Opera: Samson et Dalila, de Saint Saëns Magda Ruggeri Marchetti Samson et Dalila, de Saint Saëns. Director musical: Eliahu Inbal. Director de escena: Michal Znaniecki. Intérpretes: José Cura, Julia Gertseva, Mark Rucker, Mario Luperi.Escenografía: Tiziano Santi. Vestuario: Isabelle Comte. Iluminación: Daniele Naldi. Coreografía: Aline Nari. Orquesta y Coro del Teatro Comunale di Bologna. Montaje de la Opèra Royale de Wallonie en coproducción con el Teatro Comunale di Bologna, Opera Wroclawska y Fondazione Teatro Lirico «Giuseppe Verdi» di Trieste.Teatro Comunale di Bolonia, 31 de mayo de 2008. Samson et Dalila, sobre libreto de Ferdinand Lemaire, se estrenó el 2 de diciembre de 1877 en el Teatro Granducale de Weimar. En Bolonia no se representaba desde noviembre de 1951. Es la tercera opera de Saint Saëns, la que le dió la fama y la única que se representa todavía de las trece que escribió. La producción de este compositor es una de las más ingentes del siglo xix francés y abarca todo tipo de música, desde la teatral a la sagrada, desde la sinfónica hasta la de cámara. Su gran mérito fue el de haber vuelto a despertar en Francia el interés por la composición instrumental y sinfónica en una época de prevalencia operística. En cada género ha producido composiciones de gran valor por su estilo moderado, pero siempre lleno de momentos imprevisibles. El argumento, derivado de la Biblia, es muy conocido. Samson vence a los filisteos y entra vencedor en la ciudad acogido por las sacerdotisas conducidas por Dalila, que seduce al Samson et Dalila, de Saint Saëns. Teatro Comunale di Bologna, 31 de maig de 2008. (Arxiu AIET) n 335 Samson et Dalila, de Saint Saëns. Teatro Comunale di Bolonia, 31 de maig de 2008. (Arxiu AIET) n héroe y le induce a revelarle el secreto de su fuerza, que reside en su pelo. Cuando Samson, cegado y rapado, es llevado al templo y escarnecido por todos, encuentra por un momento nuevamente su fuerza y empujando dos columnas derriba el templo, enterrándose a sí mismo bajo los escombros junto con los filisteos. Este tema había sido tratado por otros compositores como Händel y Rameau, pero la dirección de Znaniecki no tiene en cuenta estas influencias y, sobre todo, no subraya el dualismo entre la mujer, símbolo de la maldad, y el hombre, representante del bien. Su Samson es un guerrero y Dalila una mujer verdadera que en ese momento actúa por patriotismo y en este sentido es más creíble y más simpática que la Dalila de la Biblia. El director consigue 336 mejorar la frialdad y estatismo del libreto con escenas de batallas detrás de un lienzo transparente, mostrando prisioneros enjaulados durante la espectacular bacanal y resuelve con agilidad el final. Sugestiva también la escenografía marmórea de Tiziano Santi. El vestuario de Isabelle Comte es bellísimo para Dalila y menos atractivo para los otros personajes. En especial nos han parecido extraños los sombreros de las filisteas. En cuanto a la partitura, ha resistido al tiempo por la fuerza y la pureza de su estilo. En efecto se la considera la mejor ópera francesa del siglo xix. La fusión de coro e instrumentos es magnífica en el primer acto, donde domina un estilo de oratorio. El segundo acto tiene gran fuerza instrumental llegando a su ápice en la escena de la seducción, que tiene gran potencia musical. El dúo de los dos protagonistas subraya las angustias de Samson, los deseos de Dalila y las efusiones de los dos amantes. Y es en este bellísimo momento donde José Cura y Julia Gertseva muestran grandes calidades vocales y dramáticas. El tercer acto es emocionante y constituye una de las mejores páginas de Saint Saëns. El famoso director Eliahu Inbal ha sabido conducir la orquesta subrayando la fuerza y la riqueza de la orquestación, donde hay una sonoridad estupenda que evidencia los cuernos, las trompas, los contrabajos, los instrumentos de viento, etc. La orquesta le ha seguido, realzando la variedad de esta partitura que pasa de unas páginas litúrgicas a otras sensuales con ecos de música árabe. Empezando por el espléndido cuadro inicial para terminar con la escena final, Inbal ha realizado una de sus más intensas interpretaciones. La parte canora es de extraordinaria dificultad, sobre todo para los dos protagonistas. Julia Gertseva con su especial calidad vocal y sus dotes dramáticas ha entusiasmado al público. José Cura, con su fuerte y potente voz ha afrontado con holgura las dificultades, en particular en el final. Mark Rucker, en el papel del Gran Sacerdote, es imponente por su porte y voz, y perfecto Mario Luperi como Abimelech. Correcto el ballet. El coro dirigido por Paolo Vero nos ha ofrecido unos momentos extraordinarios. El público ha aplaudido y ovacionado repetidamente. La señorita de Trevélez, de Carlos Arniches Magda Ruggeri 337