CARLOS III DE BORBÓN, rey de España, Nápoles y Sicilia (1759-1788) Entre los monarcas españoles del siglo XVIII destaca Carlos III, el mejor ejemplo de déspota ilustrado. Carlos III, accedió al trono de España tras la muerte de Fernando VI. Era un hombre aficionado a la caza y amante de la Antigüedad, que había impulsado en su reino italiano las excavaciones arqueológicas de Pompeya y Herculano, antiguas ciudades romanas. Aunque este rey fue conocido popularmente como “el mejor alcalde de Madrid” por su labor urbanística en la capital del reino, aplicó durante su reinado una serie de medidas modernizadoras que incorporaron España a las nuevas corrientes de la política ilustrada europea. El monarca, sin renunciar a su poder y sin romper con los privilegios nobiliarios, se rodeó de algunos de los principales ilustrados, como Aranda y Floridablanca. Sus principales actuaciones políticas y administrativas son las siguientes: Expulsión de los jesuitas en 1767, debido al enorme poder e influencia que tenían sobre la enseñanza. Reformó la enseñanza primaria, secundaria y universitaria, promoviendo el racionalismo y el desarrollo de las ciencias experimentales, ideas tomadas de la Ilustración, Decretó honestas todas las profesiones (1783). De esta manera abolió la “deshonra legal” ya que se podía ser noble aunque no se viviera solo de las rentas de la tierra. Creó las Sociedades Económicas de Amigos del País, sociedad creada por iniciativa privada pero con el apoyo estatal. Sus preocupaciones se centraron en promover la enseñanza y las actividades económicas para lograr el desarrollo del país. Limitó los privilegios de la Mesta e impulsó la colonización de nuevas tierras como Sierra Morena. Liberalizó el precio del trigo en 1765. Se suprimieron las aduanas interiores que afectaban al comercio de cereales y se protegió la industria nacional, especialmente la textil. Decretó la libertad de comercio con América para todos los puertos españoles (1778). El mayor problema que halló fue el motín de Esquilache (1766). Fueron tumultos iniciados en Madrid y que se propagaron por España. Estuvo motivado por un decreto de este ministro de Carlos III, que prohibía lucir la capa larga y el sombrero de ala ancha, con el pretexto de que favorecían la comisión de delitos, al ser imposible identificar al delincuente. Se pretendía, así, imponer la capa corta y el sombrero de tres picos, según la moda italiana. La revuelta fue apoyada por la población castigada por los fuertes aumentos del precio de los alimentos. Supuso la destitución y destierro de Esquilache. Carlos III murió en 1788, un año antes del estallido de la revolución francesa. Los ilustrados españoles, asustados, dieron marcha atrás a sus reformas, así pues, finalmente se malograron los progresos alcanzados durante el reinado de Carlos III.