alta correlación con un CI elevado, y muestra una relativa estabilidad en el tiempo. En las actividades de la vida diaria, las personas con SPW se desenvuelven relativamente bien. Destacan especialmente en las habilidades domésticas de preparación de la comida y en tareas de auto-ayuda (Holm, 1981; Dykens, 1992b), que siguen perfeccionándose con la edad (Dykens, 1992 b). La literatura sobre los problemas conductuales de los PW generalmente incluye observaciones sobre grandes dificultades en la adquisición de habilidades sociales, que perjudican sus relaciones con iguales (Mitchell, 1988). Son las habilidades de cooperación las que suelen estar más alteradas, aunque éstas mejoran con la edad (Dykens, 1992b). Fig. 2. Las rabietas son una característica frecuente. Emocionalmente, estos individuos son descritos como enigmáticos y difíciles. Pero cuando aquellos que los describen empiezan a reconocer sus dificultades de aprendizaje, que son lo que de hecho ocasiona estas conductas, se enfrentan a un cuadro distinto: entienden entonces que para los afectados por el SPW el mundo es un lugar impredecible y confuso. Debido a que sus padres y familiares supervisan permanentemente todo lo que tiene que ver con la comida, ellos se desenvuelven en un área donde no tienen ningún control. En un intento por relacionarse o luchar con el mundo, se encierran en lo que saben (o creen saber), evitando la inclusión de cualquier información contradictoria, y cuando esto último sucede, se muestran ansiosos y agitados e incluso se esfuerzan aún más por adquirir un control interno mayor; pero no pueden, y en estos casos la turbulencia emocional es una reacción frecuente. 4. PSICOPATOLOGÍA ASOCIADA En 1987, Whitman y Accardo documentaron la alta incidencia de síntomas como “conductas de tipo obsesivo”, que incluían: el miedo a hacer algo malo y/o a morir; preocupación por que les roben sus pertenencias e incapacidad para cambiar de planes. Se trata de individuos con necesidad de que las tareas sigan siempre el mismo orden y se realicen de la misma forma, así como con un fuerte deseo de mantener una rutina firme. Durante la mayor parte del tiempo evidencian síntomas de ansiedad, frustración, excesiva argumentación y rabietas agudas. En un pequeño porcentaje (superior al de otros retrasos mentales) aparecen trastornos obsesivo-compulsivos, con obsesiones relacionadas con la comida, ideas relacionadas con almacenamiento y coleccionismo, y compulsiones como coleccionar, almacenar, skin picking. En algunos casos aparecen depresiones reales (poco frecuentes en edades infan112 Fig. 3. Es necesario fomentar el desarrollo de habilidades sociales para evitar el aislamiento. tiles) con sentimientos de autoimagen pobre, aislamiento y tristeza, aunque también puede cursar con conductas agresivas. Se han descrito algunos casos de trastornos psicóticos (crónicos o agudos), que raramente aparecen antes de la adolescencia. Es importante prestar toda la atención a la sintomatología aquí descrita para no diagnosticar erróneamente los problemas neuroconductuales como desórdenes psiquiátricos, puesto que en este caso las estrategias terapéuticas son radicalmente diferentes. 5. BIBLIOGRAFÍA BARTOLUCCI, G. y YOUNGER, J. (1994): “Tentative classification of neuropsychiatric disturbances in Prader-Willi syndrome”, Journal of Intellectual Disability Research 38(pt6): 621-9. 113