Mecanismos atencionales y síndromes neuropsicológicos

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SÍNDROMES NEUROPSICOLÓGICOS
CONGRESO VIRTUAL DE NEUROPSICOLOGÍA. SÍNDROMES NEUROPSICOLÓGICOS ESPECÍFICOS
Mecanismos atencionales y síndromes neuropsicológicos
M.I. García-Ogueta
ATTENTIONAL MECHANISMS AND NEUROPSYCHOLOGICAL SYNDROMES
Summary. Introduction. Both cognitive psychology and neuropsychology require an approach to the multidimensional ‘attention’.
Development. Attention permits behaviour to be suitable to the task in hand. According to the situation or activity required, the
components or mechanisms of attention necessary vary (selectivity, alertness, vigilance, focus, inhibitory control mechanisms, etc.)
as do the different neural networks involved. In the different neuropsychological syndromes different components and attention
mechanisms are affected. For instance, in attention deficit disorder there is inability to take notice of control of carrying out
inappropriate responses, whilst in visual heminegligence there may be a defect of a mechanism such as disconnection of attention
selective to a given space. To obtain coherent results in the study of attention disorders in various syndromes, the different
components and attention mechanisms should be systematically evaluated using specific tests. In neuropsychology frequently the
tests used only measured the aspects most closely connected to speed of perception and visual selective attention, without evaluating
other components. Sometimes study data measuring different aspects of attention have been compared, and therefore the conclusions drawn regarding possible attention disorders were controversial. The lack of standardised data and the difficulty of establishing ‘pure’ tests of attention mechanisms make the task more arduous. Conclusion. Only the integration of experimental studies
of cognitive psychology and the techniques and procedures of neuropsychology permit clarification of the construction and the
advance of explanatory models. [REV NEUROL 2001; 32: 463-7] [http://www.revneurol.com/3205/k050463.pdf]
Key words. Attentional assessment. Attentional mechanisms. Components of attention. Networks of attention. Neuropsychological syndromes.
INTRODUCCIÓN
Cuando se trata de abordar la afectación de la atención en diversos
síndromes neuropsicológicos se plantea la cuestión de qué dimensión de la atención debe considerarse. El término atención nose
refiere a una entidad unitaria, sino que engloba diversas acepciones
y mecanismos. La atención no puede reducirse a una única definición ni puede ligarse a una única estructura anatómica o evaluarse
con un único test o prueba. Es útil considerar la atención como un
proceso o capacidad multidimensional, cuyos diferentes componentes pueden ser sensibles a diferentes agentes. Con frecuencia, se
habla de la atención selectiva, de la capacidad de dividir la atención
y de aspectos intensivos del mantenimiento de la atención como la
atención sostenida y la vigilancia. Recientemente se alude a otra
acepción de la atención como mecanismo de control de la ejecución,
y a la especificidad de mecanismos como los de enfoque, movimiento y desenganche de la atención en el espacio visual.
Las dimensiones tradicionalmente estudiadas de la atención son:
– Atención selectiva. Es la capacidad para seleccionar, de entre
varias posibles, la información relevante que se va a procesar
o el esquema de acción apropiado.
– Atención dividida. Es la capacidad de realizar la selección de
más de una información a la vez o de más de un proceso o
esquema de acción simultáneamente. Estudia el proceso de
compartir la capacidad entre tareas o fases de una tarea.
– Atención sostenida. Es la capacidad de mantener el estado de
selectividad atencional durante un período prolongado en la
realización de una tarea. Se habla de vigilancia cuando la tarea
es de detección y de concentración cuando se refiere a otras
tareas cognitivas.
Algunos autores [1] consideran la atención como el estado cognitivo dinámico que favorece el comportamiento selectivo en una
situación específica de tarea. Es la selección de la información
(externa o interna) relevante a la situación o la selección del proceso cognitivo o respuesta motriz adecuada para la acción.
La atención consiste en la distribución de valores de activación sobre esquemas y acciones; asimismo, posibilita la adecuada
orientación del comportamiento a los requisitos de tarea. Tales
requisitos pueden hacer que en una situación concreta se necesite
enfatizar la selectividad atencional, en otra la capacidad de compartir la atención entre varias tareas o fases de tarea, en otra el
mantenimiento de la atención y la concentración y, en último
extremo, encontramos la atención como mecanismo supervisor de
la ejecución llevada a cabo. Esto es, se trataría del mecanismo
cognitivo mediante el cual se ejercería un control voluntario sobre
la actividad perceptiva, cognitiva y comportamental, cuando ésta
no pudiera llevarse a cabo de manera automática.
REDES FUNCIONALES DE LA ATENCIÓN
 2001, REVISTA DE NEUROLOGÍA
Estas funciones diferentes pueden implicar la actividad de diversas regiones cerebrales especializadas para tal propósito y organizadas en un sistema. Diferentes partes del cerebro se activan cuando atendemos. Se trata de un sistema funcional o de redes
anatómicas de atención, en el que estructuras diferentes parecen
tener un papel esencial según la dimensión atencional implicada
en la situación. Los conocimientos que tenemos sobre estas redes
anatómicas proceden de investigaciones recientes y son todavía
incompletos debido a las dificultades para obtener datos de esas
estructuras mientras un individuo atiende. El desarrollo de las
técnicas de registro funcional, como la tomografía de emisión de
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Recibido: 31.01.00. Aceptado tras revisión externa sin modificaciones: 18.07.00.
Departamento de Psicología Básica, Psicobiología y Metodología de las
Ciencias del Comportamiento. Facultad de Psicología. Universidad de
Salamanca. Salamanca, España.
Correspondencia: Dra. M.ª Isabel García Ogueta. Departamento de Psicología Básica, Psicobiología y Metodología de las Ciencias del Comportamiento. Facultad de Psicología. Universidad de Salamanca. Avda. de la
Merced, 109-131. E-37005 Salamanca. E-mail: ogueta@gugu.usal.es
M.I. GARCÍA-OGUETA
positrones (PET) o la resonancia magnética funcional junto con
los potenciales evocados, ha posibilitado un importante avance a
este respecto. Se han planteado diversos modelos pero aún son
tentativos, puesto que carecemos de suficiente evidencia empírica
que los corrobore o refute.
Uno de los modelos más difundidos es el de Posner y Petersen
[2,3]. Estos autores establecieron inicialmente dos redes neuronales: la red posterior y la red anterior. La red posterior estaría implicada en la orientación visual y la atención focalizada, e incluiría el
córtex parietal posterior, el colículo superior y el núcleo pulvinar del
tálamo. Cada una de estas áreas podría relacionarse con un mecanismo distinto que posibilita la selectividad atencional de tipo visual: el enfoque de la atención (pulvinar), el movimiento de la
atención de una zona a otra del espacio visual (colículo) y el desenganche de la atención de un objeto o zona (parietal posterior). También son relevantes en esta red los lóbulos temporales inferiores
implicados en el reconocimiento de objetos y atributos.
La red anterior atañe a las zonas anteriores y adyacentes al giro
cingular situado en el lóbulo frontal. Están implicadas en la selectividad atencional y en el control de la acción, en la iniciación y la
inhibición de respuesta. Cada vez se pone mayor énfasis en los
lóbulos frontales como reguladores de la atención, especialmente
en situaciones infrecuentes en las que es necesaria la planificación,
regulación deliberada y flexibilidad ante demandas cambiantes. El
córtex dorsolateral prefrontal aún no se ha estudiado suficientemente. Posner señala que el área prefrontal es importante para la supervisión atencional de la acción, reconocida por Norman y Shallice
[4]. Esta función se asemeja, al menos en parte, a lo que los neuropsicólogos a menudo señalan como funciones ejecutivas.
Más recientemente, se ha señalado una tercera red relacionada
con los aspectos intensivos de la atención: vigilancia, alerta y
atención sostenida; se trata de estructuras subcorticales, como el
sistema reticular ascendente. El córtex cerebral influye en la activación a través de las vías descendentes al sistema reticular. El
hemisferio derecho predomina sobre el izquierdo para cambios
fásicos en alerta, probablemente por la implicación de vías noradrenérgicas (del locuscoeruleus del tronco encefálico al sistema
atencional posterior).
Existen otros modelos, como el de Pribram y McGuiness [5]
o el de Mesulam [6], que plantean redes bastante similares, aunque difieren en los componentes concretos de atención implicados. Sus diferencias provienen de divergencias más terminológicas que conceptuales existentes en los estudios comportamentales
de los que parten; por ejemplo, unos hablan de detección visual,
mientras que otros aluden a orientación visual o atención visual
focalizada. Aunque puede haber diferencias en los matices, presentan muchos aspectos en común.
ATENCIÓN Y SÍNDROMES NEUROPSICOLÓGICOS
En el apartado anterior se han mencionado posibles redes anatómicas relacionadas con las diversas funciones atencionales y sus
mecanismos. En síndromes diferentes pueden estar afectadas redes diversas, o su secuencia de actuación dinámica, o su integración, de modo que se evidencien dificultades atencionales distintas. A este respecto es importante señalar que algunos desacuerdos
entre estudios neuropsicológicos sobre si se afecta o no la atención
en síndromes concretos se deben al uso de pruebas de atención que
reflejan diferentes componentes, sin que los investigadores efectúen un análisis pormenorizado de las pruebas que emplean y, por
lo tanto, establezcan sus conclusiones respecto al componente
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atencional o mecanismo específico que han medido. En ocasiones, ni tan siquiera tienen claro de qué componente puede tratarse.
Realizaremos una breve reseña de los más conocidos y resumiremos las conclusiones más asentadas sobre la afectación o no
de, al menos, las dimensiones tradicionales de la atención.
Demencia tipo Alzheimer
El deterioro más claro se produce en el uso de la atención para
supervisar la acción. Se mantiene la capacidad de atender selectivamente a una dimensión física clara (atención selectiva sensorial), cuando no hay distractores. Si lo relevante, es decir, a lo que
debe atenderse, se define de manera endógena (una instrucción
verbal de tarea o selección), la atención selectiva se ve afectada
sobre todo si el paciente ha de inhibir una respuesta automática o
sobreaprendida (pruebas tipo Stroop). La lentitud cognitiva que se
produce en estos pacientes afecta a la posibilidad de compatibilizar la ejecución de diversas tareas o estímulos. Respecto a la
atención sostenida apenas hay evidencia en la investigación.
Enfermedad de Parkinson
Se conserva la atención selectiva visual ante estímulos abiertos u
orientación encubierta. La rapidez de procesamiento cognitivo es
normal. Si se produce lentitud, se debe a alteraciones específicas
de los procesos de preparación del movimiento. Si los requisitos
motores son bajos, los pacientes pueden actuar eficientemente en
situaciones de atención dividida. A los pacientes de esta enfermedad les afecta la inconsistencia de que lo que fue distractor pase
a ser elemento a atender.
Esclerosis múltiple
Se ve deteriorado el aspecto intensivo de la atención. Se produce
fatiga no sólo para los aspectos motores, sino también para la
ejecución cognitiva. Hay una lentitud de procesamiento que dificulta la atención dividida.
Traumatismo craneoencefálico
Existe una lentitud cognitiva. Son frecuentes los déficit de activación y arousal. Los pacientes presentan una aceptable atención
selectiva; en los casos crónicos, incluso aunque exija superar interferencia de respuesta. En enfermos subagudos puede haber
déficit si se produce interferencia de respuesta.
Trastorno por déficit de atención (TDA)
Se trata de la disfunción atencional más frecuente. Su grado de
afectación es moderado en relación con otros síndromes neurológicos. Durante cierto tiempo se pensó que suponía limitaciones de
atención selectiva (TDA sin hiperactividad –TDA-H– con predominio atencional) y sostenida (TDA con predominio de hiperactividad –TDA+H–) [7,8]. De hecho, los afectados suelen atender
a estímulos o tareas irrelevantes y manifiestan una ejecución pobre en tareas de atención sostenida.
Recientemente, los resultados de investigación empiezan a
converger en la idea de que lo que fundamentalmente caracteriza
este trastorno es la incapacidad de inhibición y/o demora de respuesta, más que dificultades de atención selectiva o sostenida.
El control atencional y de impulsos son factores claves de la
disfunción. En este tipo de pacientes parece que existen problemas
de modulación de los niveles de activación o arousal; de ahí el
efecto beneficioso de estimulantes como la dextroanfetamina o el
metilfenidato. Al aumentar la activación cortical se incrementan los
procesos inhibitorios sobre sistemas subcorticales y se reduce la
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impulsividad. Actualmente, se investiga el papel de neurotransmisores como la dopamina, noradrenalina y serotonina.
Esquizofrenia
Los pacientes con esquizofrenia se caracterizan por su escasa capacidad de enfocar selectivamente la atención. Cuando logran enfocarla son mucho más lentos que los sujetos normales para procesar
la información que les llega [9]. Los afectados son incapaces de
diferenciar la información relevante de la irrelevante. No logran
evitar la distracción. Presentan más problemas para filtrar lo irrelevante en la selección de respuesta, que en la selección estimular. Su
preparación o disposición atencional a la hora de abordar una tarea
es fragmentaria, no general. Además, manifiestan problemas en la
realización concurrente de tareas que les exigen dividir su atención.
Se produce también impersistencia o dificultades de atención sostenida. Hay diversas hipótesis explicativas [9] que consideran desde la posibilidad de un déficit en la capacidad atencional o su dinámica de distribución, hasta una hipótesis de hiperarousal.
Síndromes de extinción, hemineglect y hemi-inatención
Suelen producirse ante episodios de infarto cerebrovascular. Los
pacientes parecen incapaces de detectar o responder a estímulos en
localizaciones espaciales contralaterales al hemisferio cerebral
dañado. Se aprecia en modalidades visuales, táctiles, auditivas y
olfativas. En su mayor parte, la investigación ha abordado el estudio
de la modalidad visoespacial. La más frecuente, grave y duradera,
es la que afecta al lado izquierdo del espacio tras lesión del hemisferio derecho. Es un factor de pronóstico negativo tras daño cerebral.
En muchos de los tests empleados para evaluarlo (test de cancelación, copia de figuras o dibujo de objetos simples) se producen
omisiones en el lado contralateral, lado biseccionado por la línea
media de la página o del plano medio sagital del paciente. Algunos
autores opinan que se produce una captura visual del mismo lado
que la lesión. En las tareas tradicionales de copia, el eje del objeto
que sirve de estímulo se alinea verticalmente y la zona izquierda se
ignora; si se inclina el dibujo de modo que la zona ignorada caiga
a la derecha, a pesar de ello, se sigue ignorando.
Según enfoques recientes, el neglect es un trastorno atencional,
aunquediversasexplicacionesalternativasimplicanfactoresperceptivos, intencionales y premotores. Hay poco consenso y es posible que
bajo el término ‘neglect unilateral’ se etiqueten deterioros diversos.
En los paradigmas de extinción, dos pequeños objetos se presentan simultáneamente a la izquierda y derecha del campo visual
con fijación controlada. Los pacientes con extinción informan
sólo del estímulo en el campo derecho, a pesar de tener ejecución
normal cuando únicamente se presenta un estímulo a cada lado.
Algunos autores han considerado la ‘extinción’ como un fenómeno teóricamente diferenciado del neglect, a pesar de que el paciente también manifiesta atracción hacia lo que está más a la derecha.
Incluso se da extinción cuando ambos estímulos se presentan en
el mismo campo visual [10]. Según algunos investigadores lo que
parece estar dañado es la habilidad automática del sistema de guía
atencional global para dirigir la atención local o focal.
Otro mecanismo que explicaría la orientación refleja al lado
ipsilesional implicaría una interacción cortical-subcortical. El
lóbulo parietal no lesionado que se desinhibe tónicamente incrementa la actividad en el colículo superior ipsilateral al mismo,
mientras que el colículo del lado de la lesión pierde parte de su
activación tónica. Se produce así un desequilibrio en la actividad
de estructuras subcorticales implicadas en la orientación. Esta
hiperorientación daría igualmente cuenta de las dificultades de
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retirar la atención para moverla en una dirección contralesional
[11]. Posner y Rafal sugirieron que colocar un parche en el ojo del
lado de la lesión reduce el input visual a ese colículo y alivia
parcialmente los síntomas.
Aunque los pacientes de neglect manifiestan el mismo tipo de
síntomas, la alteración atencional específica depende de la localización concreta de la lesión. En el cingular se ve afectada la intención, mientras que en los ganglios basales unilaterales habrá deterioro atencional y de la intención motriz; si afecta al sistema reticular provoca deterioro de activación y arousal. La presencia añadida
de lesiones talámicas dificultará la selección sensorial [12].
Posner et al demostraron que los pacientes de neglect eran
capaces de orientar su atención, sin apenas diferencias a ambos
lados, cuando previamente se les indicaba de manera válida la
localización del siguiente estímulo. Estos sujetos eran capaces de
mover el foco de su atención, pero eran incapaces de desenganchar el foco de su atención cuando ésta había sido captada por un
indicio inválido hacia el lado ipsilesional y, sin embargo, el estímulo aparecía en el campo visual contralesional
LA EVALUACIÓN DE LOS MECANISMOS
ATENCIONALES
Es evidente la necesidad de evaluar de manera diferenciada los
distintos mecanismos atencionales, pues sólo de esta forma podrán
obtenerse en las investigaciones resultados comparables, según el
mecanismo concreto considerado. En la actualidad, es aún frecuente comparar resultados de diferentes investigaciones sobre afectación de la atención en un mismo tipo de grupo clínico mediante el
empleo de distintas pruebas de atención que ponen el énfasis en
componentes diversos. Tests como los de tachado (letras, dígitos,
Toulouse-Pieron) miden la atención selectiva visual, pero mantienen un importante componente de rapidez perceptiva, mientras que
la tarea de trazado (TrailMaking) o algunas pruebas de alternancia
primarían en mayor medida aspectos de selección de respuesta y
supervisión; por ello, los resultados obtenidos con estas tareas sobre
presencia o ausencia de afectación atencional no son directamente
comparables. Sin mencionar pruebas muy empleadas como las de
Stroop o la de clasificación de tarjetas de Wisconsin, que, a fuerza
de ser tan empleadas, parecen no conducir hacia una reflexión de la
diversidad de procesamiento cognitivo que cada una de ellas implica (aspectos de atención, planificación, aprendizaje, lenguaje, etc.),
y eso sin contar con los índices que de ellas se obtienen.
En muchas ocasiones, tenemos tareas que no son puramente representativas de un proceso cognitivo y de las que, a veces, la única
puntuación recogida (número de palabras, errores, etc.) es demasiado
genérica para representar un proceso, aunque pueda reflejar el procesamiento cognitivo general. Esta situación afecta a un buen número
de pruebas empleadas en la evaluación neuropsicológica.
Es hora de realizar un análisis detallado de las tareas en virtud de
los mecanismos atencionales que se han ido aislando en las investigaciones. A este respecto, cada vez tiene mayor relevancia incorporar
o adaptar tareas de las empleadas en el estudio básico de la Psicología
Cognitiva de la atención. Por ejemplo, la incorporación del paradigma de preindicación de localización con el que Posner ha estudiado
aspectos de hemi-inatención y ‘neglect visual’;otraspruebascomo
las tradicionales tareas de detección de señales, las de escucha dicótica, etc., y algunos tests adaptados con anterioridad como las pruebas
de ejecución continua (CPT, del inglésContinousPerformanceTest).
Probablemente ello ayude a diferenciar los mecanismos atencionales
afectados en distintos síndromes clínicos.
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Generalmente, se han estudiado con detalle los procedimientos
en que se basan estas tareas, y se conocen los factores estimulares
que incorporan y de los que depende la ejecución. Estos tests suelen
plantear variaciones progresivas de tarea para, a ser posible, implicar sólo un componente nuevo cada vez. Asimismo, tienen la ventaja de que, al ser aplicados por ordenador, permiten obtener mayor
número de parámetros de ejecución que los hasta ahora empleados;
no sólo contabilizan aciertos o errores, sino que determinan el tipo
de error (de omisión, de comisión) y en qué momento del procesamiento se producen, así como facilitan el análisis de aspectos temporales de las fluctuaciones de la atención y cuestiones secuenciales
del procesamiento. Por otro lado, tienen la desventaja de ser difícilmente integrables en algunos contextos de exploración del paciente. Suelen requerir un tiempo excesivo en ocasiones y un esfuerzo
importante para el paciente; sin embargo, en contextos de investigación neuropsicológica son necesarios.
Los esfuerzos por integrarlos en la práctica neuropsicológica
habitual ya han comenzado. Empiezan a aplicarse baterías neuropsicológicas computarizadas, pero, en muchos de estos casos, las
tareas siguen siendo excesivamente complejas e implican la acción conjunta de muchos procesos cognitivos, sin que puedan
aislarse unos de otros.
En cualquier caso, es necesario realizar, tanto en contextos exclusivamente de intervención clínica como de investigación neuropsicológica, una evaluación más específica y exhaustiva de las capacidades atencionales y, concretamente, del arousal o alerta, de la capacidad de orientación de la atención a lo sensorial, de la selección para
la acción y el control de la ejecución, con énfasis en los procesos
inhibitorios y flexibles, así como del declive de la ejecución y la
capacidad de dividir la atención entre estímulos o tareas y las implicaciones que en ello pueda tener la rapidez de procesamiento.
Igual que el análisis de tareas puede ser una aportación de la
Psicología Cognitiva a la Neuropsicología, esta última aporta técnicas de registro de la actividad cerebral como la resonancia magnética
funcional, la tomografía de emisión de positrones (PET), los potencialesevocadosylaelectroencefalografía,quepermitenobtenernuevos
parámetros además del tiempo de reacción y la corrección de la ejecución para explicar los componentes y procesos aislados en las tareas. Por otro lado, aporta modelos cerebrales del funcionamiento de
los procesos que permiten descartar modelos cognitivos inviables,
hecho que siempre ayuda a clarificar el concepto.
RETOS PARA UN FUTURO PRÓXIMO
Por lo anteriormente mencionado, es necesario y a la vez un reto
para un futuro próximo:
– Integrar los conocimientos de la Psicología Cognitiva y la
Neuropsicología en investigaciones conjuntas.
– Realizar réplicas de investigaciones ya efectuadas sobre síndromes neuropsicológicos, en las cuales se considere el tamaño de la muestra, el componente atencional evaluado, la etiología y la extensión de la lesión.
– Crear tareas que aíslen componentes diferentes de la atención.
– Establecer un mejor control sobre los procedimientos y los
diseños de investigación.
– Intentar integrar modelos de la Neuropsicología y la Psicología Cognitiva sobre la atención.
– Establecer modelos de la interacción de los diferentes componentes atencionales.
A pesar de sus diferentes métodos y orientación, la Neuropsicología y la Psicología Cognitiva pueden aprender mucho la una
de la otra, pues son complementarias y a buen seguro resultarán
mutuamente reforzadas.
BIBLIOGRAFÍA
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MECANISMOS ATENCIONALES
Y SÍNDROMES NEUROPSICOLÓGICOS
MECANISMOS ATENCIONAIS
E SÍNDROMAS NEUROPSICOLÓGICAS
Resumen. Introducción. Tanto la Psicología Cognitiva como la Neuropsicología necesitan abordar la multidimensionalidad de la ‘atención’.
Desarrollo. La atención posibilita la orientación adecuada del comportamiento a los requisitos de tarea. Según sea la situación o actividad que
se vaya a realizar, los componentes o mecanismos de atención demandados son diferentes (selectividad, alerta, vigilancia, enfoque, mecanismos inhibitorios de control, etc.), al igual que son distintas las redes
neurales implicadas. En diferentes síndromes neuropsicológicos se encuentran afectados distintos componentes y mecanismos atencionales.
Por ejemplo, en el caso del trastorno por déficit de atención se produce
una incapacidad para atender al control de la ejecución inhibiendo
respuestas inapropiadas, mientras que en la heminegligencia visual
puede verse comprometido algún mecanismo como el de desenganche
de la atención selectiva al espacio. Para obtener resultados coherentes
Resumo. Introdução. Tanto a Psicologia Cognitiva como a Neuropsicologia necessitam abordar o carácter multidimensional da ‘atenção’. Desenvolvimento. A atenção possibilita a orientação adequada do comportamento aos requisitos da tarefa. Segundo a situação
ou actividade que se vai realizar, os componentes ou mecanismos de
atenção são diferentes (selectividade, alerta, vigilância, enfoque,
mecanismos inibitórios de controlo, etc.), assim como são distintas
as redes neurais envolvidas. Em diferentes síndromas neuropsicológicas distintas os componentes e mecanismos atencionais estão afectados. Por exemplo, no caso da perturbação por défice de atenção
há uma incapacidade de controlar a execução, inibindo respostas
inadequadas, enquanto que na heminegligência visual pode estar
comprometido algum mecanismo, como o da atenção selectiva ao
espaço. Para obter resultados coerentes no estudo do envolvimento
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SÍNDROMES NEUROPSICOLÓGICOS
en el estudio de la afectación atencional en diversos síndromes, deben
evaluarse los diversos componentes y mecanismos atencionales de
manera sistemática y con pruebas específicas. En Neuropsicología ha
sido frecuente aplicar pruebas que sólo miden los aspectos más ligados
a la rapidez perceptiva y a la atención selectiva visual, sin evaluar otros
componentes. A veces incluso, se comparan datos de estudios que miden
aspectos diferentes de atención y las conclusiones sobre la posible afectación atencional se vuelven controvertidas. La ausencia de datos normativos o la dificultad de establecer pruebas ‘puras’ de mecanismos
atencionales hace más ardua la tarea. Conclusión. Sólo la integración
de los estudios experimentales de la Psicología Cognitiva y de las técnicas y procedimientos de la Neuropsicología permitirá clarificar el
constructo y avanzar en los modelos explicativos. [REV NEUROL 2001;
32: 463-7] [http://www.revneurol.com/3205/k050463.pdf]
Palabras clave. Componentes atencionales. Evaluación de la atención. Mecanismos atencionales. Redes atencionales. Síndromes neuropsicológicos.
REV NEUROL 2001; 32 (5): 463-467
atencional em diversas síndromas, devem ser avaliados os diversos
componentes e mecanismos atencionais de maneira sistemática e
com provas específicas. Em Neuropsicologia tem sido frequente a
aplicação de provas que apenas medem os aspectos mais ligados à
rapidez perceptiva e à atenção selectiva visual, sem avaliar outros
componentes. Por vezes, são comparados dados de estudos que medem aspectos diferentes de atenção e as conclusões sobre o possível
envolvimento atencional tornam-se controversas. A ausência de dados
normativos ou a dificuldade de estabelecer provas ‘puras’ de mecanismos atencionais torna mais árdua a tarefa. Conclusão. Só a integração dos estudos experimentais da Psicologia Cognitiva e das
técnicas e procedimentos da Neuropsicologia permitiram esclarecer
e avançar com modelos explicativos. [REV NEUROL 2001; 32: 463-7]
[http://www.revneurol.com/3205/k050463.pdf]
Palavras chave. Avaliação da atenção. Componentes atencionais. Mecanismos atencionais. Redes atencionais. Síndromas neuropsicológicas.
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