Relato breve: “Dime que me quede contigo” Viernes, 8 de la mañana, hoy vengo todavía con más ilusión que ningún día. Acabo de ducharme y además me he lavado el pelo. Estreno la falda que mamá me compró ayer en Zara cuándo le dije que esta semana la empresa decidía si mi beca se convertía en un trabajo fijo. Me he puesto también la camisa blanca que me hace un pecho precioso, justo en el punto exacto en que se sepa que está ahí pero no provoque. Además me disimula la barrigita que me está saliendo y que no me gusta nada, aunque la última vez que le deje a Dani que me hiciera el amor me dijo que le ponía un montón, ¡en qué cosas se fijan los tíos ¡ Ojala que cuándo Jaime llegue, puntual como siempre a las 8 y media, y pase a saludar a todo el Departamento, como hace todos los días, contando alguna broma , todavía me dure el olor al suavizante y al champú, y que él se de cuenta y me mire a los ojos esa maravillosa décima de segundo que me pone las pilas para la siguiente hora, pero sobre todo que él venga con ese toque de aroma sutil de recién duchado y recién afeitado que tanto nos gusta a todas pero que solo yo sé valorar. -Buenos días a todos! -Ya está aquí Jaime. Aaaay! - Una clase particular de inglés para hoy: Thanks God, is Friday! dice Jaime. -¡Si es que cómo es! ¡Todos los días nos saca una sonrisa nada más llegar! Qué largo esperar hasta las 12 cuándo me ha citado Jaime para informarme de si sigo o no. ¡Becaria! Vaya palabra para describir un ¡trabajo! de 700 € después de hacerme psicóloga y hacerme un master de Recursos Humanos para ahora trabajar como cualquier otra persona del Departamento de Carlos. La verdad es que no acabo de entender muy bien la relación entre el fichero que estoy rellenando esta semana con los DNI de miles de empleados que quieren hacer un curso de formación de no sé muy bien qué con lo que Jaime nos dice en las reuniones del Departamento sobre la misión de Recursos Humanos en la empresa, pero cuándo le oigo a él todo parece tan fácil, tan bonito, que lo dejaría todo para seguirle, ¡qué pobre se queda Dani cuándo Jaime habla en público! Las doce menos cuarto, qué demonios estará comentándole Guadalupe sobre relaciones laborales que llevan más de una hora sin parar. ¡Que los sindicatos y la huelga esperen un momento! ¡Es mi tiempo! ¡Pasar a fija es seguir con Jaime, ganar más y que papá y mamá estén orgullosos de su Patricia,… ah y que mi trabajo sea mejor que el de Dani, que sepa lo que valgo que no se entera! Las doce y cinco, Jaime me llama, ¿qué le pasa a mi corazón que se desboca, a mi boca que se seca? Jaime, ¡Dime que me quede contigo!