicia, que es, entre todos los pecados, el más común y el que se considera con más liviandad. Mientras que otros pecados se averiguan y se castigan, ¡cuán raro es que se censure siquiera la violación del décimo mandamiento! La historia de Acán nos enseña la enormidad de ese pecado y cuáles son sus terribles consecuencias. La codicia es un mal que se desarrolla gradualmente. Acán albergó avaricia en su corazón hasta que ella se hizo hábito en él y le ató con cadenas casi imposibles de romper. Aunque fomentaba este mal, le habría horrorizado el pensamiento de que pudiera acarrear un desastre para Israel; pero el pecado embotó su percepción, y cuando le sobrevino la tentación cayó fácilmente. ¿No se cometen aun hoy pecados semejantes a ése, y frente a advertencias tan solemnes y explícitas como las dirigidas a los israelitas? Se nos prohibe tan expresamente albergar la codicia como se le prohibió a Acán que tomara despojos en Jericó. Dios declara que la codicia o avaricia es idolatría. Se nos amonesta: No podéis servir a Dios y a Mamón." "Mirad, y guardaos de toda avaricia." "Ni aun se nombre entre vosotros." (Col. 3: 5; Mat. 6: 24; Luc. 12: 15; Efes. 5: 3.) Tenemos ante nosotros la terrible suerte que corrieron Acán, Judas, Ananías y Safira. Y aun antes de estos casos tenemos el de Lucifer, aquel "hijo de la mañana" que, codiciando una posición más elevada, perdió para siempre el resplandor y la felicidad del cielo. Y no obstante, a pesar de todas estas advertencias, la codicia reina por todas partes.” (Elena G. de White, Patriarcas y Profetas, p.530) ix “El hecho de que el poder divino era lo único que había dado la victoria a Israel y éste no había alcanzado, por lo tanto, la posesión de Jericó por sus propias fuerzas, daba un peso solemne al mandamiento que prohibía tomar despojos. Por el poder de su palabra, Dios había derrocado esta fortaleza; la conquista era suya, y sólo a él debía dedicarse la ciudad con todo lo que contenía.” (Elena G. de White, Patriarcas y Profetas, p.529) x “Por doquiera se ve su viscosa huella. Crea descontento y disensión en las familias; despierta en los pobres envidia y odio contra los ricos; e induce a éstos a tratar cruelmente a los pobres. Es un mal que existe no sólo en las esferas seglares del mundo, sino también en la iglesia. ¡Cuán común es encontrar entre sus miembros egoísmo, avaricia, ambición, descuido de la caridad y retención de los "diezmos las primicias"! Entre los miembros de la iglesia que gozan del respeto y la consideración de los demás hay, desgraciadamente, muchos Acanes. Más de un hombre asiste ostentosamente al culto y se sienta a la mesa del Señor mientras que entre sus bienes se ocultan ganancias ilícitas, cosas que Dios maldijo. A cambio de un buen manto babilónico, muchos sacrifican la aprobación de la conciencia y su esperanza del cielo. Muchos truecan su integridad y su capacidad para ser útiles, por un saco de monedas de plata. Los clamores de los pobres que sufren son desoídos; se le ponen obstáculos a la luz del Evangelio; existen prácticas que provocan el desprecio de los mundanos y desmienten la profesión cristiana; y sin embargo, el codicioso continúa amontonando tesoros. "¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado" (Mal. 3: 8), dice el Señor.” (Elena G. de White, Patriarcas y Profetas, p.531) xi “Los maestros religiosos debieran prestar mayor atención a la obra de instruir al pueblo en los hechos y las lecciones de la historia bíblica, y asimismo en las advertencias y los requisitos del Señor. Todas estas cosas deben presentarse en lenguaje sencillo, adaptado a la comprensión de los niños. Cuidar de que los jóvenes reciban instrucción en las Escrituras debe ser parte de la obra de los ministros y de los padres de familia. Los padres de familia pueden y deben interesar a sus hijos en los variados conocimientos 7 que se encuentran en las sagradas páginas. Pero si quieren interesar a sus hijos e hijas en la Palabra de Dios, ellos mismos deben sentir interés por ella. Deben familiarizarse con sus enseñanzas, y así como Dios lo ordenó a Israel, hablar de ellas, "ora sentado en tu casa, o andando por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes." (Deut. 11: 19.) Los que quieran que sus hijos amen y reverencien a Dios deben hablar de su bondad, majestad y poder según se revelan en su Palabra y en las obras de la creación.” (Elena G. de White, Patriarcas y Profetas, p.537-538) 8