Pepitas de oro para el maestro Enseñamos lo que sabemos. Reproducimos lo que somos. Antes de preparar la lección el maestro debe preparar su corazón. El ejemplo produce mejor enseñanza que la instrucción. La mejor enseñanza es aquella fortalecida por una vida santa. Se enseña más por el ejemplo que por las palabras. “Lo que haces habla tan fuerte que no oigo lo que dices.” El ejemplo es la lección que todos comprenden. Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. (1 Tim 4:12) Sé un fiel Pablo para los Timoteos en tu vida.